El Profesor de Tenis Cap. 09

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Las amigas rememoran y comparan experiencias
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Parte 8 de la serie de 8 partes

Actualizado 06/08/2023
Creado 10/12/2016
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Las amigas rememoran y comparan experiencias

*****

Parte 1

La luz de la mañana que entraba por el ventanal de la cabaña, iluminó la cama en donde aún dormía Julián. Lentamente Alicia fue despertando a su lado, cuando los sonidos de los pájaros comenzaron a escucharse en la habitación con más precisión y más continuos.

***

"Yo me desperté un poco antes que él y lo quedé contemplando. Recorrí con mis dedos por sus mejillas acariciando el contorno de sus labios, de su mentón, de su nariz, de su frente, como si quisiera retratar su rostro y fijarlo en mi mente"

Le decía Alicia a su amiga Verónica, que acodada frente a ella, la escuchaba sonriente y ansiosa, esperando que Alicia le diera un completo y detallado reporte de su fin de semana con Julián.

****

Ella examinó con ternura las facciones de su rostro, apreciando los detalles de sus rasgos viriles, de su pelo negro enmarañado. Había quedado así, cuando en la madrugada él se había despertado y había comenzado a acariciar sus pechos, primero con sus manos, para continuar con su boca lamiendo y mordisqueando suavemente sus pezones y bajar por su cuerpo, siempre besando y lamiendo, dejando un reguero de humedad con su lengua,mientras seguía la ruta hasta encontrar su pubis.

****

"Yo me apretaba los pechos mientras él lamía concienzudamente cada recodo de mi concha, hasta que sentí que había convertido mi cuerpo en un volcán en erupción y comencé a aprisionar su cabeza con mis muslos,gimiendo, casi gritando, y sin poder contenerme,enterré la cabeza en la almohada, levanté mis caderas y con mis dedos me agarré de su pelo tratando anhelante de meter más profunda su boca en mi concha." Decía Alicia con la mirada perdida, mientras Verónica la escuchaba en silencio.

Ella la había llamado a media tarde de ese día lunes, para contarle que su novio Germán, había tenido que ir a buscar otros ejemplares a su hacienda, ya que lo había ido muy bien en la feria en que la estaba participando y que se había quedado sola en el departamento. Pero más, para hacer la pregunta que se moría por hacerle, ¿lograste finalmente tirarte a Julián? Y cuando le respondió afirmativamente, prácticamente le rogó que se juntaran esa misma noche a conversar, ya que Alicia estaba en casa de sus padres en ese momento, ya que con Julián habían quedado de acuerdo juntarse en el Club a la mañana siguiente, porque él además, quería conversar con Pedro respecto de sus próximos pasos, por lo que dormiría en la hostería.

Alicia continuó con su relato, el que no supo a cuál de todos sus encuentros con Julián se estaba refiriendo. Había perdido la cuenta, de las veces que habían hecho el amor durante todo el tiempo que estuvieron en la cabaña, y lo que contaba ahora, simplemente sentía que era una mezcla de todas esas ellas. Ya que habían entrado a la cabaña como a las siete de la tarde de ese domingo y habían salido el día lunes, al momento de que el hambre los hizo salir para almorzar después de la una de la tarde.

"Con su juego me llevó a tal estado de excitación, que lo único que quería era que me hiciera acabar de una vez por todas. ¿Pero, sabes lo que me hizo?"

"¡No!" respondió con la voz ronca, Verónica.

"Se arrodilló frente a mí, me puso las piernas en sus hombros y abrazándome de los muslos me metió el pico hasta las bolas."

***

Respirando casi por la boca, gimiendo quedamente, Alicia lo miraba fascinada. Él había comenzado un lento movimiento con sus caderas, retirando su verga, dejando su glande rosando los bordes de su vulva, para enseguida penetrarla profundamente. A ella le había sorprendido desde que estaba con él, cómo amaba esa posición cuando la culeaba. No obstante que así sus cuerpos no tenían la cercanía de la posición misionero, la intensidad de sus miradas que se generaba entre ambos mientras hacían el amor, constituía la verdadera cercanía que ella deseaba, ya que sus miradas se hablaban y se acariciaban. Le permitía a ambos observar las reacciones de sus cuerpos, transmitiéndose con sus miradas, el placer que ambos disfrutaban en ese momento del coito.

