Exhibiendome ante mi Antigua Amante

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Encuentro a Laura despues de mas de 15 años. Y me exhibo
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Laura y yo habíamos sido amantes por un par de años. Fue una relación bien apasionada y llena de cariño, pero llegó a su fin por las limitaciones que teníamos. Eso fue hace 15 años.

Yo me mudé de país en este tiempo. Pero mantuvimos un contacto abierto a través de correo electrónico y algunas llamadas telefónicas.

Por motivos de trabajo, empecé a viajar a donde vive Laura. Un día le dije que iba a estar en la ciudad y sería bueno vernos. Ella trabaja intensamente por lo que lo mejor era una cena. Ella me preguntó si estaba yo solo y si podría quedarse mejor a dormir conmigo en el hotel para no desplazarse tanto.

La noche anterior a la pactada, mi sorpresa fue encontrarla en el lobby del hotel cuando llegué. Hacía mucho tiempo que no lo veía, sólo un par de fotos. Me desarmó su sonrisa. Se levantó y nos abrazamos.

¿Qué haces aquí? Le pregunté y me dijo que quería verme y reconocer el lugar. Tenía que marcharse pronto. Platicamos unos momentos y la acompañé a tomar un taxi afuera.

Llegó la noche pactada. Ella llegó algo tarde y bajé por ella para ir a la habitación. Dejó sus pertenencias y nos abrazamos. Sólo un beso de mejilla. Pasó a la sala de baño y luego bajamos a cenar.

Conversamos largamente mientras comíamos y tomábamos un vinito. Fue una muy agradable noche. Nos pusimos al corriente de nuestras vidas. Ella seguía sola, pero feliz, dijo.

Poco antes de subir le dije que teníamos un "problema" que discutir. Le dije que yo normalmente duermo sin ropa y que por tanto no empaco pijama. Le pregunté cómo quería manejar eso, si prefería que yo me metiera a la cama mientras ella estaba en el baño. Y simplemente me dijo "nada, no hacemos nada. Tú vive como lo hubieras hecho sin mi"

Eso me llenó de excitación. Siempre he tenido un lado exhibicionista.

A Laura le gusta ducharse en la noche antes de dormir. Tomó sus cosas y se metió a la sala de baño. Yo decidí ponerme en pelotas. Mi corazón estaba acelerado con la excitación. No sabía qué hacer. Intenté sentarme en la cama con las piernas abiertas para mostrarle "mis tesoros", me senté en el futón que había. Finalmente me decidí por recostarme sobre la cama, mirando la TV. Dejé caer mi pene entre mis muslos para no ser tan obvio.

Cuando Laura salió del baño me miró como si no pasara nada. Venía con una mallas azul celeste que hacían que se formara su pata de camello, deliciosa. Podía ver su rajada en medio. Y una remera arriba.

Yo estaba algo inseguro y me incorporé un poco, girando mi cuerpo hacia afuera. Mi pene cayó frente mi muslo. Goteaba, lo cual me hacía sentir incómodo. Cada vez que podía, secaba yo con mis dedos ese líquido.

Me levanté para ir la baño y al regresar Laura estaba sentada sobre la cama. Caminé hacia ella y pude ver que no buscaba mirarme el paquete, sino mis ojos. Sonreímos. Me planté a poco menos de un metro de ella. Su cara estaba a la altura de mi paquete. Y hubo un momento en que bajó la mirada para verlo, pero no dijo nada. Ella se recostó ahora como estaba yo y yo me acosté de lado frente a ella, atravesado sobre la cama a conversar. Mis "tesoros" estaban a plena vista de ella.

Después de un tiempo, nos metimos en la cama. Cada quien en su lugar. Y apagamos la luz. Yo decidí acercarme a ella. Puse mi mano sobre su vientre. Y entonces ella puso su mano sobre la mía. Unos minutos después le dije "Buenas Noches" y le planté un beso muy ligero sobre sus labios. Le pedí se pusiera de costado y yo me pegué atrás de ella, como la posición de cuchara. Acaricié su brazo, luego un poco su vientre sobre su remera. Luego bajé algo inocentemente sobre su muslo. Y llegué a acariciar su nalga ligeramente. Se sentían tan firmes como las recordaba. Ella hace bastante ejercicio.

