Pablo y las chicas

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Un ejecutivo entretenido.
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Parte 1 de la serie de 3 partes

Actualizado 03/19/2021
Creado 05/30/2010
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Pablo apaga su ordenador y se levanta de la mesa. Lleva casi cinco horas sin moverse, con una complicada transacción entre Londres y Nueva York. Le duele la espalda, tiene hambre y se quiere ir de la oficina.

Le espera su apartamento de soltero, impecable. No está nunca ahí, nadie lo ensucia y una mucama invisible lo deja todo perfecto. No sabe si hay comida en la nevera, pero le dá igual. Sale de su despacho y entra en el ascensor que acaba de pararse en su planta. Dentro hay dos chicas, serían de otra planta porque no las conoce. Las mira con indiferencia y se colocó cerca de la puerta. Las chicas siguen charlando en voz baja.

El ascensor llega a la planta baja y él deja pasar primero a las dos mujeres. Ahora sí que se fijó: eran altas, una flaca y la otra llena de curvas. Van vestidas de ejecutivas y tienen aspecto cansado pero sonriente.

- Buenas noches, señoras. Dice con cierta sorna.

- Buenas noches, señor, contestan ellas. Y le sonrien .

Pablo piensa en que mundo mas absurdo ve, entra a trabajar prontísimo y sale muy tarde y al final no tiene ni tiempo de hacer planes para el fin de semana. Hoy es jueves y a partir de mañana viernes no tiene nada pensado.

Sigue a las chicas hasta la puerta sin darse cuenta. Pero al llegar a la enorme cristalera se las encuentra ahí, quietas.

-¿Que pasa , chicas?

- Pues que está jarreando y no tenemos paraguas, le contestó la rubia.

Se para un momento a pensar. Su coche estaba aparcado en el edificio, uno de los privilegios de su puesto. Y las llaves las tiene el encargado. Puede llevarlas a su casa...

- Tengo coche y nadie me espera. ¿Queréis que os lleve a casa?

Las chicas se miran entre sí y aceptan . Será que me vén ...¿ inofensivo? Piensa Paul. Y bajan al sótano, recogiendo las llaves y las hace entrar en su coche. Un Saab 9-5 plateado.

-¿Donde está vuestra casa?

Las chicas le indican. Y de paso se presentan: la rubia se llama Carla, la morena se llama María, compañeras de piso y de trabajo , programadoras en una corporación financiera.

Viven en una casa coqueta, en un barrio residencial cercano. Pero al llegar a la puerta, con la lluvia cayendo todavía, le ofrecen entrar a tomar algo .

- Mas bien tengo hambre , si no os importa otro día, me voy a casa, quiero cenar.

- ¿No te apetece una cena casera? Cocinamos bien y rápido.

Pablo se deja tentar. La idea de que dos chicas guapas se ocupen de el le atrae. Entran corriendo para no mojarse, la casa es bonita, con muebles modernos y muchos cuadros. Se nota que está vivida .

Le quitan la chaqueta y le llevan al salón. Encienden la televisión , le hacen sentarse y le traen una cerveza en un segundo.

Poco a poco Paul se relaja, mientras vé las noticias . En la mesa hay unos aperitivos que han aparecido por arte de magia, tomatitos cherry y almendras saladas. Y minutos después Carla , la rubia, aparece. Se ha cambiado y parece una adolescente en chandal , huele a limpio, su pelo brilla suelto sobre los hombros. Tiene ganas de acariciarla, pero no se atreve. Carla se sienta a su lado, con una copa de vino.

-No nos hemos presentado de verdad. Me llamo Carla y hace tiempo que te veo por el edificio, pero siempre estás tan serio...

El se ríe, relajado. Y le dá co naturalidad un beso en la mejilla. La chica se sobresalta, pero luego le mira otra vez y acerca la cara. Esta vez no es un beso en la mejilla, es un beso ligero sobre los labios. Ninguno de los dos retira su rostro y Pablo vuelve a besarle los labios, esta vez mas fuerte. En ese momento entra María y se echa a reír.

- Vamos, que ya está la cena, ven a la cocina.

María también se ha cambiado, lleva una especie de camisa larga con un cinturón y está descalza.

Pablo entra en la cocina. Huele divinamente. La mesa del centro está acogedora, hay un plato de pasta fresca con salsa de tomate casera y una gran ensalada, música de fondo . Las chicas son entretenidas y todos beben tinto.

