Secretos de Alcoba

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Los secretos se guardan en familia.
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julio08
julio08
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- "Y mi tío fue un hombre bueno, papi?", pregunto mi pequeña Sonia con sus 5 añitos de edad.

-"Si, cariño... fue un hombre que nos dejo muchas enseñanzas, conservamos un vivo recuerdo de el y del cual me siento muy orgulloso...", respondí mirando a mi esposa Verónica, quien se encontraba al lado mio.

Verónica me miró en silencio y fijamente como recordando a que yo me refería. Su cara de culpabilidad y pena era notoria, y una lágrima se escurría por su rostro.

Nos encontrábamos en frente de la tumba de mi hermano Luís, colocando flores con motivo de sus 3 años de fallecido y en compañía de nuestra hija, mi esposa Verónica y mi hermano Gustavo rendíamos un sencillo homenaje a quien fuera en vida un hombre valioso del cual aprendimos mucho.

El viento soplaba fuertemente asi que Verónica me sugirió:

-"Mi vida, como hace tanto frio vamos a regresar al auto".

-"Ok.. vuelvan al auto, déjame arreglar las flores y en un minuto estoy con ustedes....", le respondí a mi esposa.

Se acercaba el otoño y el cementerio era un lugar silencioso que se prestaba para la oración. Me arrodille en frente de la tumba y voltee a mirar a Verónica caminando de regreso al auto tomada de la mano de mi hija Sonia. Mi esposa lucia una chaqueta de cuero y un ajustado bluejean el cual dejaba lucir sus atributos. Su baja estatura, 1.68 m y su cuerpo de complexión pequeña, contrastaban con sus exuberantes tetas 36C, su cintura de teenager, amplia cadera, bien formadas piernas y ese fantástico culo. Sus redondas nalgas eran perfectas y su parado trasero atraía muchas miradas. A pesar de que teníamos la misma edad, 28 años, el delicado cuerpo de Verónica parecía el de una teenager a quien en pleno proceso de desarrollo hormonal, sus pechos y sus nalgas brotaban como dos apetitosos melones dignos de ser poseídos por un hombre.

Mi hermano Gustavo, a sus 22 años, no podía ocultar su interés por Verónica y de igual forma observaba como el firme trasero de mi rubia preciosa se moldeaba deliciosamente bajo el apretadísimo bluejean. Lo que hace 4 años me molesto y fue motivo de una pelea, hoy ya no me importaba. Mi hermano miraba descaradamente el culo de Verónica deseando tener esa belleza de nalgas solo para su verga.

Después de mirar como ese trasero seguía firme después de 6 años de matrimonio recordé a mi fallecido hermano Luís y ese 23 de Febrero de 1999, fecha que no olvidare.

Era la fecha de su cumpleaños y habían transcurrido solo 8 días después de la fantástica luna de miel que pasamos en Europa con Verónica en la que de forma placentera nos dedicamos a hacernos el amor en las noches y a conocer los sitios turísticos durante el día.

En ese tiempo Luís se dedicaba a administrar una cadena de pizzerías con las cuales había empezado hacia solo 2 años y gracias a su esfuerzo marchaba muy bien. Gustavo estaba aun en la escuela secundaria. Durante todo nuestro noviazgo observe como mis hermanos miraban sin disimulo el cuerpo de Verónica y en algunas ocasiones Luís me comentaba riendo:

-"Andrés, Verónica es una rubia hermosa... esa muchacha tienes que cuidarla a toda costa... daría lo que fuera por tener la oportunidad de robártela y escaparme con esa belleza...".

Admiraban el cuerpo de Verónica y a pesar de que era su cuñada, era perceptible las miradas de deseo que lanzaban sobre mi esposa. Eran hombres solteros y me parecía lógico que ella llamara mucho su atención. Luís era mayor que yo por dos años mientras que Gustavo era el menor y el mas alto y fornido.

