El Investigador Cap. 08

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Parte 8 de la serie de 10 partes

Actualizado 06/08/2023
Creado 12/27/2016
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EL INVESTIGADOR CAP.8

Sábado de definiciones

*****

1, Sábado 7:30 AM:

Chong duy salió de la habitación, escoltado por dos de los agentes de inteligencia de Vietnam del Norte. Iba con la cabeza baja, apesadumbrado, no por haber perdido los diez millones de euros que había entregado al norteamericano, sino por no haber tomado los resguardos necesarios cuando recibió el notebook que contenía el programa de intercomunicación satelital, que representaba años de investigación de la NASA. Él se sentía un patriota y al no haber controlado que los analistas hubieran arruinado el acceso al programa de la computadora, sentía que había traicionado a su patria que le había encomendado una de las tareas más importante de su carrera militar. Sabía que debería pagar con su vida por ese error. Sólo le quedaba el consuelo que su familia estaría a salvo económicamente cuando él no estuviera; 10 millones de euros, habían sido depositados en cuentas en Suiza, a nombre de sus familiares, gracias a que a los americanos sólo les había dado la mitad de lo que su gobierno le había asignado para ese proyecto.

Siguió a los agentes, que lo llevaron hasta una van, donde un guardia lo hizo entrar en la zona trasera del vehículo, el que partió raudo hacia el aeropuerto internacional de Norfolk. Allí lo aguardaría un avión que haría escala en Tailandia y de allí llevado a Vietnam del Norte, en donde a Chong duy, lo esperaba un muy corto proceso judicial.

El anciano vietnamita, con sus manos apoyadas sobre la gran mesa, aguardaba el regreso de los agentes. En su rostro heriático, no se movía ningún músculo. Si alguien se hubiera atrevido a examinar su cara, habría podido ver sólo un pequeño brillo de satisfacción mientras examinaba la hermosa textura de la madera de teca con la que estaba construida la mesa. Era su mueble favorito, y le había costado una fortuna cuando la trajo de la India. Levantó la vista cuando vio entrar nuevamente a los dos agentes. A continuación se dirigió al grupo constituido de los cinco agentes de inteligencia.

"A partir de este momento, quiero que se centren en desarrollar un plan que nos permita recuperar el programa de intercomunicación satelital. El lunes en la tarde, nos reuniremos para discutir todos los elementos de ese plan que ustedes consideren vitales para lograr su éxito. Cuando hayamos resuelto eso, veremos cómo se recuperan los dineros entregados. Gracias."

Y sin agregar ninguna palabra más, dio por terminada la reunión.

Los cinco agentes salieron de la residencia del anciano vietnamita y se dirigieron a la van. Debían comenzar a trabajar a partir de ese mismo minuto, por lo que se dirigieron a su embajada.

Cuando llegaron, se instalaron en una sala especialmente acondicionada para ellos. Allí, uno de los agentes se instaló en una computadora, e hizo que se desplegara en una enorme pantalla de plasma, el estado de Virginia. Manipuló ciertas coordenadas en el programa visualizador de mapas, dejando en el centro sólo el edificio de la NASA, y la zona del barrio en que estaba el edificio en donde vivía la científico que había quedado cargo del proyecto.

Bu Phan, uno de los agentes que hacía de cabeza del grupo, explicó a los otros cuatro, los horarios en que realizaba su trabajo la científico llamada Karen Trump. Señaló a quiénes harían el trabajo de seguirla cuando saliera diariamente desde la NASA; determinar con quienes acostumbraba a juntarse, el tipo de relaciones que tenía con esas personas. Si la científico tenía familiares y donde residían. Dos de ellos, se mantendrían cerca de su departamento, a partir de esa misma tarde, para examinar sus rutinas de vida personal, incluyendo sus salidas nocturnas. Toda la información que se reuniera, la discutirían a partir de la mañana siguiente, en esta misma sala.

"Todo esto comienza en este instante en que son las 11 de la mañana" Terminó diciendo Bu Phan, quien se quedó para preparar el informe que llevaría al anciano jerarca al día siguiente, mientras los otros cuatro agentes se dirigían a ejecutar las tareas encomendadas a cada uno.

