9:00 Confesiones en la cocina de la

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9:00 Confesiones en la cocina de la criada Fatima
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En la cocina cuatro criadas, las dos empleadas de la casa, Fátima y Svetlana, y dos sirvientas del vecindario, Glenys y Rosario, se cuentan sus historias amorosas con Ramón.

En la cocina hay cuatro coños borboteando un hervor. Es producto de la charla, que ha derivado de picante a groseramente obscena y lasciva. Con la imaginación calenturienta, los corazones acelerados, sudor en la piel, las cuatro mujeres sienten, oculto por la ropa, en la intimidad de sus ingles, los clítoris pujantes, la vulva abierta, los labios hinchados y encendidos, y las bragas impregnadas del denso flujo vaginal que les chorrea. Las cuatro hembras son las dos empleadas de la casa, Fátima y Svetlana, y dos sirvientas del vecindario, Glenys, una latina menuda y Rosario, una mujerona agitanada que luce una melena negra rizada, que es nueva. Han estado hablando de hombres, de novios, y claro está, del señorito Ramón.

"Jezú, jezú, que no pué se, shiquillas, que no me entra en la cabesa que puea haber un jombre que tenga un rabo tan grande, mi arma! Si parece que hablaí de la verga de un burro!" -- está diciendo Rosario.

"Yo ti disi qui cuando il quiere amores conmigo yo abri piernas musho y conio musho para qui no hasi danio" -- le contesta Fátima y levantándose las faldas muestra a sus amigas como se abre de piernas, mostrando todo el potorro, y efectivamente se aparta con una mano las bragas y se abre con los dedos de la otra el coño. - "Dili tu, Glenys, qui mi no cree, porqui yo di la casa"

"Ay amor, que puta más conchuda es usted, jajaja. Y mírele que braguitas más lindas. Ya me las prestará, cielito. Se las regaló el señorito? Pero vean, que a mí también me regaló unas lindas braguitas"-- comenta Glenys e imita a Fátima abriéndose de piernas y mostrando la concha"

"Pues sí, tiene una verga tan enooooorme como la dicen. Cuando te viene con ese carajo tan descomunal a follarte, ahí mismo te crees que mueres de la chingada, jajaja. Pero luego está divino cuando te la mete para dentro!"

"Mi nunca visto hombre kon un shoggizo tan hermoso y grande y sabgroso. Yo mucho caliente si solo piensa" -- añade Svetlana -- "Yo dice a amo ke shika nueva ke llama Rosario tiene buenas tetas, hahaha, y el mucho gusta tetas buenas como tuyas. Tu Rosario sabes pronto de cómo es ggande polla, haha, porque amo dise ke hoy pgrobar tu, nueva shika vecina!!" -- y se acerca a sobarle la tetas a Rosario, sopesándolas en la mano y haciéndolas botar.

"Será suertuda esta chingada de Rosario, mire como le hicieron publicidad, creo que hoy va a usted a gozar bien bueno si el señorito se la coje, corasón! Se va a comer usted ese rabo que está bien rico, rico. Jajajaaja!!" -- sigue Glenys.

"Gueno, gueno, ojalá, que ganas no me fartan, después de lo que habeis contado, jezú, con el atrazo que lleva mi cuerpo, joer! Anda shiquillas, y porque no nos contáis la primera vez que, digo, os beneficiasteis al señorito? Y azi me voy hasiendo una idea de lo que es resibí esa polla!! Jajajajaa" -- sigue la guasa Rosario.

"Si, si, si, si!" - Todas aplauden la idea, entusiasmadas. Comienza Fátima.

"Yo ya al sirvisio de siniora cuando il siniorito Ramón llegó del pueblo. Yo abrí la puerta la noche qui viene con su maleta. Yo pensé qui chico más grande y más guapo. Es como manzana para comer. A mí piernas se ponen flojas. Mi corazón deprisa, deprisa.

"Esa noche ya la siniora como loba a follar señorito. Se pone camisón elegante y muy irótico para cena. Yo veo qui chico polla dura en pantalones cuando mira siniora. Luego en sofá la siniora seduce su sobrino, y cuando vengo con café ellos ya hace amor en sofá, y yo miro. A ellos no molesta qui yo miro, y mi disi trae copa güisqui, y yo muy caliente. Luego ellos duermen juntos y toda la noche folla y yo oigo todo y más caliente. Toda la semana ellos folla todo il día en todas partes de la casa, en comedor, en salón, en cocina, en pasillo, en banio, en cama. Pienso qui siniora mucho tiempo sin hombre. Piro yo también sin hombre mucho tiempo.

