Veronica

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La historia de mi Vida.
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julio08
julio08
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-"Tranquilízate Verónica...", me dijo Lucia abrazándome.

A la salida de la iglesia, mi mejor amiga, Lucia Fernández, me daba un reconfortante abrazo. Mis gafas oscuras ocultaban mis ojos rojos y llenos de lágrimas. El húmedo pañuelo que tenía en mis manos era testigo del dolor que aun vivía dentro de mí.

Terminaba la liturgia religiosa en la que se celebraba el primer año de fallecimiento de mi esposo. Un fulminante ataque al corazón acabo con la vida de Federico. Joven, a sus 30 años, mi esposo nos dejaba a Alejandra y yo, solas. Mi pequeña hija de 2 años quedaba huérfana de padre y yo sentía que el mundo se me había acabado.

Entre los asistentes estaban presentes mis suegros así como mis padres y mi hermana. Además mi jefe y algunos compañeros de la oficina quienes muy solidariamente me acompañaban ese día en ese triste aniversario.

-"Yo te llevo a casa", me dijo Luisa invitándome a subir a su auto.

Acomodamos a Alejandra en el asiento trasero y mientras ella conducía note cierta cara de molestia.

-"Te noto extraña... que te pasa?", le pregunte.

Ella guardo silencio y fue más notorio su rostro de inconformidad.

-"Vero...Quien era el señor de corbata roja y blanca que estaba sentado atrás al lado de un rubio?", me pregunto Lucia.

Pensé por un momento viendo como las primeras gotas de lluvia golpeaban el vidrio frontal y los limpiabrizas se activaban automáticamente.

-"Es Francisco, mi jefe y el rubio, es Gerardo, uno de los dueños de la compañía.... Porque te gusto alguno?", le respondí dejando salir una pequeña sonrisa de mi boca.

Lucia es casada y tiene para su fortuna un fantástico esposo, Felipe. Fiel, caballeroso y uno de los mejores amigos de mi difunto marido. Aunque no tienen hijos forman una pareja increíble y son de mi mayor confianza.

-"No.... Por el contrario.. me cayo mal....", me respondió ella esgrimiendo de nuevo su cara de disgusto.

-"Porque?", le pregunte con curiosidad.

-"Ver el triste ambiente de la iglesia, me obligo a salir a fumarme un cigarrillo y allí afuera estaban esos dos hablando de ti....", comento Lucia.

-"Y..?"

-"Los escuche.... Malditos bastardos ¡!... no les importo ese sagrado lugar ni la triste ocasión para empezar a describir tu cuerpo y tu vestido...", comento ella nuevamente incomoda.

-"Tu jefe esta fascinado con tu cuerpo.... No hizo sino referir el hecho de que tu culo de diosa merece ser cogido duramente... y el otro maldito hablaba de lo maravilloso que se veía el movimiento de tus deportivas y moldeadas nalgas bajo ese ajustado vestido que tienes...esos dos están muy calientes contigo", agrego Lucia.

Volví a mirar al frente y recordé como el ceñido vestido negro que tenia puesto ese día era de los que mas gustaba a Federico. Como un homenaje a su memoria me lo coloque ese día presintiendo que el desde arriba en el cielo dichoso me observaba. El vestido fue un regalo de Federico cuando gane mi primer torneo de Squash, deporte el cual practicábamos intensamente cuando éramos novios y en esos dos años de matrimonio que estuvimos juntos. El ajustado vestido marcaba muy bien mis pechos y mi diminuta cintura. La corta falda terminaba arriba de las rodillas destacando mis femeninas piernas y mi bien formado culo.

Mi cuerpo era normal, como el de una mujer que practicaba el deporte con regularidad y que complementaba con una dieta balanceada, baja en grasas. Mis 1.80 m de estatura, largas piernas, tetas robustas y un parado trasero que reflejaba el hecho de que cuidaba mi figura, eran muy notorios.

-"Si... lo se....", le respondí a Lucia recordando como en este ultimo año, Francisco, mi jefe me había propuesto ya en dos ocasiones que me acostara con el. De igual forma, Gerardo, el dueño y manager de la compañía, hacia poco me había ofrecido el cargo de Gerente de producción de la empresa, sabiendo que bajo esa atractiva propuesta se escondía su deseo por tenerme una noche en su cama.

A pesar de que me les negué, aun seguían detrás mio viendo como yo me convertía en una deseable viuda, joven, bella y atractiva.

