Nacimiento De Una Esclava Sexual 1

Historia Información
Su vecina resulta ser una madura muy sumisa.
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Parte 1 de la serie de 4 partes

Actualizado 05/21/2022
Creado 11/11/2003
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Cuando cumplí los 49 años pedí la jubilación anticipada y me mudé a Valencia. Había confeccionado una cuidada planificación de gastos y pensaba buscar un trabajo de media jornada. Como había trabajado de consultor financiero unos cuantos años y mi situación económica no era demasiado mala en aquellos momentos, estaba seguro que podría salir adelante sin problemas y además llevar una vida de lo más desahogada.

Compré una pequeña casa en Jávea. Convertí la sala de estar en una oficina y empecé a trabajar fuera. Mi casa tiene una enorme piscina en la parte de atrás y está rodeada de unos enormes árboles y de unos frondosos arbustos, así que me puedo considerar bastante a salvo de las miradas curiosas. Al principio la vida en Jávea era perfecta, pero ocurrió algo que la convirtió en increíble.

Mi vecina es una atractiva viuda alemana de 55 años llamada Vi. Económicamente no tiene problema alguno y no necesita trabajar para vivir. Dedica casi todo su tiempo libre a arreglar su jardín y su pequeño huerto. Además, tiene una casa preciosa. La primera vez que nos dirigimos la palabra yo ya llevaba viviendo allí unos 2 meses. Durante el siguiente par de meses hablamos y creció entre nosotros la amistad típica entre vecinos.

Un día salí de casa y hablé con ella mientras arreglaba su jardín.

- Qué flores tan bonitas -le dije intentando halagarla- La verdad es que todo tu jardín es precioso.

- Gracias -me respondió en un castellano casi sin acento.

- Cuando acabes con esto podrías empezar con el mío -le dije en broma.

- Será porque tú no quieres -me contestó y despidiéndome entré en casa.

Al día siguiente oí algunos ruidos en el jardín y, al asomarme allí estaba Vi plantando flores enfrente de la ventana de mi oficina.

- Oye, lo que te dije ayer iba en broma. No tenías que haberte molestado -le dije bastante avergonzado.

- No seas tonto. Me encanta ver crecer las cosas. Ese es mi mayor placer.

- Estás sudando -le dije.

- Es que hace mucho calor.

- ¿Por qué no vienes luego y te pegas un buen chapuzón en mi piscina para quitarte todo ese sudor de encima? -le propuse.

- Me encantará hacerlo pero no sin antes acabar con esto.

Estaba hablando por teléfono cuando llamó al timbre de la puerta. Pulsé el botón de espera y le dije que entrase. Lo hizo y al darse cuenta de que estaba hablando por teléfono salió directamente a la piscina. Oí un chapuzón y seguí con mi conversación.

Durante unos minutos noté que no se oía nada. Miré por la ventana para ver si se había ahogado y me di cuenta de que estaba tendida boca abajo en una de mis hamacas. También me di cuenta de que no llevaba puesta la parte superior del bikini. Seguí hablando por teléfono unos 30 minutos más. Cuando acabé salí a la piscina para encontrarme a Vi totalmente desnuda tendida boca abajo. Me acerqué a ella.

- Deberías tener cuidado cuando tomes el sol -le dije admirando su cuerpo desnudo- Vas a quemarte y eso es peligroso.

- ¿Tienes alguna crema para el sol? -me preguntó con una voz perfectamente relajada pese a estar desnuda delante de mí.

- Creo que sí -le contesté- Pero la única que tengo tiene factor de protección 4 y eso es muy poco.

- Bueno, eso es mejor que nada -me dijo divertida.

Entré en casa y busqué el frasco de la crema. Cuando lo encontré salí de nuevo al jardín y se lo di.

- Gracias -me dijo.

- De nada, mujer. ¿Te apetece algo de beber? -le pregunté.

- Un té helado no me sentaría nada mal -me contestó.

Entré en casa para preparar un par de tés. Miré por la ventana de la cocina y la observé extendiéndose la crema por sus enormes pechos y por la parte delantera de sus piernas. Levantó la vista y me vio mirándola, pero solo sonrió. Cuando salí con las bebidas, volvía a estar tendida boca abajo.