******

2, sábado 14 horas:

Chase y Catherine miraron a Carmen que había salido del closet y se había quedado parada desnuda frente a ellos. Durante los primeros segundos pareció mostrar la timidez de una niña impúber que se ve pillada en una situación comprometida. Pero pronto su rostro se iluminó, cuando vio que Catherine alargaba un brazo y la tomaba por la cintura y la atraía hacia ella, al borde de la cama en donde ella estaba arrodillada, mientras los dedos de su otra mano rodeaban aún, la verga de Chase. Carmen, se abrazó a ella y mirando por sobre el hombro de Catherine, sonrió a Chase y dirigió su vista hacia abajo para observar que su verga, seguía rígida en la mano de su prima.

Catherine besó a Carmen y la dejó subir a la cama. Vio como la muchacha reptaba sobre ella, moviendo sinuosamente su cuerpo adolescente, como una pequeña pantera y se acercaba a Chase. Esta vez fue Catherine, quién observó durante unos minutos las redondas caderas y su pequeña vulva que brillaba húmeda entre sus muslos entreabiertos cuando quedó arrodillada al lado de la cara de Chase. Sintió al mismo tiempo, cómo la verga se colocaba más rígida en su mano, al momento en que Chase comenzó a acariciar el trasero de la muchacha y la atraía hacia él.

Catherine bajó su vista y vio que nuevamente aparecía una pequeña gota transparente en la punta del glande esponjoso y que ella se apresuró a lamer con gusto. Por ahora, era todo lo que le importaba a ella, seguir haciendo lo que le encantaba: mamar la verga de Chase. Sin embargo, algo picó su curiosidad, retiró su boca del pico de Chase, sin antes darle una chapada que hundió sus mejillas y que hizo sonar sus labios cuando los retiró y se quedó mirando fijamente cómo reaccionaba ese enorme trozo de carne dura que sostenía entre sus manos, ahora que Chase sostenía con ambas manos las nalgas de Carmen y comenzaba a comerle la concha.

Levantó la vista y vio cómo la muchacha, apoyaba sus manos en el respaldo de la cama, y sus caderas se retorcían contra el rostro de Chase, mientras éste introducía su lengua entre los pequeños labios de la vagina de su Carmen. Miró nuevamente hacia abajo, y observó como la dura erección de Chase reaccionaba a todo lo que le estaba haciendo a Carmen. 'Interesante', dijo Catherine. 'Dejemos que mi prima goce con su lengua que yo gozaré con esto' y abriendo su boca, se apoderó nuevamente de la cabeza que succionó y lamió, girando su lengua por los bordes inflamados del pico de Chase una y otra vez, sintiendo que su propia vulva palpitaba de placer al hacerlo. Acarició excitada su concha, para después comenzar a bajar su boca hacia abajo, tratando de abarcar todo el largo grosor de Chase, hasta casi tocar su garganta con su glande. Lo mantuvo allí unos segundos, mientras trataba de mover su lengua para acariciar el tronco, pero fue inútil y retiró su boca, exhalando y tomando aire, dejando que un hilo de saliva y espuma quedara colgando sobre la cabeza inflamada del pico de Chase.

3, sábado 20 PM:

Esa noche Roy, Jenny y Freman, comían cada uno sumido en sus propios pensamientos.

Jenny y Freman, en lo que habían logrado comunicarse telefónicamente esa tarde; sobre su plan de huida del país, el que se ejecutaría el día lunes, exactamente a partir de las 15 horas, en que despegaba el avión que los llevaría a Malta.

Roy, en lo que había conversado con Chong duy, quién le había dicho claramente que esperaba resultados a un menor plazo que el que él se había impuesto para intentar secuestrar a la científico.

Durante la comida, Jenny y Freman, que no habían podido estar juntos por más de una semana, sólo se atrevieron a darse miradas furtivas. Ambos, con la cabeza gacha mientras comían, tenían la misma aprehensión: estaban seguros que todo lo que tenían planeado, se reflejaba en sus rostros y que en cualquier momento, Roy se tiraría al cuello de ambos para enrostrárselos.

De pronto escucharon decir a Roy: "Vamos, terminemos con esas caras de funeral" mientras dirigía su miradas a las caras serias de su mujer y de su mejor amigo.

