El Investigador Cap. 06

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Nuevos acontecimientos generan nuevas decisiones.
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Parte 6 de la serie de 10 partes

Actualizado 06/08/2023
Creado 12/27/2016
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Nuevos acontecimientos generan nuevas decisiones.

*****

Antes de iniciar este nuevo capítulo de un nuevo género en el que estoy incursionando para ustedes, quiero comentarles que me llama mucho la atención que nuestros lectores de habla hispana, sean tan reticentes en expresar lo que piensan de las historias que se escriben aquí. No ocurre así con los lectores de habla inglesa, quienes entregan permanentemente sus impresiones de agrado o no, participando en chats de lectores en que cambian impresiones. En cambio en los chats en español, (debiera decir castellano), se encuentran participaciones que tienen ¡varios años! de antigüedad.

No es raro que no exista competencia de historia para escritores hispanos, ya que probablemente LITEROTICA, si llegara a intentarlo, a sus jueces les crecería barba esperando que alguien diera su voto de preferencia.

Mientras tanto, si les gusta esta historia, no olviden votar, así sabré que puedo seguir escribiendo para ustedes.

Saludos.

******

1

Ese viernes Vicky, cuando Chase la dejó a la entrada de la NASA, se dirigió a su oficina, saludando en los pasillos a otros colegas que la miraban con caras que trataban de reflejar simpatía, sin conseguirlo. Cuando finalmente entró a su oficina, se dio cuenta que se sentía totalmente sola. Al parecer, la voz ya se había corrido entre sus colegas de los pormenores del asesinato y de las razones que había detrás. Eso la dejaba en un mal pie. Aunque ella no quisiera admitirlo, sentía la duda de la gente que la rodeaba. Decidió que tendría que hablar con el director al respecto. La situación, a medida de que pasaba el tiempo y no se lograba atrapar a los hechores del crimen, se iría tornando cada vez más densa para ella. Lo estaba notando en las caras de sus compañeros.

Por otra parte, sentía cierta lejanía con Chase. Si bien cuando habían almorzado juntos, tuvo oportunidad de explicarle en más detalle su trabajo, sintió que eso sólo sirvió para alejarlo aún más. Ella, al aceptar la invitación, tenía la esperanza de que esa ocasión permitiera un mayor acercamiento con él, conversar de cosas más personales, y conocerlo mejor. Pero se daba cuenta que su trabajo investigativo del crimen, le impedía mostrarse distinto con ella. ¡Mierda, todo se estaba complicando! Y lo peor, es que se sentía tremendamente atraída hacia él. Y no era para menos. Lo que había ocurrido esa noche, no había sido un simple polvo, como los que ella acostumbraba a echarse con las eventuales parejas que lograba cuando salía de "caza" con sus amigas, como acostumbraban a catalogar a esas salidas nocturnas que semanalmente tenían las tres.

Sentía que ese encuentro con Chase, había significado algo más, al menos para ella, algo que no podía definir aún. Era cierto que no debía engañarse. Esa noche había culeado con él como una coneja. Lo había sentido físicamente como hacía mucho tiempo no sentía a un hombre. Pero no eran sus atributos físicos lo que lo atraían, que eran notables, a tal punto que la primera vez que había logrado el orgasmo, había llegado a perder los sentidos por unos segundos.

No, no era eso solamente, sino que había sido esa actitud tan íntima de entrega que había mostrado con ella, haciéndola sentir tan cómoda con todo lo que habían experimentaron esa noche, como si siempre la hubiera conocido. Fue rudo, pero al mismo tiempo, actuó con tanta ternura cuando tuvieron sexo, que tenía que conceder que él realmente le había hecho el amor, y de una forma que no había experimentado antes, no al menos con esa intensidad. Cada vez que ella había acabado, y él no lo había logrado aún, y se estremecía en el centro de su orgasmo, incrementado por el hecho de que él continuaba penetrándola sin detenerse hasta lograrlo a su vez, y al hacerlo en lugar de echarse a un lado al acabar, la había tomado entre sus brazos y la había apretado contra él. Y eso, la había marcado. Nunca se había sentido acogida de esa manera cuando había hecho el amor antes, como si no fuera lo que era él realmente, un desconocido hasta esa noche.

