Con Mi Suegro

Historia Información
Mi suegro es mucho mejor amante que mi esposo.
1.7k palabras
3.7
230k
0
Historia no tiene etiquetas
Compartir este Historia

Tamaño de fuente

Tamaño de Fuente Predeterminado

Espaciado de fuentes

Espaciado de Fuente Predeterminado

Cara de fuente

Cara de Fuente Predeterminada

Tema de Lectura

Tema Predeterminado (Blanco)
Necesitas Iniciar sesión o Registrarse para que su personalización se guarde en su perfil de Literotica.
BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí

Hace tiempo me quedé una noche a dormir en casa de mis suegros, ya que mi esposo había tenido que viajar al interior por motivos de trabajo y me dijeron que no les venía mal un poco de compañía.

Ellos son una pareja muy agradable. Susana ya tiene sus cincuenta años cumplidos, con un cuerpo espléndido bien mantenido con gimnasia y dieta, además de un espíritu joven y una sensualidad a flor de piel increíble para su edad. Jorge también superó esa edad, aunque todavía su pinta es la de un galán de cine, siempre seductor y elegante, jovial y de buen humor.

Elegí la antigua habitación de soltero de mi esposo, cerca de la que compartían Susana y Jorge.

Durante la madrugada me desperté sedienta, así que me levanté para ir hasta la cocina. En el pasillo pude oír unos suaves gemidos que por supuesto correspondían a una inconfundible sesión de sexo, provenientes de la habitación de mis suegros.

Intenté pasar sin hacer ruido, pero la puerta estaba entreabierta y mi curiosidad era demasiado fuerte, así que me asomé discreta y silenciosamente.

Susana estaba en cuatro sobre la cama, jadeando bajo las embestidas que le daba Jorge desde atrás, al estilo perrito. Ella le pedía que se detuviera porque ya no daba más, pero él seguía entrando y saliendo todavía con más furia. En un momento se detuvo y se retiró, pidiéndole a Susana que se apoyara contra la pared, para poder darle por el culo como a ambos les gustaba.

Mientras mi suegra saltaba de la cama y se ubicaba en posición, abriéndose las nalgas con ambas manos, pude ver por primera vez la gigantesca verga de mi suegro. Era de un tamaño increíble, casi el doble de lo que tenía mi esposo y además bien gruesa y totalmente endurecida.

Enseguida se ubicó detrás de Susana y la penetró en una sola estocada, hasta el fondo, sin ningún tipo de lubricación o dilatación previa. Por supuesto mi suegra dejó escapar un agudo alarido de dolor, poniéndose en puntas de pie con la fuerza de semejante brutal embestida.

Estuve un largo rato observándolos, la situación me producía una intensa excitación, así que terminé yendo a mi habitación a masturbarme con mis dedos mientras escuchaba los jadeos de Susana.

Por la mañana los encontré desayunando, todo muy tranquilo y normal. Hablamos de mil temas como si nada hubiera pasado. Jorge se fue a trabajar a su pequeño aserradero ubicado cerca y Susana salió a hacer compras al mercado. Yo me quedé a completar unos documentos pendientes de mi trabajo.

Al mediodía me llamó mi suegro al celular, diciéndome que me esperaba en su oficina para hablar de algo importante, con bastante urgencia. Fui inmediatamente ya que me preocupé un poco por su tono misterioso y la premura con que quería hablarme.

Al llegar me dijo sin vueltas: "Nena, anoche te vi mientras nos espiabas cogiendo a Susana y a mí, seguro te calentaste bien y te hiciste una buena paja, pero si te parece, yo tengo la solución para calmarte esa calentura".

Por supuesto negué todo lo que decía y le pregunté si se había vuelto loco.

"No te hagas la ofendida, seguro te gustaría disfrutar de una buena pija ahora que tu maridito no está en casa por unos días, qué te parece?"

Antes de que pudiera responderle me atrajo hacia él abrazándome por la cintura, mientras me manoseaba el culo por debajo de la minifalda y me besuqueaba el cuello.

"Ves que tengo razón, tu conchita no miente, ya está totalmente humedecida", mientras me metía sus dedos dentro mis realmente mojados labios vaginales.

Yo seguía sin poder hablar, mientras el hijo de puta me tocaba y me arrastraba a una especie de trastienda, donde tenía una cama instalada, espejos y luces.

"Sacate la ropita y no esperes caricias ni besitos, hace rato que te tengo ganas y esta oportunidad no me la pierdo"

Estaba tan confundida y excitada a la vez, que seguía muda mientras me quitaba la minifalda y la tanga de algodón, quedando vestida solamente con una remera muy liviana y mis zapatos de taco. La idea de coger con mi suegro jamás se me había pasado por la cabeza, pero la visión de su enorme verga endurecida me convenció de que yo tampoco podía desperdiciar semejante oportunidad de disfrutar una buena cogida, ya que jamás había traicionado a mi esposo.

Como una gatita me deslicé sobre la cama, apoyándome sobre rodillas y codos, dejando mi cola expuesta y bien parada en el aire. Jorge terminó de desvestirse y pude apreciar bien de cerca el tamaño de esa prodigiosa verga que me iba a coger. Ya la tenía bien endurecida, era enorme.

"Ahh, te gusta estilo perrita entonces, esa conchita está para gozarla y cogerla mejor"

Luego se ubicó detrás de mí y comenzó a frotar su glande contra mis bien humedecidos labios vaginales. Sentía que estaba lista para que realmente me destrozara la concha.