"Es cierto que lo que me dijo el vietnamita, resulta preocupante; y es por ello que debemos conversar esta noche respecto de nuestro plan B" Agregó, dando un sorbo a su copa de vino.

"Tienes que agregar a eso, lo que escuché decir a la científico" Agregó Jenny.

Roy la escuchó y dirigiéndose a Freman le dijo: "¿Sabes lo que me dijo Jenny?"

"No. ¿Qué pasó en tu seguimiento?" Pregunto Freman, con su cara más inocente.

"Cuéntale, Jenny lo de los tipos de la NSA" Insistió Roy mirando a su mujer.

"Por lo que escuche decir a Karen, la científico, ella ha sido interrogada por la NSA, quién parece haber tomado este caso en sus manos, por lo que podría estar bajo vigilancia" Dijo Jenny, dirigiéndose a Freman tratando de hacerlo con toda la convicción, como si él ignorara esos hechos.

"Eso deja sin opción la idea de secuestrar a la científico, entonces" Dijo Freman, a Roy.

"Sí Tienes razón. No podemos tomar tantoriesgo" Contestó éste.

"¿Y cuál es el plan B, en el qué estás pensando, Roy?" Insistió Freman.

"Creo que debemos pensar en irnos del país." Dijo Roy, mirándolo fijamente.

Éste se sorprendió al escuchar esas palabras y miró a Jenny, "Creo que dadas las condiciones actuales, es lo más aconsejable" Concedió Freman, frunciendo la boca y levantando las cejas, reforzando sus palabras con ese gesto.

"Es por eso que te invité esta noche, para que planifiquemos nuestra salida. Creo que si lo hacemos juntos, podremos analizar mejor las opciones. ¿Te parece?" Dijo Roy, con una sonrisa.

"¿Te refieres a que elijamos un lugar para irnos los tres?" Preguntó con algún recelo, Freman.

"¡Por supuesto, amigo! ¿Quién más que tú nos podría acompañar? ¿No es cierto, cariño?" Dijo con una sonrisa, Roy.

Jenny se sintió sorprendida por esas palabras, por lo que casi tartamudeó cuando contestó "Por supuesto". Era la primera vez, desde hacía mucho tiempo, que Roy no la llamaba 'cariño'.

"¿Y a donde estás pensando que podrías viajar?" Preguntó más controlado, Freman.

"Podríamos. No sé... Estaba pensando en elegir algún país latinoamericano. ¿Se te ocurre alguno?" Dijo Roy.

"Sí. Estoy de acuerdo en elegir un país latinoamericano. Podría ser Ecuador, Perú o Chile" Dijo Freman.

"¿Qué dices, Jenny. Te parece alguno de ellos?" Dijo Roy, mirando a su mujer.

Titubeó unos segundos antes de responder: "¿Deberíamos tomar esa decisión esta noche, Roy?" Dijo ella.

Roy la miró pensando unos segundos también, antes de responder dirigiéndose a Freman. "¿Y tú qué piensas al respecto. Deberíamos decidirlo esta noche?"

"¿Qué te parece que investigue un poco el lunes; por ejemplo, analizar un poco la modalidad de ingreso que ofrecen cada uno de estos países y lo conversamos?"

Contestó Freman.

"Hum. Tienes razón. Tenemos algún tiempo para que conversemos los detalles. Ahora tomemos unos tragos para celebrar esta nueva perspectiva en nuestras vidas. ¡Vayan al living, mientras voy a buscar el whisky!" Dijo Roy, levantándose de la mesa y dirigiéndose al bar.

Jenny y Freman, aliviados, se miraron con toda la intensidad que esos breves minutos de intimidad se lo permitían, como transmitiéndose con sus ojos todo lo que no se podían decir en ese instante. Ambos estaban un tanto confundidos con todo lo que Roy había comentado esa noche. Lo estaban desde que Roy había invitado a Freman a quedarse a comer con ellos e incluso, le hubiera sugerido pasar la noche en el cuarto de invitados, cosa que no sucedía hacía meses.

