Anti Fumadora Ahora Fuma

Mi novia es la típica deportista sana, buena con todo el mundo y querida por todos. Es futbolista, tiene un cuerpo esvelto y está buena. Físicamente posee unos increíbles ojos azules, un pelo castaño casi rubio, rizado y un buen culo apretado. Es inteligente, a la vez que creativa.

Hoy me he decidido a contarle mi fetiche por las chicas que fuman, sé que ella nunca lo ha probado, a pesar de tener familiares directos y amigos que fuman, pero me la imagino haciéndolo para mi en mi mente y quiero que se cumpla en la realidad. Me pone tanto pensar en ella con un largo cigarrillo blanco, delgado, dando caladas profundas.

Fui a su apartamento, cuando sus padres no estaban y la empecé a desvestir. Había cogido el paquete de cigarrillos de sus padres y lo habia traido del salón hasta su cuarto.

Le quité toda la ropa, y empecé a chupar sus pezones, hasta que estuvieron erguidos y firmes, luego acaricié un poco su coño mojado. Antes de seguir, la miré a los ojos y le hablé de mi fetiche. Como no quería obligarla a fumar, y estaba muy caliente, solo le pedí que sacara un cigarrillo de la caja y lo mordiera mientras lo hacíamos. Para mi sorpresa, mi novia cogió el cigarrillo de su madre, se lo puso en la boca y lo agarró con los labios. Me puso tanto en ese momento, que me introduje dentro de ella sin pensarlo dos veces, metiéndole mi miembro hasta dentro, haciendo varias embestidas mientras ella se corría de lleno y se agarraba las tetas. Lo introduje varias veces más, hasta que llegué al climax y me corrí en el preservativo, le dije lo sexy que estaba con el cigarrillo y lo mucho que me estaba poniendo. Esa noche no hicimos nada más.

A la noche siguiente me llamó para que fuera, estaba con lencería negra y se habia depilado. Cuando entré, me llevé la sorpresa, había cogido de nuevo los cigarrillos de sus padres. Volvió a repetir lo de la noche anterior y mordió uno. Me disponía a introducirme de nuevo, cuando me dijo que quería intentar probar a fumar para mí. Se había traído también el mechero de su madre, me indicó que lo cogiera de su bolso y se lo encendiera.

Hice lo que me pidió, encendí el cigarrillo con el mechero y ella respondió con tos, empezó a dar caladas breves al cigarrillo mientras yo me introducía dentro. La noche fue una locura, mi novia comenzó a fumar poco a poco su primer cigarrillo, tosiendo de vez en cuando hasta que se acostumbró. En un intento lo quiso meter en los pulmones, pero tosió más. Yo seguía introduciéndome y saliendo de ella, mientras ella descubría lo que era fumar.

Algo cambió en ella, mientras yo le decía lo sexy que era, ella apuraba el cigarrillo hasta el filtro, hasta que sin querer estaba inhalando y exhalando como una fumadora. Tras el primer cigarrillo, vino el segundo, y con él, ella cogió mi pene y se lo metió en la boca experimentando, al mismo tiempo que succionaba el cigarrillo, echaba el humo en mi pene y lo chupaba también. Terminamos la noche, ella me prometió que no se engancharía, que solo lo haríamos de vez en cuando, me preocupaba su salud.

Al día siguiente tras el entrenamiento de fútbol, sus compañeras empezaron a fumar, y esta vez el aroma le llegó a las fosas nasales, invitandola a aceptar un cigarrillo. Aceptó, lo encendió y nuevamente succionó hasta llegar al filtro, hasta inhaló en condiciones, de repente era una fumadora ocasional.

Siguió fumando durante los entrenamientos de la semana, y no solo eso, indagó en los fetiches de fumar viendo vídeos de mujeres sexys, desnudas, fumadoras, que se ponian frente al espejo e intentaban disfrazarse de la época de los 80, con largos cigarillos largos prendidos y un look de vestido de noche muy sensual. Le llamó la atención, las señoras vestidas de negro con el labial oscuro, fueron las que más le ponían mientras se tocaba en su cuarto.

Al día siguiente tras el entrenamiento del final de semana, se decidió a comprar su primer paquete de cigarrillos, Malboro red. Escogió esa marca porque era la que había visto en los vídeos.

Llegó a su casa, sacó de la mochila el paquete de cigarrillos y cogió uno. Se pintó los labios de negro, se puso un vestido negro sexy y encendió el cigarrillo, mirándose en el espejo, inhalando, introduciéndolo en los pulmones y sintiendo la nicotina. Esta marca era más fuerte que la de sus padres, pero le ponía y le hacía sentir fuerte, sexy, dominante. Siguió fumando tranquila su cigarrillo hasta que empezó a meterse los dedos en el coño, poco a poco, una y otra vez. Empezó a fumar más acelerada, con la respiración entrecortada, y chupando el cigarrillo hasta el filtro, sacando el humo por la nariz. Se corrió en las sábanas de su cuarto, mientras consumía el final de su cigarrillo y se dio cuenta de que queria fumar más y más, ya no podía parar, encendió su segundo cigarrillo del día y guardó el resto para cuando me vea ensayado frente al espejo las exhalaciones y las inhalaciones de las mujeres de los videos de fetiches del tabaco, quería ser sexy y saber lo que estaba haciendo.

Estaba dispuesta a intentar más...

Continuará