El Joven Jardinero

Después de mi jubilación trasladé a una ciudad pequeña Mexicana. Allí pude vivir más barato y permitirme contratar ayuda doméstica. Supe que necesitaría la ayuda especialmente cuando me hice mayor.

Primero contraté solamente una criada. Juanita limpio la casa, lavó la ropa, y un poco más. Hice el trabajo fuera, pero no pude mantenerse al día con todo. Un día ella dijo a mi,

¨¿Ha pensado en contratado un jardinero?¨

¨Supongo que pienses necesitamos uno¨, responde.

¨Si señor. De hecho, mi sobrino está disponible. Él asiste el colegio en el centro. Vive lejos de acá. Quizás puede dormir en la casita en el jardín y en agradecimiento hacer el trabajo allí después de sus clases y los fines.¨

¨Me gusta la idea. Voy a pagarle una cantidad justa. ¿Cómo se llama y cuantos años tiene?¨

¨Se llama Andrés y tiene diecinueve años. Le voy a decir que venga a conocer a Usted.¨

El día próximo Andrés tocó la puerta. Nos sentamos en la sala y charlamos. Le dije que no esperé demasiado trabajo y fui más importante para lograr buenas notas en el colegio. Me alegré de ayudar a un familiar de Juanita. Andrés era un hombre joven muy guapo, de 175 cm, y probablemente pesaba 50 kg. Tenía un comportamiento tímido, pero pudo conversar bien y me dijo muchas cosas interesantes de su vida.

Rápidamente me acostumbré a ver Andrés en el jardín después de sus clases. Mientras barrimos el patio, o escardamos el jardín, hablamos mientras trabajamos. Disfruté mucho hablando con él, y pienso que disfrutó nuestras conversaciones. Le dije de mi vida en los Estados Unidos, y me dijo de su vida en el pueblo donde nació.

Un día le pregunté,

¨¿Tienes una novia?

¨No, no tengo.¨

¨¿Por qué no?

Se sonrojó. Sospeché que quizás era gay, y no quería avergonzarlo.

Le dije, ¨No debas responder. No me importa tu sexualidad, si te gustan las chicas o los hombres o ambos.¨

Respondió a mi, ¨Gracias. En verdad, estoy confundido con cosas de sex y amor.¨

Me reí. ¨¨Pues, en cualquier momento tú quieres el aviso de un maduro, puedes preguntarme. En mi vida tuve experiencias con hombres y mujeres. Soy bi.¨

Dejamos ese momento atrás y pensé que el tema estaba terminado. Estaba equivocado.

Esa noche estaba leyendo en la cama y oí un golpecito en el puerto. Era Andrés.

¨¿Puedes hablar un poco conmigo?¨ me preguntó.

¨Claro que si.¨ respondí. ¨¿Qué quieres?¨ Lo que me dijo me debilito de ganas. Me dijo que aunque yo era mucho mayor que el, el me deseaba, y quería que yo fuera el primero amante. Además, quería que te follé de cualquier manera que yo quería.

Tuve problemas de hablar. Rápidamente recuperé la compostura. ¿Si el joven necesitó ayuda, cómo podía decir no? Le invité en la cama. Abrazamos y besamos un rato y sentí su dura polla debajo sus pantalones. Sugerí quitamos nuestras ropas y asintió con la cabeza si.

¡Qué cuerpo delicioso tuvo! Delgado, suave, sin pelo, y algunos músculos. Su verga era 15 cm, y había afeitado todo el vello púbico. Besamos más y entonces me di la vuelta y tomé su polla en mi boca y hizo la misma. Yo estaba en el cielo. Fui cauteloso porque no quise que mi polla de 20 cm da a él problemas, pero pareció que supo que hacer. Más tarde me dijo que aprendió mirando las películas pornográficos. Chupamos casi al punto de correr y descansamos un rato. Entonces dijo,

¨Quiero que me follas. Quiero tu polla adentro de mi y quiero que eres mi primero. Tengo fe en ti, y sé que no vas a darme dolor.¨

Le besé profundamente. ¨Vamos a tener mucho placer, y no te preocupes. Voy a follarte lentamente y con cuidado.¨

Lo puse de rodillas, con su cabeza en las almohadas, pose de perrito como en yoga. Abrí sus nalgas, lamí su ojo de culo, y escupí en él. Cuando era mojado puse un dedo adentro y escuché a sus gemidos. Añade un otro dedo cuando estaba listo.

Le dije, ¨Pienso que estás listo. Voy a poner mi polla a la entrada de su culo, nada más. Cuando tú quieres, puedes mover hacia atrás solo hasta donde quieras.¨

Me posicioné al objetivo. Entendió perfectamente y movió su culo hasta la cabeza de mi verga entró su agujero. Gemimos con placer mientras continuó venir más cerca de mi. Pronto sus nalgas y mi estómago estaban tocando. Entonces tomé control y empecé a mover adentro y afuera.

¨Cambia posición.¨ le dije. ¨Quiero ver tu cara y besarte mientras te follo.¨ Le di la espalda, y puse sus piernas en mis hombres. Entré en él de nuevo, y miré su cara cambió expresiones.

¨¿Te duelo?¨, le pregunté. ¨No, no, no pares por favor, ¡ve más rápidamente!

Me di la vuelta de nuevo, conmigo de espaldas y él encima. Montó en mi verga y movió cómo lo quiso. Su polla estaba mojada con gotas y estaba cerca de corriendo. Yo estaba cerca también y masturbé su pene y corrimos juntos. Su leche salpicamos y el mío corrió adentro de su culo. Colapsó en mis brazos y besamos más.

Pregunté a él, ¨¿Lo disfrutaste tanto como yo? ¨Quiero que pasas la noche en mi cama conmigo, pero ¿pienses que Juanita no le gustará que estemos juntos cuando venga por la mañana?¨

Sonrió. ¨Creo que Juanita supo exactamente lo que iba a hacer. ¡Vio dos hombres solos y ella hizo una pareja!¨

Estaba la verdad. Permanecemos juntos por muchos años.