-"Oye y tu amigo Cesar?.... no lo vi hoy...", me dijo con cara picaresca Lucia interrumpiendo mis pensamientos y recuerdos.

-"No podía venir... esta de viaje por Mendoza", le respondí.

-"Carajo Verónica..... es hora de que despiertes... no vas a seguir así toda tu vida, verdad?", me replico Lucia al ver mi cara de desagrado.

Ella me conocía muy bien. Sabía que en mi mirada se veía la tristeza por la reciente perdida de Federico. Un año era muy poco para resanar la herida fresca de su partida. Pero Lucia y yo sabíamos que no me podía quedar estancada viviendo de los recuerdos de los maravillosos momentos que pasamos los dos. Federico había sido un capitulo de mi vida y ahora yo debía continuar para adelante.

Cesar era uno de los amigos de la infancia de Federico. Lo conocí desde que éramos novios y fue uno de mis apoyos después de la muerte de mi esposo. Por comentarios de Federico, yo le fascinaba y no ocultaba su interés por mí. Como buen amigo que era, sin tapujos le decía a Federico que cuando iba a ver los partidos de squash, no sabía si disfrutaba más del juego o de ver como mis cortos y ajustados pantalones deportivos resaltaban mi culo, según el, de forma espectacular.

Después de la muerte de Federico, había estado muy pendiente de mí y de mi hija Alejandra. Y claro en sus ojos se notaba el intenso deseo de poseerme. A pesar de que yo era la viuda de su mejor amigo fallecido, habíamos salido a cenar en un par de ocasiones y su mirada no se retiraba de mi trasero, mis pechos y mi rostro.

-"Vero.... Vamos a hacer una reunión en mi casa el próximo sábado.. es el cumpleaños de Felipe...quiero que vengas sin Cesar... te necesito allí sola y con un vestido de esos que le fascinan a el ...hay dos amigos que están muy interesados en ti y quieren conocerte...", comento Lucia dejándome con curiosidad.

-"Cual vestido le gusta a el?", le pregunte de inmediato.

-"Felipe se derrite como un bobo cuando te ve con la minifalda rosada o el pantalón blanco de lino percherado.... Dice que te ves muy deseable y tu trasero digno de ser poseído... cabron de mierda ¡!", me respondió ella.

Reí. De mi salio una carcajada de ver a Luisa molesta. Hacia un año no me reía. Empezaba a ver el cambio en mí.

Ese sábado en la noche, por sugerencia de Felipe, me coloque mi corta falda rosada. Mis piernas se destacaban sensacionales y mi redondo trasero se marcaba por lo ajustado de la falda. Sin lugar a dudas atraería miradas. Y que iba a decir esa noche? Que era Viuda? Separada? Que ya tenia novio?.

Los dos amigos de Lucia resultaron ser dos hombres interesantes, de la misma edad mia, 28 años, profesionales, con exitosas carreras y proyectos, y por supuesto, mi cuerpo fue de su interés. Pero sentí asco al ver como ellos sin escrúpulos me miraban de una forma que no me gustaba. Se veía en sus ojos la seguridad de que en unas pocas horas yo estaría con mis piernas abiertas esperándolos tirada en una cama. Estaban muy equivocados.

-"Gracias por la invitación y de nuevo Feliz cumpleaños", le dije a Felipe esa noche saliendo de su casa.

-"Gracias por venir a mi reunión..... y estas fantástica Verónica... daría lo que fuera por ser soltero y atraparte", me respondió Felipe mirando mi culo mientras Lucia le golpeaba cariñosamente en su barriga luego del atrevido comentario.

Mientras caminaba hacia el auto sentí como la mirada de Felipe no se retiraba de mis nalgas.

Esa noche en casa le pedí perdón a Federico. Mirándome en frente del espejo de mi habitación veía a una mujer triste que adolorida vivía aun la pena de su partida. Pero bajo ese sexy vestido, la verdadera Verónica Salas pedía a gritos ser liberada.

