El Viaje, Segunda Parte

Historia Información
Tres viajeros en busca de la Tierra.
4.3k palabras
5
2.5k
00
Historia no tiene etiquetas

Parte 4 de la serie de 4 partes

Actualizado 06/07/2023
Creado 02/25/2015
Compartir este Historia

Tamaño de fuente

Tamaño de Fuente Predeterminado

Espaciado de fuentes

Espaciado de Fuente Predeterminado

Cara de fuente

Cara de Fuente Predeterminada

Tema de Lectura

Tema Predeterminado (Blanco)
Necesitas Iniciar sesión o Registrarse para que su personalización se guarde en su perfil de Literotica.
BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí

En busca de la Tierra

"Tal como lo dije en el primer capítulo, este relato se inspiró en una novela de Isaac Asimov, que comencé a leer por primera vez este año. Una vez más me encontré con el erotismo que le había conocido en otras novelas anteriores, y no pude resistir continuar su relato en donde él lo dejó. Trataremos de reescribir su viaje interestelar con un poco más de desenfado erótico."

Comporellon

1

La preparación para el viaje al planeta Comporellon, en donde Trevize esperaba encontrar información de la ubicación de la antigua Tierra, no le tomó mucho tiempo a Trevize. Los especialistas del planeta Gaia, habían efectuado una mantención impecable de la nave, además de abastecer de la alimentación y de revisar los robots encargados precisamente de la preparación de las comidas diarias, como también de las tareas de limpieza periódica que la nave requiere. Lo mismo se había hecho con la revisión de todo el instrumental, accesorios y armas cortas que se requería a bordo de la nave.

Esta nave antigravíticaen la que habían llegado Trevise y Peloratal planetaGaia, cuyos motores no utilizan combustibles líquidos,era de una tecnología totalmente desconocida en ese planeta, por lo que el personal que hizo la mantención, la realizó sólo sobre los componentes mecánicos y electrónicos de la nave, remitiéndose aefectuar sólo tareas de limpieza enla sala de comandos.

Esa mañana cuando Trevizeingresó a la sala de comandos o cabina-piloto, se encontró con que todo resplandecía. La limpieza había sido minuciosa. El círculo de luz alrededor de la mesa de comandos que se generó cuando encendió el ordenador brilló agradablemente, sintiendo al mismo tiempo que el sistema de ventilación comenzaba a funcionar sin un sonido, tanto que tuvo que poner su mano en la rejilla para sentir el aire que fluía. Por esa razón, fue esa la única tarea que tuvo Trevize, es decir verificar que el ordenador de la nave funcionara correctamente. Al encenderlo, aparecieron una manos iluminadas en la pantalla, colocó las suyas sobre ellas y pudo observar que las imágenes holográficas que controlaban todos los aspectos de la navegación aparecieron frente a él, mostrando los índices y rangos telemétricos que debían presentar cada una. Comprobó que todo estaba en orden y apagó finalmente el ordenador.

2

Esa misma mañana,mientras Pelorat había ido a la universidad a requerir cierta información astronómica que creyóconveniente revisar, Blissse había quedadoen casa preparando el equipo y los objetos personales que deseaba llevar en el viaje. Mientras ordenaba su ropa, encontró la bata celeste que había usado aquel día en que había seducido aTrevize. Se detuvo y acarició la suave textura de la prenda y no pudo dejar de pensar en el incidente. Y tal como le pasaba en cada ocasión en que lo recordaba, se sentía muy confundida, a tal punto, que dos días después del hecho, había decidido ir a conversar con su tutor del Instituto PERT (Percepción extrasensorial) en el que ella estudiaba desde que sus padres habían descubierto sus capacidades de lectura mental.

En esa oportunidad, Bliss le explicó a su maestro lo que había ocurrido.

"Tuviste relaciones sexuales con el Consejero Trevize, ¿y qué? Eres una muchacha sana y nada te impide que puedas tenerlas con las personas que tú decidas. ¿Cuál es el problema?"

"Es que yo me había comprometido con su amigo Pelorat, al que aprecio enormemente y que me hace feliz en todo sentido. Sin embargo ese día en que ocurrió el incidente, me di cuenta que, desde un principio, que Trevize me había atraído también".

"¿Y no has hablado con ellos?

"No", dijo la muchacha con un suspiro.

