Entre-cruzados

Historia Información
Del encierro de la pandemia, rumbo a un día de locura total.
9.3k palabras
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Parte 46 de la serie de 46 partes

Actualizado 09/07/2023
Creado 08/08/2023
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Durante pandemia mi novio y decidimos irnos a vivir juntos ya que no íbamos a poder salir. En ese largo encierro nos cogía la habladera de temas filosóficos y existenciales, recuerdo en especial una noche de esas en vela cuando daban el peor panorama, casi como un apocalipsis.

- ¿Qué te gustaría haber hecho antes de morir?

No fui capaz ni de contestarle, andaba agobiada y deprimida con tanta noticia sobre las cifras de muertos y contagios. La misma pregunta me daba vueltas una y otra vez durante el dia. Hasta que al fin encontré como responderle casi un mes después mientras nos tomábamos unas copas de vino acostados en el suelo a la luz de unas velas.

- Fede, sabes que, todavía no me voy a morir, pero esto si me enseño que debo atreverme más y disfrutar de la vida sin tantos miedos. No quiero volver a estar en una pandemia arrepentida de tantas cosas que pude hacer

- Entonces te cambio la pregunta ¿cuándo esto acabe y podamos salir que es lo primero que te gustaría hacer?

Me tarde un momento en decirlo, no sabía ni siquiera como lo iba a tomar, ya llevábamos varias peleas fuertes por culpa del encierro y una decepción más no iba ser buena idea.

- Mejor lo hablamos luego

- Relax, hágale, dígalo con confianza

- ¿Seguro? ¿no te enojas?

Me tomó de las manos y me dio un beso en la frente.

- Prefiero verdades, por más duras que sean

- Siempre me pregunté por qué habiendo tenido varias oportunidades nunca me acosté con otra mujer

Federico se tiró hacia atrás muerto de risa agarrándose el estómago.

- ¡HP me imagine lo peor, menos esto! jajajaja

- ¿Qué tiene de gracioso?

- Pues que pensé que ibas a decir que querías ser libre o algo así como terminar para poder vivir tu vida --hizo una pausa larga, tomo un poco de vino-- y lo que dijiste no me disgusta para nada, por mi está bien si quieres experimentar con otra mujer

- Pero no estoy hablando de hacer un trio o que estemos los dos con ella, digo de estar completamente sola con ella

- Si, tal cual, eso entendí. No me molesta siempre y cuando no lo hagas a escondidas y me cuentes cuando suceda

- El cuándo sí, pero el cómo no, no sería capaz

- Aham --afirmo tranquilo y calmado--

- Entonces ¿solo cuando paso y ya? ¿en serio? --lo mire incrédula directo a los ojos-- ¿no te tengo que decir antes de que...?

- Si, tal cual

Él pareció no darle mayor trascendencia y hasta cambiamos de tema, seguimos hablando de otras cosas más "normales" que nos gustaría hacer solos o juntos, por ahi hasta medio tocamos el tema de matrimonio e hijos.

Los días siguientes no volvimos a tocar el tema, sin embargo, esa conversación si hizo que en el porno amateur que a veces veíamos introdujéramos temática lésbica y vaya que me calentaba. A veces el auto play nos colocaba trios y viendo como pasaban de bueno entre tres, la idea de compartir una mujer con él me empezó a calar en la cabeza, pero igual nunca se lo dije.

---

Al fin llegaron las vacunas, fuimos de los primeros en recibirlas y tener hasta los refuerzos con tal de poder salir. También unos de los primeros en retomar la ida al GYM, todavía andaba medio vació no iban muchas personas y era maravilloso no tener que esperar para que se liberara una de las maquinas.

La gente estaba agotada de socializar de forma virtual y sacaban cualquier excusa para terminar hablando con los pocos que íbamos, eso sí "guardando" la distancia.

Entre rutina y rutina de ejercicio conocimos varias parejas y personas con los que creamos nuevas amistades. Lucia y Sandra fue con las que mejor me entendí y con las que más tomaba rutinas y clases para hacerlas juntas porque nos dábamos ánimos y motivación.