"Yo mi inamoro y quiero qui siniorito se fije en mí como mujera para yo darle placeres. Yo mi pinto y arreglo mucho y pongo bonita para qui siniorito se fije en mí. Y si mi acerco le empujo tetas. Y le rozo con culo en la cocinas. Yo siempre mira si él quiere algo, y yo deprisa para servirle. Piro siniorito solo folla a siniora y no se fija en mí. Y yo cada vez más enamorada y cuando lo veo, mi entra calores por pecho, y siento calores en tripas, y tetas con ganas qui él coja, y chocho muy caliente y mojado. Y yo no puedo dormir ninguna noche y muy triste y solo piensa en siniorito. Cuando siniorito mira mi cuerpos a veces creo qui le gusta y siente amores, piro no hace nada. Il solo amable conmigo y siempre sonríe y toca cara o coge hombro o coge cintura, piro nada más. Y yo siente toda piel y calores cuando él mi toca y pizones se ponen duros.

"Y yo no visto polla de él, porque siempre la tiene dentro de siniora cuando yo lis pillo juntos, solo veo culo di siniorito qui mi gusta mucho y qui si mueve y si mueve. Piro un día entro a salón y la siniora chupa su gran pischa qui no cabe casi en la boca de siniora. Y yo mucho caliente, más caliente qui nuncas, porqui veo por fin como is di grande su polla. Yo muchas ganas de esa polla y también mucho susto, porque si él mi hace amor mi hace mucho danio y mi parte en dos. Piro yo mi digo qui si a siniorito gusta no mi importa si hace mucho danio.

"Y luego ya solo piensa todo il tiempo en esa pischa. Y si oigo qui siniorito viene por la noche a la cocina busca agua, yo levanto rápido para servir agua con camisón muy pequeñito muy transparente qui yo compro para qui vea siniorito, qui yo bueno cuerpo, bonito, qui gusta hombres para placer, para qui vea qui yo buenas carnes para qui il tumba encima, piro siniorito no fija en mí. Yo le disi un día historia qui en mi país un hombre con dineros, con casa, tiene varias mujeras, y concubinas, y sirvientas, qui mi abuelo tenía esclavas, y qui mi abuelo hace amor con la qui quiere, pues por eso las mantiene, así qui ellas deben darle gusto a il para qui no se aburra con una sola mujer, y placeres siempre distintos, y para qui todas mujeres contentas, y así le sirven bien. Él escucha piro no entiende historia qui yo le quiero disir qui yo como su esclava.

"Y también pienso qui la siniora se queda con toda su leche y no tiene más. Porque la siniora siempre como gata en selos con siniorito y siempre miau carinio y mueve cuerpos como gata y levanta culos para qui el la monte y no deja en pas. Piro no es verdad porque luego de las primeras semanas il siniorito trae amigas por la noche y también tiene leche, y la siniora trae amigas y él tiene también leche para ellas, porque yo oigo qui le piden "ay dami tu leche" y luego ellas gritan como mujera cuando hombre le da su leche. Él si tiene leche para todas, piro no para mí. Y pienso qui siniorito solo quiere con mujeras de su clase, piro en mercado mi encuentro companieras qui sirve en otras casas del barrios y un día mi cuenta amiga qui ella come rabo a siniorito, otra qui hace amor con él, y yo tengo muchos selos y piensa qui yo no soy bonita y qui soy fea y por eso siniorito no gusta."

De pronto, se abre la puerta de la cocina y el marco se llena con el cuerpazo de Ramón en su batín negro, su mango de tres palmos colgando delante.

"Bueeeeenos días chicas!" -- saluda mientras se despereza levantando brazos y haciendo lucir pectorales -- "Cuanto bueno por aquí. Que buenos cuatro pares de melones!"

Las miradas de las chicas se clavan primero en ese pollón y luego ametrallan cada volumen muscular del chico que viene detrás. Saltan de sus asientos y palmotean de alegría.