- ¿Podrías ponerme un poco de crema por la espalda? -me preguntó.

- Por supuesto, será un placer -dije encantado.

Vi está todavía de bastante buen ver, teniendo en cuenta la edad que tiene. Es una mujer grande, de constitución fuerte y como ha realizado trabajos físicos toda su vida y camina casi a diario, su cuerpo es aún bastante firme. Sus pechos son enormes y también están aún bastante firmes.

Empecé a extenderle la crema por la espalda pero me detuve cuando llegué a la altura de su cintura.

- No te detengas. Ponme crema también por el culo, por favor -me pidió y así lo hice.

- Oye. Esto de ponerte crema por el culo me está poniendo bastante cachondo -le confesé.

- Si eso te va a suponer un problema será mejor que lo dejes -dijo riendo.

- Ahora ya no hay nada que hacer -bromeé- Lo único que puedo hacer para enfriarme es darme un chapuzón en la piscina. Voy a ponerme el bañador.

- ¿Por qué vas a hacer eso? -me preguntó Vi antes de que pudiese ni dar un paso hacia la casa- Es tu casa. Deberías bañarte desnudo.

- ¡Qué coño! -dije tras dudar un instante -Pues también es verdad.

Me quité los pantalones y la camiseta y salté a la piscina. Levanté la vista y Vi estaba mirándome sentada en el borde de la piscina con los pies en el agua.

- El agua está muy buena -le dije- Entra aquí un rato.

Vi hizo un movimiento afirmativo y con una sonrisa se deslizó en el agua. Nadamos y jugueteamos durante un rato. Entre juego y juego toqué casualmente sus pechos y restregué su culo pero no hice nada más. Salí del agua y, justo cuando acababa de coger la toalla, sonó el teléfono. Entré en casa envuelto en ella para contestar al teléfono y desafortunadamente se trataba de otra llamada de negocios.

Vi entró mientras yo estaba hablando y se arrodilló a mis pies. Abrió la toalla con la que yo estaba envuelto y comenzó a chuparme la polla. Seguí hablando lo mejor que pude. Se detuvo en cuanto consiguió que mi polla estuviese bien dura y me indicó que esperase un segundo, desapareciendo luego en el cuarto de baño.

Volvió en 15 segundos y de nuevo se arrodilló a mis pies. Esta vez se metió mi polla en la boca como si hubiese estado años sin comerse una (lo cual era verdad). La sensación era increíble y me di cuenta de que se había quitado la dentadura postiza y me estaba masticando la polla con las encías como si fuese un chicle. En menos de un minuto exploté y Vi se tragó todo mi semen sin desperdiciar una gota. Di gracias al cielo por los botones de espera de los teléfonos. Se quedó allí con mi cada vez más flácida polla aún en su boca. Me di cuenta de que, al mismo tiempo, se estaba metiendo un dedo en el coño y enseguida empezó a gemir y a gruñir a causa de su propio orgasmo. Yo estaba como hipnotizado, pero al final fui capaz de dar por terminada la llamada. Me levanté.

- Vamos a mi dormitorio -le dije.

- ¿Por qué? -me preguntó ella.

- Para que continúes con lo que has empezado -le contesté yo.

- ¿Qué quieres hacer allí? -volvió a preguntarme.

- Follarte -le dije yo sin pensármelo dos veces.

- ¿Eso es una petición o una orden? -me dijo.

- Una orden -le dije arriesgándome.

- Sí, amo -me contestó dejándome con la boca abierta.

¡Coño...!

Ya en mi dormitorio me metí de lleno en un papel que desconocía por completo. Nunca había actuado como un amo en ninguna de las relaciones que había mantenido hasta ese momento, pero pensé, "¡Qué coño!". Me puse de pie a los pies de mi cama enfrente del enorme espejo que hay en la puerta de mi armario.

- Arrodíllate delante de mí y chúpame la polla un poco más -le ordené con voz potente.

Ansiosamente cumplió mi orden mirando por el rabillo del ojo hacia el espejo. Como seguía sin la dentadura puesta la visión era realmente excitante. También lamió y chupó mis huevos y, antes de darme cuenta, mi polla volvía a estar tiesa y dura de nuevo. La saqué de su boca, me volví en dirección a la cama para subirme a ella y Vi dio un rápido lametón a una de mis nalgas. Me detuve y empezó a lamer mis nalgas para enseguida comenzar a introducir su lengua en mi ojete. Dejé que siguiese haciéndome aquello durante un minuto.

