Ojos Azules

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Su primera vez con una mujer.
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julio08
julio08
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Atrás quedaban 3 años de lucha incansable por reclamar algo que era mió y me pertenecía. En los pasados 1095 dias, yo, Sofía Martínez, con 39 años de edad y una hermosa hija de 18, luche por tener el derecho de tener a Cristina en casa.

Luego de divorciarme de Ernesto, hace tres años, el me quito todo, la casa, el carro, los objetos del hogar que habíamos comprado, parte de los ahorros y cosas personales, pero lo que mas me dolía era el hecho de que mi hija Cristina estaba viviendo con el durante todo este tiempo y yo solo la veía una vez al mes.

Ernesto haciendo uso de sus conocimientos y experiencia como abogado de familia me había quitado todo y me había dejado en la calle. Seducido por el hermoso trasero de su joven secretaria, Ernesto se fue a vivir con ella y me dejo, dando por finalizados 15 años de matrimonio.

Con ayuda de mi hermano, pude pagar los servicios de un abogado amigo de el, quien gustosamente acepto el reto de demandar a mi esposo y de solicitar el derecho de mi hija, empezando una batalla legal que duro tres años y que hoy concluía con un final feliz para mi. Tras insistir y persistir como un tenaz hombre de leyes, Francisco, me ayudo en mi caso y esta mañana, en frente del despacho del Juez, recibí la mejor noticia, la que estaba esperando desde entonces.

El Juez dictó la sentencia definitiva y ordenó la repartición equitativa de bienes y la remuneración de los perjuicios causados a mi persona a lo largo de estos tres difíciles años. Además, tendría derecho de tener a Cristina conmigo de Lunes a Viernes mientras que los fines de semana los pasaría con su padre.

Estaba dichosa, no me cambiaba por nadie. Francisco, me colaboro sin desfallecer para que se hiciera justicia y en su rostro se notaba la alegría por el fallo dictado por el juez y porque yo finalmente obtenía lo que me merecía. Luego de almorzar con el, su hijo Diego de 18 años y mi hermano en un lujoso restaurante, los invite a mi apartamento a celebrar.

Francisco quedo viudo hace 10 años cuando su esposa falleció en un accidente. Desde entonces el no había tenido ninguna relación seria con nadie pero a lo largo del proceso de mi demanda, note su interés por mi. No tengo un cuerpo espectacular, pero mis pechos 36C, mis 1.78 m de estatura, cuerpo delgado, cabello negro corto, largas piernas, amplia cadera y unas nalgas normales, típicas de una mujer madura que practicaba el ciclismo con regularidad, atraían a Francisco. Nuestra relación había sido solamente profesional y los dos la habíamos manejado así sin problema.

A lo largo de estos tres años no tuve tiempo para tener una relación amorosa con nadie. Mi mente estaba centrada en mi trabajo como asistente administrativa de una mediana empresa de calzado y en buscar que Ernesto me diera lo que me correspondía. Entre semana iba al gimnasio a pasar el stress y mantener mi cuerpo en forma, y los fines de semana sin falta salía a montar en bicicleta con un grupo de amigos, en lo que se notaba sus miradas a mi trasero pero era su amistad lo que yo más valoraba. En las tardes me estaba con Cristina en casa o salíamos a pasear.

Lo único que yo ocultaba era mi interés por Diego, el hijo de Francisco, mi abogado. El era un tímido joven que hacia pocos dias había cumplido 18 años. Sus ojos azules, su cabello crespo y corto, sus 1.86 m de estatura, cuerpo robusto y sus gestos amables me enternecían y me hacían pensar ideas fuera de lo común. Soy muy religiosa y me considero una buena madre, me crié bajo los principios de lealtad y confianza que me dio mi madre, pero tres años habían pasado desde la última vez que me acosté desnuda con un hombre en la cama y eso me atormentaba.

Tres años espere a que la decisión del Juez me diera lo que mas deseaba. Tres años seguía esperando Francisco para que yo le diera lo que el quería.

-"Francisco... no por favor... contrólate...", le dije quitándomelo de encima, volteando mi cuerpo.

De pie, en la cocina mientras servia unos vinos, Francisco me arrincono, me abrazo por detrás y paso su mano por mi trasero. Yo lucia mi apretado pantalón de paño, el mismo que esta mañana el Juez y Ernesto miraron con detalle. Se ajustaba muy bien a mis nalgas y las resaltaba.

-"Sofía... me gustas mucho... dame una oportunidad de mostrarte lo interesado que estoy..".

-"Francisco.. han sido tres largos y difíciles años.. estoy en deuda contigo y quiero que lo de los dos siga siendo una relación profesional y de amigos...", le respondí mientras yo caminaba por la cocina y el no me retiraba su mirada de mi culo.