Definitivamente todos salimos con unos kilitos de más de pandemia y en las duchas me avergonzaba un poco que me vieran. Ellas en cambio se iban desnudando sin pudor alguno. Al inicio pensé que era cosa, de bueno ya saben, lesbis y me llegué a ilusionar de que tal vez iba a pasar algo con ellas.

Me duchaba con ropa interior esperando a ver como evolucionaban las cosas, nunca vi una mirada imprudente o cosas "raras" entre ellas y aunque me decepcioné un poco de que ninguna fuera del otro equipo, si terminé cogiendo confianza y me empecé a bañar sin ropa también.

El problema era lidiar con todas esas hormonas inundando mi cuerpo. En la noche, aunque sabía que era algo que ya no iba a pasar, me daba una ducha caliente y me pegaba tremendas masturbadas pensando en que ellas dos se me acercaban y me comían ahi en las duchas ante la mirada de las otras mujeres que poco a poco se iban uniendo lentamente y así terminábamos en una orgía a escondidas de todos los hombres.

Me causa gracia porque hasta título le tenía "Lo que pasaba en el baño de mujeres, se quedaba en el baño de las mujeres" como si algún día se fuera a convertir en una película porno. Quedaba con los pies débiles y temblando de lo tanto que me hacía venir esa maldita idea.

Definitivamente tenía que estar con una mujer y quitarme ese antojo tan tremendo.

---

Una noche de jueves, ellas nos invitaron a una finca con sus parejas y claro que aceptamos, me moría de ganas de volver a viajar y tirarme al sol para coger un poquito de color. Programamos todo, hicimos las compras y las distribuimos en dos carros para poder salir a mediodía del viernes.

Tarde en la noche me llamó Lucia a preguntarme si nosotros podíamos llevar una amiga que iba sola. Se suponía que era un plan de parejas y al principio me sonó un poco incomodo llevar al alguien que no conocía, pero nos dio pena decirles que no, sabiendo que ellos habían pagado el resto.

Llegamos a la dirección que nos dieron y vimos una persona asomarse en un balcón y agitar su mano, mientras gritaba "¡YA BAJO!". Cinco minutos después, sale por la puerta y madre mía, que espectáculo de mujer... de camino a la camioneta era como si se moviera en cámara lenta.

Llevaba una pava grandísima para darle sombra, lentes oscuros y un hermoso vestido de tela ligera ceñido al cuerpo con los hombros al descubierto, sus piernas larguísimas y bronceadas, un escote profundo y los pezones marcados dejando claro que no llevaba sostén y que tampoco es que lo necesitara para mantener sus pechos en sus sitio, sus rizos naturales y ensortijados rebotaban a cada paso y al acercarse para pasar frente a la camioneta nos deslumbró con una blanca sonrisa que salía de sus gruesos y rojos labios.

Volteé a mirar a mi novio, que estaba como menso con la boca abierta. Antes de que ella lo fuera a ver así, con un rápido movimiento le di un leve golpe en la mandíbula y lo traje de nuevo a la realidad. Si, se había pasado, pero ni siquiera se lo reproché porque hasta a mí me había encantado.

Abrió la puerta de atrás, metió un par de maletas de mano, se sentó justo en medio quitándose la pava y se acercó a nosotros de manera efusiva a saludar de beso en la mejilla como si nos conociera de toda la vida.

- Hola chicos mucho gusto, Sofia

Primero fue a saludar a mi novio y como seguía pasmado ambos quedaron mirando hacia adelante mientras juntaban sus mejillas. Ya iba en dirección a mí a saludar de igual manera, pero me di la vuelta y por poco nos damos un beso quedando a escasos centímetros. Ella lo evitó con sutileza yendo un poco mar allá solo tocando nuestras comisuras, regresando a su lugar mostró una picara sonrisa, quitándose los lentes de sol y la mirada hacia el suelo como si sintiera un poco de vergüenza.

- ¿Ustedes son los amigos de Lucy cierto? --mientras limpiaba sus lentes contra la falda de su vestido--

Los dos seguíamos con un nudo en la garganta sin poder hablar, él deslumbrados por su belleza y personalidad arrolladora, yo por ese pequeño accidente.

- ¡Ay no! ¿me monté en el carro que no era? ¡que vergüenza!

