La seducción lenta de mi abuelo

Todos los personajes de esta historia son adultos mayores de edad.

Esta es la historia de cómo perdí mi virginidad con mi abuelo cuando después de mi cumpleaños 18.

Mis papás me tuvieron muy jóvenes, todavía estaban en la escuela cuando mi mamá quedó embarazada. Así que fui criada por mi abuela.

Maximo es su esposo. Él se robó su corazón y durante los ultimos 8 años se ha convertido en parte importante de nuestras vidas. Es mi abuelito pero en la calle las personas siempre creen que es mi papá porque era muy joven y guapo.

Mi abuelo tiene 40 años, es alto y de cuerpo atletico. Tiene cabello café y ojos color miel. Su sonrisa es encantadora y su voz es profunda. Sus manos son grandes y siempre huele delicioso. Yo lo quiero mucho, es el papá que siempre quise. Él adora a mi abuela y a mí también. Somos una familia feliz.

Este año quiero aprender a manejar ya que acabo de cumplir 18 años. Estoy segura que mi abuelo sería el maestro perfecto. Tiene mucha paciencia y siempre me trata con mucho amor y respeto. Además amor pasar tiempo con él, es el hombre perfecto.

"Abuelito, querido!!" Le digo dando saltos entrando a la cocina. Mi faldita celeste se levanta por los aires cada vez que salto y muestra mis panticitos blancos. Llevo medias cortas celestes y un brallette blanco que deja ver la silueta de mis pezones.

Mi abuelo siempre me ha tratado como una reina. Soy la niña de sus ojos, me adora como si fuera suya y es más especial aún porque no somos parientes de sangre. Ambos de mis padres me abandonaron pero este hombre espectacular que no me debía nada se quedó y me ama. Yo también lo amo con todo mi corazón, haría lo que fuera por él, no quiero que nunca se vaya de mi vida.

"Necesito que me enseñe a manejar, ahora que ya soy una asulta, porfisss" le digo mientras pego mi cuerpo a su brazo.

Siempre hemos sido muy unidos y de mucho contacto físico así que no es raro. Usualmente yo siempre estoy encima de él, me encanta tenerlo cerca y sé que a él también le encanta porque siempre me toca, me mira, me carga, me abraza, me hace masajes, me abraza y me besa.

Mis pechos son grandes, iguales a los de mi madre por lo que al acercarme lo primero que toca su brazo muscular son mis pezones parados. Usualmente solo se ponen duros cuando tengo frío pero ultimamente cada vez que estoy a solas con mi abuelo se ponen rigidos. Sé que él se dió cuenta y eso me averguenza un poco pero él solo me mira y jamás hace ningún comentario al respecto. Nunca me hace sentir mal, siempre es tan caballeroso.

Sigo diciendo "porfis abuelito, porfis" mientras tomo su mano y entrelazo mis dedos con los suyos. Su mano es tan grande comparada con la mia. Miro sus ojos claros y el me sonríe diciendo:

"Princesa no quiero ser culpable de los miles de choques que vas a causar siempre pegada al-ce-lu-lar" me dice tocando mi nariz con su otra mano con cada silaba así que yo hago como que lo voy a morder, usualmente quita su dedo de mi cara, pero esta vez lo dejó y su dedo quedó dentro de mi boca.

"Dale, muerdeme" me dijo como retandome. Yo lo miro fijamente todavía con su dedo entre mis dientes y le chupo el dedo lentamente hasta que sale de mi boca. No sé por qué hice tal cosa pero una vez su dedo estaba completamente afuera, él lo volvió a meter en mi boca, yo se lo chupé otra vez sin pensarlo. Cuando sale y toca mis labios le doy un besito en la puntita del dedo y me rio porque me dio pena pero me gustó.

"Solo quero aprender, no tengo que manejar todavía. Podemos ir a un lugar donde no haya absolutamente nadie, solo usted y yo. Así nos aseguramos de eliminar victimas" le digo con una sonrisa pero miro su rostro perfecto, mis pezones se ponen tan duros que me empiezan a doler un poco y termino mordiendome el labio. ¿Qué me está pasando?

Lo veo mirarme los labios y luego el pecho. Suelta mi mano de la suya y me toma por la cintura con ambas manos para treparme en la isla de la cocina. Mi faldita es tan corta que mis nalgas tocan la superficie fría. Mis pezones están que revientan. Él se acerca y pone cada brazo a un lado de mis piernas y deja que sus pies se deslicen hacia atras hasta que su cabeza queda en mis piernas.

Sus pulgares rozan mis muslos y él solo me mira detenidamente. Yo ajusto mi cola de caballo para tratar de distraerme un poco de la tensión que estaba sintiendo entre mis piernas.