Para entonces sentí por su respiración que ella se estaba quedando dormida. Me pegué a su cuerpo y la abracé. Ella volvió a poner su mano sobre la mía y se durmió.

Al despertarnos, volví a acercarme a ella. Primero me puse "de cuchara" atrás de ella y acaricié de nuevo su brazo, su vientre. Crucé mi brazo por encima de sus pechos y los pude sentir. Son pequeños, una copa A. En un momento, bajé mi mano hacia su vientre y pude rozarlos. Me gustó sentir lo suaves que son.

Mi pene se estaba poniendo duro y se lo pegué a su cuerpo, pero sin presionar demasiado. Pero lo suficiente para que ella supiera cómo estaba de parado.

Me giré y le pedí si se podía poner atrás de mi, como lo había hecho yo. Lo hizo. Llevé su mano a mi pecho y le pedí si me podía acariciar. Laura no parecía querer exponerse a tocarme más y lo respeté.

Al tiempo, me levanté y fui a la sala de baño. Cuando volví ella seguía en la cama. Me acerqué despacio. Le mostraba mi paquete en todo su esplendor, ya que estaba casi a la altura de su campo de visión. Me quedé parado a la orilla de la cama. Mi pene estaba a unos 35 centímetros de su cara. Estaba a mitad de parado. Engordado y algo levantado. Conversamos. Y decidí entrar a ducharme.

Al salir, lo hice en cueros nuevamente. Ella se había vestido. Por lo que procedí a vestirme y nos fuimos a desayunar.

Esa noche volvimos a dormir juntos. Cenamos recordando viejos tiempos. Llegó el momento de subir a la habitación. Todavía conversamos un momento antes que Laura me dijera que se iba a duchar. Tardó algo en arreglar sus cosas, tener todo a la mano antes de entrar a la sala de baño.

Mientras, yo me desnudé y busqué dónde posicionarme para que me viera lo más claramente posible el paquete. Estuve escuchando su actividad y cuando pensé que estaba por salir me senté en la orilla de la cama, directamente enfrente de la puerta del baño. Así, cuando salió me encontró de frente con toda la vista. Mi pene colgaba bien relajado. Pude ver que sus ojos fueron un instante a verme y volvieron.

Esta vez Laura vestía solamente una remera larga que le llegaba unos 10 a 15 cms debajo de la entrepierna. Uhmm, me dije.

Le dije que ahora pasaría yo al baño y lo hice. Al salir unos pocos minutos más tarde, ella estaba sentada sobre la cama con las piernas cruzada enfrente de ella. Había dejado caer la remera para esconder su pubis.

Originalmente me senté frente a ella con mis piernas dobladas, dejando ver claramente mi pene y demás. Así conversamos. Luego me recosté enfrente de ella con lo que le exhibía todo. Al poco ella se movió e incorporó. No intentó taparse y si hubiera yo mirado directamente hubiera, creo, podido ver su vello púbico. Peor no lo hice.

"Vamos a dormir" me dijo y se levantó. Lo hizo sin mucho pudor, por lo que pude ver la mancha oscura de su vello entre las piernas.

Nos acostamos y me puse a su lado, aún con la luz encendida. Ella estaba boca arriba y yo puse mi mano en su vientre. La acaricié suave como la noche anterior. Tomé su mano y la puse sobre mi pecho. "¿Todavía no me quieres tocar?" le pregunté. Y me dijo que sí, pero que yo debía entender que ella necesitaba tiempo para recuperar esa intimidad. Pero dejó su mamo ahí un buen tiempo.

