¡El día más feliz!

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Mi mejor amiga, mi madrina de bodas y también... mi amante.
3.7k palabras
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Parte 44 de la serie de 46 partes

Actualizado 09/07/2023
Creado 08/08/2023
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Después de 8 años de noviazgo, pensé que mi novio me iba a dejar con la ilusión eterna de casarnos. Vaya sorpresa, me llevé cuando el día de mis grados en plena celebración me dio el mejor regalo de mi vida: hizo la propuesta lo más romantitonto y especial, delante de todos y los planes para un viaje por Europa para la luna de miel.

No lo podía creer, me rodaban las lágrimas por la cara y obviamente acepté. Esa noche bailamos hasta que se nos entumieron los pies, bebimos casi hasta perder la conciencia y terminamos tan borrachos que al otro día despertamos el uno al lado del otro con toda la ropa puesta.

---

Samantha, mi mejor amiga desde el colegio, estaba igual o más emocionada que yo por mi matrimonio. Ella sabía cuanta ilusión tenía por formar una familia. Obviamente, fue en la primera y única persona en la que pensé como madrina de bodas y dama de honor para que estuviera a mi lado durante la ceremonia.

Sin embargo, también era un poco difícil tenerla ahí tan cerca en ese mar de emociones, sabiendo que antes de Federico nosotras habíamos pasado, por decirlo así, por una faceta lésbica.

Si nos llegamos a entender muy bien en el tema sexual, nunca nadie en la vida ha sido capaz de sacarme tantos orgasmos seguidos como ella, pero el problema es que habíamos dejado a un lado la amistad y los celos terminaron por matar todo. Tanto así que terminamos peleadas y sin hablar por varios años y ahí es cuando conocí a Fede.

Un tiempo después nos encontramos en un bar y con solo mirarnos y vernos la cara, no pudimos contener las ganas de darnos un abrazo y sin mediar palabras reconciliarnos. Ella trató de disimular muy bien cuando le presenté a "mi novio" y en ese momento no dijo nada, pero luego en el baño hasta se le salían las lágrimas al saber que la había reemplazado.

La calmé un poco, le sequé las lágrimas con mis dedos con cuidado de que no se le fuera a correr el maquillaje y ella confundiendo todo me dio un beso. No lo evité, lo permití como si se tratara de una despedida, ella lo sabía. Me sonrió y tomo de ambas manos.

- Lo que sea, pero no dejemos de ser amigas

- Así será, mi princesa hermosa

Salimos del baño renovadas y sonriendo, bebimos muchísimo y la pasamos delicioso rumbeando con el resto de nuestros amigos, que estaban felices por no tener que dividirse más para no ir a incomodar a alguna de las dos.

De ahí en adelante, por los siguientes 5 años más nunca volvimos a tocar el tema, era como si lo hubiéramos borrado de nuestras mentes, hasta...

---

El día de mi matrimonio, la única persona que admití entrar al cuarto al lado de la casa cural para hacerme compañía, fue a ella. Estaba hecha un manojo de nervios, no paraba de sudar y las manos me temblaban.

Mi mamá, mi suegra y mi hermana que me estaban ayudando a terminar de arreglar, terminaron saliendo casi enojadas por mi temperamento y lo mal que las había tratado. Samantha, que me conocía bien, se encargó de sacarlas y decirles que era mejor que la dejáramos sola para que me calmara un poco, odio sentirme atrapada entre varias personas.

- Cata que cosita pues con vos, tampoco es para que las trates así

- Ay Sam, hoy no estoy para cargarle agua a nadie

- Parce, pero es que no entiendo por qué estás así, si se supone que es el día más feliz de tu vida

- ¿Más feliz? --hummm-- ¿será?

Empecé a caminar de un lado para otro, desesperada, jugando con los dedos inquieta y sin darme cuenta hasta estaba arruinando la manicura. Se paró, frente a mí y me tomo de los brazos.

- ¡Oe! ¿Qué te pasa? --sacudiéndome un poco para que reaccionara--

La miré a los ojos y se me aguaron, no sabía cómo decirle lo que sentía, no sabía si iba a ser capaz de casarme con Federico, dejar todo tirado y salir corriendo de ahí.

- Cata, vamos respira conmigo

Cerré los ojos, siguiendo sus palabras, hasta que al fin me pude calmar un poco. Ella me dio un fuerte abrazo y yo descargué mi mentón sobre su hombro. Me empezó a llevar por la habitación como cuando ensayamos para el baile de grados del colegio y me sacó una risa.