"Bueno Bliss, es tu decisión si quieres estar con ambos; pero, creo que es necesario que hables con ellos y le expliques que nosotros los gaianos no tenemos cortapisas de tipo moral para mantener relaciones sexuales con dos personas a la vez. Creo que todo el problema que ahora te confunde, se centra en tu reticencia para hablar con ellos. Hazlo y ve si ellos están dispuestos a aceptarlo".

Toda esa conversación con su tutor le vino a su mente, mientras acariciaba la sedosa bata que tanto había sorprendido a Trevize cuando ella la usó. Sabía lo que producía en él, aunque había intentado leer su mente en esa ocasión, se encontró con una barrera mental que la confundió por lo que no quiso seguir intentándolo. Por algo Trevize era el Consejero del Imperio al que pertenecía su planeta y era obvio que tenía una mente privilegiada.

Ahora, haría este largo viaje con ambos hombres. ¿Se atrevería hablar con Peloratpara explicarle lo que ella sentía por Trevize? ¿Y debería hacerlo antes de zarpar? Esas eran realmente las preguntas sobre las cuales debía decidir.

********

A la mañana siguiente los tres abordaron la nave y, cuando la puerta neumática se cerró detrás de ellos, Trevize sintió cierta desazón cuando vio a Pelorat y a Bliss, dirigirse a la cabina que les había asignado como sus aposentos, charlando animadamente.No pudo dejar de mirar a la muchacha, mientras se desplazaba con su caminar sinuoso; la túnica que llevaba, no hacía sino resaltar su trasero levantado y sus redondas nalgas que se movían de arriba abajo como conejos debajo de una alfombra. Trevize recordó cómo las había acariciado la semana anterior y cómo sus manos parecían perderse alrededor de su estrecha cintura, cuando la había penetrado; sintió un ramalazo de deseo en su ingle mientras la veía alejarse. Ahora se daba cuenta que, si bien esa vez había sido iniciativa de Bliss, deseaba a la muchacha como hacía tiempo no sentía eso por una mujer, y eso lo hacía sentirse más culpable al pensar en su amigo Pelorat.

Habían pasado sólo cinco días desde que Trevize y Bliss habían tenido esa loca relación sexual. No podía decirse que habían hecho el amor, había sido un apareamiento casi animal, a tal punto, que Bliss había perdido el conocimiento por un par de minutos. Estuvieron copulando durante casi 2 horas y la mayor sorpresa se la llevó Trevize cuando Blissdescanzando junto a él, le dijo al oído con tododesenfado, que le comentaría a Peloratlo que había ocurrido entre ellos.

Sin embargo, al parecer hasta ahora, Peloratno daba indicios dehaberse enterado, ya que su comportamiento con él era absolutamente normal al de los días previos del incidente. Pero, tal como le había dicho Bliss, los gaianos no mentían y en algún momento en que ella decidiera contarle, debería enfrentar a Pelorat.

Por otra parte, la actitud de Bliss hacia él durante estos días previos al embarque, era la misma que había mostrado antes de su encuentro sexual. De una normalidad que a Trevize, con su mentalidad de "Aislado" como ella se refería tanto a él como a Pelorat, le parecía extraña, por decir lo menos.

Era claro que los gaianos tenían un sentido de hermandad o cercanía, que a Trevize y a Pelorat les pareció al comienzo de su llegada al planeta, difícil de entender. Todo el mundo se saludaba como si fueran conocidos, aunque no se hubieran visto nunca, por lo que el tuteo era una forma habitual de tratarse, cosa que a ambos hombres les costó aceptar. Y claro, la explicación era que el planeta había tenido su inicio en una expedición experimental con sólo un puñado de personas que se habían instalado allí hacía miles de años, por lo que la población se desarrolló a partir controlados nacimientos en laboratorios, ya que desde un comienzo decidieron eliminar el complicado proceso de los embarazos. Si bien la medida fue eficaz en eso, ello dio también como resultado, el que existiera poca variedad física entre los gaianos. De allí nacía esa estrecha relación que mostraban los gaianos; un sentido de hermandad que tenía cierta connotación de pertenencia y lealtad, que para Trevize y Peloratformados con sentido de socialización distinta, les era difícil de entender. Para ellos había sido toda una sorpresa cuando después de varios meses de convivencia en el planeta, comenzaron a darse cuenta de la particular idiosincrasia de los gaianos. Eran gentes sincomplicaciones cuando conversaban, decían lo que pensaban sin ningún tapujo. Habían visitado varios centros comerciales y Trevizeobservó en varias ocasiones una mujer siendo acompañadas de dos hombres, departiendo animadamente con las manos entrelazadas entre ellos. En esa oportunidad no le dio en segundo pensamiento a la situación; pero, cuando lo observó por segunda vez, aTrevize le hizo recordar las historias antiguas que había leído relacionadas con ciertas tribus primitivas que practicaban la poliandria, en que las mujeres podían tener muchos varones. Claro está que dudaba que esa explicación dejara satisfecho a Pelorat cuando Blissle diera a conocer de la relación sexual que ella había tenido con su amigo.

