Un año... sin él

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Después de una larga ausencia... El placer no espera.
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Un año... Un año sin el sabor de sus labios, sin sentir sus suaves caricias que hacen estremecer todo mi ser, un año sin sus besos que saben a miel, un año sin él...

Lentamente abrí los ojos mientras mis labios dibujaban una dulce sonrisa y mis manos recorrían mi cuerpo semidesnudo bajo las sabanas. Aún estaba oscuro y no lograba distinguir nada en mi habitación, solo el viejo reloj sobre la mesita de noche donde marcaba las 8:36 a.m. del miércoles 10 de julio. No tenía deseos de dormir ni un minuto más, mas sentía un cosquilleo en mi vientre y el latir de mi corazón más a prisa. Me levante con el deseo incontrolable de besar aquellos labios gruesos y jugosos que habían recorrido mi cuerpo una y mil veces.

El dilema de toda mujer... Me verá más atractiva con el panty negro o el rosa que poco logra cubrir... y aquel sostén de tela tan delicada que su transparencia permite ver mis pezones en medio de sutiles hojas de laurel estampadas.

Mientras tomaba una ducha de agua caliente y deslizaba mis manos por todo mi cuerpo pensaba en la ultima vez que hicimos el amor, me excitaba al recordar aquel día. Termine de ducharme y me vestí con un típico jean ajustado y una blusa tan pegadita al cuerpo que se notaban los pezones, me acicale un poco dando más expresión a los ojos, aquellos que no dejarían de mirarle y a los labios que no pararían de besarlo.

Ya eran las 11:30 am. cundo tomé un gabán y me dirigí a la universidad, tenía las primeras clases del semestre que me ocuparían toda la tarde. Al terminar la escuela salí disparada, ya eran las 6:00 p.m. y se acercaba la hora, la hora de su regreso. Pocas cuadras antes de llegar a casa me detuve para recoger el pastel de bienvenida y una botella de champan. Llegué a casa con tiempo de sobra para retocarme un poco el maquillaje y noté, al entrar en casa, que algo era diferente.

Ya no estaba sola, en la sala había una pequeña maleta y un abrigo sobre el sofá, al fin había llegado! una hora antes de lo planeado y yo, aunque preparada desde meses atrás, no estaba lista aún. Las piernas me temblaban y no sabía si correr a su encuentro o esperar un poco a que viniera a mis brazos, tomé aire y salí corriendo en su búsqueda.

Subí de prisa al cuarto y allí estaba, tumbado en la cama, dormido como un niño luego de jugar por horas. Se había duchado, se notaba por que solo tenia puesto sobre su pelvis una sabana y aun se sentía en el ambiente el vapor de agua caliente. No quería despertarlo, se le veía tan tranquilo allí mismo...

Sin hacer el más mínimo ruido me quite la ropa que llevaba puesta lentamente para no despertarlo y desde la parte inferior de la cama subí lentamente y con mis manos rocé sus muslos, me hice a un lado suyo y posé mis labios en su abdomen y con mis manos lentamente fui quitando la sabana. Su sueño era profundo y perfecto para mi, con mi mano derecha tome su pene y empecé a darle suaves besos desde la raíz, poco a poco fui llegando hasta su glande donde mi lengua juguetona lamía toda la cabeza de aquel rico pene. Su erección era completa pero él no despertaba por completo aún, así que abrí la boca y me metí su pene hasta poco más de la mitad, el calor de mi boca y la forma en que lo chupaba como su fuera un bombón hizo estremecer todo su cuerpo y con sus manos tomo mi cabeza invitándome a mamar más profundo su pene, trabajo delicioso para mi que disfrutaba su sabor mientras me excitaba más y más y sentía que mi vagina estaba ya muy mojada. En medio de su excitación me susurro -"hola amor, no sabes cuanto te extrañe"- con la voz entrecortada por el placer que sentía. Por varios minutos mamé su pene llevándolo a lo más profundo de mi boca, me detenía solo para preguntarle - Te gusta papi?- que pene más rico mi vida- Yo estaba excitada y muy entusiasmada mamándole todito su pene, su sabor, su tamaño y lo tieso que se pone me enloquece, me arrebata...