Ahora al pensarlo, se daba cuenta por qué sentía esa cercanía hacia él, como si lo conociera de siempre. Y porqué la tenía así, confundida en cuanto a sus sentimientos, haciendo que todo su ser clamara por tenerlo cerca nuevamente.

Y era por todo eso, que se sentía enrabiada cuando la había drogado y simplemente había desaparecido. Pero, lo peor, ¡haberlo visto con esa hermosa morena conversando animadamente al día siguiente, como si ella, la Karen que había tenido en sus brazos, no hubiera existido nunca! Se sentía como si hubiera sido engañada también. ¡Todo el encanto de la noche anterior, se había ido por el desagüe cuando lo vio en el restaurant!

Por esa razón, cuando entró a su oficina y lo había visto allí, sintió que sus piernas habían flaqueado. Por segundos se había pasado toda clase de películas. ¡Había regresado por ella! ¡Y se sentía como una adolescente en su segunda cita! Y aunque hubiera acumulado un odio descomunal, como para abofetearlo y patearle las bolas, como se decía que haría al verlo, toda esa resolución había quedado atrás cuando él le sonrió, con esa cara, mezcla de niño bueno y niño malo, ese rostro que tuvo pegada al suyo, que la mimó, la acarició y la poseyó con delicadeza y violencia a la vez, que la había dejado finalmente sin aliento. En esos breves segundos, quiso sólo abrazarse a él y borrar de una plumada todos esos argumentos que habían dado vueltas por su cabeza y sólo disfrutar que él estaba allí para ella.

Vicky y Sandra escuchaban atentamente a su amiga Karen, cuando comenzó a relatarles parte de esas impresiones que había tenido esa mañana, cuando había llegado a trabajar. Estaba con ellas ahora, porque esa tarde había decidido que tenía que verlas. Necesitaba desahogarse y la amistad que tenía con ellas, se lo permitía. Cuando les mandó un mensaje por whatsapp para proponerles que se juntaran en el restaurant al que había ido con Chase, le contestaron que sí, de inmediato; les habían confirmado la hora y aquí estaban sentadas escuchando su relato.

"Ese día, les juro, debí haberme quedado en casa acostada y arropada hasta la cabeza. Imagínense, que lo primero que me ocurrió esa mañana, fue ser impactada por el director de la NASA, diciéndome que la persona con quien trabajaba había sido asesinada".

"¿Qué horror, pero por qué?" Exclamó Vicky, mientras Sandra se tapaba la boca para ahogar un grito y abría desmesuradamente los ojos.

"Al parecer el tipo estaba vendiendo el proyecto, probablemente a un país extranjero. Le encontraron dineros ocultos en cuentas en el exterior. Pero, déjenme continuar. ¿Y después, a que no adivinan con quién me encontré esperando en mi oficina?"

Las dos amigas se miraron y después miraron a Karen, dubitativas, sin imaginarse lo que venía, y resignadas, movieron la cabeza en un gesto negativo.

"¡Al maldito!"

"¡¡NOOO!!" Exclamaron casi a coro sus amigas.

"Sí. Allí estaba y cuando entré se puso de pie y sonriendo como si no hubiera hecho nada, trató de besarme en la mejilla. En ese momento lo único que quería, era abofetearlo, borrarle esa sonrisa de su cara, darle un puntapié en las bolas, zamarrearlo. ¡Uff. Arrancarle los ojos!"

"Por supuesto que no hiciste nada de eso" Dijo Sandra, mirándola con ojos inquisitivos.

"No, lo quedé mirando con cara de estúpida, sin atinar a nada, ni siquiera a decirle algo. Aparte de preguntarle tontamente qué hacía allí. Sólo le miraba a los ojos, y ni siquiera traté de leer algo en ellos."

En ese momento, los ojos de Karen parecieron perder el contacto visual con las caras de sus amigas. Parecía estar en una especie de trance cuando les dijo. "En ese momento quería abrazarlo, sentir sus brazos alrededor mío. Sentir el calor de su cuerpo"

Luego, como recuperándose les dijo. "Ustedes saben el físico que tiene. Pero, no es eso lo que me llamó la atención después cuando estuvimos en mi departamento. Era su rostro de niño bueno y al mismo tiempo una cara endiablada de querer hacerte de todo. ¡Definitivamente, ese tipo me tiene agarrada del clítoris!" Terminó diciendo, con cara compungida.