- ¿Te acuerdas?

- Claro que me acuerdo, esa fue la primera vez que sentí que no quería ir al baile con Felipe, sino con vos, pero no me atrevía a decirte

- Éramos muy niñas Cata, mejor que pasara después más grandecitas

- Sam --hice una pausa dejando de mover los pies-- no quiero que me pase lo mismo otra vez

- ¿Qué cosa? Pisar a Federico cuando hagan el primer baile delante de todos

- jajajaja no pendeja --le di una palmadita en el hombro-- equivocarme de persona, de no ser valiente y elegir a la que de verdad ha estado siempre ahí para mi

- Cata, eso lo dices porque estás nerviosa y...

No pude contenerme más, empecé a besarle el cuello, poco a poco su mejilla, nuestros ojos se encontraron cuando nuestros labios se susquinearon y no aguantamos más la tentación.

Ese beso fue lo más espectacular y delicioso que he sentido en mi vida, fue revitalizador y enérgico, sentía que salían chispas de nuestros cuerpos. Las manos iban de acá para allá, tocando todo lo que había reprimido por años. La tenía acorralada contra una mesa, montándola de las caderas, abriéndole las piernas y metiéndome en su escote.

- Cata, Cata, espera para, para que se te va a dañar el peinado

- No me importa

Me levantó del mentón y me sonrió mirándome a los ojos.

- Espera un momento, no podemos...

- Si podemos, todavía podemos, todavía no soy la señora de nadie

- Cata, usted sabe que no solo la quiero, la amo con todo mi corazón y con ese amor que le tengo le puedo decir que no funcionaría --bajo la mirada apenada-- ya lo intentamos una vez y sabemos que somos mejores como amigas que como pareja

- Pero si, como amantes --le dije decidida--

Ella levantó la ceja, se mordió un labio con picardía y se acercó a besarme con ternura.

- Cata, son los nervios, te están jugando una mala pasada

- No Sam, de verdad, no puedo seguir disimulando lo que siento, no me puedo engañar a mí misma y hacerle esto a Federico

- Parce, usted ama a ese hombre, demasiado y van a tener un matrimonio hermoso y una vida con una hermosa y gran familia, tal como te los has soñado, esas son cosas que yo nunca te podría dar --bajando la mirada-- y lo sabemos

- ¡Maldita sea! ¿Por qué elegí a la persona más centrada en el mundo como mejor amiga?

Nos dimos un gran abrazo y nos quedamos así por unos minutos, al fin llegaba un poco de cordura y calma. Hasta que ella se empezó a reír disimuladamente.

- ¿Qué?

- Nada jajajaja

- ¿Qué pendeja?

- Que en cierta parte tienes razón, pero solo en una muy pequeña

- ¿Cuál?

- Nunca tuve a alguien como vos en mi cama y eso si lo extraño

- Samantha maldita sea. De cuerda nada, malparida, estás peor de loca que yo y se suponía que me estabas ayudando a relajarme, no a ponerme peor

- Tranquila, que yo sé cómo se te pasa

Se bajó de la mesa, se hizo de rodillas y me empezó a subir el vestido metiéndose por debajo, besando mi muslo como si estuviera acomodando la liga, pero su mano iba un poco más allá, rozando mi sexo.

- Amantes, si podemos ser y nadie tiene porque saberlo

- Ay Sam --tomé aire resoplando un poco por la excitación--

Soltó uno de los ligueros, para poder correr mi ropa interior a un lado, besando mis muslos, mi pelvis, soltando el aire caliente en mi sexo, mirándome a los ojos.

- Prométeme, que vas a estar ahí cuando te necesite

Asintió con la cabeza, cerró los ojos y su lengua se abrió paso entre mis labios, dando paso a mis fluidos represados. Me levantó la pierna en una silla que estaba cerca y se deleitó pasando de un agujero a otro, comiéndome a chupetazos el coño y penetrándome con su lengua puntiaguda el trasero. Me regaló una última mirada, una bastante conocida para mí. Metió su pulgar en mi sexo, el índice en mi trasero y se empeñó en darle pequeños y delicados toques con la punta de su lengua a mi clítoris.