En un movimiento involuntario pero rápido, con sus manos agarrando mi cabello me llevo hacia su boca, metió su lengua en mi boca y me besó solo como el sabía hacerlo, me tumbo hacia un lado y comenzó a chupar mi cuello, su lengua hacia que mi piel se erizara y mi vientre se contrajera, bajo suavemente hasta mi teta derecha, la saco del sostén y mientras me chupaba y jugaba con mi pezón, quito el broche delantero del brasier, con su mano izquierda tocaba mi entrepierna haciéndome abrir un poco más y más. Yo estaba loca de excitación, con mi mano izquierda apretaba la teta que me dejo libre, mientras con la mano derecha agarraba su pene tieso y listo para penetrarme cuando quisiera. Me tomo de ambas manos y las llevo sobre la cabecera de la cama, con una mano sostenía las mías y con la otra apretaba mis tetas alternadamente mientras las chupaba. Fue bajando lentamente, chupando mi pecho, abdomen... llegando a mi entrepierna mas se devolvía un poco, volvía a bajar rosando un poco el clítoris... lento y pausado iba llegando a donde yo quería que llegara pronto, pero su juego hacía que mojara cada vez más mis pantis con cintas a los costados a la espera de lo que más me fascina y él lo sabía, ¡le encanta hacerme sufrir! Mis piernas estaban muy abiertas y yo al borde el orgasmo.

Haló las cintas del panty haciendo que quedara completamente desnuda y comenzó a mamarme delicioso, su lengua jugaba con mi clítoris y me daba unas chupadas que no podía evitar la contracción de mis muslos. No aguante 10 segundos cuando me vine entre gemidos de placer. Él continuó mamándome tan delicioso, tomando mis jugos vaginales, que mi excitación era grande y no disminuía y mi cuerpo quería seguir, seguir sin parar y pronto llegue al segundo orgasmo.

Después de esta primera faena de éxtasis orgásmicos, lo tome por el cuello invitándolo a besarme y probar mi propio sabor impregnado en sus labios. Mientras nos besábamos locamente, le empuje suavemente mientras iba quedando sobre él, tome su delicioso pene con una mano y me lo sobé en el clítoris y en la entrada vaginal la cual estaba tan mojada con ese lubricante natural que que chorreaba de mi vagina , lentamente lo ubiqué en mi hueco vaginal y me dejé deslizar penetrándome hasta el fondo, iniciando con movimientos lentos empecé a subir y bajar sobre él, poco a poco fui aumentando el ritmo, subía hasta casi dejarlo salir y me dejaba caer hasta sentir un muy leve y placentero dolor por la profundidad que me penetraba, sus manos en mi culo apretaban mis nalgas incitándome a ir más rápido y fuerte. Tome sus manos que estaban agarrándome el culo y lo invite a apretar mis tetas fuertemente. El placer era enloquecedor, el sexo estaba a flor de piel y la excitación de ambos estaba en su nivel más alto. Mis movimientos rápidos, duros y constantes hacian que sonara un golpeteo entre mi culo y sus testículos, un sonido agradable al oído de quien ama con pasión. Él me susurraba excitado --"Así mami, mi linda KaSS"- mis gemidos y sollozos de placer eran tan fuertes que su sensibilidad aumentaba casi al punto de venirse conmigo en mi tercer orgasmo.

Al ver como mi cuerpo se relajaba al final del orgasmo me sostuvo son fuerza de las caderas, se incorporó conmigo aún sobre él, me levanto con firmeza y me dejó caer sobre mis rodillas, se puso tras de mi, me hecho hacia delante y puso sus manos sobre mis caderas para halar mi culo hacia él, sobo su pene en mis jugos vaginales, apartó con sus pulgares mis nalgas y puso la verga en mi ano, lento pero sin pausa me fue penetrando, sentí un poquito de dolor, pero era un dolor placentero. A medida que me iba penetrando aumentaba mi excitación y mientras me apoyaba con un brazo sobre la cama, con la otra mano jugaba con mi clítoris lo que hacía más placentera la penetración anal, sin reparo alguno me penetro completamente e inicio el movimiento de cadera, con sus manos agarrando mi culo con firmeza, empujaba y halaba cada vez más rápido y fuerte, rítmicamente mis dedos hacían movimientos circulares sobre mi clítoris y yo cada vez más y más excitada. En repetidas ocasiones sacaba su pene por completo de mi ano y embestía con firmeza hasta penetrarme por completo mientras mis dedos descontrolados jugaban con el clítoris. No pude aguantar mucho tiempo cuando sentí mi cuerpo estremecerse enloquecido al llegar al clímax y un segundo después sentí un líquido cálido en mi ano... Habíamos llegado juntos al máximo nivel de nuestra pasión.

Agotados, cansados de tanto amarnos nos quedamos abrazados, pegando nuestros cuerpos, serenos y con una sonrisa de placer... el sueño nos invadió y solo alcancé a preguntar...

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