La venganza de Lupita 02

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mis amigos me miman y me penetran por detrás.
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Parte 2 de la serie de 4 partes

Actualizado 03/17/2021
Creado 08/15/2010
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Viendo el movimiento de mi cabeza, Mariano se anima. Raul se acerca a la mesilla de noche y le pasa un bote de lubrificante anónimo y empieza a acariciarme el ojete con cuidado y mucho líquido. Poco a poco empieza a meterme primero un dedo y luego otro, hasta que consigue que el segundo anillo se relaje. Pero mientras tanto Raul , que está a mi lado , está acariciando mi clítoris . Para estar mas cómodo, creo, se coloca tumbado boca arriba y de lado, justo debajo de mis tetas. Y comienza a chuparlas mientras que con sus dedos sigue penetrando mi coño.

Entretanto Mariano se ha debido de embadurnar bien su picha porque noto como empieza a entrar, despacio, en mi ojete. Mariano sigue acariciándome las nalgas y Raul las tetas y cuando ven que me está cambiando la respiración noto un empujón y entra la picha hasta el fondo de mis entrañas.

Doy un grito , pero Raul me besa la boca en el acto y Mariano empieza a meter y sacar con fuerza. Sin darme cuenta, mi culo se adelanta cada vez que vá a entrar mas fuerte la picha de Mariano, y noto como se corre con fuerza y se queda con la cabeza apoyada sobre mi culo. Raul sigue besándome y veo de reojo que su polla está muy , pero que muy tiesa. Cuando aleja su cara le digo bajito :

- ¿Quieres tú ahora?

Raul no me contesta, pero se incorpora como un rayo, me vuelve a besar la boca y se coloca detrás mío. Empuja a Mariano que se deja caer a mi lado y su picha me penetra, esta vez con toda facilidad. La picha de Raul es mas larga y mas fina que la de Mariano . La de Mariano es gordita pero mágica: se pone muy dura cuando está en mi coño y sobre todo, puede estar follando mucho, no, muchisimo tiempo , lo cual es una cualidad importante. Y tiene unos huevos delicados y deliciosos: no muy pelidos, fáciles de acariciar con la mano y con la boca y de sólo acariciarlos , se le pone dura otra vez.

Pero ahora es Raul el que tengo dentro y Mariano se limita a mirarme, tumbado boca arriba. Ni me toca, ni me besa, ni me chupa nada. Pero sus ojos están brillantes y su boca semi abierta. Me mira y se lame los labios sin darse cuenta. Creo que ya sé lo que quiere, pero no digo nada. Esperaré a que me lo pida él .

Raul sigue atacando, cada vez mas fuerte. Tengo la impresión de que se vá a correr en cualquier momento y en efecto, noto su corrida . Se derrumba detrás mío y se deja caer al otro lado de la cama. Los dos se miran y luego me acarician, casi como si fuera una perra domesticada y familiar. Estoy empezando a cabrearme, pero sonrío dulcemente.

- Chicos, ahora toca lavarse con cuidado si queréis seguir jugando. Y a partir de ahora necesitamos gomas.

Algo han debido de ver en mi voz o en mi cuerpo que les hace levantarse en el acto.

- ¿Vienes con nosotros? Dice el siempre caballeroso Mariano.

- Claro que sí, garañón, que eres un garañón, le digo en broma.

Noto que se pone rojo y me río .

Nos vamos los tres al baño lujoso en el que cabemos todos en la cabina de la ducha. Cae el agua, yo siempre quiero mas caliente y Mariano mas fría, pero esta vez no nos peleamos como niños pequeños. Nos duchamos los tres con un jabón demasiado dulce, y aprovecho para lavar bien sus dos pichas y de paso sus ojetes. Se dejan como niños cansados . Ahora se me ocurre que haciéndome la tonta algo puedo alcanzar. Y me pongo a acariciarles a los dos las pichas mientras que con mis manos las hago casi rozarse. Noto que Mariano se pone muy duro y Raul algo mas tarde también. Estos se quieren follar y no delante mío. Pero sigo pretendiendo que no me doy cuenta de nada , me acerco con la boca a uno y le chupo, luego al otro.

- No puedo mas, salimos

me dice Mariano y casi empujándome me hace salir de la ducha. Con una toalla grande me envuelve y como si fuera una croqueta gigante me lleva y me deposita en la cama.

- Espera, vuelvo ahora.

Y se escapa de vuelta al baño. Me imagino que para hablar con Raul , o quizás para lamersela una vez mas. Pero respeto este momento de intimidad entre tíos y no digo nada, me hago la dormida.

Pocos minutos transcurren hasta que noto que alguien se tumba a mi lado . Es Raul, huele distinto, tiene la piel de los rubios casi pelirrojos, muy blanca y con pecas. Nada mas tocarme todo mi vello se electriza y noto que él también se pone en guardia. Su mano se coloca sobre mi pecho y acaricia muy suavemente el pezón rosa que se contrae de inmediato. Su boca empieza a lamer con cuidado el pezón mientras que sus manos acarician mi tripa y van bajando hacia mi coño ahora limpio . Mientras nos lavábamos, Mariano me limpió con la cabeza de la ducha el coño, con el agua muy fuerte. Y se rió cuando vió que iban saliendo goterones de semen que caían sin ruido al fondo de la ducha.

Sin casi moverse, sus manos toman control de mi coño. Los dedos entran y salen, abren y cierran la capucha de mi clítoris excitado, acarician las paredes excitadas. Raul se lleva los dedos a la boca y chupa, le gusta el sabor de mi excitación . Me incorporo sobre las almohadas mientras sigue con la boca agarrada a mi pezón y dedos en mi coño. Este ha sido aleccionado por alguna tía exigente, pienso, gran diferencia con los machos hispanos con prisas . El mexicano nota que me voy a correr y acelera el movimiento. Cuando mi cuerpo se contrae y mi coño se encoje sobre sus dedos, deja mis pezones y me besa en la boca. Una boca caliente y una lengua larga pero dulce.

Se retira y le cojo la cara entre mis manos :

- ¿Que te puedo regalar, querido?

- Dejanos follarte a los dos al mismo tiempo. Quiero notar la polla de Mariano rozando la mía.

- Lo que quieras. Y si te dejas, te doy luego un masaje de próstata ¿vale?

Casi se le salen los ojos de las órbitas. Pero sonríe y le beso en los labios.

- Organiza tú como quieras y yo te sigo. Y luego el masaje, le digo mientras que me vuelvo a tumbar sobre los almohadones.

Raul sonríe. Se vuelve a levantar y se vá al baño. Yo conozco a mi Mariano, y estoy seguro que está ahora sentado en el suelo de mármol, con una toalla fría sobre su picha tierna, recuperándose. Si no estuviera segura de que no se droga -- en su oficina les hacen controles por sorpresa y si te pillan con algo te echan en el acto, cláusula del contrato aceptada al entrar -- sospecharía. Pero descansando está.

Oigo desde la puerta a Raul decir bajito :

-"Buenísima onda, tú, será muy fresa tu huerita, pero está bien caliente... " y Mariano se ríe. Les oigo volver juntos, pero yo sigo entre almohadas con los ojos cerrados. A ver que pasa ahora.

(continuará)

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