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Nuestra experiencia en un bar swinger.
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julio08
julio08
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Habiamos tenido muchas discusiones con mi esposa ultimamente asi que decidimos ir a donde un consejero de pareja. Cruzabamos el umbral de los 5 años de matrimonio y eso se notaba en los dos, ya que nuestra relacion se habia deteriorado bastante. El nos dio ciertas recomendaciones para mejorar la relacion a lo largo de cuatro sesiones, una cada semana, donde expresabamos todas nuestras frustraciones y esperanzas. Durante las sesiones, vi con desagrado como el psicologo que nos atendia miraba las piernas y el trasero de mi esposa. A pesar de que teniamos ya dos hermosos niños de 3 y 4 años de edad, ella aun conservaba un delicioso y redondo culo, pero como habiamos dejado de tener relaciones sexuales en el ultimo mes, yo estaba bien excitado y la forma como el doctor observaba a mi esposa Claudia, me molestaba. Cuando ella caminaba dentro de su consultorio, el no le quitaba sus ojos de sus nalgas y cuando ella se sentaba, el observaba como su falda se subia dejandole ver la parte alta de sus piernas.

El doctor nos recomendo dar un vuelto a nuestra vida e intentar algo fuera de la rutina, como unas cortas vacaciones separados de los niños, cambio de trabajo o terapias de pareja donde podriamos escuchar los problemas de los demas.

Cierto dia viendo las paginas de clasificados del periodico, Claudia me pregunto:

-"Corazon, participarias de una terapia de pareja mas atrevida?"

-"Que quieres decir con Atrevida?", les repondi con curiosidad.

Me acerque a ella y me indico con su dedo indice un pequeño aviso de periodico en la seccion de Adultos:

"...Problemas con su pareja? Quiere romper la rutina? Fortalezan su relacion.. Liberese y deje que su pareja se libere.. BAR SWINGER LAS AGUILAS..."

Sonreimos.

-"Te intesaria tratar algo asi?", me insistio ella.

-"ok, si es por mejorar pues hagamoslo..", comente a pesar de que no me gustaba del todo la idea de que iba a compartir a mi esposa con otro hombre por una noche.

El siguiente fin de semana dejamos nuestros hijos al cuidado de mi suegra y decidimos ir al bar swinger. Alli vimos el bar organizado con unas diminutas mesas que permitian sentar muy juntamente cuatro personas. Vimos a varias parejas solas asi como otras donde ya estaban sentados y muy pegados los cuatro. Habia una pequeña pista de baile en donde las parejas empezaban a intercambiar sus roles. Algunas parejas bailaban ya muy cercanos el uno del otro. Nos sentamos y la mesera luciendo una sexy minifalda se nos acerco.

-"Es primera vez?", nos pregunto ella sonriendo

-"Si.. ", respondimos los dos simultaneamente.

Ella entonces se sento muy amigablemente y nos explico como funcionaba todo. Cinco minutos de charla fueron suficientes para aclarar nuestra situacion alli y comprender como era el rol del bar swinger y como debiamos comportarnos alli.

Ella se fue y muchas parejas se nos acercaron indagando si queriamos comparir la mesa. No se si era porque veian a mi esposa muy atractiva o era yo el que llamaba la atencion, pero me inclino a pensar que era lo primero, ya que Claudia tenia puesta un vestido de una sola pieza ajustado a su cuerpo el cual le moldeaba muy bien su delicado trasero y destacaba unas femeninas piernas.

Nos decidimos por un pareja interesante, ella era muy bonita y atractiva pero pasada de kilos, mientras que el era alto, fornido y al parecer le habia gustado a Claudia. Tenian mas o menos nuestra edades (30-35), asi que charlamos por un rato y decidimos salir a bailar. Luego de la primera pieza, vi con sorpresa como el acaricio el culo de Claudia antes de sentarnos a la mesa nuevamente. Su mano paso sobre su trasero y palpo la redonda superficie del trasero de mi esposa mientas que ella le sonrio. Me dieron unos celos terribles pero me controle, ya que ni siquiera yo le habia acariciado el trasero a mi esposa en el ultimo mes de la forma que el lo hizo.

Pero la sorpresa fue mayor cuando estando alli sentados y viendo como el ahora le acariciaba las piernas a Claudia, entro al bar el psicologo que nos atendio en las terapias, acompañado por su esposa. Ella era alta, delgada, sus pechos eran pequeños para el tamaño de su cuerpo, pero tenia un espectacular trasero marcado por una corta minifalda que destacaba sus nalgas y dejaba notar que ella tenia puesta una diminuta tanga. Sus piernas eran largas y caminaba con un porte muy elegante.