Sus amigas se echaron a reír, ante esa expresión de Karen.

Ella prosiguió. "El tipo trabaja en la Agencia Nacional de Seguridad. Y está investigando el asesinato y me explicó que tuvo que drogarme para sacar un molde de mi dedo y hacer unas pruebas para descartar que yo no estaba metida en el robo del proyecto".

"O sea... Ahora te lo puedes tirar tranquila, supongo" Dijo Vicky, sonriendo lo mismo que Sandra cuando escuchó eso.

"Vamos, no seas tan básica. Chase, (ese es su nombre), me insinuó que yo podría estar en peligro..."

Las tres amigas, hicieron una pausa en el relato, para tomar sus tragos.

*******

2

Karen y sus amigas, ocupaban una mesa que daba a la bahía, el mismo lugar al que Chase había invitado a Karen, el día anterior. Ella había decidido elegir ese lugar. Eso le permitiría recordar con más claridad su presencia cuando estuviera con sus amigas. El lugar estaba relativamente lleno. Al lado de ellas, había dos parejas y una mujer joven, sola.

Karen, Vicky y Sandra, estaban instaladas muy despreocupadas y habían ido levantando el tono de voz, entusiasmada por todo el relato, como si estuvieran solas y pudieran hacerlo sin restricción. Sin embargo, lo que ninguna se había percatado era que la mujer sola que estaba sentada a unos pasos de la mesa que ellas ocupaban, aparentando tomar su aperitivo, no perdía palabra de lo que ellas decían, especialmente de Karen. En un momento, sacó su celular y digitó algo en él y lo dejó al lado, para dar un nuevo sorbo a su trago. Las muchachas siguieron conversando y la mujer, cada vez que Karen hablaba, tomaba notas en su celular. Cuando se dio cuenta de que tenía todo lo que necesitaba, pidió la cuenta y se retiró del lugar, sin despertar la atención del trio, que continuó con su animada conversación.

La mujer se dirigió al estacionamiento, entró en su vehículo, se sentó y sacando su celular hizo una llamada.

"¿Qué pasa Jenny?" Contesto la voz cuando se conectó con ella.

"Freman, tenemos un problema. Necesito que nos juntemos de inmediato"

"¿Qué ocurre, estoy en el centro con Roy, quedamos de reunirnos con Chong duy?"

"Creo que deberían postergar ese encuentro" Dijo ella.

"Pero, tu sabes lo difícil que es citarse con este vietnamita."

"Lo sé, pero inventa algo. Dile a que tienes que esperar cierta información. Creo que tenemos que reevaluar los riesgos".

"Está bien. Te llamo para indicarte donde nos encontramos" Dijo, cortando la llamada.

Se quedó pensativa en el asiento mientras guardaba el celular en su cartera. Una excitación había recorrido su cuerpo al escuchar la voz de Freman. Es que aún podía sentir sus manos recorriendo sus pechos, sus caderas, su culo, cuando la mañana del día anterior, había ocurrido lo inevitable.

Ella había conocido a Freman al igual que a Roy, en la universidad hacía ya siete años, cuando le tocó asistir al mismo ramo de matemáticas avanzadas que ellos. A partir de ese momento, los tres se habían hecho muy amigos. Comenzaron a salir juntos después que terminaban las clases, haciendo planes para el futuro cuando terminaran sus carreras. En una de esas salidas, ella también conoció a Walter Brin que era amigo de Freman y Roy, quienes se lo presentaron como el 'cerebrito', ya que acababa de enviar sus antecedentes al MIT, unos de los institutos más reconocidos del país, para continuar sus estudios de comunicación y había sido aceptado.

Al año en que terminaron sus estudios, Roy y ella se casaron. Freman no tenía familia y los siguió visitando regularmente. Sin embargo, nunca entre ella y él se generó un acercamiento entre ellos distintos de la amistad. Ella lo siguió considerando su amigo y nunca se fijó en él de otra manera.