Trevize se daba cuenta también de que Blisshabía actuado con la inocencia de una adolescente; pero, mostrando al mismo tiempo undesenfado,que en los momentos en que tuvieron sexo, francamente lo desarmó.Sacudió la cabeza. ¡Diablos, esta muchacha debería decírselo a Pelorat antes de que salieran de Gaia! Y con eso en su mente se dirigió a la cabina asignada a Pelorat.

Cuando entró, Pelorat estaba en la habitación afanado con su computadora personal y levantando la vista se remitió sólo a preguntarle:"¿Tú crees que habráaquí suficiente espacio para Bliss?".

"¡Oh sí,creo que será suficiente!" le contestó Trevize, pensando que sólo ella ocuparía esa habitación; pero, rápidamente se dio cuenta que allí también estaban las cosas de Pelorat.

"¿No crees que podría convertir la sala adyacente a ésta en su dormitorio?" insistió Pelorat.

"No deseo tener una habitación individual. Me encuentro muy bien contigo aquí, Pel" se escuchó decir aBlissdesde el dintel de la cabina-dormitorio, en la que antes de entrar, había dejado sus sandalias,ingresando con sus pies desnudos como era su costumbre.

Trevize enmudeció, no por lo que dijo, sino por la indumentaria que llevaba la muchacha: 'la maldita está usando la ropa con que nos encamamos' pensó y nuevamente sintió calor en su ingle.

"¿Aunque podré usar las otras cabinas cuando las necesite. Por ejemplo, para hacer gimnasia, no?" preguntó la muchacha mirándolo y sonriéndole con la misma sonrisa coqueta de aquella vez.

"Por supuesto, todas, excepto la mía" contestó Trevize sin quitarle la vista.

"Ah, ya entiendo, veo que deseas mantener tu privacidad" dijo ella sentándose en un sillón de la sala; al hacerlo, los pliegues de su túnica cayeron hacia los costados, dejando al descubierto sus hermosos muslos.

Sin hacer caso a ese comentario,Trevize se dirigió a Pelorat, atisbando con el rabillo del ojo a Bliss, "¿Aparte del tema del espacio, está todo bien, te sientes cómodo?"

"Si, amigo, está todo perfecto, incluso vi que te preocupaste de cargar en a mi computadora toda la base de datos que necesitamos para el viaje. Ahora sólo espero que partamos cuanto antes."

Con esos comentarios tan triviales, Trevizeconfirmósu sospecha de que Bliss no le había contado nada a Pelorat. 'Tendré que conversar con ella a solas al respecto', pensó.

"Bliss, podrías acompañarme a la sala de comandos, tengo algo que mostrarte" y a continuación salió raudo de la habitación.

Bliss se levantó y acercándose a Peloratle dio un beso en la mejilla diciéndole: "Cariño, si quieres acostarte, no me esperes, ¿ya?", salió de la cabina, se colocó sus sandalias y se alejó por el largo pasillo de la nave,con esos largos pasos que hacía que sus caderas ondularan con una sensualidad que Pelorat no dejó de apreciar.Se volvió rápidamente hacia el liviano computador personal diciéndole: "O.K., antes voy a revisar un poco el banco de datos que me cargó Trevise".

Bliss se encaminó rápida hacia la sala de comandos, tratando de dar alcance a Trevize. Cuando llegó, se sacó sus chalas nuevamente y allí quedaron en el pasillo mientras ella ingresabaa la cabina de pilotaje. Una vez en su interior observó la enorme salacon espaciosos sillones a los costados. Vio que Trevizela esperaba con el ceño fruncido sentado en un sillón central del mesón de comandos.