Cesar se acerco a mi y coloco sus manos sobre mi cuello. Lentamente como quien abre un regalo, sus manos pasaron por detrás y empezaron a abrir uno a uno los botones de mi blusa. Cuidadosamente me la quito y luego de inmediato desabrocho mi brassier, el cual cayó al piso. Mis tetas quedaron expuestas a su vista asi que me voltee para quedar de frente a el. En sus ojos se notaba la dicha. Sin perder tiempo su boca empezó a lamerme los senos mientras sus manos se desplazaban por mis piernas levantándome la corta falda. Al cabo de cinco minutos, mi sexo húmedo y excitado recibía las deliciosas caricias de la lengua de Cesar quien jugaba extasiado con mi clítoris y mis gruesos labios vaginales. Aun de pie con la ropa caía en el piso, Cesar, arrodillado, convertía mi sexo en un rio de fluidos.

Llevaba más de un año sin tener a un hombre en la cama. Más de 365 dias habían pasado desde la última vez que llegue al orgasmo. Más de 365 noches habían pasado sin disfrutar del momento en que la verga de un hombre se acomodaba en mi vagina.

-"Ayyy...", grite.

Sin aun penetrarme, Cesar me daba el primer orgasmo cuando sentí que mi cuerpo se sacudía producto de un corrientazo de placer. Su lengua, moviéndose incansable, restregaba mi clítoris contra el pubis, dándome muchísimo placer. Sin importarle, la cara de Cesar estaba salpicada ya de mis pegajosos y brillantes fluidos vaginales que emanaban como un torrente de mi vulva.

Me aferre a la cabeza sudorosa de el y ese delicioso pero corto orgasmo era solo el inicio de una noche de placer y lujuria.

Diez minutos más tarde fue muy reconfortante ver el rostro de desespero de Cesar. De pie, recostados contra la pared, de frente a el, su verga se sacudía dentro de mi sexo y el trataba de forma inútil de controlarse. Mis piernas completamente abiertas eran soportadas por su cuerpo y su cara sudorosa mostraba lo agitado que estaba. Su cuerpo se mecía contra el mio y su dura verga clavaba mi vagina salvajemente.

-"Vero...", me dijo el mirándome a los ojos.

Cesar acerco su cara a la mia y pude leer su mente. Me daba las gracias por lo que estaba pasando y me avisaba que no aguantaba más. Sus ojos se desorbitaron y abrió su boca como sintiendo que se ahogaba y le faltaba el aire.

Por cinco segundos permanecí mirándolo fijamente. Luego el coloco su cabeza contra la mia y un gemido orgásmico salio de sus cuerdas vocales.

De inmediato mi cuerpo empezó a ser sacudido rítmicamente a la misma velocidad que su coño lanzaba a borbotones su ardiente esperma dentro de lo profundo de mi vagina. Durante esos 60 segundos, la verga de Cesar desocupo en mi sexo toda su espesa carga y pude palpar como mi vagina se convertía en un aljibe lleno de su blanca savia.

Molesta por sentirme un objeto sexual en la reunión de Felipe, decidí llamar a Cesar a su celular tomando la decisión que me parecía más conveniente. Era tiempo de cambio y de seguir adelante. Era tiempo de darle a Cesar lo que mas quería. Asi le agradecía su amistad y su empeño por estar tan pendientes de mi hija y yo.

Luego en posición doggy, Cesar me expreso su fascinación por mi trasero y de nuevo dejo convertido mi sexo en un calido charco colmado de su viscoso esperma. Durante mas de dos horas Cesar estuvo encima mio haciéndome el amor y dándome la razón para despertar e iniciar una nueva etapa de mi vida.

Y desde entonces lo ha sido.

Una semana más tarde, Francisco, mi jefe, se bebía una cerveza mientras desnudo y de pie al lado de la ventana de la habitación del hotel miraba como Gerardo, el dueño de la compañía, abría mis nalgas y me hundía lentamente su pene dentro de culo. Desnuda boca abajo, con dos confortables almohadas bajo mi abdomen, mi trasero quedaba listo. Un frasco completo del gel lubricador hacia sido aplicado cuidadosamente en la entrada del hoyo de mi ano, y Francisco había tenido ya su turno. En las pasadas tres horas, el y Gerardo habían dejado enrojecida mi vulva y mi clítoris, y en mi sexo, las paredes internas de mi vagina habían recibido la fricción enloquecida de sus vergas cubiertas con condones.

Ahora haciendo realidad su sueño, el coño sin condón de Gerardo se escondía dentro de mi culo penetrándome y cobrando de esta manera mi aceptación como nueva Gerente de producción. A pesar de la incomodidad me pareció muy especial escuchar los quejidos y gemidos de placer que lanzaba Gerardo mientras su verga reventaba hundida en lo estrecho de mi culo y yo sentía, incomoda, como su hirviente semen era vertido en mi ano. Luego de un año, volvía a disfrutar del sexo anal y ellos eran los primeros afortunados.

