Desafio

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Justo al cumplirse el minuto de rigor, el moderador me hizo la señal para que se la sacase. Ester empujó hacia atrás con sus caderas para intentar mantener el hinchado miembro en su sitio, pero no tuvo éxito. El moderador se me quedó mirando.

- Ahora votaremos para decidir el castigo que te imponemos -me dijo, hablando en voz alta para que todo el mundo le oyese. - ¿Castigo? ¿A mí? Pero, ¿por qué? -dije, incrédula. - Por haber cambiado las reglas del anterior juego -me contestó- Las pollas solo podían entrar en su coño y no en su culo. Además, no te estaba permitido comerte todas las pollas sin mi permiso.

Nadie votó en contra. Mientras, vi cómo Ester rodaba sobre su espalda, con su mano flotando lentamente hacia su hambriento clítoris. La gente había llegado a una decisión.

- Vamos a vendarte los ojos y luego todos te haremos lo que queramos sin que tú sepas quién ha hecho qué -exclamó el moderador, sonriendo.

De repente, alguien me colocó una venda sobre los ojos y varias manos me empujaron hacia la cama. Un segundo después, una polla entró en mi boca y comencé a chuparla con ansia. Una segunda polla se clavó en mi chorreante coño, pero tras cuatro embestidas, salió. Luego, sentí como alguien me separaba las nalgas y acto seguido, otra polla (o quizá la misma) entró de un solo empujón en mi culo. Quise gritar pero la polla que había enterrada en mi boca me lo impidió.

Me pusieron de lado lentamente, para que ninguna de las pollas que me estaban follando ni las dos bocas que estaban empezando a chuparme las tetas se alejasen de sus objetivos. Noté que al menos una de ellas era de mujer pues tenía la piel de la cara muy suave, sin asomo de barba.

Varias personas se amontonaron en torno a mi sexo e intentaron penetrarme. Tras un leve forcejeo, una de ellas lo consiguió. Tal era la lucha que se había formado entre la gente que había entre mis piernas, que me sentía como si me estuviesen follando varias personas a la vez.

Era como si toda la gente se hubiese subido encima de mí. La polla de mi boca entraba y salía de ella sin descanso, mientras que la de mi coño seguía bombeando, pero con alguna dificultad. La de mi culo aún me penetraba, pero daba la impresión de que casi toda la estimulación de su propietario provenía de mis esfuerzos por contrarrestar las embestidas de todos los demás.

Al parecer, las dos personas que me estaban chupando las tetas habían decidido excitarme y estimularme tanto como pudiese aguantar. La verdad es que me alegraba de tener los ojos vendados, pues así me podía concentrar totalmente en lo que me estaban haciendo. Ver lo que pasaba solo me hubiese servido de distracción.

Una de las chicas me cogió una mano, la puso en su coño y comenzó a frotarse con mis dedos, usándolos para masturbarse. Estaba tan confundida con todo aquello que no era capaz de reaccionar. Era como si me hubiese convertido en un objeto, como si me hubiesen privado de mi voluntad.

La polla de mi boca empezó a palpitar. Segundos después, una corriente de leche salió disparada hacia mi garganta. Intenté tragármela toda, pero un poco cayó por mi mejilla. Antes de que pudiese recuperarme, pusieron un coño ocupando su lugar, el cual me puse a lamer sin dilación. Al parecer, los dos que estaban follando mi coño y mi culo habían encontrado un ritmo común. Con sus embestidas consiguieron que me corriese.

Estaba en mitad de mi segundo orgasmo, cuando oí un grito y el hombre que me estaba atravesando el coño se corrió. Luego, mientras se retiraba lentamente, sentí cómo su semen empezaba a fluir lentamente de mi agujero. Su compañero, dedicado completamente a mi culo, seguía bombeando incluso con más fuerza.

Una cara apareció en mi coño y comenzó a lamerlo con pasión. La sensación de que me estuviesen dando por el culo mientras otra persona me comía el coño era nueva para mí. Empecé a correrme otra vez. Alguien empezó a tirarme del pelo. A pesar de la dificultad, intenté seguir cumpliendo con las exigencias del coño que estaba sobre mi cara. Una nueva polla apareció en mi mano y comencé a menearla arriba y abajo. Una de las bocas que había en mis pezones desapareció, ocupando su lugar un par de fuertes manos que comenzaron a restregar mis tetas, amasándolas como si fuesen masa de pan.