Él la siguió penetrando mientras ella amasaba sus pechos. Y poco a poco los movimientos de entrar y salir fueron cobrando intensidad, haciendo que el golpe de sus cuerpos sonara nítido en la habitación. Alicia, temblando, se apretaba los pechos al sentir la inminencia de su orgasmo el que llegó como una tromba, haciendo que su cuerpo se retorciera en la cama. Fue en ese momento en que ella reaccionó, al sentir que Julián se contraía dentro de ella, y más que pedir, le gritó:

"¡Espera, espera, bebé. Quiero sentirte cómo acabas en mi boca!"

Y desprendiéndose de la amarra de sus brazos, bajó sus piernas y se inclinó entre las rodillas de él, se apoderó de su verga, empapada con los jugos de ambos, con ambas manos, como si fuera a rezar frente a él, y la rodeó a su boca y comenzó a chuparla en movimientos rápidos, continuando el bombeo hasta que Julián sintió que nuevamente se avecinaba su clímax. Alicia sintió ahora en su lengua los chorros de semen que lanzaba a intervalos, al mismo tiempo que con una mano agarrada de sus nalgas, lo instaba a que siguiera moviéndose a lo largo de su boca, hasta vaciarlo totalmente.

****

"Creo que tú eres en parte responsable. Creaste una Frankenstein sexual." Dijo Alicia como despertando de un ensueño, estirándose en la cama.

"La diferencia es, que en este caso, yo no te creé de la nada. Porque tú siempre me dijiste cuando estábamos estudiando, que al momento de un revolcón, todo te funcionaba a las mil maravillas y que no te hacías de rogar para nada" Contesto Verónica, muerta de la risa. "Pero sigue, estoy segura que tienes mucho más que contarme" Agregó mientras se acomodaba en la cama, sintiendo que sus bragas estaban húmedas y no sabía cuánto más podría resistir de mantener sus manos quietas.

***

Ahora ella, en este instante en que había despertado y contemplaba el cuerpo desnudo de Julián y repasaba cómo se había iniciado todo entre ambos, se recordó que le había hecho una promesa que debía cumplir.

Su mano acarició ahora su cuello, su torso, sus abdominales marcados y sus dedos bajaron por su vientre cuando su mirada se detuvo allí. La verga de Julián lucía totalmente erecta debajo de la sábana que lo cubría. La apartó y la tomó suavemente desde la base, y apretó su puño alrededor para apreciar su grosor y no pudo dejar de estremecerse al pensar que todo eso había entrado en su apretada coneja, como ella llamaba a su vulva. Mientras aprisionaba la fuente de su reciente placer, giró su cabeza y vio que Julián la miraba sonriente.

"¿Quieres jugar o comenzar a pagar tus clases?" Le preguntó él con tono juguetón.

"La mañana es para jugar. El pago se verá después" Le contestó ella, en el mismo tono, mientras le daba un apretón a su erección como castigo.

"Me encanta. Soy tu juguete entonces, aunque mis tripas digan lo contrario. Estoy muerto de hambre."

"Lo que es yo, comenzaré con esto" Y diciendo eso, ella se inclinó hacia su erección y atrapó toda la punta con su boca.

A Alicia le encantaba el sexo oral, algo que había practicado sólo en muy contadas ocasiones con su marido. Ahora que él estaba lejos, esto de hacerlo con Julián, la excitaba de sobremanera. Era la culminación de largos días de mirarse y no tocarse con él; por eso que este momento cobraba mayor intensidad.

Lentamente, imitando el juego de la boca de él en su vulva, movió su cabeza hacia arriba y hacia abajo, mientras en su puño sentía la rigidez de su erección. Comenzó a lamer la cabeza para después succionarla, mientras Julián la contemplaba sonriente. Lo lamió una y otra vez, recorriendo cada protuberancia de su glande, trató de llevarlo profundo a su garganta, lo acarició con su lengua a todo lo largo, para chuparlo una y otra vez, y nuevamente tratar de llevarlo al fondo de su garganta, como si quisiera convertirla en una vagina para él. Para volver a lamer, chupar y tragar tanto su propia saliva como la profusión de líquidos pre seminales que surgían de su erección,que sentía cada vez más dura entre sus dedos. En todo momento mantuvo su vista fija en la cara sonriente de Julián y por su expresión relajada, se dio cuenta que debería trabajarlo mucho si quería hacerlo acabar en su boca, tal como se la había propuesto.