-"Si lo se.... pero es que me llamas muchísimo la atención y estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por hacerte feliz..", me replica Francisco acercándose a mi y de nuevo abrazándome, esta vez sin tocarme el trasero.

Luego de llegar a mi apartamento, y mientras Diego y mi hermano iban al supermercado por algo de tomar, Francisco me declaraba su amor en la cocina.

-"Quiero agradecerte por lo que hiciste por mi... Francisco eres muy especial pero dame tiempo por favor...", le dije a Francisco mientras sus manos seguían aferradas a mi cintura.

-"Te gusta Diego?.....", me pregunto el sorpresivamente con tono molesto.

Mi silencio fue la mejor respuesta a tan sorpresiva pregunta.

-".... Lo note desde que lo conociste... pensabas que no me había dado cuenta?", me volvió a comentar Francisco.

Acercando su boca a mi oído Francisco me susurro su loca idea. Yo sorprendida sonreí.

De pronto, el ruido de la puerta del apartamento abriéndose nos interrumpió la charla. Diego y mi hermano habían llegado de vuelta del supermercado. Francisco volvió y me acaricio el trasero y se dirigió a la sala. Como si nada hubiese pasado, pasamos la tarde tomando vino y recordando lo sucedido en estos tres largos años hasta cuando mi hermano tuvo que partir entrada ya la noche.

En ese momento, me retire y pase a mi habitación a cambiarme. Salí luciendo una mini falda que no me colocaba desde hacia mas de 5 años. Recuerdo que le gustaba mucho a Ernesto por lo que se amoldaba a mis nalgas destacándolas y mis piernas lucían mucho más atractivas. Además me coloque una escotada camisa que resaltaba mis pechos. Las miradas de Francisco y su hijo Diego fueron muy notorias, pero en especial la de Diego, así que me senté justo al lado de el y crucé mis piernas. Diego empezó a ponerse nervioso.

Francisco con su mirada lo comprendió y sonrió burlonamente. A medida que charlábamos de temas varios, tome la mano de Diego y la coloque sobre mis piernas jugando con ella. Diego se veía cada vez mas incomodo y nervioso.

Diego era virgen y como acordamos al salir de la cocina, seria mió esa tarde. Francisco, me autorizo para que tuviera sexo con su hijo. A pesar de su atrevida propuesta, Francisco toco mis sentimientos al decirme que mi sexo era el perfecto para la verga virgen de su hijo, que la mejor forma de olvidar lo hecho por Ernesto al dejarme por una joven secretaria era experimentar con un joven y que seria un honor para el poder presenciar como el coño de Diego penetraba por primera vez la jugosa vagina de una mujer y allí hundida dentro de ella, explotaba lanzando su esperma. Hacia 20 dias había cumplido 18 años y en charla franca con su papa ese día le pidió que quería tener sexo con una mujer. Quería disfrutar por primera vez en su vida del olor que emana de una vagina antes de ser penetrada, quería disfrutar por primera vez del dulce sabor de un clitoris y por supuesto, quería sentir en carne propia del momento glorioso del orgasmo.

-"Diego, que piensas de Sofía?", le pregunto Francisco a su hijo

-"Que es una maravillosa mama y que la felicito por haber obtenido lo que ella quería al ganar la demanda.. finalmente su hija Cristina va a vivir con usted..", respondió Diego muy formalmente desviándose de la respuesta que esperaba su padre.

-"No Diego... .. ehh.. me refiero a Sofía... te gustan las piernas de ella.... Sus senos... su trasero...", le pregunto Francisco a su hijo.

Diego, en silencio, me miro con su rostro enrojecido por la pena y de nuevo miro a su padre. No sabia que responder.

-"Te acuerdas cariño que hace unos dias le pediste un deseo especial a tu padre?", le pregunte yo tratando de hacer las cosas mas fáciles para el.

Diego me miro a los ojos. Su mirada reflejaba la sorpresa y la excitación. En ese momento el comprendía que su deseo estaba a solo minutos de ser una realidad.

La frente de Diego mostraba como minúsculas gotas de sudor emanaban de su piel. Sus brillantes ojos azules parecían hipnotizados.

-"Ven....vamos a mi habitación... tu padre te acompañara y te dirá que hacer...no tengas miedo..", le dije a Diego poniéndome de pie y ofreciéndole mi mano.

Diego tembloroso acepto.

Dos minutos más tarde sentada en la cama, las manos de Diego se escurrían por entre la minifalda mientras su boca lamía una de mis tetas.

-"Busca con cuidado... corre la tanga y sentirás algo húmedo y carnoso...", le decía Francisco de pie al lado de la puerta mientras su hijo me tocaba.