Verónica es de cabello rubio y lacio, hija de un pescador de la zona de Maracaibo y su cuerpo me encanto desde que la conocí. Su baja estatura no me importaba pero su bonito rostro, sus bien formadas piernas, esas redondas tetas y sus paradas nalgas llamaron mi atención. A pesar de la pobreza con la cual se crió en su familia, logro finalizar su escuela secundaria, con esfuerzo estudio Periodismo en la Universidad Central mientras trabajaba los fines de semana en uno de los bares cercanos y luego de graduada fue contratada por una de las emisoras de radio local de la ciudad como periodista y reportera de noticias. Su juventud, belleza y versatilidad con los micrófonos le daban mucha credibilidad y profesionalismo. Y claro, además de esto, a su jefe le fascinaba el robusto culo de Verónica.

Mi hermano Gustavo, en ese entonces con 16 años era un adolescente que veía como su libido sexual despertaba y tenia, lamentablemente, la imagen sexy y deseable de mi esposa quien se convertía en el icono de su símbolo sexual. Recuerdo que Gustavo veía todos los días sin perder detalle, como la ropa que Verónica usaba se ajustaba a su cuerpo y destacaba sus atributos físicos. Un DIA tuvimos una discusión que termino en pelea cuando por accidente al entrar a su habitación lo descubrí masturbándose mientras el veía revistas de Playboy y Penthouse con la foto de Verónica pegada sobre las caras de las modelos desnudas. Luego de ese DIA, mi hermano Gustavo perdió mis afectos.

Esa noche del cumpleaños de Luís ofrecimos una reunión en casa invitando a familiares y amigos, y al final, cometí un error que nunca olvidare y del cual me siento muy arrepentido. Estando bastante afectado por el alcohol, tome la terca y estupida decisión de llevar a Alejandra a su casa. Ella fue mi ex-novia durante la época de la Universidad y claro no era del agrado de Verónica. Luego de que Luís, Gustavo y Verónica me insistieron en que no conduciera y que llamara un taxi, yo tome las llaves del auto y salí de brazo con Alejandra ante la mirada celosa y molesta de Verónica. Mi esposa lucia una corta minifalda tipo cheerleader que destacaba sus atractivas piernas y se ajustaba a su cadera resaltando su deseable trasero. Una delicada y ligeramente transparente blusa blanca dejaba al descubierto su brassier y esas deliciosas tetas que mi lengua reclamaba cada noche como su único dueño. Tenía en mente luego de la reunión, llevar a Verónica a la habitación y claro, tener sexo con ella.

Me incomodaban las miradas atrevidas que lanzaban los amigos de Luís sobre mi esposa ya que sin importarles miraban como su hermoso trasero se dibujaba bajo la corta falda y me contenía de la rabia al ver a Gustavo mirar detenidamente las tetas de Verónica cuando ella se acercaba a el y le ofrecía algo de tomar.

Esa noche luego de dejar a Alejandra en su casa, fui detenido por un policía por exceso de velocidad y conducir en estado de embriaguez. Me impusieron 24 horas de cárcel, retención del vehiculo, suspensión de 3 meses de la licencia de conducción y una multa de 200.000 bolívares.

Mientras le comunicaba a Luís de lo sucedido a través de mi celular, Verónica bastante molesta porque yo me había ido de la reunión con mi ex-novia, sin importarme ella ni los invitados, terminaba de secarse las lagrimas de su rostro. La reunión había terminado hacia rato y Luís estaba sentado en nuestra cama y tenia a su lado a mi esposa, consolándola y abrazándola por lo que en un principio ella pensó, tontamente, se trataba de un gesto de infidelidad mio al salir con Alejandra y no regresar.

Obviamente le pedí ayuda a mi hermano Luís.

-"Andrés, no te voy a ayudar... como ejemplo por lo estupido que hiciste deberías estar las 24 horas completas y tu veras que haces para recaudar el dinero de la multa.... Por tu irresponsabilidad pudiste haber causado un serio accidente...", me dijo el con toda la razón, bastante molesto por el teléfono.

-"... Verónica, Gustavo y yo acordamos no ayudarte asi que mira a ver quien te da la mano en esta ocasión...además Verónica esta muy enfadada y no quiere hablar contigo", me dijo el colgando su celular.

Fueron segundos de desespero para mí. Andrés Sarmiento, el esposo de la hermosa reportera de noticias Verónica Rosas, iba a pasar 24 horas en esa sucia cárcel.