Después de un rato, se lo sacó de la boca y sin soltarlo de su puño le dijo sonriente: "Veo que no me darás el desayuno que esperaba"

"¿Qué tal si comemos algo de la mesita, ordenamos unos cafés y seguimos conversando?"

Ella no le contestó, estaba demasiado excitada para hacerlo. Simplemente se levantó de la cama y se montó sobre sus muslos, y tomando su verga, levantando un poco sus caderas, enfiló el glande a la entrada de su vulva y bajando todo su peso, se hundió hasta la raíz. Cuando lo hubo logrado, lo abrazó y hambrienta lo besó, haciendo con ello que él degustara sus propios jugos. Sólo se mantuvo inmóvil unos segundos, acostumbrándose al enorme grosor de su pene, y poco a poco comenzó a frotarlo con su vulva con cimbreantes movimientos de cadera. En ese momento le tomó su cara y pegando su nariz a la de él, le dijo simplemente: "Nop. El juego es mío, las reglas son mías" y continuó con su movimiento. Ella en ese momento, se había dado cuenta que el sexo con él era tan bueno, que sólo quería disfrutar. No le importaba que también sus tripas reclamaran.

Mientras se movía con ritmo continuo y lo miraba, pensó que usaría una carta que tenía bajo la manga.

Le preguntó con tono avieso: "Dime ¿Qué te incitó más, cuando le hablaba a mi marido? ¿El que estuviera en la línea o lo que yo decía?" Y se detuvo un instante para sentir el efecto de sus palabras. Sintió cómo su verga se contraía.

'Bingo, pensó. Te tengo'

"¿Te gustaría que la próxima vez esté así contigo, mientras converso con él?" Y nuevamente lo sintió endurecerse y juro que la sintió más gorda dentro de su vulva, mientras continuaba moviéndose como en la noche del baile, sin prisa, pero manteniendo el contacto visual.

"¿Y cuándo te comunicarás con él nuevamente?"Preguntó esta vez muy excitado, por ese juego entre físico y mental al que la hermosa rubia quería llevarlo.

"¿Quieres estar conmigo cuando me llame?" Le dijo ella, comenzando a moverse con un ritmo más preciso y rápido, buscando nuevos ángulos de penetración de su verga en su vulva.

"Sí" Le contestó mientras retomaba la caricia de sus pechos que mostraban sus pezones duros como lápices.

"¿Que le diga mientras culeo contigo, cómo te estoy sintiendo dentro de mí?" Le decía, más que preguntarle, mientras movía sus caderas cada vez más rápido, para crear una atmósfera endiabladamente erótica, en la que estaba ella misma se estaba sintiendo atrapada. Por ello insistió aún más:

"¿Qué le diga cómo tengo mi concha llena de tu pico, la que se aprieta alrededor de él como si fuera la de una virgen adolescente?"

Al decir eso, y manteniendo la aceleración de sus caderas, sintió la contracción de la verga de Julián que se ensanchaba dura dentro de ella. La fuerza de la evocación de sus palabras había logrado el efecto que esperaba, porque en ese preciso instante él tuvo su clímax y ella comenzó a sentir el calor de los chorros de semen que comenzaban a inundar su interior. Tomó su rostro entre sus manos y se apoderó de sus labios, sintiendo que él no paraba de empujar al eyacular dentro de su vulva. En ese mismo instante su propio cuerpo se estremeció y se crispó como si hubiera tenido un ataque cardiovascular.

Después de unos segundos en que lentamente las oleadas de sus mutuos orgasmos fueron relajando sus cuerpos, Julián se apoyó contra el respaldo de la cama y Alicia se instaló entre sus piernas, colocando su propia espalda sobre su torso, mientras se sentía inundada de esa sensación de tranquilidad y protección que él le brindaba al envolverla con sus brazos.