Sin embargo, algo comenzó a cambiar entre ellos aquella vez en que Freman volvió con su marido de una despedida de soltero, tarde en la noche, ambos totalmente ebrios, y tuvo que ayudarlo para que se acostara en la habitación de huéspedes, que tantas veces había ocupado, y él con su voz pastosa le había dicho:

"Sabes Jenny, tu erress lo máximooo. Te amo. ¿Por qué tu sabeesss que te amoo, verdad?"

"Si, pero ahora acuéstate, y colócate de lado, estás demasiado ebrio." Le había dicho arropándolo.

Aunque ella no lo hubiera reconocido de inmediato, esas palabras habían calado hondo en ella. Ahora entendía muchas de las actitudes afectuosas que siempre le había mostrado, especialmente cuando en muchas ocasiones, lo había sorprendido mirándola furtivamente.

Pero, lo que gatilló aún más ese relación entre ellos, fueron ciertos hechos que ocurrieron después de aquella noche. Una tarde vio que Roy se había encerrado con Freman en la sala que tenía como sala de estudio, durante largas horas y sólo salieron para comer sin decir palabra. Esa noche al despedirse de Freman, lo notó un tanto nervioso y algo la recorrió cuando él, en lugar de no sólo besar su mejilla, la tomó de las manos las retuvo así varios segundos.

Cuando Freman se fue, Roy le dijo que tenía que conversar con ella. Y Allí tuvo la sensación que sus vidas, ya nunca serían las mismas. Se sentaron en el living y Roy le hizo un largo relato de lo que estaba planificando con Freman. Le contó que se habían reencontrado con su antiguo compañero de universidad, Walter Brin, quien ahora trabajaba para la NASA, y que les había preguntado si quería participar en un proyecto que los haría millonarios.

"¿Y de qué se trata el proyecto?" Preguntó ella.

"Walter está vendiendo una parte de un proyecto en el que está trabajando, a unos coreanos y nos pidió que nosotros hagamos todo el trabajo de contacto, ya que él podría ser descubierto."

"¡Pero, eso me suena a espionaje con ribetes políticos y si los descubren podrían ir a la cárcel!" Había dicho ella, alarmada.

"Mira, en esta época de economía global, esto ya no es tema, tienes que llamarlo simplemente 'espionaje industrial' y se paga muy bien. Cuando las oportunidades se presentan, simplemente hay que tomarlas." Le dijo duramente, dando por terminado la conversación.

A partir de esa noche, poco a poco las salidas de su marido con Freman, habían sido cada vez más frecuentes por las noches, lo mismo que las reuniones en su propia casa. Por esa razón también, era cada vez más frecuente que Freman se quedara a dormir en su casa.

Fue en una de esas noches, en que ella se había despertado agitada y con sed, se había levantado, vestida sólo con su corta camisa de dormir, sin calzones, como siempre lo había hecho desde que estaba casada con Roy, se había dirigido a la cocina. Sin encender la luz de la cocina, abrió el refrigerador para buscar leche. La luz iluminó su cuerpo cuando lo hizo, haciendo que la leve vestimenta se transparentara totalmente, como si estuviera desnuda. En ese instante se sobresaltó al escucho la voz de Freman entre las sombras:

"¿Tampoco podías dormir?"

Se giró, con la caja de leche en la mano, manteniendo la posición, mientras veía la silueta de él en la penumbra sentado al lado del mesón de la cocina en donde ellos solían tomar desayuno. Por unos segundos, Jenny no se percató que le estaba entregando a Freman todo un espectáculo de su cuerpo desnudo.

"Sí." Dijo mientras cerraba la puerta. AL hacerlo, recién se dio cuenta de cómo estaba vestida y se estremeció ante la idea de que él, prácticamente la había visto desnuda. No obstante, se sentó frente a él.

"¿Te preocupa todo lo que está pasando?" Le dijo él, mientras bebía un vaso de agua mineral.

"Sí. Siento que nuestras vidas ya no son lo mismo. Estoy preocupada, Freman" Dijo ella.

"¿Qué es lo que te preocupa" Preguntó Freman alargando su mano y colocándola sobre la de ella.

Ella dejó la caja de leche sobre la mesa y contestó "Esta negociación de Roy, tiene el carácter de delito federal."