La muchacha lo miró y acto seguido ante la mirada estupefacta de Trevize, levantó levemente el faldón de su vestimenta y procedió a bajarse sus pequeños calzones rosados; una vez abajo los enarboló en su dedo y ante la sorprendida cara de Trevize,se acercó rápida y empujando una rodilla en el sillón, a un costado de la cadera de Trevize, se montósobre sus piernasrodeándole el cuello con sus brazos.

"Si me vas a castigar por no decirle a Janovacerca de lo nuestro, quiero que me castigues con esto!"le dijo mientras metía su mano entre sus piernas y sin preámbulo le agarraba el miembro que ya había empezado a crecer debajo de su túnica. Y agregó sonriendo: "¡Por que mira como me tienes ya, sin que me hayas tocado!" y le colocó en sus narices sus calzoncitos rosados que estaban totalmente húmedos.

Él los tomó en su mano y los olió apreciativamente,los dejó sobre el mesón y tomando sus caderas le dijo:"Bliss, esta situación se está tornando inmanejable y no quiero que Janov aparezca y nos encuentre así" agregando: "Y menos ahora, en que me doy cuenta de que no le has dicho nada de lo que pasó hace días atrás y..." Ella le interrumpió apretando su boca contra la de él, para luego introducirle su lengua que ardía, mientras que su mano jugaba con su erección.

"Amor, porque a partir de ahora eres mi amor, dentro de unos minutos Janovestará dormido, le gusta acostarse temprano; ademásque he fomentado su mente paraque su sueño sea bastante profundo, porque quiero que me castigues con tu látigo hasta que me hagas dormir como el otro día. Mi conchita te lo agradecerá" Y tomándole el rostro con sus manos lo miró a los ojos y continuó: "Amor, quiero que sepas algo que no te he contado. Yo se que tu aprecias a Janov y que a sus 56 años lo consideras demasiado viejo para mí; pero yo también lo aprecio por lo que es y también me he dado cuenta de que a pesar de su enorme conocimiento y sabiduría, es muy débil emocionalmente, por lo que estimé que contarle lo que siento por ti, sencillamente no lo podría soportar, poniendo en seria dificultad el proyecto para el cual te acompaña en este viaje. Su formación es igual a la tuya y estoy segura que no podría aceptar la actitud que las mujeres en Gaia tenemos respecto del sexo. Además ya te dije lo que siento por ti como mujer. Y mira lo que me produces" y llevándole la mano a su ingle, hizo que Trevize le palpara su vulva empapada. Seguidamente, abriéndoselatúnica y tomándole ambas manos, las posó sobre sus duros pechos desnudos. La muchacha dio un respingo cuando él, bajando las manos agarró sus nalgas y se levantó con ella sentándola sobre el mesón, en donde estaba el tablero de comandos.

"Espera, no quiero sorpresas" le dijo Trevizemientras presionaba sobre unas marcas iluminadas del tablero. De inmediato, toda la pared de la zona de entrada a la cabina antes transparente se obscureció,al mismo tiempo que se oía un pequeño click en la puerta de entrada. Las pequeñas sandalias de Bliss quedaron fuera en la entrada, como pequeños testigos a la espera de su dueña.

"¡Ahora, soy todo tuyo!" le dijo sonriéndole a la muchacha.

Ésta, mientras él accionaba el bloqueo de la cabina, había dejado deslizar su pequeña túnica celeste, la que quedó sobre el mesón enmarcando su cuerpo desnudo. Trevize se colocó entre sus muslos mientras la tomaba de sus caderas; mientras,la muchacha se afanaba en su hombro buscando el broche de la túnica; cuando lo encontró la tiró hacia abajo. Trevize quedo desnudo frente a ella, sólo con su calzoncillo que ahora lucía un cono de tela por la enorme la erección de su pene.

Ella sentada sobre el mesón de comandos, con sus manos sobre sus hombros, rodeó sus caderas con sus piernas y, con sus talones, lo empujó hacia ella abrazándolo nuevamente."Lo único que me preocupa ahora", le dijo mientras Trevizesin dejar de mirarla a los ojos, subía sus manos desde sus caderas hasta lograr acariciarsus duros pechos, "Es cómo lo haré para hacerte el amor durante el viaje y sin que se entere Janov".