Julián ese día tenía la mañana libre, por lo que se sentía muy relajado de poder estar acostado sin pensar en nada, mientras acariciaba distraído los pechos de la hermosa rubia que yacía junto a él.

Alicia lo miro después de un rato y le pregunto risueña "¿Tú crees que puedes acariciarme así, como si yo fuera una muñeca de trapo?"

Medio sorprendido miró sus profundos ojos verdes y le contestó "Perdón, ¿qué decías? ¡Ah! Es que no puedo resistir el tocarte"

"¿Te gustaría que te agarrara tu pico así?" Insistió ella, llevando su mano detrás de ella y tomando su verga flácida entre sus dedos y amasando su glande entre ellos.

"Pero preciosa mía, tú sabes que uno no tiene cómo apreciar los efectos de nuestras caricias en la mujer. Pero sí la mujer cuando la realiza en el hombre, el efecto es bastante evidente." Dijo él, tratando de fijar su punto, al sentir que su verga crecía rápidamente entre los dedos de Alicia, que se había retirado un poco del cuerpo de él y girada, la contemplaba ahora fascinada.

Ella había tomado una decisión al escuchar su argumento y sin soltar su verga se agachó y la engulló largamente, llevándola profundamente en su garganta, para sacarla haciéndola chasquear al salir de entre sus labios que la comprimían. La rubia lo miró achicando sus ojos con esa mirada pícara y le dijo "¡Lástima que no pueda hacer esto, mientras hable con mi marido por celular!" Y saltando de la cama corrió a la ducha. Ella había fijado su punto también.

*****

Parte 2

"Hay algo que no me contaste. Su aguante. ¿Sabes que tengo la quijada medio desarmada de tanto mamarlo?" Le dijo Alicia, mientras Verónica sintió que su vientre se contraía.

"Tenías razón. A Julián no se le puede manejar y menos manipular. Es increíblemente creativo en la cama. Pero, hay algo muy particular que pasó esa noche antes de que se la mamara, y que ahora al recordarlo, siento que me da un poco de vergüenza contártelo, porque creo que me pasé un poco de la raya."

"¿Tanto así. Pero qué cresta hiciste?" Preguntó, exaltada su curiosidad a lo indecible, sintiendo ahora un temblor en medio de su concha.

"Esa tarde del domingo, le calenté la sopa a dos" Dijo la rubia.

"¡¡Nooo!!!, Pero, si sólo estabas con... No. Espera, no me digas que en el momento en que te estabas culeando a Julián, te llamó tu marido. ¡Dime que no es cierto!". Verónica casi le grito, cuando como el rayo se imaginó toda la situación.

"A ti no se te pasa nada. Eres también una perra caliente. Sí. Justo después de que Julián me había hecho acabar dos veces, una con la boca y la otra con ese pico gordo del que tú me hablabas y estábamos acariciándonos para comenzar otra ronda, sonó el celular." Le dijo Alicia, mientras sus ojos verdes comenzaban a mostrar muy brillo especial.

"¿Y qué cara te puso Julián?" Le preguntó Verónica, que casi demudada y seria miraba colgada de las palabras de su amiga.

"Él es muy especial. ¿Me vas a creer que no se inmutó? Me hizo un gesto de que simplemente contestara. Lo hice. Y decidí hacer lo que ese momento creí que iba a ser el inicio de algo inédito. Tomé el celular y me acosté sobre el cuerpo desnudo de Julián y contesté. La sensación de sentirme desnuda sobre él mientras contestaba el celular, era increíble."

Verónica se había quedado muda. Se estaba imaginando la erótica escena y había quedado impresionada. Eso estaba más allá de su comprensión y experiencia. Sus bragas ahora estaban empapadas.

"No te atrevas a decirme de nuevo 'perra caliente', porque tú entraste a la categoría de 'puta perra caliente'" Le dijo Verónica, recuperando su sonrisa.