Postre no hay, pero si una tabla de queso. Empiezan a hablar de la oficina y terminan comentando otras cosas.

Pablo se encuentra muy a gusto pero acaba de ver la hora. Lleva casi tres horas en casa de estas desconocidas. Ellas se dan cuenta y le invitan a tomarse una última copa. Sin recoger, le llevan al salón otra vez.

- ¿Quieres ver un video con nosotros? No es muy largo.

Pablo se deja querer, se instala con una chica a cada lado y se enciende el video. Con la copa en la mano mira la pantalla.. y se queda con la boca abierta: es una película porno, o mas bien de las denominadas eróticas. Sale un chico con dos chicas y están todos de lo mas entretenidos. El mira a su derecha y a su izquierda y vé que las dos mujeres le están observando con una sonrisa en los labios. Estas me han pillado, piensa, y nota como su pene se ha despertado.

- No me esperaba esto... empieza a decir. Pero María, la morena de huesos finos ya le está besando y Carla , la rubia con mas curvas le quita la corbata . Pablo se deja hacer y en un minuto se queda en calzoncillos. Carla se ha colocado rápidamente sobre sus rodillas y le acaricia . María le está besando . Pablo empieza a tocar las tetas de Carla, que son grandes y nota como se endurecen sus pezones. Le quita la parte de arriba del chandal, ella está desnuda por debajo y sus senos son como dos grandes frutas maduras y tiene piel de albaricoque . Deja la boca de María y empieza a lamer y a sobar las tetas de Carla . María besa a Carla en la boca y en un minuto les dice a los dos :

- Vamos a ponernos cómodos por favor...

Los tres se levantan y se van al dormitorio principal. Pablo ni se dá cuenta de quien duerme ahí. Las chicas le tiran sobre el colchón y pierde la cuenta de lo que pasa. Una le besa, la otra le quita el calzoncillo y comienza a lamer su erección . A pesar de la bebida nota que su picha está bien tiesa y la chica empieza a tragársela mientras acaricia sus huevos. La otra se restrega sobre su torso y el acaricia y chupa sus tetas suaves.

La chica que le está chupando el sexo se para un momento .

- Espera, te pongo una goma, dice.

Y nada mas ponérsela se coloca sobre su pene . El la deja sentarse encima y comienza a moverse al ritmo de la chica que no vé, mientra sigue acariciando a la otra . Se corre demasiado pronto , pero su picha no se pone muy blanda y la chica no se baja . La otra se retira al lado y sigue acariciándole los pezones con cuidado, lamiéndolos despacito. Nadie habla , sólo se oyen las tres respiraciones. Poco a poco Pablo nota que su pene se endurece otra vez y se incorpora, le dá la vuelta a la chica y la penetra con vigor en la postura del misionario. La otra chica ha desaparecido de su campo de vista. Pero de repente nota actividad detrás suyo: le está acariciando las nalgas y nota un líquido . Una mano empieza a acariciar su ojete y se excita todavía mas. Nota primer como le entra un dedo, y luego otro. El movimiento se ajusta al de su penetración de la chica y enloquece. Se corre y nota que la chica debajo suyo también. Y cae a su lado. La otra chica se acerca del otro lado y se tumba . Tiene un consolador y se está masturbando. Pablo abre los ojos bien grande y la besa en la boca .Empieza a acariciarla las tetas a ella. Es María y la quiere follar a ella tambien, pero se acba de correr y no tiene fuertas . Las tetas de María son mas pequeñas pero con aureolas grandes y oscuras,su piel huele mas fuerte . La chica se deja acariciar y termina corriéndose con el consolador.

Pablo se tumba otra vez y se queda dormido. Muchas horas trabajando y poco tiempo para reponerse. Menuda sorpresa estas dos preciosidades.

A las pocas horas se despierta. El apartamento está a oscuras y entra la luz de la calle por la ventana que sólo está tapada por una cortina fina. Las dos chicas están dormidas , una a cada lado , los tres tapados con la sábana grande . Sonríen en su sueño y a él le parecen preciosas.

Se intenta levantar pero Carla abre un ojo:

- Quieto, macho. De aquí no te mueves hasta las siete de la mañana. No te preocupes, tenemos maquina de afeitar y te podemos planchar la camisa.

Le besa dulcemente la cara y se vuelve a dormir.

Esto es un sueño, piensa Pablo . Y se duerme con una sonrisa angelical. Igual su suerte está cambiando.

-- continuará-

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