Al levantar mis brazos puedo sentir como deslizó mi bralette y la parte de abajo de mis pechos ha quedado expuesta. No lo suficiente para verme la aureola, pero casi. Ahora es él quien se muerde el labio mientras su barbilla descanza en mis rodillas.

Todavía no dice nada pero sus enormes manos ahora agarran mis muslos con fuerza. Mi pulso se agita y también mi respiración. Mi panticito blanco empieza a sentirse humedo. Nunca he tenido sexo, ni ganas de tenerlo después de todo lo que pasó con mi mamá, no quisiera repetir su historia y terminar embarazada tan joven.

Regreso a la realidad, lo empujo y me bajo de la isla. Como había corrido el servilletero me estiro para alcanzarlo, mis pies dejan de tocar el piso y mi faldita se levanta para dejar ver mi perfecto trasero y mi panticito de encajes. El se coloca detrás mío y puedo sentir su pene a través de su pantalón en mi trasero. Él siendo más alto toma el servilletero y lo empuja aún más.

Me volteo y lo tomo de la mano otra vez, está muy cerca de mí, no sabía qué hacer exactamente así que le doy un abrazo. Le digo: "abuelito enseñeme a manejar no sea malo, si me enseña hago lo que usted quiera... Cualquier cosa."

Lo dejo de abrazar y le tomo la mano mientras me muerdo el labio otra vez. Me aprieta la mano y me dice sonriendo con cara juguetona: "a ver, convenceme".

Practicamente me guindo de su cuello y le empiezo a dar besitos en el cachete.

"Por-fa-vor-a-bue-li-to- lin-do-en-se-ñe-me-a-con-du-cir". Le doy un beso entre cada silaba.

Mi parte trasera sigue recostada a la isla. Su cuerpo esta pegado al mio, uno de sus brazos está alrededor de mi cintura y el otro agarrado a la isla. Repito: "Por-fa-vor-a-bue-li-to- lin-do-en-se-ñe-me-a-con-du-cir". Esta vez besandolo en el cuello. Huele tan rico que me derrito.

Vuelve a tomarme con ambas manos y me pone encima de la isla otra vez. No sé por qué siempre hace eso. Esta vez yo abro las piernas y acerco su cuerpo a mí para seguir besandolo, esta vez en su otro cachete: "Por-fa-vor-a-bue-li-to- lin-do-en-se-ñe-me-a-con-du-cir".

"Sigues sin convencerme" me dice susurrandome al oido. Una de sus manos agarra mi pierna como la primera vez, su otro brazo le da la vuelta a mi cintura. El aroma de su perfume, sus manos en mi cuerpo, no sé qué está pasando pero me gusta.

Sigo: "Por-fa-vor-a-bue-li-to- lin-do-en-se-ñe-me-a-con-du-cir". Esta vez pongo mis labios en su cuello más lento. Mi mano izquierda está en su espalda desde su cintura, mi mano derecha descanza en su hombro.

Me agarra duro y me acerca más a su cuerpo. Solo nos sostenemos, sin movimientos, pegados el uno al otro con la respiración pesada. El bulto entre sus piernas empieza a moverse. Queda justo frente a mi entrada mojada, unicamente separados por ropa. Empiezo a mover mis manos tocando su cuerpo lo que él toma como invitación para hacer lo mismo.

Mis piernas totalmente abiertas con su cuerpo pegado al mio. Una de sus manos aprieta mi trasero como nunca antes lo había hecho. Fue como su declarara que mi cuerpo es suyo. Pongo mi pierna alrededor de sus caderas lo que provoca que su grande pene se salga de su pijama. Parece que no traía ropa interior.

¿Qué está pasando? Nunca antes me había sentido así, debería detenerlo. Esto ya no es una relación abuelito-nieta. Esto es una relación entre un hombre guapo de 40 años y chica una virgen. Debería detenerlo, el ama a mi abuela y yo estoy muy chica para esto. Justo cuando construyo en valor para detenerlo el me acerca más a su cuerpo y empieza a besar mi cuello.

Estoy cada vez más mojada. Puedo sentir su miembro completamente parado empujandose. Ahora todo lo que detiene su entrada es mi panticito blanco de encaje. Me sigue besando el cuello, su boca parece tener hambre mí. Empiezo a hacer sonidos que nunca había hecho antes, gemidos.

Esto parece exitarlo y agarra más fuerza entre sus piernas. La mano que está en mi trasero empieza a romper mi panty. Yo me pego a él, a su cuerpo tan grande. Nunca me había sentido tan deseada, tan amada, tan viva. Se rompe mi panty y me lo quita con una mano.

