Las Colegialas y Su Juguete Cap. 05

Capítulo 5

-Jajaja, bueno, eso fue otra gran experiencia en tu vida me imagino, putito. -- Dice Caro. -- Pero esta noche recién empieza. Tenemos otra sorpresa para vos, aunque sea muy divertido verte solo con esa tanguita tenemos un uniforme para vos.

Esto no puede ser bueno. No puedo imaginarme que cosa horrible han planeado estas chicas. Me mantengo arrodillado mientras veo como Caro va hacia su ropero. Luego de buscar adentro, parece encontrar lo que busca, tratando de dar suspenso saca lentamente la prenda.

-Taráaa, mira lo que te conseguimos. - La cantidad de risas no me distraen de lo que veo, Caro ha sacado del ropero un uniforme de mucama sexy que parece el que usaría una de mis actrices porno favoritas mientras me masturbo con alguna de sus películas. -- Lo guarde de una fiesta de Halloween del año pasado, me parece que te va a quedar genial ¿Vamos a probarlo, putito?

Ya sé que es inútil negarse por lo que solo me acerco para que Carolina me ponga el vestido a lo que le siguen unas medias can-can y un ridículo moño en mi cabeza. Por las risas ya me imagino como luzco, pero aun así me acercan a un espejo para que vea mi imagen completa. Debe ser lo más ridículo que me he visto alguna vez en mi vida, y eso que hace unos minutos estaba comiendo semen tirado en el piso. El vestido es muy corto y ante el menor movimiento mi culo entangado queda a plena vista, al igual que mi pequeño pene. Las pantimedias hacen ver mis delgadas piernas extremadamente femeninas, y el moño en mi cabeza da el ultimo toque de ridiculez sobre mi pecho chato.

-Jajaja, y yo que pensé que no había forma de hacerte ver más patético. Pero bueno a que estas esperando mi mucamita, nosotras tenemos cosas de que hablar así que apúrate y posa para la cámara y después pónete a limpiar mi casa, ya que ya tenés el uniforme correcto.

No alcanzo a comprender toda la oración antes de que una de las chicas me acomode para una foto frontal que Mili toma con su celular. Luego hacen que me agache hacia adelante con las rodillas rectas frente a la puerta y toman una foto de mi culo para inmediatamente darme un fuerte golpe en la nalga que hace que salga de la habitación.

-Ya me escuchaste putito, cuando salga espero ver esta casa reluciente.

A continuación, Caro cerró la puerta en mi cara, tapando levemente las risas que venían de adentro. Solo sé algo con seguridad, mejor me pongo a limpiar.

El resto de las horas me las pase barriendo, ordenando y fregando pisos.

Ocasionalmente algunas chicas salían para sacarme fotos, filmarme o solo observarme para reírse. Casi todas no podían evitar hacer algún chiste o comentario humillante como "Que lindas piernas mucamita" o "Que bien te queda ese vestido putito, deberíamos hacerte limpiar nuestras casas también en ese uniforme, seguro a nuestras hermanas les gustaría verte". De vez en cuando mi culo quedaba al aire cuando me agachaba por alguna razón y no faltaba alguna nalgada o pellizco, seguido de algún comentario como "Que lindo culito nena, seguro vas a conseguir novio rápido si les sumamos esas habilidades de limpieza".

Lo peor fue cuando estaba limpiando el inodoro, con un cepillo de dientes por orden directa de Carolina, y Milagros se acercó silenciosamente por detrás y me empujo con su pie haciendo que mi cabeza entrara por completo en el retrete. Cuando finalmente pude sacar la cabeza vi como Mili y Paula miraban riendo la pantalla del celular que me estaba enfocando. Obviamente lo habían filmado.

Más tarde estaba llevando la cesta de ropa sucia al lavadero para ponerla en el lavarropas. Traspasando la ropa un fardo se me cayó al piso. Me agaché para levantarlo y sentí algo suave en mis manos, estaba sosteniendo una tanguita celeste que solo podía imaginar pertenecía a mi torturadora principal. En un momento ya estaba imaginando las nalgas de Caro separadas por la delgada línea celeste de la ropa interior, seguidas por sus largas piernas y terminando en esos hermosos pies que ya habían estado en mi boca. Con mis rodillas en el piso sentí como mi pene se salía de la humillante bombacha en la que estaba debido a, obviamente, una erección. Llevé la tanga a mi nariz y empecé a olerla mientras con la otra mano me masturbaba furiosamente. Tan concentrado estaba en mi acto que no escuche los pasos que se acercaban por detrás.

-Bueno, bueno, bueno ¿qué tenemos acá?

Al escuchar esas palabras ya me supe derrotado nuevamente, una vez más me atrapaban en otro embarazoso acto. Lo más preocupante era que castigo seguiría ahora.

Al voltear la cabeza vi a Caro en la puerta acompañada por las demás chicas detrás. Todas tenían una maliciosa sonrisa en sus caras.