No lo dude un instante.

-"Doctor Ramirez... aqui... aqui", le llame a gritos, ya que la musica estaba con un volumen alto.

El se acerco a nuestra mesa sonriendo, seguido muy de cerca por su atractiva esposa. Fue muy evidente la sorpresa de Claudia, la mia y la de el, de encontrarnos alli. Pero creo que fue mayor la sorpresa del doctor Ramirez al ver a mi esposa Claudia, luciendo su sexy vestido, mientras que la mano de un extraño le acariciaba las rodillas. Su sonrisa cambio por una mirada fria de desagrado, pues su paciente preferida y el culo mas deseado por sus ojos en el ultimo mes, ya tenia compañero para esa noche.

-"Veo que estan ya ocupados", comento el doctor Ramirez.

Guardamos silencio y entre todas las tres parejas nos miramos.

-"Cariño, que pena pero creo que tenemos que dejarlos", dijo sorpresivamente Claudia a su acompañante, dandole un beso en la boca.

El y ella se pararon de la mesa sin decir nada ni molestarse, al entender la situacion. No me importo para nada que Claudia besara a ese extraño que habia conocido hacia pocos minutos y que le habia acariciado descaradamente su culo, cuando al lado mio se sento la bella esposa del doctor Ramirez, dejandome ver sus piernas y como la mini falda me permitia fantasear. Como era alta y la corta falda era ajustada, sus nalgas se marcaban perfectamente destacando un trasero riquisimo. Yo le di beso en su mejilla y me presente, mientras que el doctor Ramirez volio a sonreir y abrazo a mi esposa. Empezamos a charlar muy cerca el uno del otro y mientras pasaban los minutos, entrabamos en calor. Yo le acariciaba las piernas a ella y ella hacia lo mismo conmigo, al mismo tiempo que yo miraba su bello rostro. Por su parte el doctor Ramirez susurraba al oido de Claudia, mientras que le observaba sus tetas bajo el vestido y una de sus manos recorria la parte alta de su pierna subiendole la falda.

Invite a bailar a Susana, la esposa del doctor Ramirez y logre mi cometido al poderle acariciar su perfecto trasero. Bailamos tres piezas musicales en donde mis manos no se retiraron de sus duras nalgas y senti todos sus movimientos. Me parecia increible que el doctor Ramirez tuviera una esposa tan deseable y que la trajera a este tipo de lugares para que otro hombre disfrutara de su cuerpo. Al acercarnos a la mesa, observamos como el Doctor Ramirez y Claudia charlaban con sus labios uno muy cerca del otro, y una de las manos de el acariciaba sin escrupulos los pechos de mi esposa. No senti nada de celos ni rabia al verlo a el sonreir y susurrarle cosas a mi esposa en el oido, al saber que el sensacional culo de Susana seria solo mio esa noche.

Luego ellos se pararon a bailar mientras que mis manos se desplazaban por entre las piernas de Susana y su corta falda. En la pista de baile, vi a lo lejos como las manos del Doctor Ramirez se posaban sobre el delicado culo de Claudia y se aferraban a sus nalgas, disfrutando de la redonda superficie de su trasero, mientras que mis dedos palpaban la afeitada vagina de Susana.

Cuando terminaron de bailar, ellos se acercaron a la mesa nuevamente.

-"Nos vamos cariño?", le pregunto el a Susana, interrumpiendo mi exploracion intima.

Saque la mano de entre sus piernas mientras que ella se acomodaba la falda nuevamente. Claudia se dio cuenta que mis dedos estaban dentro de su sexo y la expresion de su rostro me dejo a entender que se molesto.

-"Corazon, el doctor Ramirez me dijo que mi culo es uno de los mejores que el ha visto y ademas tiene unos deseos inmensos de hacerme el amor esta noche.. espero que no te moleste eso.. verdad?", me pregunto Claudia cuando nos levantamos de la mesa.

-"No hay problema cariño, yo voy a disfrutar del cuerpo de Susana..", le respondi sonriendo pero con cierta envidia ya que sabia que era cierto que el queria montar a mi esposa.

Decidimos marcharnos. Claudia y el doctor Ramirez en el auto de ellos mientras que yo llevaba a Susana en nuestro auto. Ibamos a la casa de ellos, asi que Susana me daria las instrucciones de como llegar alla. En el viaje, Susana y yo dejamos que nuestras manos recorrieran nuestros cuerpos y empezaran a disfrutar de una noche de placer. Durante el viaje, paramos a comprar una botella de vino y algo de comer.