En menos de dos semanas, mi dulce vagina había recibido las frenéticas caricias de tres vergas y mi moldeado culo había sido vulnerado por la verga de Francisco y Gerardo.

Pienso que hice lo correcto. De alguna forma debía despertar y no podía quedarme allí hundida en el pasado. Cesar, Francisco, Gerardo y Lucia me habían abierto el camino y una luz diferente me iluminaba. sentía deseos inmensos por lograr muchos objetivos y hacer una nueva vida con mi hija Alejandra era uno de ellos.

-"Te vas a ver con Cesar hoy?.... vas a formalizar tu relación con el?...", me pregunto Lucia desde la cama.

-"Si, cenaremos esta noche... pienso aceptar su propuesta...me parece un buen hombre y se que Federico estaría orgulloso de el...", le respondí.

-"Que afortunado.....", comento Felipe parándose de la cama y caminando desnudo hacia mi.

Ese sábado en la tarde, Lucia y Felipe me invitaron a almorzar. Me coloque el apretado pantalón de lino percherado blanco que tanto gustaba a Felipe, el cual marcaba mis nalgas como un delicioso durazno que sobresalía de mi cuerpo, y por supuesto sus ojos no se retiraron de mi culo. Después del delicioso almuerzo, Lucia me propuso un trío para satisfacer a Felipe y asi lo hicimos.

Bebí un poco de agua del garrafón de la mesa mientras Lucia y Felipe abrazados en la cama desnudos charlaban de Cesar. En las pasadas dos horas la verga de Felipe tuvo el placer de compartir el sexo de Lucia y el mio dejándolos salpicados de su semen.

-"Que afortunado.....", volvió a repetir Felipe tomándome de la mano y acercándome al sillón.

Sonreímos y en silencio sabiendo que era lo que el quería me arrodille dejando mi culo a la altura de su pene.

-"Mi vida.... Lánzame el gel por favor....", le pidió Felipe a Lucia quien de inmediato y sin negarse le lanzo el pequeño frasco.

Coloque las manos sobre la cabecera del sillón y cerré los ojos mientras Felipe me aplicaba de nuevo cuidadosamente abundante gel facilitador en la entrada del hoyo de mi ano. Ya habíamos tenido sexo anal esa tarde pero el sabia que era su ultima oportunidad asi que no lo dudo un instante.

-"Me voy a duchar chicos..", dijo Lucia parándose desnuda de la cama y dirigiéndose al baño.

Trate de responderle pero no pude. La firme y erecta verga de Felipe, su esposo, se hundió lentamente dentro de mi culo y mientras ella se duchaba, Felipe, de pie, mecía su abdomen contra mi trasero y hacia de nuevo su sueño realidad al vertir su leche dentro de mi.

Esa noche formalice la relación con Cesar y me di cuenta que había tomado la mejor decisión.

Hoy, en frente de la tumba de Federico coloco estas flores como homenaje a su memoria en el segundo aniversario de su muerte. Con mi barriga ya gordita, seis meses de embarazo son muy notorios y según Cesar, me veo muy tierna. En mis ojos se refleja la ansiedad por mi hijo que viene en camino y en Cesar se ve la dicha de saber que va a ser padre.

Luego de ganar un torneo regional de squash hace seis meses, Cesar y yo lo celebramos de la mejor manera. Yo diciéndole que quería casarme con el y tener un hijo. El haciendo lo que siempre deseo hacer y muchos hombres ese día desearon. Después de ver como mi corto y ceñido pantalón deportivo de color azul resaltaba mi trasero, mi cuerpo sudoroso fue mimado, producto del esfuerzo realizado durante el difícil juego de la mañana. Motivado por mi atractivo culo y los comentarios masculinos que Cesar escucho desde la tribuna de vidrio, durante toda la tarde su verga me clavo y me adoro consintiendo mi sexo y dejándolo lleno de su viscoso regalo, sembrando la semilla de nuestro solido amor.

-"Vamos cariño", le dije a Alejandra tomándola de la mano y caminamos de regreso al auto.

allí en el cementerio, mi hija, Cesar y yo, recordábamos a Federico y le hacíamos saber que era parte de nuestras vidas.

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