Me empieza a besar el pecho y levanta mi top. Mis tetas salen inmediatamente, mis pezones adoloridos por estar duros tanto tiempo se empiezan a sentir maravillosamente entre sus labios. Los besa, los chupa, los muerde y se siente delicioso. Abrazo su cabeza para que siga. No quiero que esto acabe.

Sus labios siguen bajando por mi vientre y se detiene, me mira con una sonrisa traviesa y se mete debajo de mi falda. Empieza dandome besos suaves alrededor de mis partes. Me besa las entre piernas y luego sus labios están en mi vulva y yo solo quiero que esta sensación dure para siempre. Mi guapo abuelito me debora la tota como si ella le diera vida. Ambas manos en cada pompa. Me surra en la superficie para acercarme a su boca. Me penetra con su lengua y yo tomo su cabeza para presionarlo aún más cerca a mi.

Siento que me estoy acelerando, y es así como logro mi primer orgasmo. Me alegra que lo provocara Maximo. Me mira y se seca la boca, enseguida me parte la boca con sus besos. Qué gran hombre, me enloquece. Sus besos pasan a mi cuello y luego a mi pecho.

Mi abuelo me esta chupando las tetas. Me besa y me acaricia por todas partes. Su pene esta completamente horizontal y su punta esta en dirección a mi vulva pero se desliza por todo el centro y queda justamente en la entrada de mi vagina. Si pone su peso me puede penetrar. Cada parte de mi lo desea con locura. No puedo esperar más y lo agarro para acercarlo más a mí.

Su pene entra un poco, pero es muy grande para mi pequeña vagina. Sigue besandome con locura, lo necesito adentro mio. Le digo "ay abuelito, lo amo tanto". Y me besa. Sus labios en mis labios, su lengua en mi boca. Me besa como nadie nunca lo había hecho. Me besa como si yo pertenenciera a él. Entra una pulgada más y me duele un poco pero es un dolor de placer. Me encanta y mi cuerpo lo demuestra, sigo muy mojada.

Lo beso con locura, quiero que me haga suya. No quiero ser de nadie más. Lo amo demasiado. Me aprieta una teta y mete su lengua en mi boca. Su otra mano en mi trasero y me acerca más a él, me mete otra pulgada.

Me fascina como me llena, su pene me llena completamente y aún no entra del todo. Le digo: "lo amo, ahhh por favor no me deje nunca". Las palabras escaparon de mi boca sin saberlo, esto es lo que deseo con lo más profundo de ser.

Me pregunta "alguna vez habías estado con alguien Betty".

"No abuelito, solo usted". Le respondo.

"¿Eres mia Betty?" Me pregunta

"Si, completamente suya" Le respondo sumisamente.

Me levanta por los aires y mi cuerpo se desliza en su pene, está tan duro, él es tan fuerte. Está completamente adentro, me ha penetrado y tomado mi virginidad. El hombre que más amo en el mundo, el que más me quiere, el que no me deja, no me abandona, me ama, me cuida, me hace suya.

Una vez me acostumbro a su pene adentro mio, le digo al oido: "Lo amo con todo mi ser abuelo"

Acto seguido, me pone contra la pared y se empieza a mover rápidamente, entra y sale de mi. Tengo la vulva hinchada, viva de tanto placer. Estoy tan mojada que cada vez que se empuja en mí hace un sonido. Se siente tan bien. Todo mi cuerpo vibra.

"Ahhh abuelito soy suya, completamente suya, ahhh no paré, ayyy qué rico"

"Pro-me-ta-me-que-no-se-rá-de-más-na-die- ju-re-me-lo" me dice con los ojos fijos en los mios mientras se empuja penetrandome con cada silaba.

Susurro" lo juro" pero casi no puedo hablar, me siento como en otra dimensión, siento ondas de placer invadir mi cuerpo.

Decido pagarle igual, lo agarro fuertemente entre mis piernas para que no escape y le digo "Pro-me-ta-me-que-no-se-i-rá-ja-más-ju-re-me-lo" apretando mi vagina entre cada silaba lo que hace que entre incluso más profundo.

"Se lo juro mi princesa bella. Yo la amo jamás la dejaría". Me dice y ambos nos excitamos tanto que nos venimos mirandonos a los ojos, respirando el mismo aire. Mis piernas aún amarradas a su alrededor impidieron que se alejara. Su semilla invade mi fertil utero. Aunque espero no terminar igual que mi madre embarazada en la adolescencia, la verdad nunca había sido tan feliz.

Mi abuelito querido me besa y su pene sale de mi vagina. Me limpia el sudor de la cara con su mano y aparta el cabello de mi frente mientras me dice: "Te amo Betty, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Mañana comenzamos las clases de manejo. Te las ganaste mi princesa".

Nos besamos otra vez. Lo amo tanto, no sé qué pasará ahora, pero si de algo estoy segura es que estoy enamorada de mi abuelo.