- No, este, digo, si, si... si somos, claro --tomándola del brazo--

Ella levantó la mirada aliviada sonriendo. Note que su ojo izquierdo tenía una leve desviación y oh problema porque siempre me pongo incomoda con ese tipo de personas porque cuando les hablo no soy capaz de dejar de mirar el ojo con el defecto y sé que eso también hace sentir incomoda a la otra persona.

Me di la vuelta, me coloque el cinturón a toda prisa, mire al frente con el cuello recto y tenso para obligarme a no voltear.

- Vamos amor, que nos coge la noche --palmeando mis muslos con ambas manos--

Él me miro raro sin entender mi extraña reacción, hasta que dio un vistazo por el retrovisor y alcancé a notar su micro sobresalto al ver algo que tampoco se esperaba.

- Si, si vamos

Se colocó los lentes oscuros, encendió el carro y tomamos rumbo a salir de la ciudad. Todo iba super bien, la nena era un relax total, super buena conversadora, hasta que nos encontramos con una fila infinita de carros detenidos.

Mi novio miro en el Waze y vio un reporte de que 4 kilómetros más adelante había un accidente de una tractomula que se había llevado 5 vehículos, afortunadamente sin heridos de gravedad.

Paro total. La gente apagaba los vehículos y hasta se bajaban a estirar las piernas. Nosotros sin saber que hacer nos quedamos como estatuas mirando al frente para evitar la incomodidad.

- Ya que no hay de otra contemos chistes --dijo ella con tono divertido-- yo empiezo --carraspeo--. Había una vez una bizca...

Volteamos los dos con la cara roja de la vergüenza y ella se agarró el estómago muerta de risa.

- Si vieran sus caras --más duro se reía--

- Ay no, que vergüenza con vos --dije apenada porque pensé que habíamos disimulado bien--

- O rompo el hielo --junto su ojo izquierdo aún más hacia su nariz mientras el derecho permanecía casi quieto-- o ustedes "cuatro" les va a dar una tortícolis

Ya fue inevitable no reírnos todos y la verdad es que nos liberó para dejar a un lado la incomodidad.

- Me pasa todo el tiempo, afortunadamente este truco nunca falla

- ¿No te molesta que...?

- La verdad es que es más incómodo para los demás que para mí, yo ya me acostumbré, así que sí, es más que obvio que tengo un ojo perdido y el otro buscándolo --riendo a carcajadas-- así que dejando lo obvio a un lado pasemos a algo más interesante ¿les parece?

Nosotros nos giramos hacia el centro apoyando la espalda en las puertas y ella se acomodó justo en el medio de las sillas. Asi podíamos hablar viéndonos a las caras.

- A propósito, no me dijeron sus nombres

- Yo soy Melina y él es Federico

Una delicia conocer personas así, extrovertidas, conversadoras y despreocupadas. Se nos iba el tiempo si siquiera pensar en la espera o que se abriera la carretera. Estuvimos al menos dos horas detenidos, tiempo suficiente para contarnos de su vida.

No nos sorprendió que trabajara como modelo para revistas de lencería y vestidos de baño con ese cuerpazo, personalidad y carisma. Lo de su ojo ya no era un problema gracias a que su manager buscaba que sus sesiones fueran con lentes oscuros para los de trajes de baño o solo del cuerpo para la lencería, igual cuando era de cuerpo entero nos mostró un ángulo especifico en que su ojo no se desviaba tanto y el resto pues se corregía en edición con photoshop.

Era tan buena en ello que su "defecto" era lo que menos les importaba a las marcas que la contrataban. Ahora que tenía la oportunidad de detallarla mejor, la verdad es que también tenía un rostro hermoso de descendencia árabe con facciones muy finas y pulidas que le daba una apariencia sensual y de glamour difícil de encontrar en otras modelos.

- Ya se está moviendo --dijo mi esposo al escuchar que varios vehículos encendían el motor--

Abrieron un solo carril para ir evacuando, estuvimos casi otra hora más avanzando 5 kilómetros por hora hasta que pasamos el lugar del accidente. Nosotras dos no parábamos de hablar, como si nos conociéramos de siempre.

Tratando de desviar mi atención de su ojo me enfoque en su boca que era otra maravilla de la naturaleza. No sé si envié un mensaje incorrecto o si fui demasiado obvia, pero ella llegó de la nada con un tema que no me esperaba y que sonó como a excusa para lanzarme una indirecta.