-"Húndele delicadamente solo uno de tus dedos.... Quítale la tanga... ahora la falda... levántale la camiseta.... Lámele las tetas.... Lentamente.... con la lengua recorre su vulva... no hagas mucha presión sobre su clitoris... no no no la muerdas...".

Con todas las recomendaciones y sugerencias de su padre, Diego me acaricio, me preparo y me desnudo en medio de un estimulante juego de palabras de su padre quien seguía desde la puerta sin perder detalle de lo que su hijo hacia con mi cuerpo.

Yo acostada boca arriba tenia ahora a Diego con su cabeza entre mis piernas mientras que el deliciosamente me lamía el clitoris y me hacia el sexo oral. Los movimientos torpes de su lengua eran lo suficientemente complacientes como para ser su primera vez. Tan pronto me sentí lista, le retire su cabeza de mi sexo.

-"Ven cariño... penétrame...", le pedí abriendo mis piernas y colocando un cojín bajo mi cadera.

Diego volteo a mirar a su padre y el le hizo una seña con su cabeza de que debía aceptar mi generosa invitación. Mi cuerpo completamente desnudo lo esperaba.

Lenta y nerviosamente Diego se subió a la cama y ubico su cuerpo entre mis piernas. Con una de mis manos tome su verga. Estaba dura, erecta y enrojecida. Su coño era de más o menos 18 centímetros y la cabeza de su glande era inmensa.

Tan pronto toque su órgano, Diego abrió un poco mas sus ojos mostrando el placer que sentía cuando una mujer por primera vez acariciaba su pene.

-"Ahora recuéstate lentamente sobre mis pechos..", le sugerí mientras su coño estaba en mi mano derecha.

Mientras su cuerpo lentamente se acomodaba sobre el mió, posicione su coño sin condón en la entrada de mi húmeda vagina y gemidos intensos empezaron a salir de la boca de Diego al sentir como su verga se hundía dentro de lo profundo de mi sexo.

-"Arghhh.... Arghh... papa.... esto es ..... esto es.... Increi-i- ible....", expreso Diego con sus ojos brillantes al sentir como por primera vez su pene se escondía dentro de mi.

-"Ahora empieza a mover el abdomen.... Si... así... no muy rápido... lentamente... no pares....no no así no.... empujala contra ella.... Que ella sienta tu pene entrar y salir... no no la saques toda... eso así si... así si..."

Mientras Francisco emocionado le gritaba a su hijo como debía moverse, yo colocando mis manos sobre su culo le ayudaba. Los minutos pasaban y Diego más relajado se movía mejor encima mió por lo que coloque mis brazos sobre su espalda y con mis piernas abrace su cintura para disfrutar más de los movimientos de su juvenil pene.

Durante un buen rato solo se escuchaban los gemidos de Diego y los míos en la alcoba. Pero esos eróticos ruidos de una pareja haciendo el amor fueron interrumpidos.

-"Papa.... Creo que.... Papa.... Uyyy... papa... me parece qu....", empezó a decir Diego subiendo el tono de su voz.

Abrí los ojos y vi su rostro. Sus ojos desorbitados me daban a entender que el se estaba tratando de controlar pero la excitación y el placer ganaba la batalla.

-"Diego contrólate... aguanta ... no te derrames.. aguanta... aguanta..", le decía Francisco a su hijo al darse cuenta también que la verga de su hijo estaba a punto.

-"Cariño... resiste... no te me vengas aun.. resiste Diego...", le dije para que tratara de controlarse.

El cuerpo de Diego empezó a moverse más y más rápido. Su coño se sacudía de forma deliciosa dentro de mi y ocurrió algo inesperado. Los movimientos de la verga de Diego empezaron a frotar exquisitamente mi clitoris contra mi pubis. Una sensación de placer maravillosa se extendió por mi cuerpo.

-"Si... Diego... si....sigue... que ricura... ayyy.... Que ricura...", le dije con mi voz afectada por el intenso placer que su verga me daba.

De inmediato un fuerte corrientazo paso por mi cuerpo y estruje fuertemente la espalda de Diego entre mis brazos.

-"Uyyyyyyy.. Dieeeeegooooo!!!...", grite viniéndome al sentir ese espectacular orgasmo.

Mientras Diego maravillosa y frenéticamente seguía moviendo su coño dentro de mi pellizcando mi clitoris contra la pared superior de mi pubis, yo arqueaba mi espalda hacia arriba al sentir como mi cuerpo era poseído por esa extraña pero fabulosa sensación del orgasmo femenino.

-"Papa!!....papa!!.. no puedo... no puedo.. no aguanto mas....me vengo!!!", escuche a Diego gritar.