Como no me quedaba otra salida pues simplemente me recosté sobre la fría pared de la celda y empecé a sufrir por la estupida decisión tomada esa noche. Una noche que me cambio totalmente y que me sirvió de lección. A pesar de que me encontraba un poco afectado por el alcohol, la parte lucida de mi mente me decía que era un afortunado por encontrarme con vida y no haber causado un accidente mayor. Resignado por la situación, crucé mis brazos y me prepare para dormir.

Estando yo sentado en el piso de una fría y sucia celda de la comisaría regional de Barquisimeto, mi cuerpo, sintiendo el frio del piso, pedía un descanso y de esta forma yo me quedaba dormido. Por el contrario, Verónica acostada boca arriba sobre la cama, expresando sorpresa, rabia e incomodidad, gritaba el nombre de Luís y le pedía que se detuviera mientras con sus brazos golpeaba a mi hermano Luís en la cara y la espalda, y movía bruscamente su cuerpo. Sus piernas se sacudían violentamente tratando de quitarse infructuosamente de encima a mi hermano, quien acabada de recostarse sobre ella con su cuerpo entre sus piernas. Verónica, mi dulce esposa con la cual me había casado hace 15 dias y la exitosa periodista que miles de Barquimetanos escuchaban en sus radios, luchaba por quitarse a Luís tratando de evitar la violación de su dignidad con su corta falda aun puesta, sus elegantes zapatos negros de tacón alto, su tanga negra enredada en sus rodillas y su blusa desabotonada de forma abrupta por las manos de Luís quien en ese momento mordía una de sus tetas, mientras que el se bajada sus pantalones.

Luís ganaba su batalla y ella se daba cuenta que no había nada que hacer. Mi hermano de forma abusiva había entrado con ella a la habitación y en medio de su dolor la abrazo, empezándola a tocar y de forma rápida, abriendo sus piernas, deslizo sus manos bajando parcialmente la fina tanga y empujando a Verónica sobre la cama. Recostando su cuerpo sobre el de mi esposa, forzándola, el delicado cuerpo de mi esposa sucumbió ante la fuerza bruta de su cuñado quien considero que esa noche el deseable cuerpo de Verónica merecía recibir las caricias de su verga.

Verónica al darse cuenta que Luís era mas fuerte y sus gritos no fueron escuchados, dejo de golpear a Luís y se decidió a abrazarlo fuertemente por la espalda, recostando su cuerpo sobre la cama y abriendo mas sus piernas para facilitar la penetración. Era el momento de disfrutar como su cuñado atrevidamente poseía su cuerpo. Luego de abrir sus ojos y mirar fijamente a Luís, Verónica movió bruscamente su cabeza hacia atrás, coloco sus manos detrás del cuello de Luís y gimió de placer al sentir como la dura verga de mi hermano se hundía lentamente dentro de su vagina.

Después de darse cuenta que Verónica se resignaba, Luís empezó a lamer las tetas de mi esposa por un rato mientras que su coño erecto se movía lentamente dentro del sexo de ella, esperando que estuviera lubricada y lista. Luís, montado encima de Verónica, mientras que ella lo abrazaba por la espalda y con sus piernas abiertas, terminaba de acomodarse y prepararse. Pasaron un par de segundos en que ambos inmóviles se miraron fijamente a los ojos y mi hermano dio por iniciado la noche de placer empezando a mover su abdomen contra el de ella.

El 23 de febrero fue una fecha especial para Luís, celebrando su cumpleaños con un regalo único. Mientras su hermano dormía tirado en el sucio piso de una cárcel aprendiendo una lección de la vida, el, aprovechando la frustración y rabia de Verónica, forzaba a mi esposa y ella acostada sobre su cama, luciendo la misma falda que todos esa noche miraron con interés, recibía su verga. No imagino el rostro de placer de mi hermano al estar haciéndole el amor a su deseada cuñada.

Como después me lo contó Gustavo, quien se despertó al escuchar los gemidos de placer y se acerco a la habitación y en medio del ruido de ellos, se atrevió a abrir sutil y silenciosamente la puerta para poder observar lo que ocurría, vio como su hermano mayor, encima del cuerpo semi-desnudo de su deseable cuñada, se movía cadenciosamente y las espectaculares piernas de Verónica abrazaban su torso por su cintura como si estuvieran aferradas a el. Para Gustavo fue muy excitante ver como la corta falda dejaba ver las espectaculares piernas de mi esposa y el rostro de placer de ella notaba que disfrutaba intensamente al sentir como su cuñado Luís, de forma violenta tenia sexo con ella.