- Sammmmm ohh Sammmm

En medio de tremendo orgasmo, la puerta se abrió un poco y alcancé a ver por el espejo la cara de mi cuñada.

- Este --carraspeé, tratando de llamar su atención- Sam, ¿pudiste colocar bien el ligero?

Samantha estaba muerta de risa, pero sin salir debajo de la falda contesto lo más sería que pudo.

- Si, si ya casi, levanta más la pierna que no alcanzo

La muy HP se volvió a pegar de mi sexo y me tocó disimular como pude para no hacer ninguna cara.

- Cata, ya llegó Fede ¿vienes? --dijo Ximena--

- Si si, claro, dame unos minutos

Mi cuñada obviamente no es ninguna estúpida, se le notaba en la cara que sabía perfectamente lo que estaba pasando.

- Fresca, yo me encargo de que nadie entre

Me sonrió mirándome al espejo y cerró la cara con una risita de picardía. Traté de empujar a Samantha para que se quitara, pero con su pericia oral y los movimientos de su lengua terminé agarrándome de su cabeza hasta que me hizo venir una vez más.

- ¡Sam, hijueputa! Ximena nos vio

- Nah, no pudo haber visto nada, debajo de toda esa tela imposible

- Boba no es, seguro se lo sospecha ¿y si le cuenta a Fede?

Se levantó, me dio un delicioso beso con el sabor de mis fluidos. Me acomodó la ropa, me retocaba el cabello y el labial.

- Yo me encargo de ella. Usted mamacita se encarga de tener la mejor ceremonia del mundo y casarse con el hombre de sus sueños, ¿listo?

- No sé qué haría sin ti

- Pues masturbarte, que más

- ¡Idiota! --le di una palmada amistosa en el hombro--

---

Mi papá me llevaba a través de la alfombra, ayudando a sostenerme por los nervios. La marcha nupcial y las trompetas toparon el poco control que me quedaba y al ver a Federico tan guapo en su traje se me salían las lágrimas de alegría. Sam, tenía razón, era el hombre de mis sueños.

Llegamos cerca del atrio y ellos intercambiaron unas palabras, yo estaba tan nerviosa que ni siquiera sé lo que se dijeron, seguro algo de "me cuida la niña" típicas palabras de mi papá.

Fede me miraba sonriendo a los ojos y cuando me levanté el velo, veo detrás de él como Ximena le hace una seña disimulada Samantha para que se limpie la boca. Sam, trata de hacerlo disimuladamente y al no ver nada en sus dedos se sonroja y se ríe. La muy idiota cayó redondita en su trampa y le acaba de confirmar que ahí debajo no estaba acomodando ningún liguero.

Mi cara de terror, fue total, me puse pálida y Fede me tomo de las manos mirándome bastante preocupado de que no me fuera a desmayar. Me colocó una mano en la cintura.

- ¿Estás bien?

Respiré un poco, le confirmé con la cabeza y sonreí. Me ofreció su brazo para que lo tomara de gancho para caminar hacia el altar y los pies ni se me movían. Ya me imaginaba a su hermana acercándose al oído a contarle todo y el escándalo.

Ximena se sonreía con Sam y se lanzaban miradas sugestivas, me miró de regreso e hizo una seña de guardar silencio para que no preocupara.

Fede pensaba que no era capaz de caminar bien por el vestido, lo levantó un poco de atrás, me dio la mano como apoyo y al fin llegamos hasta el altar para empezar la ceremonia.

Las miradas de ese par de mujeres durante todo el tiempo me tenían nerviosa, pero me daba un poco de tranquilidad que Sam se encargara de mantenerla distraída. El padre habló un montón, a mí solo me pitaban los oídos y no pude escuchar nada, únicamente sonreía y confirmaba cada vez que Fede me miraba con esos ojos amorosos.

Sam trajo el anillo para que Fede me lo colocara y luego Ximena me entrego el suyo para colocárselo a su hermano.

- Yo los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia --dijo el cura--

No se imaginan la emoción y descanso que sentí con ese beso, en medio de los aplausos y la alegría de los invitados. Es algo que no voy a poder describir jamás.

Las personas se acercaron para darnos la buena nueva, los abrazos, el camino a la salida y la lluvia de pétalos, fotos y demás cosas que son parte del protocolo. Me preocupé al ver a Ximena acercarse a hablarle a su hermano al oído, se me podía notar en la cara, ella se rio, le dio un beso en la mejilla y luego se me colgó a mí del cuello con ambos brazos, me apretó con fuerza y disimuladamente se me acercó al oído con vos baja.

