El Viaje 03

Se quedaron quietos en esa posición durante un tiempo, lo que a ella le parecieron siglos. Sus respiraciones bajando en intensidad, sus cuerpos juntos sintiendo de pronto pequeños temblores. Ella giro su rostro hacia él que estaba pegado a su cuello, buscó su boca y le dio un beso suave. "Gracias, Golan" le dijo con una sonrisa.

Después, procedieron a terminar la ducha y, como adolescentes que recién se conocían, desecharon el guante de baño y se limpiaron mutuamente con sus manos, recorriéndose cada parte de su cuerpo, acariciándose, besándose. Trevize acariciaba más que lavaba sus pechos, su vientre, apretando sus duras nalgas, en cuclillas, recorría sus muslos, apretándolos con ambas manos, mientras que al mismo tiempo besaba su pubis. Cuando él termino, le tocó el turno a Bliss. Ella comenzó duchando su espalda, para después enjabonarlo entero; de frente a él, empezó a bajar hasta quedar de rodillas y se tomó todo el tiempo del mundo, recorriendo con su pequeña mano su miembro que, con su manipulación, apuntaba ya erecto a su nariz. Le dio un casto beso en la punta, aunque ansiaba meterlo en su boca, pero se contuvo y decidió terminar de ducharlo, presionando el comando de los eyectores.

Después salieron de la ducha y procedieron a la rutina de secado. Nuevamente se acariciaron, esta vez cuidando de no tocarse más de lo necesario para secarse, ya que ella principalmente, sabía si no lo hacían así, terminarían nuevamente haciendo el amor en el piso del baño.

Se dirigieron desnudos a sus cubículos, Bliss llevándolo de la mano. En el camino por el pasillo, se encontraron con el robot de aseo que venía de vuelta de sus labores realizadas en la cabina de mando.

Bliss miró a Trevize con cara de pregunta.

"Le ordené que hiciera limpieza en la cabina de mando, parece que allí hubo una pequeña orgía".

Bliss ahogó una risita mientras lo besaba y entraba a su cabina-dormitorio en donde dormía plácidamente Janov. Se acostó en su litera y en pocos segundos estaba profundamente dormida.

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A una distancia equivalente a unas semanas de navegación de la nave en que viajaban Bliss y sus dos hombres, en una pequeña estación satelital, dos mujeres contemplaban la pantalla que les permitía monitorear cualquier fenómeno espacial, no habitual, e informar a la central de comando de Comporellon.

Había cuatro estaciones alrededor del planeta, ubicadas en puntos estratégicos, dando a cada una de ellas, una visión de todo el firmamento que rodeaba el planeta. Sus científicos estaban preocupados por algunos avistamientos de pequeños asteroides que por su tamaño, pudieran ser de peligro.

"Gena, mira esto", dijo la morena que contemplaba un modelo holográfico que el rastreo computacional de sus telescopios había formado en la pantalla.

La otra muchacha, miró y observó un punto brillante que se movía. Giró el comando para modificar la imagen holográfica que le permitía una visión frontal del planeta con el objeto, y pudo observar que se dirigía directamente a Comporellon.

"¿Puedes activar el distanciador para verificar a qué distancia se encuentra", preguntó Gena, preocupada.

Ésta manipuló un botón y a continuación apareció un panel en que se activaron una serie de cuadrados con números que empezaron a correr de derecha a izquierda, los primeros a mucha velocidad, que indicaban milésimas de segundos.

"Según el distanciador, en términos de tiempo, el objeto se encuentra a un par de semanas de nosotros", Curr ahogó un gemido "¡Pero, mira, la distancia a la que está de nosotros es sideral!"

Gena se acercó a la pantalla y confirmó lo que decía su compañera. "¿Pero, qué puede viajar a esa velocidad? ¡Eso no es un asteroide! ¡Debemos comunicarnos de inmediato a la Central!

Rápidamente oprimió el botón de visión e intercomunicación.

La imagen de un tipo de mirada soñolienta apareció y preguntó "¡Qué pasa Gena, que me llamas a las 2000!"

"¡Algo se aproxima a una velocidad de ½ año luz! ¿Te parece algo insignificante, cabezón?"

El tipo pareció despertar de inmediato "¡QUÉ estás diciendo!"

Gena contestó: "Ahí va el reporte holográfico y la información completa de estos últimos 5 minutos. Debes reportarlo de inmediato al CVE"

En breves minutos, el Centro de Vigía Espacial estaba en alerta analizando la información del satélite 3.

En esos mismos momentos, Tamara, la Jefe del CVE, que se encontraba de licencia, yacía en el lecho en su departamento en el centro de la ciudad, mirando el androide AQ5000 que había adquirido recientemente.

No podía creer la resiliencia que sentían en sus dedos, mientras acariciaba los bíceps del androide que yacía desnudo a su lado.