Con su juvenil verga erecta entre sus manos, Gustavo tenía la mejor escena de estimulación sexual que podía ver. Su bella, sexy y rubia cuñada aun con su falda puesta, su tanga enredada sobre uno de los zapatos y su blusa abierta dejando al descubierto sus hermosas tetas, estaba acostada sobre la cama y encima de ella, su hermano Luís le hacia el amor, el aun con su camiseta de los Yankees sobre su torso y sus jeans medio caídos, dejando ver su velludo culo y dando a entender que su coño se movía repetidamente dentro de su vagina.

Pienso en esa escena y me torturo al imaginarme, como la cama se mecía a medida que se sacudían uno encima del otro y tuve la fortuna de estar muy lejos de allí y no escuchar los gemidos de placer de mi hermano al sentir su verga sin condón entrar y salir repetidamente de la vagina de Verónica. Y claro, me lo imagino en medio de sus gritos, mirando al techo de la habitación o los ojos color miel de mi esposa, mientras su verga se derramaba y dejaba su vagina llena de su viscoso semen.

Por espacio de cerca de una hora, Luís permaneció encima de Verónica y en repetidas ocasiones, eyaculó poderosas cargas de semen hirviente dentro de su sexo. Con sus ojos cerrados, disfrutándolo y abrazando a su amante, Verónica recibió sin piedad la verga de Luís y el calido esperma de mi hermano. Después de forzarla con su primera penetración, finalmente Verónica se dejo desnudar por complete y fue acomodada en varias posiciones sobre la cama. Seria la primera y única oportunidad que el tuvo de tener sexo con ella. Para Luís fueron mas de 60 minutos en que tuvo el placer de disfrutar del parado trasero de Verónica al poderle clavar su delicioso culo en posición doggy, como el siempre lo deseo. Para Gustavo fueron maravillosos 30 minutos en que su pene eyaculo en tres ocasiones su esperma sobre el tapete justo en frente de la habitación. Mientras ellos hacían el amor, mi hermano se masturbaba observándolos.

Al dia siguiente salí de la cárcel y todo parecía normal. Luís, Verónica y Gustavo seguían siendo los mismos que yo había dejado la noche anterior. Los tres guardaron su secreto por un buen largo tiempo.

Pasaron 9 meses, y producto de nuestro amor y las intensas noches de sexo con Verónica durante la luna de miel y los siguientes dias en casa, la pequeña Sonia vino al mundo. Cuando ella cumplía sus dos años de edad, mi hermano Luís falleció producto de un repentino pero fulminante ataque al corazón. Ahora han pasado ya tres largos años luego de su partida y conservamos aun su ejemplo de lucha y superación, y claro, el nos dejo su dulce recuerdo.

Hace dos meses, después de infructuosamente buscar el embarazo de Verónica, decidimos consultar a un medico ginecólogo quien nos practico los exámenes de rigor y nos comunico, con sorpresa, que yo era impotente y que debía empezar un tratamiento medico.

-"Solo por curiosidad Andrés.... Sonia fue adoptada, verdad...?", me pregunto el doctor esa tarde ya que sabia que yo no podía tener hijos.

-"Si... si....es una bella nena, cierto?", respondí dubitativo y nervioso mientras salíamos de su consultorio y calmaba su curiosidad.

Esa tarde, Verónica y yo estando sentados dentro de carro en absoluto silencio, no salíamos del shock y comprendimos el porque Sonia tenia tanto parecido a su tío fallecido. Ella, envuelta en lágrimas, me explico lo que paso esa noche mientras yo en silencio la escuchaba estuperfacto abrazándola. La perdone asi como perdono a mi hermano Luís, no los culpo ya que fruto de esa noche de sexo, ambos me han dado una hermosa nena.

Hoy en la mañana, en frente de su tumba, luego de 3 años, mire a la pequeña Sonia quien caminando al lado de su madre me recordó que esa noche de cumpleaños, Luís nos dio una lección de vida y de paso, embarazando a Verónica, nos dejo un dulce legado de cual me siento orgulloso. Y de paso vi nuevamente como Gustavo miraba con deseo, el delicioso y atractivo trasero de Verónica sin respetar siquiera que estábamos en frente de la tumba de su fallecido hermano.