Cuando llegamos a la casa, nos dimos cuenta que el Doctor Ramirez no aguanto nuestra demora y se adelanto. La tentacion de tener a Claudia a su lado era enorme. Entramos y vimos en la mitad de la sala a mi esposa completamente desnuda, boca arriba con sus piernas abiertas y su ropa tirada sobre el sofa. Sus pechos, grandes y voluptuosos, lucian bellisismos y en cierta manera envidie al psicologo. El, tambien desnudo, tenia la cabeza entre las piernas de ella, muy seguramente lamiendole la vagina, jugando con su clitoris y disfrutando del olor que debia salir de su vulva.

Cuando los dos nos vieron entrar, el saco su cabeza de tan placentero lugar y se ubico encima de ella para penetrarla. Claudia abrio mas sus piernas y el tomando su verga con sus manos, se la hundio en lo profundo de su vagina. Me quede observando como la cabeza del pene se introducia dentro de la vulva de mi esposa, para perderse de mi vista. Ambos dejaron escapar un grito de placer. El por penetrarla finalmente y ella por sentir una verga despues de mas de un mes de abstencion sexual.

-"Abres la botella, cariño?", me pregunto Susana, interrumpiendo mi mirada sobre ellos.

Entramos a la cocina y mientras y yo destapaba la botella, escuchaba a Claudia y el Doctor quejarsen de placer. Servi el vino, me acerque a Susana y empeze a besarla mientras mis manos repasaban su trasero.

-"Quieres hacerlo aca en la sala o quieres llevarme a la cama?", me pregunto ella.

-"Me gustaria aqui abajo en el sala primero", le respondi y la empeze a desnudar.

Empeze a desnudarla y la deje en ropa interior, mientras escuchaba como en la sala, Claudia y el Doctor disfrutaban de sus cuerpos. Los pechos de Susana eran diminutos pero no me importo. Su tanga guardaba un tesoro y su espectacular y redondo trasero merecia ser clavado por mi verga. La tome de la mano y volvimos a la sala a presenciar como ellos llegaban al orgasmo. El, en posicion misionero encima de ella, se movia violentamente, su abdomen se sacudia freneticamente sobre el de Claudia y hacia presentir que estaba a punto de derramarse mientras que el cuerpo de mi esposa era sacudido. Ella con sus ojos cerrados, lo abrazaba fuertemente por la espalda y esperaba por ese momento. Parecian una pareja clasica, el encima de ella con sus cabezas juntas y abrazados.

Susana se sento sobre el sillon mientras que yo me desnude. Luego le retire su tanga y esa belleza de vagina quedo solo para mis ojos y mi lengua. Me arrodille y tan pronto mi lengua descubrio el dulce sabor de su vagina, mi esposa y el doctor gritaron simultaneamente. Voltee a mirar y la expresion del rostro de el, lo decia todo. Habia logrado su anhelado proposito. Su verga acababa de entregarle a mi esposa una poderosa carga de semen dentro de su vagina. Claudia, por su parte, arqueaba su espalda hacia arriba, producto del orgasmo.

Mientras que el seguia gritando y terminaba de eyacular, y Claudia seguia aferrado a el, Susana y yo empezabamos. La noche transcurrio asi, mientras una pareja lo hacia, la otra pareja observaba. Al cabo de un rato, Claudia y el me miraban como yo clavaba a Susana sobre el sillon y mi verga explotaba dentro de su vagina. Luego el doctor Ramirez le pidio a mi esposa que se ubicara en el sofa con sus rodillas puestas sobre el asiento en posicion doggy. La observo desde atras y se quedo extasiado mirando la belleza de sus nalgas, su delicado ano y esos pronunciados labios vaginales.

-"Como te envidio Ricardo... tener toda esta belleza para uno solo todas las noches... no me explico como puedes pelearte con ella", me dijo el mientras que tomaba su verga con su mano y con la otra abria la vulva de mi esposa para hundirle nuevamente su verga.

La noche transcurrio asi, de forma libre, donde nos entregamos el uno al otro. A partir de ese dia, Claudia y yo decidimos darnos mas tiempo para mejorar la relacion y saber entender que somos una pareja. No volvimos a vernos con el psicologo y su hermosa esposa Susana. No fue necesario ya que reanudamos nuestra activa vida sexual para complacernos.

julio08
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  • COMENTARIOS
Anonymous
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1 Comentarios
AnonymousAnónimohace casi 11 años
Faltó algo

Muy buen la introducción, pero cortas la historia muy pronto. Es necesario más detalle de lo que platican los cuatro entre cada contacto sexual. También falta la escena de los cuatro, uno penetra a la esposa del otro mientras besa a la propia. ¿La escena lésbica? La moraleja es que la pareja no es propiedad privada.

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