"Buenos días don Ramón!!!" -- exclaman a coro y corren a rodearle, excepto Rosario, que se queda sentada, aún cortada y alucinada con lo que ven sus ojos.

Glenys se le echa encima y se cuelga de su cuello, dando saltitos. Él reparte caricias y manoseos por los encantos de las tres. Ellas, abrazadas a su cuerpo, le manosean pechos, nalgas, muslos, y sus manos se disputan sopesarle la dotación genital. Luego Ramón se fija en Rosario.

"Hola guapetona. Encantado de conocerte" -- dice Ramón y se acerca a su asiento, la mano en el respaldo.

"Encantá, me llamo Rosario, pá servirle a usté" -- contesta ella colorada como la grana pues tiene la verga a medio metro delante de su cara.

"Ya me han hablado de ti. Tienes cara de viciosilla, sabes? Y vaya, un par de buenas domingas!" -- dice Ramón y le echa mano a un pecho por dentro del escote.

Ella le da un cachete en la mano y pone gesto de enfado, aunque su sonrisa delata su coquetería.

"Vaya fierecilla! Me gusta" -- dice Ramón, y lejos de abandonar, mete las dos manos por el escote y le estruja fuerte los pezones hasta que ella suelta un ay de dolor... y de gusto.

"No me andes disimulando, que tú has venido a ver qué pillas, como todas estas golfas de amigas tuyas que andan esperando toda la mañana a ver cuando las doy lo suyo con esto!" -- le dice Ramón, agarrándose y agitando la verga en el aire, y las otras saltan a coro con ay si, a mí, a mí, yo primero, primero a mí, yo quiero señorito, y yo también!

"Jozú, que caló. Mare mía que zofoco" -- es todo lo que atina a decir Rosario, y las otras se parten de la risa.

"Bueno, chicas, y de que hablaban?" -- dice Ramón, ignorando de momento a Rosario.

Le explican que andaban contando cómo se lo tiraron la primera vez, y a Ramón le hace gracia. Como dispone de algún tiempo se anima a escuchar. Pide un café y Svetlana vuela a servirlo. Se sienta en una silla, abierto de piernas, el bolo colgando por fuera del borde, y alargando el brazo atrae a Fátima, instándola a que se siente en su muslo, abrazándola la cintura.

A Ramón le gusta. La dice que siga.

"Todo es como yo disi antes, hasta qui una noche después de cina, yo oigo desde cocina mucho ruido di platos qui rompe en el suelo, y voy al comidor y es que ellos folla incima de la mesa y tira platos. Entonces yo cojo cipillo y recoge di rodillas en suelo platos rotos y mientras ellos no para de follar arriba en mesa. Yo veo qui siniorito mi mira culo y yo entonces digo ay mi istá mirando y agacho más y muevo para qui siniorito vea mejor culo. Entonces siniora da grito porque si ha clavado tozo plato roto y dici carinio espera que voy al banio. Entonces siniorito queda solo en comedor conmigo, esperando di pié a siniora, y con pischa tiesa para arribas, como pischa de caballo, y entonces yo digo ay mi istá mirando con amores. Siniorito está sudando y rispira fuerte y parece un simintal cuando va a montar yegua y mi mira. Y a mi si pone conio muy caliente y mojado y digo ay ay creo qui mi hasi el amor. Y entonces siniorito se agacha y mete toda su polla en mi conio y mi duele pero yo muy contenta porque se fija en mi y luego me folla fuertes porque él ya muchias ganas. Yo vuelve loca de placeres de mujera y quiero gritar piro mi callo y cierro bocas para qui siniora no me oiga y él mi da toda su leche en mi conio, intonsis ya no mi callo y grito como si degollas.

"Y viene siniora y se ríe con musha risa y disi a siniorito qui ya ha follado morita que tanto tenía ganas. Y yo muy contenta de saber qui el tenía ganas pero es que siniora disi que no, porque quiere qui yo rispito y piensa que si novias ya no trabaja más. Y entonces yo explico qui yo como esclava y ahora trabajas más contenta. Y ya siniora dija qui siniorito mi folla cuando quiere y yo muy contentas en ista casa. Disdi intonsis cuando il baja cosina de noches el mi visita a mi habitación y mete pisha en mi conio, y yo contenta porqui él mi hombre y mi da placeres y leche qui llena mi tripa."

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