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Iban pasando los días, sólo mientras venía Delia y me daba de comer estaba entretenido, ella siempre me explicaba historias muy raras, nunca llegué a saber si todas ellas eran verdad o se las estaba inventando cada vez que venía.

Perdí la cuenta de los días que pasaron cuando Delia me dijo que habían reducido la dosis de drogas en mi "agua".

- A partir de ahora te podrás mover. Ni se te ocurra intentar escapar, este hospital está blindado, no llegarías a escapar. Y si piensas en intentarlo, sólo imagínate lo que te haríamos. Además si quieres pasar la segunda prueba tienes completamente prohibido masturbarte.

- Tranquila, no intentaré escapar, ¿De todas formas, dónde voy a estar mejor que aquí?

Aquella misma tarde ya me pude levantar de la cama. Era un alivio poder caminar después de tanto tiempo enganchado a la cama.

Toc-Toc-Toc

Estaba durmiendo cuando sonó la puerta. Entraron Delia y Chingwa. Chingwa vestía como la otra vez, pero Delia, por primera vez no llevaba el pijama de abuela. Esta vez se había vestido para impresionar con un vestido blanco que enseñaba más de lo que debería.

Chingwa y Delia se estaban besando, no me habían dicho nada, creía que se habían equivocado de habitación.

- No, no nos hemos equivocado de habitación, hemos venido a follar aquí, a tu lado, para que nos veas -dijo Delia sonriendo.

- Recuerda que no te puedes tocar, si te tocas te la corto. -- dijo Chingwa.

No volvieron a decir nada. Siguieron besándose y desnudándose mutuamente. Aquello iba a ser un espectáculo digno de ver. Me quedé embobado viendo el cuerpo de Delia, después de haberla visto vestida con aquellos pijamas, no me la podía imaginar así. Era muy guapa.

- Levanta de la cama, la vamos a necesitar.

- Puedes sentarte en esta silla para ver el espectáculo.

Me senté y me las quedé mirando. Empezó Delia comiéndole el coño a Chingwa. Cambiaron de posición. Volvieron a cambiar. Los gemidos de placer de las dos cada vez eran más largos e intensos. Delia gritó:

- Me corro, sigue así guapísima, me encanta!

Cambiaron de posición y Chingwa se corrió sin decir una palabra. Mientras se corría, agarraba la cabeza de Delia y la empujaba hacia su coño.

- Espero que te haya gustado el espectáculo. Ni se te ocurra tocarte pensando en nosotras.

Y se marcharon mientras seguían besándose.

A la mañana siguiente vino Delia con comida, esta vez llevaba puesto su pijama.

- No pienses que algo va a cambiar a partir de ahora sólo por que me hayas visto desnuda. Tú y yo no vamos a follar ni nada parecido, ni hoy ni mañana ni nunca, ¿entendido?

No pasó nada, ni siquiera vino Delia a traerme la comida ni la cena. Por la noche, mientras dormía volvió a sonar la puerta.

Toc-Toc-Toc

Esta vez entraron Virginia y Micaela junto a un hombre. Entre todos iban besándose, primero Virginia con el chico, luego el chico con Micaela, Virginia con Micaela, Virginia con el chico...

Entre las dos chicas le quitaron los pantalones, le sacaron la polla y empezaron a chupársela las dos a la vez, compartiendo saliva y besándose con la polla entre sus bocas. Virginia se desnudó mientras Micaela seguía chupando. El chico se sentó en la silla y Virginia encima de su polla, empezaron a follar.

Micaela vino hacia mí, me enseñó las tetas y me obligó a chuparlas. Cuando se cansó de mí, fue a quitarle el sitio a Virginia, y ella que no quería que su placer acabara se sentó junto a mi y me mandó comerle el coño. Me resultó muy asqueroso hacerlo después de que una polla hubiese estado ahí minutos antes.

Micaela volvió a chuparle la polla al chico. Virginia se les unió, no pasó mucho tiempo cuando el chico reventó en sus caras, llenándolas de líquido blanco.

El chico se fue, las chicas vinieron hacia mí.

- ¿No te gustaría probar lo que nos ha dado nuestro amigo?

- No, por favor, me da mucho asco.

- Esta vez te damos a elegir, pero la próxima no será así.

Se besaron entre ellas, pasándose el semen de boca en boca. Otra vez presenciando en directo un espectáculo tremendo y no podía tocarme por miedo a lo que podrían llegar a hacerme aquella panda de psicópatas.

5. Tercera prueba

Toc-Toc-Toc

Me despertó la puerta por la mañana. Era Delia, me traía el desayuno, esta vez era un trozo de pastel, me esperaba lo peor.

- Felicidades, has superado la segunda prueba. Te he hecho un pastel para celebrarlo. No pienses mal, no lleva trampa, es un pastel normal y corriente.

Empecé a comer con asco, pensando en lo que podría llevar. Era un pastel normal, no tenía ningún "ingrediente especial", Delia decía la verdad.

- Hoy vendrán las chicas para que empieces la tercera prueba. No te puedo decir más, pero sé que te vas a divertir.

Delia se marchó. Al mediodía volvió a sonar la puerta

Toc-Toc-Toc

Entró Virginia. Detrás suyo venía un hombre al que llevaba atado. Iba completamente desnudo a excepción de una máscara que le tapaba la cabeza y tenía las manos atadas a la espalda. Virginia lo ató a la silla.

