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Haga clic aquíRecogieron en recepción los paquetes que habían dejado y subieron directamente a la habitación de Daniel.
-Desnúdate y arrodíllate ante mi, preciosa.- dijo mientras se sentaba en un sillón.
Lentamente, Atsuko comenzó a desvestirse. Ya estaba descalza, así que comenzó quitándose las medias, la faldita y la blusa. Con la naturalidad que da la costumbre, se arrodilló ante el, puso ambas manos en el regazo, agachó la mirada y dijo:
-¿Que desea mi Señor?
Daniel se levanto, se puso ante ella y contestó:
-Desvísteme.
La ropa del hombre fue saliendo poco a poco, primero la ajustada camiseta, que fue lo que más le costó a la chica a causa de la diferencia de estatura. Luego los pantalones, los boxers y los calcetines.
-Ahora, ven.- Y la llevó al cuarto de baño.
Tomando unas tijeras del neceser, la hizo sentarse en el borde de la bañera y comenzó a recortarle el vello púbico, luego lo humedeció y enjabonó, tomó una maquinilla y con gran cariño y suavidad la afeitó completamente.
-Ahora me gusta mucho más-. Dijo sonriendo mientras le echaba agua con la ducha haciéndola estremecerse otra vez y poniéndola a punto de alcanzar otro orgasmo.- Muchísimo más.- La secó dulcemente y tomándola en brazos la llevó de vuelta a la habitación.
-A cuatro patas otra vez, preciosa. Esta vez quiero follarme tu culito.- Dijo mientras sacaba un bote de lubricante del neceser, esperó a que estuviera en posición y le lubricó el ano, primero por fuera con un dedo, luego con dos, empezó a introducir los dedos y a notar como ella se estremecía.
-Despacio, Daniel-san. Nunca lo he hecho por ahí.
-Relajate y déjame hacer. Esta forma de placer puede llegar a ser aún mejor que la tradicional. Iré suave, pero te tomaré así.
Cuando notó que dos dedos no encontraban resistencia, sinó que entraban y salían con toda facilidad apuntó el glande de su miembro a la estrecha entrada y presionando suavemente comenzó a meterle la polla.
Ella gimió.
-Me duele.
-Relájate preciosa.- dijo Daniel mientras paraba de empujar para dejar que se relajase un poco. Al notar que la presión ejercida por el esfinter se reducía, empujó un poco más y una vez pasada esa barrera se introdujo completamente en ella.
Atsuko jadeó y comenzó a hablar en japonés. Daniel la tomó por las caderas para no dejarla ir hasta que se volvió a relajar.
Comenzó a bombear despacio. La sensación del estrecho conducto siendo forzado le excitaba aún más cada segundo que pasaba y al oir que ella comenzaba a gemir, pero esta vez de placer, siguió follandosela cada vez más violentamente hasta que explotó en un chorro de leche que penetró dentro del culo de Atsuko que gritaba de placer.
-Nunca creí que me iba a gustar que me follasen por ahí. Pero este ha sido el mejor polvo de mi vida. Gracias Dany-san. Te estaré agradecida toda mi vida por descubrirme un nuevo camino a la felicidad.
- El placer ha sido mío, Atsuko-san-. Dijo Daniel riendo.
-Debo irme, Daniel-san. Mi amiga está al llegar. Hoy he sido completamente felíz.
-Yo también preciosa, yo también. Sayonara, Atsuko-san.
-Sayonara, Daniel-san.
una japonesa es una asignatura pendiente, aunque yo creo que mas bien me dejaría hacer.