- ¿De verdad lo amas?

- Muchísimo

- Entonces no te tienes que preocupar por mí, ahora eres mi hermana y voy a guardar tu secreto. Te quiero mucho y les deseo lo mejor en su matrimonio.

- Nosotras no...

Me separó y miró a los ojos, era obvio que lo sabía, era mejor no tentar al destino y volver a negárselo.

- ¡Lo mejor! --levantando sus cejas--

Me pude calmar un poco y hasta sonreír para las fotos. Nos montamos al carro y luego a la recepción. Compartimos con ambas familias y amigos. Hicimos el tan aclamado primer baile de los novios, y no, no lo pise. Horas más tarde nos alocamos un poco más con el licor y bueno digamos que de eso de princesa impoluta y educada no quedó mucho.

Aunque inicialmente Samantha y Ximena estaban en mesas separadas, después del brindis se la pasaron casi toda la noche juntas. Hablaban y reían como si fueran amigas de toda la vida, les confieso, que me dieron un poco de celos. Sam que aguanta bebiendo lo que no se ha dicho tenía a Ximena bastante mareada y de un momento para otro desaparecieron.

Cansados, pero con los ánimos intactos. Fede me llevó a pasar la noche a un hotel lujoso antes de salir de viaje. Fue muy erótico la forma en que los dos nos quitamos la ropa, eso sí toda esa fina y cara lencería no iba a ir a ningún lado, me encantaba lo sexy que me hacía ver.

Me hizo el amor tierna y delicadamente como a una princesa de cristal, él sabe que me gusta sentirme amada mientras lo hacemos. Pero también sabe que luego del primero me gustan las emociones fuertes. Eso definitivamente es uno de los motivos por lo que le di el sí, es una ventaja que con la misma persona puedas hacer el amor con ternura, pero también tener sexo puerco y cochino.

Lo miré con ojos de diabla, me encargué de darle una buena mamada y dejarlo medio loco. Me quité el sostén y jugué con su miembro entre mis senos. Recordé ese momento antes de la ceremonia con Sam, como me metía los dedos y el culito me empezó a palpitar.

Me di la vuelta, camine hacia una silla que estaba en una de las ventanas, me hice de rodillas y apoyé mi cuerpo sobre el cristal, sin importar que alguien me viera, respirando agitadamente, empañando el vidrio. Me pasé las manos hacia atrás, me separé las nalgas y le mostré como mi trasero palpitaba de emoción.

- Ay Cata, que necia, después te quejas porque te duele

- Hoy no --volteé por encima del hombro y sonreí--

Fede camino, se hizo de rodillas y me chupo el trasero, no tan rico como lo hace Sam, pero lo suficiente bien para que me dieran ganas de que me lo metiera. Cerraba los ojos, recordaba a Sam y me imaginaba tenerla a ella con su experta lengua en mi clítoris y Fede detrás.

- Métemelo, métemelo Fede, culéame bien rico, culéame porfa

Ay dios, lo tenía durísimo y más grande de lo normal. Dolía, pero se sentía delicioso, nunca en la vida había aguantado tanto tiempo por detrás. Me agarraba de las caderas y resonaba su cuerpo chocando contra el mío.

- Aghhh me encanta que me comas como a una zorra

- Mi zorra --se rio colocando su anillo al lado del mío--

Me cogió de los brazos y me los juntó detrás de la espalda y volteé a mirarlo levantando una ceja y curvando mi boca, ya sabía que me iba a desbaratar. Le dio vueltas a mi cabello con su otra mano, me levantó para darme un beso y luego me empujo de nuevo contra la ventana.

- Ay Fede, ayyyyy sii amor, que rico

Me lo metía tan duro que inconscientemente enderecé las piernas para tratar de que no me lo metiera hasta el fondo. Quedé con el torso, la cara y los senos estripados contra el vidrio. La silla rechinaba como si se fuera a desbaratar.

Mi sexo empezó a rozar tímidamente contra un cojín que había en la silla y ahí estaba de nuevo esa idea de tenerlos a ambos. Imaginaba a Sam atendiendo mi clítoris como solo ella lo sabe hacer y empecé a temblar.

- ¡Fedeeeee Fedeeeeeee aaaaaaahhhhhhhhhh!