-Tal parece que no te quedaste conforme con la sacudida que te diste antes. Y ¿qué es eso? Ya encontraste una de mis tanguitas para acompañarte ¿Qué pasa? ¿Las tuyas no te gustan? -- Dice Caro acercándose cada vez más.

-No... no es lo que... - tartamudeo inútilmente.

-¿No es lo que parece? A mí me parece bastante claro, te mandamos a limpiar y te encontramos masturbándote. No hay excusas putita ¿Sabés lo que le pasa a las mucamas desobedientes? Se las castiga... Pero antes porque no terminas de pajearte.

Al terminar de decir esto Caro tomo la ropa interior de mis manos y me la puso en la cabeza, la parte que encajaría en su vagina me quedo exactamente sobre la nariz. Todas las chicas se rieron ante esta imagen, un patético virgen con un uniforme de empleada doméstica y una bombacha en la cabeza.

-Ahí está mejor así no tenés que estar sosteniendo nada, quiero tu mano en el suelo y la otra en tu pija. Manténete de rodillas. Ahora dale putita, no tenemos toda la noche, empezá a pajearte.

Obedecí y empecé a sacudírmela, en cuatro patas, nuevamente frente a todas estas mujeres. Sin embargo, ahora Carolina se acercó por detrás y me levanto el vestido.

-Mmmm, que culito putita eh. Quizá deberíamos llamar a algunos amigos para que lo estrenen ¿Qué te parece? -- Con la tanga sobre mi cara y poniendo toda mi energía en masturbarme para poder terminar con esto solo puedo balbucear una respuesta ininteligible que hace reír a todas. -- Jajaja, me parece que te gusta la idea, pero hay que hacer algo con estas pelotas.

Al acabar de decir esto Caro saco mis bolas de la ropa interior y las agarro con su una sola mano. Sentir sus suaves manos en mis testículos definitivamente me éxito mucho, sin embargo, el placer no duraría mucho. Aun sosteniendo mis pelotas Caro comenzó a hablar.

-La verdad no me gusta ver estas cosas colgando por ahí, pero supongo que es bueno tener tu punto débil a tan fácil alcance ¿no es así? -- Al terminar de decir esto caro le dio un fuerte apretón a mis bolas que me hizo expulsar un patético grito que trajo carcajadas a la habitación. -- Decime putito, es la primera vez que una mujer tocas tus patéticas bolas, yo creo que sí. La verdad no me gusta que estés masturbándote todo el tiempo, siento que estas teniendo mucho placer cuando lo que necesitas es pura humillación. A ver si podés acabar así...

Al decir esto Caro empezó a apretar mis huevos con todas sus fuerzas. Quise dejar de masturbarme, pero Caro me grito de inmediato que siguiera. El dolor era insoportable, no podía ver la cara de Caro, pero sabía en mi interior que tenía una sonrisa de oreja a oreja.

-Te gusta el dolor ¿o no, putito? Abi acércate y dale unas cachetadas a nuestra mucama, quiero que su cara quede tan roja como van a quedar sus pelotas.

Abi se acercó y empezó a abofetear mientras reía, ocasionando el movimiento de sus tetas con cada movimiento de su brazo. Sentía como mis mejillas se enrojecían con cada cachetada, pero debía seguir masturbándome, ese era el deseo de mi ama. Pronto Caro empezó a estrujar mis pelotas y a girarlas esperando mi reacción, que vino en forma de gritos patéticos pidiendo piedad y que por favor parara.

-¿Qué pasa putito? ¿No te gusta? ¿No querés acabar?

-Ayayaya no, no... por favor

-Jajaja, de ahora en más vas a eyacular solo cuando yo te dé permiso ¿entendiste? -- Seguido de esto Caro da un fuerte tirón a mis huevos

-Ahhhh sí... sí...

-¿Sí, qué?

-¿Qué?... no sé... - Otro fuerte tirón me hizo aclarar las ideas

-Ayy. Sí, Caro... Sí, señora... Sí, ama... por favor

-Jajaja, así me gusta.

Caro soltó mis pelotas y solo pude desplomarme en el suelo en posición fetal sosteniéndome la ingle mientras una lagrima caía de mis ojos por el dolor. Caro coloco su pie en mi cabeza y sus manos en sus caderas.

-Aww ¿él bebe está llorando? No seas marica, bebe. Peores cosas te esperan si nos desobedeces de nuevo. -- Luego de decir esto se acercó y me susurró algo al oído. -- Me gusta como limpias putito, quizá te llame cuando este con mi novio así limpias su semen de m conchita con tu lengüita. A lo mejor tomando el semen de un hombre de verdad te volvés más macho... pero lo dudo jajaja. - comenzó a alejarse de nuevo con sus amigas. - Mis papás se van de viaje la mayor parte del tiempo, así que te espero acá limpiando en tu hermoso uniforme muchas más veces ¿Entendiste putito? Sí, yo creo que sí. Vamos chicas, dejemos que termine su trabajo.

Todas se alejaron riendo. Antes de irse Abi me dio una patada en el culo que la divirtió demasiado, dejándome en esa posición fetal patética una vez más.