- Creo que deberías subir a la cama -le dije.

- ¿Eso es una petición o una orden? -me preguntó de nuevo.

- Una orden -le dije y me subí a la cama.

Ella también se subió a la cama, poniéndose a cuatro patas y empecé a meterle un dedo en el coño mientras además le propinaba un par de buenos lametones a su clítoris. Cuando vi que mis dedos estaban ya bien lubricados, empecé a deslizar uno de ellos dentro y fuera de su culo, primero uno, luego dos. Estaba volviéndose loca y metió una mano entre sus piernas para masturbar su clítoris mientras yo hacía lo mismo con su culo.

- Creo que debería darte por el culo -le dije.

- ¿Eso es una petición o una orden? -me repitió.

- Es una orden -le contesté- Así que prepárate a que te dé por el culo.

Cogí un poco de crema para las manos y la unté por toda mi polla. Entonces empecé a abrirme paso en su culo con ella y mientras lo hacía, Vi empujaba su cuerpo hacia atrás contra el mío. Se la metí entera y empecé a darle por el culo con todas mis fuerzas. Un par de minutos después me corrí en lo más profundo de su culo.

Una vez acabé de correrme, saqué la polla de su interior y los dos fuimos al cuarto de baño a lavarnos. Me limpié la polla mientras Vi se lavaba también. Volví a la cama y me acosté. Vi se acostó a mi lado.

- Gracias -me dijo de repente dejándome totalmente sorprendido- Hacía 8 años que no echaba un polvo.

Durante los siguientes 30 minutos hablamos de la enfermedad de su marido, de sus problemas sexuales, de la muerte, y de algunas otras cosas. También hablamos de mi divorcio, de mis necesidades sexuales, etc. De repente, Vi hizo ademán de levantarse para vestirse y marcharse.

- ¿Adónde vas? -le pregunté.

- Me voy a casa, así tú podrás seguir con tu trabajo -me contestó.

- No, no... Aún no has acabado así que vuelve aquí.

- ¿Y qué tengo que hacer para acabar? -me preguntó.

- Todavía no me he corrido en tu coño -le dije- Así que creo que no deberías irte hasta que no lo haya hecho.

- Me parece que durante un rato eso no va a ser posible -dijo sarcásticamente cogiéndome la polla con dos dedos- Pareces agotado.

- Pues será mejor que encuentres una forma de volver a ponérmela dura -dije con tono autoritario- Porque sino no vas a volver casa.

- ¿Y se te ocurre algo que yo pueda hacer para conseguirlo? -me preguntó.

- Chúpamela un poco más y verás cómo se me vuelve a poner dura -le dije.

Empezó a chupármela y en menos de 5 minutos se me volvió a endurecer. Nos pusimos a follar, pero como ya me había corrido dos veces anteriormente, aguanté sin correrme bastante rato, proporcionándole un largo y apasionado polvo. Al final me corrí dentro de ella. Vi se sacó mi polla de su coño y se levantó a por una toalla.

- ¿Adónde vas? -le pregunté.

- A por una toalla para limpiarnos -me respondió.

- De eso nada. Vuelve aquí y límpiame con la lengua -le dije y vaciló un instante.

- Pero... -empezó a decir.

- He dicho que vuelvas aquí y me limpies con la lengua -le repetí de una forma más autoritaria.

Esta vez obedeció. Volvió a la cama y cumplió mi orden, lamiendo y chupando mi polla para borrar todo rastro de semen o de jugos de ella.

- A la vez que me limpias quiero que te frotes el coño -le dije y así lo hizo.

Pronto tuvo un nuevo orgasmo pero no dejó por ello de lamerme la polla hasta que la dejó completamente limpia. Nos quedamos tendidos sobre la cama descansando durante un par de minutos.

- ¿Puedo levantarme ya? ¿Has quedado satisfecho? - me preguntó Vi por fin.

- Sí -le dije simplemente.

Fue al cuarto de baño y volvió a ponerse la dentadura. Luego volvió a la piscina para nadar un poco más y después se fue.

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