"Sí. Tienes toda la razón, me puedes calificar así. Julián me tenía abrazada y jugaba con mis pechos, y yo apretaba su verga entre mis nalgas mientras conversaba con mi marido, instándolo a que tuviéramos sexo telefónico. Toda la situación era sub realista. Lo cierto es que mi marido aceptó de inmediato, y a partir de ese momento todo lo le dije por celular, lo hice pensando en que me dirigía a Julián"

"Puta perra caliente..." Musitó quedamente Verónica, con sus ojos muy abiertos, como si estuviera frente a una película de horror

"¿Cómo te sentirías si estuvieras culeando con alguien y se lo relatas a tu novio por celular?" Le preguntó Alicia.

"Caliente como una tetera y acabaría en dos tiempos" Contestó Verónica de inmediato.

"Yo estaba así a los pocos minutos de comenzar a hablar. En ese momento me centré en excitar a Julián con lo que decía a mi marido por celular. Quería llevarlo al punto de que no soportara más y que acabara allí mismo, que me chorreara de semen las nalgas. Me había hecho acabar dos veces y el seguía duro como una roca. Era frustrante. La sentía palpitar entre mis nalgas mientras continuaba escuchando a mi marido que me hablaba lo que le estaba pasando. Ya no aguantaba más. Tenía que hacerlo acabar, porque yo tampoco podía soportar el grado de excitación a que había llevado toda la situación. Por eso, con mi mano libre le agarré el pico y me lo metí yo misma en la concha."

En ese momento vio que a su amiga Vero se le había caído el rostro nuevamente. Sus ojos le brillaban y veía que sus caderas habían comenzado a moverse sobre la cama, levantándose y ondulando hacia los lados y apretándose a la cama. Alicia a su vez estaba tan excitada como ella al estar contándole lo acontecido esa noche de domingo.

"No sé cómo no se me cayó el celular de la mano, cuando Julián me hizo deslizar mi cadera sobre la cama y levantándome un muslo me empezó a culear como si su vida dependiera de ello, haciéndome gritar como una loca. En ese preciso instante sentí a mi marido lanzar un ruido sordo en mi oído, diciéndome que había acabado. No supe tampoco en cómo le contesté y qué le dije, lo cierto es que cortó. Lancé lejos el celular y me centré en Julián que seguía culeándome por detrás. ¿Y sabes algo,? por primera vez lo sentí gemir. Fue maravilloso sentir su aliento en mi oído mientras con cada envión que me daba, escuchaba su largo ¡Aaaahhh!,porque sentía que lo estaba haciendo feliz. Sin embargo, y te juro amiga, yo no era rival para él en ese momento, y exploté como los fuegos artificiales que tuviste tú esa noche cuando lo conociste."

Verónica había bajado unos de sus brazos, corrido el borde de sus bragas hacia un lado y tenía sus dedos metidos en su vagina, mientras la escuchaba.

"Nos quedamos abrazados después hasta que él se recuperó. Esta vez me agarró, me puso de bruces, me levantó de las caderas y me colocó de rodillas, dejándome lista para que me montara por detrás. Y eso es lo que hizo. Me culeó y me sentí como dijiste, una puta perra caliente. Me dio como condenado y acabé prácticamente alrededor de su pico, segundos antes de que él me inundara de semen."

En ese momento, ambas muchachas estaban en tal estado de excitación que se abrazaron, como tantas veces lo habían hecho cuando adolescentes, mientras sus dedos ahora, se movían frenéticas en sus respectivas vulvas.

Después de un rato, cuando se habían calmado, Alicia le preguntó "¿No estás celosa, verdad?"

"Mi corazón no, está tranquilo, pero mi concha sí está celosa, pero ya se le pasará." Contestó Verónica, sonriendo a su amiga.

"¿Por qué no tu corazón?" Preguntó mirándola fijamente.

"Porque creo que tú tienes algo con él que yo no sentí. Lo mío fue totalmente físico. Yo creo que sientes algo más por Julián. Es algo que intuyo.

¿O me equivoco?" Le dijo mirando a su vez.

Alicia bajó la vista para decirle "No sé si es por que pasé más días con él, pero es cierto amiga, algo me está pasando y no es sólo la calentura que siento por él."

Verónica abrazó a su amiga. "Tú sabes cómo te quiero, y me gustaría que pasaras con él los mejores momentos que puedas lograr. No te juzgues y se tú. Déjate ir durante todo el tiempo que pases con él. Disfruta de esos momentos juntos y ve lo que pasa después."

***

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