Ahora siendo las 7:00 pm de este frio y triste Sábado, desde la cocina miro la foto de Luís, Gustavo y yo que esta sobre la mesa de centro a la entrada de la casa. Esa foto la tomamos hace 6 años el dia de mi matrimonio. Luego al lado la foto de Verónica y Sonia me recuerdan que mi infertilidad no es obstáculo para dejar de ser feliz y que mi hermano es el único miembro de la familia que me queda y por el cual juré siempre cuidaría de el. Mientras tanto la pequeña Sonia sentada frente al televisor mira entretenida una tierna película de Walt Disney.

-"Quieres un helado cariño?", le pregunto a Sonia.

-"Si papa...... hey donde esta mami?", me responde ella preguntando por su madre.

-"Esta ocupada mi vida.... Muy ocupada.... Y no la debemos molestar..", le dije sonriendo y pasándole su gran pedazo de helado de chocolate.

Tomando unas cervezas en mi mano cierro la puerta del refrigerador y subo las escaleras entrando a mi habitación. La luz tenue y unas velas encendidas dan un aspecto romántico y se inspira mucha tranquilidad y relax. Sobre el piso, la minifalda roja, su delicada tanga blanca, su brassier y su blusa, muestran que Verónica estaba ya desnuda. Un aroma de esencia a canela se respiraba sobre la habitación. había un ambiente ideal para el sexo con ella.

En efecto, sobre la cama allí estaba Verónica. Su escultural cuerpo tendido boca arriba sobre la cama era cubierto por el musculoso cuerpo de Gustavo. Ella lo abrazaba por la espalda y con sus piernas abiertas y dobladas sobre la cintura de mi hermano, dejaban visible como el trasero y el abdomen de el se mecían lentamente encima del de ella. Verónica con sus ojos cerrados y su boca abierta dejaba salir pequeños gemidos de placer al sentir como la jovial verga sin condón de mi hermano se sacudía dentro de su vagina. Las deliciosas tetas de ella eras aplastadas por el pecho de el y Gustavo tenia su cabeza al lado de la de Verónica. La mano de mi esposa acariciaba el cabello de el mientras mi hermano respiraba agitadamente contra la almohada y mordía los lóbulos de la orejas de ella, besando su cuello y susurrando a su oído palabras que yo no alcanzaba a entender.

Por los movimientos del abdomen de Gustavo fue muy obvio que la verga de mi hermano hacia pocos segundos acabada de estallar con ímpetu dentro del sexo de Verónica, y que su dulce vagina recibía en ese momento chorros de su fértil leche hirviente.

La gran musculosa y brillante espalda de mi hermano, lavada en sudor, reflejaba curiosamente las luces de las velas. Su culo se sacudía cadenciosamente mostrando la intensidad con que su verga sin condón eyaculaba su productiva carga de esperma. Las contracciones orgásmicas iban acompañadas de sus gemidos y tanto Gustavo como ella disfrutaban de ese momento. En el rostro de Verónica se veía una pequeña sonrisa de satisfacción ya que ella sabia que esa brutal derramada de su cuñado era suficiente para darle el segundo hijo que tanto ella deseaba.

Ellos no me sintieron entrar a la habitación donde ambos hacían el amor, asi que coloque las cervezas sobre la mesita de noche y me devolví de regreso a la puerta. Mire el reloj y vi como completábamos apenas una hora de iniciado este encuentro sexual.

Como en un filme erótico, mi esposa se veía hermosa y deseable en posición misionero recibiendo la verga de su joven cuñado, y Gustavo de forma apasionada, disfrutaba de un momento único, un momento que el siempre espero y ahora era realidad. Todos esos años el deseo a mi esposa y ahora tenia la oportunidad de tenerla solo para el y su verga, la cual finalmente hundida dentro de su sexo, explotaba lanzando chorros de su juvenil esperma. La mirada que lanzó en el cementerio esta mañana sobre el trasero de mi esposa dejaba entrever su sorpresa e incredulidad de saber que la belleza de culo que se escondía bajo el ajustado blujean seria solo para su verga esa noche. Y finalmente su coño le entregaba a borbotones su espeso, blanco y viscoso regalo.

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