Mi trasero se dilataba al límite mientras recibía su semen caliente y abundante dentro de mí, mientras que yo cerraba los ojos e imaginaba como Sam recibía mi orgasmo y luego sacaba el miembro de mi esposo y le daba unas cuantas chupadas para terminarlo de escurrir.

Me llevó cargada a la cama, nos besamos hasta caer dormidos o bueno, al menos él caía profundo. Habíamos bebido demasiado, todo me daba vueltas, miraba ese cojín en el sillón todo mojado con mi orgasmo y no se me borraban de la cabeza esas imágenes con mis dos amores, nunca se me había ocurrido hasta ese momento juntarlos y ni siquiera me disgustaba las partes en que los imaginaba juntos.

Al fin no pude más y el cansancio hizo que cerrara los ojos y cayera dormida.

---

Al otro día, casi al medio día despertamos, nos bañamos juntos y obviamente lo volvimos a hacer. Después de almorzar nos fuimos para la casa a recoger las cosas para el viaje.

Mientras Fede subía las cosas en el carro y yo empacaba las últimas cosas en la maleta de mano, me entra una videollamada al Whatsapp en la casa de Samantha. Estaba sentada al borde de la cama, desnuda, tapándose el torso con una sábana y una sonrisa de diabla increíble. Levanta su teléfono por encima del hombro y se ve una mujer dormida de espaldas.

Se levantó muerta de risa y se metió al baño hablando en voz baja.

- Te dije que yo me hacía cargo 😁😅

- ¿Ximena?

- Espera

Salió del baño, le levantó la sabana mostrándome las nalgas y un sexy tattoo con las palabras "Bite Me!". Corrió del nuevo al baño, saboreándose los labios como si se estuviera comiendo un postre delicioso.

- jajjajaja obviamente le hiciste caso

- Como no, esas nalgas están 🤤

- ¿En serio te la comiste?

- Digamos que... nos comimos 😜 ¿Qué tal te fue con Fede?

- Super, pasamos una noche espectacular, pero no se...

- No me digas que se quedó dormido de la borrachera y no te hizo nada

- No al contrario, me pegó una desbaratada que me duele todo el cuerpo

- jjajajaj que rico ¿y entonces?

- No sé, no pude dejar de pensar en vos y se me ocurrió que... no sé... tal vez algún día

- Usshh Cata, ese matrimonio te afecto la cabeza jajajaja

- Si, yo sí creo, seguro son cosas de borrachera, no sé

- Vos sabes que yo ya me inclino más para el otro equipo, tampoco sé si sea capaz, luego hablamos de eso, no sé... tal vez algún día probamos, pero no te prometo nada

- jajajaj está bien mi princesa ¿y a ti como te fue?

- Brutal ¿vos sabías que Ximena es lesbi?

- Ni siquiera me lo sospechaba

- Pues mi vida, tu cuñada tiene una maestría en dedología y lenguología jajajaja

- jajajajaja ¿en serio?

- Seeeee, es una maldita delicia, no veo la hora que se despierte para repetir. Es más, con ella sí que aceptaría de una que hiciéramos un...

- No pues como, te enloqueciste

- ¿Por qué no? Si ella es buena guardando secretos

- Verdad, ¿qué te dijo de eso?

- Fresca que me prometió no contar nada, me dijo que ella entiende que las mujeres a veces tienen ciertas necesidades

- Ahí fue cuando se desaparecieron de la fiesta, ¿cierto?

- Prácticamente me lo pidió de frente, ¿no?

- jjajajaja sí. Ay Sam, estás loca. Te amo con todo mi corazón, gracias por ser mi amiga... y mi amante. Apenas regrese te busco para mostrarte las fotos del viaje

- Claro que sí... y para que nos pongamos al día 😈 ¡Yo también te amo con todo mi corazón! 😘

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Me fui de luna de piel, sin poder alejar ese pensamiento de tenerlos a los dos juntos, me acosaba en todo momento y lugar.

En Francia contratamos una guía turística y wow "Vive La France". Nos llevó a mi lugar y obviamente a la torre Eiffel, y más tarde a un bar que no aparece en las guías de turismo.

Me habría gustado que nuestro primer trio hubiera sido con Samantha, pero cuando las cosas pasan, no hay como detenerlas. Ni se bien como terminamos con ella en la habitación, pero esa... es otra historia.

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