"Creo que tendrás que darle su cuota de cariño a Janov, y hacerlo dormir más frecuentemente", le dijo riendo Trevize mientras comenzaba a lamer sus pezones.

Blissansiosa, dirigió sus manos hacia la pretina de sus bóxers y trató de bajarlos por sus caderas, hasta que se encontró con su enorme pene erguido que se lo impedía; con sumo cuidado metió su mano derecha y asió el tronco de su verga y con su izquierda retiró la pretina librando así la cabeza.

Bajó una mano a lo largo de su miembro apreciando su dureza, deslizando la punta de sus dedos como una ciega que tratara de interpretar braille en las venas de su verga cada vez más hinchada. Colocó su otra mano en mentón y lo atrajo hacia ella y comenzó a besarlo, a succionar sus labios, primero el superior y después el inferior, tirándolo con su boca, jugando con su lengua una y otra vez. Ella presionaba ahora la cabeza de su verga contra la entrada de su vulva, haciéndola deslizar a lo largo de sus labios vaginales. Gimió contra la boca de él, cuando sintió que la punta después de presionar su clítoris, comenzaba a abrirse paso entre los labios de su mojada vulva.

Tomándolo de la nuca, la muchacha se fue recostando lentamente en el mesón de comandos sin dejar de besarlo y sin dejar de presionar su verga contra la entrada de su vagina. Por razones de comodidad para el piloto, el mesón estaba diseñado con un suave material y cedió a las curvas de su cuerpo.

Trevizetomó con suavidad sus muñecas las apartó y besándolas, la muchacha suspiro decepcionada al sentir que la verga se retiraba de la entrada de su vulva; pero, decidió esperar lo que él quería hacer. Trevizecolocó su boca en el vientre de la muchacha que estaba tensó por el esfuerzo al bajar hacia atrásybajando comenzó a darle pequeños mordiscos hasta que su lenguallegó hasta el promontorio de su pubis.

Después Trevize hizo algo que ella no esperaba, se sentó en el sillón de comando, mientras tomaba sus tobillos y los ponía sobre sus hombros; se acercó a ella y hundió su rostro entre sus piernas. La muchacha gimió mientras miraba como su boca se apoderaba nuevamente de su vulva y lamía su hendidura hasta que sus labios asían su clítoris y su lengua jugueteaba con él. Bliss gemía;gemidos que aumentaron cuando sintió que su dedo se insertaba en su hendidura y movía hacia adelante y atrás como si fuera un pequeño pico.Mientras ese juego continuaba, la muchacha apoyada sobre sus codos, su cabeza colgando hacia atrás, gemía de placery sus caderas se retorcían con su caricia sobre el mesón.De pronto se irguió sobre el mesón, bajó sus pies de sus hombros y tomándole la cabeza para mirarlo y con los ojos brillantes de deseo le rogó más que le pidió:"Por favorGolan, estoy muy caliente, quiero sentirte, y ahora. Ha pasado demasiado tiempo" y lo levantó hacia ella.Trevizese alzó del sillón, seliberar de sus bóxers y tomando su verga desde la base, comenzó a darle golpecitos sobre su clítoris sobre los labios de su vulva, a pasar la cabeza mojada con los jugos de su propia excitación a lo largo de su hendidura. Las uñas de la muchacha se hincaron en sus hombros, tembló con el juego y sus ojos brillantes miraban hipnotizados la enorme cabeza quetratabaded abrirse paso entre los labios de su vulva totalmente mojada. Ella no se pudo contener más, y haciendo un movimiento de cintura, que a Trevize le hubiese quebrado la columna, se dobló hacia él, seagachó y se apoderó

desu verga y comenzó a succionar con deleite su cabeza por unos largos minutos.

"¡No sabes cuánto eché de menos tu pico!" le dijo la muchacha sonriendo mientras relamía sus labios.

Después volvió a la posición anterior; pero esta vez fue ella misma la que dirigió la punta del rígido miembro hacialahendidura de su vagina. Los jugos de la muchacha y su saliva, permitieron que Trevize deslizarala cabezadentro de la muchacha en un solo envión; pero, su vulva estaba demasiado apretada cuando trató de continuar la penetración. Bliss gimió sin parar cuando Trevizeempujando, logro penetrarla primera parte de su hinchado miembro.

12