- Creo que a esta chica le apetece que le den unos cuantos azotes -dijo a mi derecha una voz que no pude averiguar de quién era.

El coño que estaba chupando se apretó más aún contra mi cara. Lo lamí todo lo bien que pude. Sus muslos aplastaron mi cabeza al alcanzar el orgasmo. Rápidamente, una nueva polla lo reemplazó y se abrió camino hacia el interior de mi boca.

Me imaginaba una fila de personas haciendo cola en cada una de mis atracciones, esperando su turno. Me di cuenta de que había perdido toda conexión entre aquellos órganos sexuales y la gente a la que estaban unidos. La venda de mis ojos había hecho desaparecer todo menos mi capacidad de sentir lo que estaba sucediendo. Tuve que admitir que, desde el mismo instante en que entré en aquella habitación, había estado esperando secretamente que algo así pudiese ocurrir. Lo cierto era que, desde la primera vez que Ester me excitó el clítoris con sus dedos, había permanecido en un estado de constante excitación.

Al parecer, el hombre que me estaba dando por el culo había alcanzado finalmente el punto sin retorno. Me agarró de las caderas y tomó el mando de mis movimientos. Segundos después, sentí cómo grandes chorros de semen salían lanzados de su polla hacia mis entrañas. Luego, se tendió a mi lado y sentí cómo su miembro se ablandaba, saliendo lentamente de mi culo. Inmediatamente después, se fue, dejando libre mi parte trasera.

La boca de mi teta derecha fue reemplazada por otra fuerte mano. Ahora mis tetas estaban siendo masajeadas en equipo. De pronto, una de las manos desapareció. Segundos después noté algo en mi pecho, en el valle que formaban mis dos tetas. Era una mano, una mano embadurnada con alguna especie de lubricante. Pasó por mis tetas una y otra vez, embadurnándolas con aquel viscoso líquido. Alguien se subió sobre mi vientre, escaló por mi cuerpo y colocó una dura polla entre mis lubricadas tetas. Sus manos unieron mis pechos, convirtiéndolos en un coño listo para ser follado. Las caderas de aquel hombre comenzaron a moverse atrás y adelante a un ritmo demencial.

La polla de mi boca desapareció sin disparar su carga en mi garganta y la de mi mano fue reemplazada por un ardiente coño. Alguien me besó en la boca, creo que una mujer, serpenteando con su lengua hacia mi garganta. Notaba cómo el semen goteaba de mi culo y de mi coño. La polla que estaba follándome las tetas aumentó su velocidad.

Alguien me levantó las piernas, dejando mi coño a la vista. Me azotaron con fuerza en el culo diez veces, mientras una mano ocupaba un lugar en mi coño, masturbándome. La polla de mi pecho empezó a escupir semen con fuerza. Me alcanzó en la cara y luego cayó goteando de ella. También debió alcanzar a la mujer que me estaba besando, pero no por ello dejó de meterme la lengua ni un solo segundo.

El ya fláccido miembro se apartó de mis tetas. La boca que me besaba se alejó también, igual que el dedo de mi clítoris. Durante un instante me quedé allí tendida, exhausta.

Un minuto después, más o menos, me quitaron la venda. Me dieron una toalla y me limpié suavemente con ella mientras observaba al grupo reunido. Entre ellos estaba Juan, mi novio, que también había participado. y de que en la vida hubiese podido distinguirlo de los demás. Me di cuenta de que no lo había reconocido entre toda aquella gente dándome placer sin parar.

- Ahora vas a darnos las gracias a todos y cada uno de nosotros por haberte proporcionado un rato tan agradable -me dijo el moderador- Pero lo harás de una forma muy especial.

Unos instantes después estaba besando los coños de cada una de las mujeres. Luego, me metí en la boca las pollas de cada uno de los hombres, dándoles las gracias a cada uno de ellos. Justo en ese momento la puerta se abrió.

- ¿Donde está todo el.... mundo? -dijo el recién llegado- ¡Joder, me parece que me he equivocado de habitación!

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