En algún instante, a Jenny se le pasó la idea loca que Roy les estuviera testeando y leyendo los pensamientos a ambos, o que de alguna manera ellos le hubieran transmitido sus planes directamente a la mente de Roy, haciéndole que le hubiera nacido la misma idea de huida que ellos habían planificado y que estaban a punto de concretar al día siguiente. Sentimientos encontrados de infidelidad recorrían las mentes de ambos, cuando escucharon las palabras de Roy, en que invitaba a Freman para que huyeran juntos los tres. Nunca se esperaron escuchar eso. Y era precisamente esa perspectiva sugerida por Roy, los que los hacía sentirse aún peor.

"¿Qué pasa que no vienen?" Gritó desde el living Roy, haciéndose que ambos se sobresaltaran, como si lo que pensaban, hubiera sido captado de algún modo por Roy.

*****

4, sábado 23 horas:

Brice dirigió su mirada al reloj del auto. Pronto serían relevados de las largas cuatro horas que llevaban vigilando el departamento de la científico Karen Trump, que para la NSA constituía el segundo objetivo del grupo que había sido robado el notebook del ingeniero asesinado, para apoderarse del programa de comunicación inter satelital en el que trabajaba para la NASA.

Miró con el rabillo del ojo a Shelby, la agente que hacía un par de días atrás había logrado sacarle fotos a unos sospechosos que habían sido detectados durante estas vigilancias de rutina, los que ahora estaban siendo investigados por otro grupo del equipo de agentes.

Estaba inquieto. La cercanía de Shelby, agente afroamericana con la que estaba haciendo turno de vigilancia hacía una semana, lo tenía sobre ascuas. Había sido una semana de verdadero infierno. Se sentía tremendamente atraído por esta joven, especialmente al darse cuenta que no le era indiferente. Cuando nadie estaba presente en la zona común en el área de cubículos en los cuarteles de la NSA en donde trabajaban ambos, ella le coqueteaba abiertamente. Se acercaba sin ninguna excusa para hacerle preguntas; lo rozaba cuando pasaba al lado de él; cuando lo miraba, jugaba con su pelo. Dándole toda clase de señales. Pero, ella sabía que él estaba impedido de intentar nada en el lugar; por normas estrictas de la institución, ningún agente podía interactuar con otro de manera sentimental en horas de trabajo y menos durante operaciones de campo, como era el caso ahora.

Shelby lo sabía, pero estaba en su naturaleza ser coqueta o insinuante, especialmente ahora que hacía un par de meses que había terminado con su novio, precisamente en el momento en que había sido trasladada al grupo junto con Brice. Ella siempre había tenido parejas de su raza. Ella era más bien baja, y la enorme estatura de Brice la había atraído desde el primer día en que lo conoció.

Durante esta semana, sin embargo, la morena había mantenido una actitud muy recatada, muy profesional en su comportamiento, mientras hacían su turno de vigilancia por las tardes. Era su otra estrategia para mantener a Brice en vilo. Ella esperaba que en algún momento él se le insinuara, especialmente hoy que terminaba su semana de trabajo.

Brice sentía la tensión que existía entre ambos. Casi no se habían dirigido palabra alguna durante la tarde. Mientras pensaba todo eso, de pronto vio que una van se detenía unos segundos frente a ellos, para examinar brevemente a la entrada del edificio de Karen, para continuar su marcha.

De inmediato Brice se puso en alerta, lo mismo que Shelby. Ambos agentes siguieron visualmente el recorrido de la van, un tanto molestos por no haber estado más atentos y haber fotografiado el vehículo. Su malestar se convirtió en satisfacción, cuando vieron que la van se estacionaba casi al final de la cuadra.

"Atención Central. Acabamos de ver pasar a una nueva van por el sector y procederemos a su identificación" Dijo Brice poniéndose en contacto radial con los agentes de turno en los cuarteles de la NSA. Después, dirigiéndose a Shelby le dijo:

"Creo que es hora de que utilices tus dotes" Se lo dijo con una sonrisa cómplice.

"Tendré que cambiarme ropa aquí. Te pateo las bolas si me miras" Le dijo Shelby, mirándolo fijamente a los ojos, mientras se giraba en el asiento para trasladarse hacia la parte trasera de la van. Era su modo de incitarlo para que sí la mirara.