De repente me metió una buena parte de esa verga adentro, sentí que me abría al medio y dejé escapar un fuerte grito de dolor, ya que siempre me encuentro muy estrecha al principio. Mi suegro entonces detuvo su embestida y se fue retirando lentamente, dándome tiempo para que mi concha se adaptara a su tremenda invasión. Luego muy despacio volvió a penetrarme, mientras se inclinaba hacia adelante y me acariciaba los pechos por debajo de la camiseta. A esta altura me había puesto a mil, así que no aguanté más y le pedí que me cogiera bien fuerte, que no me tuviera compasión, que quería sentirlo bien adentro mientras me perforaba la concha. Por supuesto Jorge no perdió el tiempo y me la mandó hasta el fondo, haciéndome abrir la boca sin poder gritar, dejándome casi sin poder respirar.

Luego comenzó a bombearme con ritmo y yo me encontré respondiendo a sus embestidas, moviendo mis caderas hacia atrás para recibir su enorme pija bien hasta el fondo.

"Cómo te gusta mi pija, nena, qué pasa, mi hijo no te coge bien???"

Me seguía cogiendo como nadie nunca me había cogido en mi vida, sentía ardor y dolor al mismo tiempo, tuve que arquear un poco la espalda para que su verga pudiera entrar bien a fondo.

Después de un buen rato comencé a experimentar la sensación de que estaba por alcanzar un terrible orgasmo y así fue, dejé escapar un interminable gemido mientras explotaba como nunca. Mi suegro continuaba bombeando su enorme verga, feliz de verme temblando por la excitación. Unos segundos después se tensó y pude sentir su semen llenando toda mi dolorida vagina. Siguió moviéndose todavía un rato más, retirando luego su pesada pija chorreante de leche.

Descansamos por un largo rato, recuperando el aliento, hasta que me pidió que me apoyara contra la pared. Quería metérmela por el culo, como lo hacía con mi suegra.

"No, ni se te ocurra por el culo, Susana ya está acostumbrada pero yo lo tengo virgen"

"Vas a decirme que el boludo de mi hijo nunca te rompió ese culito hermoso, no lo puedo creer"

Le dije que podía hacerme todo lo que quisiera, pero el culo no se lo iba a entregar, me lo desgarraría seguramente con semejante pedazo de verga.

Se rió a carcajadas y me dijo que no me preocupara, me iba a hacer la cola con delicadeza y no me lastimaría para nada. Se acercó a un cajón y trajo un gel lubricante, con el que empezó a untarme el interior de mi estrecho culo, metiéndome delicadamente sus gruesos dedos. Otra vez comencé a excitarme al contacto de sus manos, dejando escapar suaves suspiros, que mi suegro interpretó como señal de que estaba gozando por anticipado.

"Parece que te gustan mis dedos adentro, ya vas a ver cuando te coja bien cogida"

Miré hacia atrás para encontrar la fabulosa vista de su enorme verga, que continuaba endurecida como el primer momento, apuntando hacia arriba... era una visión increíble...

El gel al principio era un poco frío, pero unos segundos después sentía que me quemaba el ano. Jorge consideró que ya estaba lista para ser sodomizada por primera vez. Era cierto, mi esposo había intentado varias veces penetrarme analmente, pero yo realmente sentía demasiado dolor y finalmente nunca lo habíamos concretado. Ahora me sentía una terrible puta, a punto de entregarle mi virginidad anal al mismísimo padre de mi adorado marido.

Me paré contra la pared, pensando que iba a disfrutar esa pija adentro de mi culo igual que lo hacía mi suegra. Jorge se ubicó detrás de mí, susurrándome al oído que me cogería con cuidado, no me iba a doler ni me lastimaría.

Muy despacio sentí que metía su glande en mi culo. El gel había cumplido bien su misión, realmente mi ano se encontraba bien dilatado y lubricado, así que la invasión de esa tremenda verga no fue para nada dolorosa. Cuando me la metió hasta el fondo, Jorge me susurró

"Viste putita, no era tan difícil poder romperte este orto tan divino... te gusta??"

"Te juro que lo tenía virgen, nunca había sentido nada igual... por favor no pares..."

Me pareció que su pija se agrandaba más todavía mientras le pedía que me siguiera rompiendo el culo. Jorge continuó dándome con todo, bombeándome frenéticamente, mientras yo aullaba en una mezcla de dolor y placer, sintiéndome casi al borde del desmayo.

En un momento no pude soportarlo más y le pedí que me la sacara, pero él se rió a carcajadas y continuó entrando y saliendo de mi cola con más fuerza todavía, hasta que sentí otra vez una tremenda descarga de semen caliente inundando mis entrañas. Jorge se apoyó contra mi espalda y me besó el cuello y las orejas, diciendo que era la mejor putita que se había cogido en toda su vida. Muy lentamente me sacó su todavía endurecida verga de mi dolorido culo. La dilatación que me había quedado era terrible, podía sentir su leche saliendo y deslizándome por mis piernas. No podía creer la cogida que me había dado mi propio suegro, era algo realmente increíble.

Amo muchísimo a mi esposo, pero desde ese día he continuado cogiendo con Jorge al menos una vez por semana, es imposible no aprovechar el semejante placer que me provoca.

Por favor califica esto historia
El autor agradecería tus comentarios.
  • COMENTARIOS
Anonymous
Our Comments Policy is available in the Lit FAQ
Postear como:
2 Comentarios
AnonymousAnónimohace más de 7 años
Fuck your ass

Fuck your ass

AnonymousAnónimohace más de 9 años
Exitante

Asi me gustaría que se cojieran a mi esposa.

Comparte esta Historia