En medio del intenso placer que recorría mi cuerpo, abrí los ojos y vi la mirada angustiada de Diego. Al darme cuenta que el ya no podía soportarlo coloque mis manos sobre su cuello, hale su cabeza contra la mía y me prepare para su grito final.

-"Sofía.....Sofía...", dijo Diego a mis oídos antes de que su verga explotara dentro de mi.

-"Arghhhhhhhhhhh...."

Un largo y doloroso gemido salio de la boca de Diego mientras que de su verga empezaban a brotar chorros de su juvenil esperma. Como una bomba, el coño de Diego me entregaba su semen y durante mas de un minuto, las contracciones rítmicas de su abdomen ayudaban a que sus jóvenes y grandes testículos bombearan su calida leche dentro de mi vagina.

Tan pronto como el cuerpo de Diego se quedo inmóvil encima mio, me quede abrazada con el. Los movimientos de su cuerpo habían cesado y sus velludos testículos habían dejado de bombear su esperma en lo profundo de mi sexo. En silencio nos quedamos abrazados los dos disfrutando de esos minutos post-orgásmicos.

-"Sofía.... grandioso... fue fantástico...gracias..", me susurro Diego al oído con su respiración nuevamente normal.

-"Diego, me das un chance?....me regalas una hora con tu diosa?", pregunto Francisco completamente desnudo al lado de la cama.

-"Si papa... pero no te demores mucho..", respondió Diego retirándome su erecto pene y poniéndose de pie, dándole paso a su padre.

Sin importarle que en mi vagina yacía el calido y juvenil esperma de su hijo, Francisco se acomodo encima mio y en la misma posición de misionero, me penetro.

En las siguientes dos horas disfrute de los cuerpos de padre e hijo y se dieron por satisfechos muchos deseos. Finalmente yo tenia la oportunidad de sentir el coño de ese guapo joven dentro de mi sexo. Disfrute de tener a Diego encima mio y ver esos brillantes y hermosos ojos azules segundos antes de que me vaciara su carga completa fue muy recompensante. Para Francisco, pasaron tres años deseando cogerme en posición doggy hasta que esa noche fue una realidad al yo permitir que el me hundiera su verga repetidamente dentro de mi vagina mientras Diego nos observaba y aprendía como hacerle el amor a una mujer. Para Diego, fui su diosa esa noche, fui la mujer de su primera vez, la que el nunca olvidara y recordara para siempre como mi clitoris salpicado de semen era penetrado por su joven verga en varias posiciones. Jamás olvidara como sus hermosos ojos azules se desorbitaban segundos antes de estallar su coño dentro de mi. Jamás olvidara los gemidos de placer que salían de mi boca y mucho menos olvidara esos momentos en que yo repetía su nombre una y otra vez mientras que mi cuerpo disfrutaba del orgasmo.

A partir de esa noche mi vida cambio. Ahora tengo a Cristina todos los dias de la semana y velo porque no le falte nada a ella. Compre una casa con el dinero que me dio Ernesto y espero viajar de vacaciones muy pronto a Puerto Rico a saludar a mi mama. Francisco me propuso matrimonio para el otro año lo cual gustosa acepte. Desde entonces un hermoso anillo de compromiso me acompaña en mi mano izquierda. Y Diego sigue siendo mi debilidad y no puedo evitar sentirme atraída por el. Tengo que entender que iniciaré una nueva vida con Francisco y su hijo y Cristina y yo compartiremos una casa con ellos.

Por ahora soy divorciada y disfruto de la vida. Me lo merezco. Fueron 3 años de sufrimiento y soledad.

Mientras su padre visita a un cliente en Boston, Diego me visita en las noches y cena con nosotras. Luego de la cena, Cristina se va a su habitación, la cual fue decorada con posters de Britney Spears y Shakira, a hablar por teléfono con sus amigas. Su música se escucha a un volumen alto en la casa. No me importa. Pienso que la tengo a ella al lado mio y eso era lo que yo quería. Además la música mitiga un poco los gemidos míos y de Diego. De pie, recostada contra la pared, con mis manos puestas sobre la puerta para asegurarme que mi hija no entre y mi ajustado pantalón de paño en el piso junto con mi tanga color verde, reflejan que soy una mujer débil. Justo detrás mio, Diego, con sus manos aferradas sobre mi cadera y sus bluejeans y su calzón interior enredados entre sus tobillos, me hunde su juvenil y duro coño dentro de mi sexo y descarga por segunda ocasión en los pasados 15 minutos, su calido esperma.

Como en las pasadas tres noches, Diego nos visita y le trae a Cristina un paquete de sus dulces favoritos mientras que le da a su madre su largo, duro y dulce regalo preferido, su coño. Con mi vagina y mi ano llenos de su semen, siento que soy una mujer nueva, abierta a las experiencias y con la firme convicción de que debo seguir adelante.

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