Brice, con más aplomo ahora que había roto el hechizo que le producía Shelby, sonrió al escuchar eso, y se atrevió a mirar de reojo cómo el pantalón oscuro, tenida oficial de las mujeres, se apretaba contra las nalgas de la morena agente mientras rozaban contra su hombro. Después, por el espejo retrovisor pudo ser testigo de cómo se sacaba la chaquetilla negra, se quitaba el porta arma de cuero y al echar sus brazos hacia atrás, hacía que sus firmes pechos en punta, presionaran contra la blusa blanca, haciendo que resaltaran sus pezones. A continuación Shelby se sacó la blusa, mostrando que el sostén apenas cubría la mitad de sus pechos, los que parecían querer salirse de su confinamiento cuando hizo esa maniobra. Después vio que de un bolso deportivo, retiraba una chaquetilla para cubrir su torso. Iba a protestar mentalmente, cuando vio que, lejos de taparla, hacía que sus pechos se realzaran más con la elástica chaquetilla deportiva.

Pero el espectáculo gratis no había terminado. Shelby se había descalzado y estaba recostada ahora, sobre el asiento trasero, con las piernas levantadas. Al verla en esa posición, su fantasía se desató. Sintió un temblor y un calor que subía por su entrepierna y tuvo que acomodar su paquete, hacia un lado de su pantalón. Era demasiado excitante ver cómo el pantalón de Shelby, bastante estrecho, marcaba la deliciosa curva de los muslos de la muchacha. Y mayor fue su excitación, cuando ella, levantando sus caderas, empezó a sacarse los pantalones, deslizándolos por sus caderas, y cuando los retiró, pudo ver la línea de su trasero espectacular apoyado en el asiento, como si estuviera desnuda, ya que sus bragas rojas, apenas cubrían sus nalgas. A esta altura, su erección era total; toda la escena, un verdadero strip tease, lo había excitado demasiado y Brice maldijo el momento en que Shelby decidió ponerse esa indumentaria deportiva. Pero era parte de la operación que ella haría a continuación, vestida con su buzo deportivo. Cuando finalmente Shelby se pasó al frente y se sentó a su lado lista para salir de la van, miró de soslayo la entrepierna de Brice y con una sonrisa coqueta, le preguntó:

"¿Sufriste un poco, Brice?"

"¿A qué, qué... te refieres?" Le dijo él, confundido al haber sido pillado mirando.

"No importa. Eso es suficiente castigo para ti, por mirarme" Le dijo señalándole el bulto impresionante que lucía Brice. A continuación Shelby abrió la cajuela de la van y retiró un pequeño adminículo y se lo colocó en el borde de la chaquetilla deportiva. Era una cámara digital. Después accionó una pantalla que había al lado del volante y ésta se encendió, mostrando lo que la pequeña cámara apuntaba ahora.

"Te ves buen mozo en cámara, Brice" Dijo ella, apuntando su pequeña cámara o más bien sus pechos hacia él, reflejando en la pantalla de la computadora de la van, el rostro azorado de Brice, que seguía en silencio las maniobras de Shelby.

"Mantén el control de la grabación de las imágenes que necesitamos, ¿Ok?" Le dijo la muchacha mientras saltaba a la vereda y cerraba la puerta de la van.

Una vez afuera, Shelby tomó su enorme mata de ondulado cabello negro y lo amarró con un elástico que había sacado de su bolso deportivo. Después verificó que su zapatilla derecha estaba con los cordones sueltos. Y tal como había sido su rutina la vez anterior, comenzó a emprender un trote suave.

Brice que la siguió mirando todo el tiempo, pudo observar el hipnotizador movimiento de arriba abajo del trasero de Shelby cuando había comenzado a trotar y se alejaba por lo vereda. Los automóviles le cortaron pronto la vista y dirigió su vista a la pantalla que tenía frente a él. Allí pudo ver como la tecnología de la pequeña cámara le enviaba una imagen nítida de la calle sin ninguna distorsión, a pesar del trote de Shelby. Unos cinco minutos después vio que la cámara se detenía y quedaba apuntando hacia la vereda. Shelby probablemente, había detenido su trote frente a la van de los desconocidos y haría su show de agacharse y amarrar su zapatilla.

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