Cuatro Dedos

(...)

Lluvia, suena nuevamente esa maldita canción que me transporta inmediatamente a su mundo.

Comienzo a mover mis caderas al ritmo de la canción, mi boca, que antes estaba seca, ahora la siento tan húmeda que debo pasar mi lengua por mis labios... continúa la canción y llevo mis manos por todo mi cuerpo, me siento, me disfruto...

Siento tus manos, estás detrás de mi y van directo a mis caderas, si, es esa canción la que me está llevando.

Te acercas más, tanto que estoy a pocos centímetros de quedar contra la pared. Siento tu respiración, tu lengua en mi cuello, tus manos subiendo y alcanzando las mías que están divertidas jugando con mis pechos, tocas mis pezones, duros... sedientos de tu boca, de tu lengua... de tus dientes. -apriétalos- te pido, pero la música es fuerte, no me escuchas...

En vez de eso, me presionas contra la pared, tu ereccion, la siento entera presionando mis nalgas. Tus respiración en mi nuca, -pídemelo- me susurras. Tu voz provoca un escalofrío por todo mi cuerpo.

-pídemelo- me repites, esta vez con un poco más de autoridad. Pero no puedo... esas palabras no pueden salir de mi boca; mientras, siento como sacas tú ereccion, subes mi vestido y ahora es nuestra piel la que se siente... estás duro, caliente y palpitante.

Sin anticipación, me giro y me pongo en mis rodillas, la tengo frente a mi... deseosa de mi boca y mi lengua urgida por ella.

La tomo con mis manos y llevo solo la punta a mi boca, saco mi lengua curiosa y le doy una lamida firme y larga. Siento la tensión en tu cuerpo... otra lamida, pero no es suficiente para ti, tomas mi cabeza y me entierra tu miembro completo en mi garganta; tan fuerte que me ahoga y tengo un reflejo de sacarla. Solo ahí, mis ojos encuentran a los tuyos, tu rostro esboza una sonrisa de placer, maldad y satisfacción... quieres dejar claro que controlas la situación.

Otra vez, tú verga en mi boca, entra y sale, me invade por completo, jugueteo con ella y doy absorbidas decididas... la mantengo mojada con mi saliva, que es tanta, que se escurre un poco por los lados... te gusta, me gusta, de hecho me encanta. Mientras, me estoy tocando, hace un rato me mi mano fue un busca de mi sexo... esta hinchada, mojada y deliciosa, introduzco varias veces mis dedos, jadeante y al sacarlos, te los ofrezco... como una degustación a un banquete que pronto iniciará.

Me pruebas, te deleitas, tu lengua en mis dedos me hacer temblar... que caliente y decidida. Te quiero probándome entera.

Me colocas de pie, nuevamente de espalda y me tocas... entiendes rápidamente que no necesito lubricación.

Sé lo que viene

Lo deseo

Juegas con la punta entre mi coño y mi culo.

No puedo decidir donde deseo más tenerte... hace un rato la idea tenerte reventadome el culo me ha dado unos cuantos orgasmos.

Te siento... te pido, si.

Te decides por mi coño, y la vas metiendo poquito a poco... casi siento cada pliegue, como me dilato para ti, como tengo pequeños espasmos porque cada vez entra más y más.

Entraste, y nos quedamos ahí, como si el mundo se hubiese detenido. Te siento palpitar dentro de mi. Te aprieto...

-porfavor dámelo todo- te ruego...

Y comienza lo que nunca imaginé pero siempre deseé. Embestidas que tienen a mis piernas temblando; la canción, mis gemidos, ahora es melodía pura...

Si, dame porfavor. Dame tan duro como quieras!

Pero la canción acabó... abrí mis ojos, y no estabas allí. Mi mano en mi sexo, 4 dedos adentro, tan húmeda.

Ya se lo que debo hacer: -repetir canción-

(...)