- Si, siquiera ya podemos salir de este encierro. Yo me separe hace un mes y ahora lo que quiero es aprovechar cada oportunidad que me de la vida y alocarme un poco --acercándose a mi boca-- o mucho, todo depende con quien

Me dio de todo, no me esperaba que fuera a suceder justo en ese momento: «¿voy a besar a una mujer?». Fede que estaba concentrado en pasar con cuidado por el pequeño entre los accidentados nunca se dio cuenta de lo que estaba pasando entre las dos.

- Uf si estaba como feo el choque --dijo rompiendo el momento y bajando la ventana para ver--

Las dos volteamos a ver y tras pasar el nudo de latas retorcidas con la via libre y su afán de recuperar el tiempo perdido dio un acelerón. Sofia se fue de para atrás y hasta se le levantaron las piernas mostrándome todo debajo de su vestido.

- Ahhhh jajajajaja que brusco jajajaja

Se empezó a reír de forma coqueta y chistosa, colocándose una mano en la falda para cubrirse, pero yo me quede pasmada con esa imagen en mi mente al darme cuenta de que no llevaba ropa interior.

- ¿Qué pasó? ¿paro? --dijo medio preocupado, pero sin dejar de acelerar y su mirada enfocada al frente--

- No nada, que casi matas a Sofi, pero tranquilo que ella está muy bien --sin quitar mi mirada de su sexo--

- Lo siento, es que sino aca nos quedamos otras dos horas. Mejor, abróchense los cinturones chicas

- Si, no vaya a ser que ocurra otro accidente --dijo ella mojándose los labios--

- Si, mejor --volteé hacia adelante y me coloqué el cinturón lo más rápido que pude--

Me entró el susto al ver que las cosas estaban avanzando demasiado rápido con ella, no estaba lista aún y mi conciencia hetero sexualizada me inundaba de duda.

Mejor me enfoqué en ver hacia adelante, agradecida de estar "amarrada" con ese cinturón que evitaba que cada que me imaginaba besándola y mi entrepierna se humedecía me tirara de un brinco en la silla de atrás a hacerle de todo.

Mi novio solo estaba concentrado en pasar rápido los otros camiones y no quedar en medio del tráfico de todos los carros, ni siquiera se percataba de las miradas y risitas coquetas que nos dábamos, ni de como cuando volteaba a contestarle algo ella colocaba en sus manos en los muslos y las empezaba a subir levantando su vestido, hasta que me intimidaba, me hacía mirar a otro lado y se secaba de risa.

Era toda una diablilla, una confirmación más de que no había sido solo mi imaginación y que en esa finca algo iba a pasar con ella, estaba segura.

Alcanzamos la punta de vehículos y con la carretera más despejada, retomamos el ritmo normal, disfrutamos de los paisajes y hablando poco. Ella que ya había ido antes a la finca solo intervino para darle indicaciones de cómo llegar al tomar una carretera destapada.

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Al fin llegamos, ellos se saludaron efusivamente entre todos, los novios de las dos nos parecieron un tanto mayores de lo que nos esperábamos, pero le restamos importancia. Mientras bajábamos las cosas, les contamos como el accidente nos había retrasado y lo feo que estuvo. Haciendo cuentas ellos se salvaron de quedar ahi también porque habían salido media hora antes.

La finca en tierra caliente, un lugar muy bonito, cuidado y comodo. Hacía un calor endemoniado que derretía si no te hacías a la sombra, literalmente daban ganas de andar sin ropa.

Dos edificaciones, en una de ellas se encontraban cinco camas dobles, tres en cada pared y otro par más en la pared más larga que fueron las que nos asignaron a nosotros y a Sofi. No es que me agrade compartir la habitación con más personas, pero igual ya estábamos advertidos y no había sido una sorpresa.

Cada cama estaba dispuesta en ese lugar con una ventana en su cabecera y recibir la brisa nocturna. No es que estuvieran apeñuscadas, la verdad es que tenía espacio suficiente para montar unas divisiones, pero decían que por el calor era mejor así para que el viento fluyera y ayudara a refrescar.