"Sí. Lo sé. Pero no te preocupes. Veré que eso se mantenga bajo control"

"¿Es que tú también piensas que algo puede pasar?" Le dijo ella, sin retirar su mano.

"Este tema, tiene muchas aristas. Vete a dormir ahora, conversaré con Roy" Dijo sin agregar más detalles, mientras se levantaba.

Ella en ese momento lo miró y se dio cuenta de que estaba vestido sólo con un bóxer, y que mostraba un impresionante bulto en su entrepierna. Lo quedó mirando mientras se alejaba de la cocina.

Lo que ella desconocía en toda esta negociación era, de qué manera se había generado este aparente acuerdo de negocios con Walter Brin. En una de las salidas que Roy y Freman acostumbraban a compartir, se encontraron con Walter en un bar. Como es de costumbre, cada uno habló de lo que habían hecho durante el último tiempo. Bebieron toda la noche y Walter, en medio de su borrachera, les contó que trabajaba para la NASA en un proyecto muy secreto de comunicación satelital. También les confidenció que unos tipos orientales le estaban ofreciendo comprarle una parte del proyecto. Roy le instó a que les contara algo más, y cuando lo fueron a dejar al departamento, ambos amigos se quedaron conversando en el automóvil y fue cuando Roy ideó el plan.

La idea fue muy simple: Roy llamó a Walter al día siguiente y lo invitó a conversar junto a Freman. Allí Roy le dijo que ellos querían participar en su proyecto. A Walter no le quedó alternativa y por otro lado, le pareció conveniente, ya que ellos, al trabajar fuera de la NASA, le servirían de nexo con los vietnamitas que le habían contactado, evitando cualquier sospecha en su institución, hasta el momento en que se cerrara la negociación.

Las cosas siguieron una ruta normal, si se puede decir, en este tipo de negociaciones. Freman que tenía algún conocimiento más avanzado en telecomunicaciones, fue al que Walter Brin le explicó la parte del proyecto que se vendería a los vietnamitas, por lo que se convirtió en el contacto natural con ellos.

Roy, al contrario de Freman quien estuvo de acuerdo con llevarse el 25% de lo que pagarían los vietnamitas, tenía otros apetitos. Siempre tuvo la idea de que todo el mundo le debía algo, por cuya razón, era muy agresivo en todo lo que emprendía y trataba de sacar ventaja de todo aquel con quien se relacionaba. Y esta ocasión, no era distinta para él. Especialmente al ver la danza de millones de dólares que se abrían ante sus ojos.

Sin saber todos esos detalles, Jenny presentía que los tres estaban en una situación muy delicada. Era por ello que las palabras de confianza que le había transmitido Freman esa noche, la habían tranquilizado, pero al mismo tiempo había abierto más profunda la brecha con Roy y más cercana el acercamiento emocional con Freman.

A partir de aquella noche en que se había mostrado a él, casi desnuda, tanto Jenny como Freman comenzaron a mostrar una actitud distinta entre ellos. El roce ocasional era frecuente; en ocasiones eran sus manos. En otras ocasiones, fueron sus cuerpos lo que se encontraban como dos planetas que gravitaran juntos. Eran ocasiones en que Y cuando ello ocurría, se apartaban rápidamente, temiendo ser descubiertos por Roy.

Eran tantas esas ocasiones, que probablemente bajo otras circunstancias Roy se hubiera dado cuenta de inmediato que algo pasaba entre ellos. Pero él estaba preocupado en hacer su movida definitiva, por lo que nunca se percató lo que estaba pasando bajo sus narices.

Esa movida, cuyos detalles nunca se los comunicó a Freman, tuvo lugar el día en que Walter los llamó por celular invitándolos a su departamento para darles la gran noticia: la fase del proyecto que entregarían a los vietnamitas, estaba listo.

"Quiero que vengan a mi departamento para explicarles en más detalle" Le dijo a Freman.

Esa noche, se sentaron los tres en la mesa del comedor y Walter abrió su laptop, lo encendió e ingreso su clave de acceso, pero además, acercó su ojo a un dispositivo parecido a una cámara. Era un control de acceso por medio del iris. Les dio una explicación general de la tecnología de la fase que se entregaría a los vietnamitas. Después cerró la computadora y levantándose dijo:

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