Al apagar la luz, nos dimos vuelta y me coloqué atrás de ella, dejando mi mano en su vientre. La acariciaba y bajé mi mano a acariciar sus muslos. Muslos fuertes y firmes. Subí por su muslo hasta su nalga que acaricié suavemente. Ella no opuso resistencia. La acaricié redondeando su contorno y sentí el vello de su entrepierna rozarme al pasar por el centro de su nalga.

Entonces subí mi mano por su vientre dejado de la remera. Me fui acercando a sus pechos. No había resistencia. Pasé mi mano por encima de uno. Y me sorprendió nuevamente lo suaves que son. Prácticamente se derretían en mi mano. Bajé al otro. Jugué un momento con ellos y busqué los pezones con mis dedos. Al tocarlos se pararon inmediatamente. Le besé el cuello.

Mi verga estaba ya parada y se la acerqué a su cuerpo. Como sentía que Laura podría dormirse pronto, coloqué mi verga entre sus nalgas, en ese valle delicioso. Ella no opuso ninguna resistencia. Pero no quise abusar, por lo que no me froté contra ella.

Y se quedó dormida mientras mi mano descansaba sobre sus pechos suaves y calientes.

En la mañana nos despertamos. Yo la tenía bien parada y se la dejé sentir en su pierna, pues Laura estaba boca arriba. Al poco rato la volví a acariciar. Lo hice sobre su vientre y poco a poco fui bajando hasta que mi mano rozó su vello. Rico. Después de un tiempo, volví a su vello. Esta vez lo dejé bajo la palma de mi mano y lo acaricié suavemente. Subí a sus pechos y los disfruté. Hice que sus pezones se pararan y entonces bajé de nuevo a su Monte de Venus. Ella mantenía las piernas cerradas e intenté meter mis dedos hacia su conchita, pero no aflojó las piernas. Me dediqué a jugar con su vello.

Cuando dijo que se iba a levantar, alejé las sábanas y pude verla desnuda desde poco debajo de sus pechos. Ahí estaba ese delicioso vello. Laura lo tenía la natural y lo tiene firme, pero no muy largo, aunque sí le cubre una buena superficie. Me incliné y lo besé varias veces.

Ella se levantó y fue a ducharse. Salió al rato en tanga y bra. Y me dijo "¿Cómo ves lo que traigo puesto para ti?" Lo hizo girando frente a mi y aproveché para jalarla a mi. Todavía estaba yo desnudo y aproveché para acariciar esas nalgas tan ricas.

Ya vestidos fuimos a desayunar y le pregunté si le molestaba que la tocara y acariciara. Me dijo que no, "Disfruto mucho sentir tus manos tocarme y tu cuerpo tan cerca" Pero me insistió que necesitaba tiempo para abrirse más.

Luego nos despedimos. Me fui dos días a otra ciudad. A mi regreso nos encontraríamos nuevamente. Dejé dicho en el hotel que le dejaran entrar a la habitación, pues llegaría antes que yo.

Me encontró en la habitación. Le dije que iríamos a un restaurant a una corta distancias. Ahí cenamos muy bien con un rico Merlot. Al caminar de regreso, ella hubo un momento que se detuvo y me besó suavemente en la boca. Me sorprendí y le pregunté por qué lo hacía. Y me dijo "por esto" y me dio un beso increíble en ese momento. Nuestras lenguas se enlazaron deliciosamente. Me excitó mucho.

En fin, llegamos a la habitación, nos besamos nuevamente, pero suavemente y ella me dijo que iría a ducharse. Cuando salió yo estaba esperándola recostado en la cama. Salió con la misma remera. "Apaga la tele" me dijo. "Quiero que te pongas boca abajo" Lo hice y ella acercó su boca a mi cabeza. "Quería que te tocara, ¿verdad?" "Pues te voy a hacer un masajito" y empezó a darme un masaje muy suave en los hombros. Luego la cabeza. Sentía sus manos calientes en mi piel. Bajó por mi espalda, acarició un poco mis nalgas y siguió por las piernas. Luego subió encima de mi. Pude sentir sus vellos cuando se sentó sobre mi espalda, a la altura de la cadera. Y empezó a masajear mis hombros. Era una delicia sentir su vello rozando mi piel. Me excité.