La otra edificación era una cocina abierta justo a unos metros de las habitaciones. Lo mejor y más deseado, bajando una ladera encontrabas un kiosco con una piscina deliciosa que me llamaba a gritos para apaciguar el calor y bochorno.

Las chicas, excepto Sofia, nos metimos juntas al baño como de costumbre, nos ayudamos a cambiar y poner los trajes de baño. Nos halagábamos la evolución que habíamos tenido en el GYM, de verdad que se notaba. Apenas salimos Sofi, entró con un bolsito de mano.

Los hombres preparaban la comida y los tragos, nosotras nos sentamos a la mesa. Cuando la vimos salir de la habitación, de nuevo era como si se moviera en cámara lenta. Llevaba un mini bikini que dejaba muy poco a la imaginación, encima una vaporosa de tela fresca semitransparente que le daba un aire aún más provocativo. Era imposible no mirarla, todos lo hicimos, pero el esposo de Sandra si se pasó demasiado hasta con la expresión de viejo verde y hasta se llevó un codazo "disimulado".

Comimos hablando demasiado y riendo a mas no poder. Nos hicieron sentir super bienvenidos y parte del grupo. Luego lavábamos la cocina y dejábamos todo limpio, pero seguían los reproches por parte de Sandra a su esposo que no dejaba de mirar con morbo a Sofi y la hacía sentir a ella como un cero a la izquierda. Terminaron por irse a hablar un poco alejados y después de unos minutos regresaron más amorosos.

Reposamos un poco y al fin lo que más esperaba. Meternos a esa deliciosa piscina de agua cristalina.

- ¡El último en meterse es una gallina! --grito alguien--

- ¡y le toca la lavada la cocina! --dije entre risas--

Casi que corriendo bajé la ladera y me lancé de clavado, estaba a una temperatura perfecta. Al salir a la superficie veo en el aire como los hombres se tiran en torpedo agitando toda el agua, seguido entraron Lucia y Sandra usando las escaleras como unas princesas.

La estábamos pasando delicioso, jugábamos con una pelota infalible, todo mientras Sofia solo se ocupaba de su bronceado y hacía que a los chicos se les desviara la mirada cuando se acostaba boca abajo se metía la tanga entre las nalgas, se soltaba el sostén en la parte de atrás para que no le quedaran las marcas y se veían sus deliciosas bubbies asomarse por los lados.

Creo que él se dio cuenta de que yo también la quería ver, pero no podía hacerlo sin que los otros lo notaran. Asi que se acercó a mí, me dio un beso y nos apartamos un momento. Lo abracé con las piernas por la cintura, apoyé mi cabeza en su hombro y se dio la vuelta quedando de espaldas a ella para poderme deleitar viendo esa diosa.

- ¿Esas miraditas entre ustedes qué?

- ¿Miraditas? --respondí con ironía-- ¿yo? ¿con quién? --riendo como niña chequita cuando es descubierta haciendo alguna fechoría--

- ¿Te gusta?

- Claro ¿a quién en sus cinco sentidos no?

- Si, la verdad es que esta buenísima

- No solo me gusta por bonita, tiene una energía cósmica brutal

- Aham cósmica, lo que quieres es que te ponga a ver estrellitas jajajaja o que te muestre el agujero negro wajajajaja

- ¡Fedeeee! --le reproché con vergüenza--

- Solo es que me des la señal y yo me encargo de distraerlos

Me separé a mirarlo a los ojos sorprendida y se me salía esa risita que delataba las ganas de cometer ese pecado. Hasta que nuestra interesante conversación se vio interrumpida.

Aunque Sandra trataba de disimular su enojo se le escuchaba como le recriminaba a su esposo cada que miraba hacia Sofia, le tapaba los ojos con la mano y le volteaba la cara hacia ella como si fuera un niño pequeño lo hizo acomodar siempre de espaldas a ella, como si eso fuera una solución.

Los otros cuatro tratamos de romper el incomodo momento, empezamos a jugar de nuevo lanzando la pelota inflable para que se relajaran y no se fueran a tirar el paseo. La cosa era tan incomoda que sin poder terminar de disfrutar el resto del sol de la tarde Sofia prefirió irse para la cabaña a darse una ducha y aprovechar para leer un poco.