En Cámara Lenta P. 07

BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí

"Tiene que ser en la cama" explicó. "Vamos a la cama."

Incapaz de alcanzar sus labios, le lloví a besos en la nuca, en los hombros, en el cuello. Mi Celeste, invitándome a su cama para consumar nuestro amor.

"¿Tú no quieres?"

"Aún ni siquiera empiezas a ducharte."

"Tienes razón..."

"Tengo otra idea."

Mis dedos comenzaron a bajar por el pubis de Celeste. Ella abrió sus piernas gustosa para dejarlos pasar. Sentí por primera vez su clítoris, diminuto surco rígido terminado en un botón liso, que se perdía entre labios rugosos.

"Ahhh, mi amor..." suspiró Celeste.

Comencé a acariciarlo muy suavemente, examinando con cuidado su forma y su volumen. No buscaba dar placer, sino simplemente conocer, pero Celeste quería más que eso.

"Más-- Más rápido" susurró. "Por favor."

Con gusto obedecí, apreciando como su cuerpo se tensaba en respuesta a mis caricias.

"Siempre quise esto, siempre quise sentir tu mano ahí, acariciándome justo en ese lugar, siempre-- ahh..."

Las palabras de Celeste eran rápidas, entrecortadas, apenas coherentes, fragmentos de la corriente de su conciencia, fluyendo directas desde los rincones más íntimos de su ser. Comencé a lamer su hombro con la punta de mi lengua, para contribuir a su éxtasis.

"Cada vez... Cada vez que me toco, en las noches, cuando no estás, y te deseo, cada vez que me toco, pienso en ti, mmh, im-- imagino que mi mano es tu mmmm... tu mano..."

Celeste apenas lograba pronunciar las palabras.

"...imagino que es la mano de mi novio la que me toca y me da placer y me-- ¡Ahhh!"

La mano de Celeste golpeó la mía; quería tocarse ella misma, acelerar su placer; era casi un reflejo para ella. Yo tenía atrapado su clítoris entre mi índice y mi dedo mayor, y lo frotaba sin cesar.

"Eso, amor mío, sigue, rápido, rápido... Se siente muy bien así, con el agua..."

Sentí su mano temblorosa en la mía, apretándome al ritmo en que yo la masturbaba. De pronto, comenzó a empujarme más abajo, más... adentro. Seguí frotando, manteniendo un ritmo constante, y bajando poco a poco hasta las profundidades de mi amada.

Me abrí camino con los dedos, al menos unos dos centímetros. Todo se sentía tan blando, nada ofrecía ni la menor resistencia. Si bien el agua nos cubría por completo, el interior de Celeste era más viscoso que el resto de su piel, y mucho más cálido -- prácticamente un horno.

"¿Te gusta?" le pregunté, sin dejar de frotar.

"¡Mmmnnnh!" gimió ella.

Su voz lo dijo todo: estaba a momentos de un intenso orgasmo. Tomó mi mano con fuerza, y la empujó más adentro, curvando mis dedos. Seguí sus pistas, y encontré de inmediato un área rugosa y la acaricié suavemente, como haciéndole cosquillas. Celeste reaccionó contrayendo todo su cuerpo bruscamente y permaneciendo varios segundos en esa posición, con las piernas temblando. Había encontrado el elusivo punto G, al primer intento.

Mi cuerpo siguió al de mi amada. Apreté su pecho izquierdo en mi otra mano, y cubrí su hombro de suaves mordiscos, inundando a Celeste de placer.

"¡Mnhhh! Sigue, mi amor, sigue... sigue, sigue sigue sigue sigue ¡UHH!"

Celeste suspiró profundamente, y comenzó a estremecerse entre mis brazos. Su orgasmo fue hermoso. Incontables sacudidas mecieron su cuerpo, encorvándola cada vez más. Yo acompañaba cada sacudida con otro mordisco en su hombro, que a su vez le provocaba la siguiente. Sentí la vagina de Celeste, pulsando en torno a mis dedos, de principio a fin.

Terminamos tumbados en el suelo, agotados. Debo haber retirado mi mano demasiado pronto, porque Celeste colocó la suya en su lugar y continuó masturbándose por varios segundos más. Hubiera sido una lástima desaprovechar tan intenso placer. Eventualmente, llegó al punto en que las caricias se le hicieron insoportables.

"Te amo" murmuró.

Intentó darme un beso, pero una última sacudida de su orgasmo la sobresaltó antes de que pudiera ubicar mis labios, y su cabeza cayó torpemente en mi hombro, quedándose allí para siempre.

Enjaboné a Celeste con el mayor cariño del mundo y dejé que el agua terminara de limpiarnos. Nos quedamos allí varios minutos luego de haber cerrado el grifo, incapaces de soltarnos, temerosos de volver a la vida real y tener que vivir con nuestros cuerpos separados.

12
Por favor califica esto historia
El autor agradecería tus comentarios.
  • COMENTARIOS
Anonymous
Our Comments Policy is available in the Lit FAQ
Postear como:
2 Comentarios
AnonymousAnónimohace más de 6 años

Esta historia es hermosa, gracias por compartirla.

AnonymousAnónimohace casi 7 años
hermoso!

wow! esta tan hermosamente escrito tu relato q me he quedado leyendo en vez de dormir... uff continúa escribiendo por favor

Comparte esta Historia

LEER MÁS DE ESTA SERIE

En Cámara Lenta P Información de la Serie

SIMILARES Historias

El Puente La primera vez que realmente disfruté
El Duque de Rhül Un noble catalán se enreda con una prostituta.
Amors Kuss Teil 01 Amor und Psyche in moderner Form.
Noche De Pasión Una noche locamente sexual y de placer se avecina.
Cu Dora Sex cu Dora, în peioada ovulației.
Más Historias