"Voltea" Y lo hice con ella arriba. Simplemente se levantó un poco. Entonces, sin sentarse, se acercó y empezó a acariciar mi cabeza, luego mi cara. Y se recostó sobre mi. Su boca quedaba al lado de mi oído y me dijo "¿Así es como querías que te tocara?" y le dije que sí, que claro, que esto era más de lo que pensaba. La abracé pero ella se reincorporó y siguió masajeando mi pecho. Entonces se sentó en mi vientre. Mi pene rozó su cuerpo. Pero lo mejor fue sentir la humedad de su panocha al sentarse sobre mi. Ya no sólo eran los vellos, sino su humedad.

Se movió hacia atrás y "cayó" sobre mi verga, que ya estaba bastante parada. Se detuvo y me miró con mucho cariño. Tomó mis manos. Y entonces le pedí que se sacara la remera. No lo hizo de inmediato. Vaciló un poco y finalmente se la sacó dejándome ver sus suaves bubis. Como dije, son unas A pero excelentemente formadas. Sus pezones son más oscuros de lo que esperarías.

Llevé mis manos a sus muslos y los acaricié. Me levanté un poco para tocar sus bubis. Deliciosas, casi se derriten en mis manos de lo suaves que son.

Para mi sorpresa, ella se levantó un poco metió su mano entre sus piernas y buscó mi verga. La tomó y se posicionó para clavársela, lo cual hizo bajando lentamente sobre ella al tiempo que se aseguraba que sus labios se abrieran. Se la metió toda y me buscó con los ojos. Me hizo el gesto de silencio. Y se quedó ahí, disfrutando de tenerla dentro. Y yo también de tenerla ensartada.

Se recostó sobre mi y me dijo al oído. "Quedémonos así, sin movernos" Yo sentía el calor de su cuerpo. Y no pude evitar abrazarla y recorrer su espalda con mis manos. Luego bajé a sus nalgas y finalmente busqué dónde era que mi verga la clavaba. Pasé por su ano y lo rocé ligeramente antes de volver a abrazarla.

En ese momento nos besamos con tanta o más pasión que en el regreso del restaurant. Nuestras lenguas se tocaban, perseguían y nuestra saliva se volvía una.

Yo recordaba que ella tarda bastante en poder llegar al orgasmo. No me sorprendió que acto seguido ella buscara su clítoris y empezara a masturbarse. Lo hacía delicioso. Yo veía su mano moverse sabiamente y su cara en estado de placer.

Unos minutos después de verla hacer esto, no pude resistir y me vine dentro de ella. "Me vengo" le dije y ella apuró algo su ritmo. Pero necesitó todavía unos 5 minutos más para llegar al orgasmo. Mi verga se había salido de ella entretanto.

Al terminar, Laura se dejó caer sobre mí. "No te vayas a levantar" me dijo. Y nos quedamos dormidos así.

La mañana siguiendo despertamos y pude sentir cómo todo mi vello púbico estaba impregnado de nuestros líquidos. La abracé y besé de buenos días.

Luego busqué su panocha y sentí también cómo estaba impregnada. "Estamos llenos de nosotros" le dije. Un par de minutos después me dijo. "hagamos algo sobre eso" y se movió para ponerse en una perfecta posición 69 y empezó a lamerme todo. Yo hice lo mismo. Pude sentir los sabores de ella y mío en todo aquello. Mientras mi verga se paraba dentro de su boca, yo mamaba todo lo que podía. Laura se mojaba rápidamente.

Me salí de debajo de ella y me puse detrás de Laura penetrándola "de perrito". Me dejé cogerla apasionadamente. Y pudimos venirnos los dos casi al mismo tiempo.

Esa fue la última vez que la vi. Estoy esperando volver a su ciudad para seguir esta historia.

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Anonymous
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1 Comentarios
AnonymousAnónimohace alrededor de 5 años
Buena historia

Me gusto como inicia la historia y como al final cogen

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