- Este es otro paciente al que hemos puesto a prueba. No ha sido capaz de pasar la primera prueba, ¡Qué decepción! No ha sido capaz de beberse su semen, fuera como fuera lo rechazaba, lo escupía, lo que fuera con tal de no tragarlo. Nos tendrás que ayudar con eso. Si él no se lo bebe, alguien se lo tendrá que beber, y no vamos a ser nosotras

Virginia vino a besarme como la otra vez, un beso muy intenso que duró varios minutos. Después se fue con el otro hombre y se puso a chuparle la polla.

- Dentro de muy poco, él se correrá en mi boca. Entonces iré a besarte. No quiero que te lo tragues entonces. Lo que haremos será jugar con nuestras lenguas, pasarnos el semen de un lado a otro y saborearlo bien. Sé que no te gusta la idea, pero es la única forma de pasar la tercera prueba. Ah, y cuando me canse te lo pasaré todo a tu boca y te lo tendrás que tragar.

A los pocos minutos se corrió. Virginia vino e hizo como había dicho. Tuve que saborearlo y tragármelo.

Virginia fue a entonces a chupar mi polla hasta que yo también me corrí en su boca. No tardé mucho después de tantos días sin tocar mi polla. Al haber acabado vino a besarme. No sabía si quería que me lo tragara directamente o que jugaramos con él un rato así que empecé a mover mi lengua en su boca y el semen fue pasando de boca en boca. Finalmente me lo tragué.

- Os dejo que descanséis, en un rato vendrá Lucía.

Toc-Toc-Toc

Entró Lucía. Llevaba puestas las mismas medias y botas que la otra vez.

- Levanta de la cama y ponte de rodillas, hoy vamos a hacer algo distinto.

Se puso ella delante de mí, dándome la espalda.

- Fóllate mis piernas. ¿Te tengo que hacer un manual? Pon la polla entre mis piernas y muévete como si te las estuvieses follando.

Mientras le follaba las piernas ella iba empujando mi cabeza contra su culo. A ratos no me dejaba respirar. Mientras se aburría, se bajó un poco las bragas y empujó primero mi nariz al agujero de su culo y después mi boca.

- Lame, si lo estás disfrutando, demuéstramelo y lame.

Lamí su culo de arriba abajo, me daba igual que hubiese mierda en él, me daba igual que oliese a mierda, lo lamí para demostrarle que me estaba gustando mucho estar con ella, hacer eso con ella.

- Ya basta. Ahora te vas a tumbar en la cama, me voy a sentar a tu lado y pondré mis pies con las botas alrededor de tu polla. Tu encargarás de moverlos agarrándome las piernas. Yo no voy a hacer un solo movimiento. Avísame cuando estés a punto de correrte.

Así hice. Agarré sus piernas y las empecé a mover de arriba abajo, de hecho, era como hacerse una paja, pero a distancia.

- Estoy a punto de correrme Lucía.

Se quitó una bota y la puso de forma que cuando me corriese, el semen cayese en ella.

- Sigue follándote mis pies.

Seguí. Justo cuando me estaba corriendo, hizo fuerza para separar sus pies de mi polla con lo que no sentí nada al correrme. Otro orgasmo arruinado.

Seguidamente Lucía fue a hacerle una paja al otro chico que seguía allí atado a la silla. Se quitó la otra bota y recogió el semen con ella.

- Te voy a dar oportunidad de elegir. Si aciertas, sólo tendrás que tragarte tu semen, si te equivocas tendrás que tragarte el semen de ambos. Dime, ¿Izquierda o derecha?

- Derecha.

Joder, estaba tan enfocado en el placer que me estaba dando que ni siquiera me fijé en que bota me había corrido. Me dio la bota derecha. Me bebí el semen que había dentro.

- ¿Y bien? ¿He acertado?

- No, lo siento mucho. Te tendrás que beber el semen de la otra bota.

Hice caso y me lo bebí. Le di las gracias por darme la oportunidad de librarme aunque la desaprovechara. Se marchó descalza y dejó las botas allí tiradas. Se hizo de noche y me dormí.

Toc-Toc-Toc

Me desperté a media noche. Entró una chica nueva. Una morena, alta, pelo rizado. No llevaba camiseta, tan solo un sujetador. En las piernas llevaba uno de esos pantalones para hacer deporte tan ajustados y que transparentan.

- Soy Amalia, no nos hemos visto hasta ahora porque estaba estos días de vacaciones. Me ha dicho Lucía que lo pasaste bien lamiéndole el culo. Conmigo te vas a divertir mucho.

Fue al otro chico y se sentó en sus piernas. Empezó a restregar su culo en la polla del chico y a base de moverse y dar presión, el chico se corrió sobre sus pantalones dejándolos llenos de manchas blancas.

Amalia vino a la cama y me hizo lamerle todas las manchas del pantalón. Después se lo quitó y me hizo lamerle el culo. Cuando se cansó, volvió a subirse los pantalones.

Me hizo lo mismo que al otro chico, restregó su culo sobre mi pene hasta que me corrí en sus pantalones. Repetimos entonces lo de antes, le lamí el semen del pantalón y después le lamí el culo otra vez.

- Ha sido un placer. Ojalá te tuviese siempre que voy al baño para limpiarme el culo.

No dijo más y se marchó.

Me volví a dormir y no volví a despertarme hasta el día siguiente. No sonó la puerta mientras dormía, por fin pude dormir tranquilo y del tirón.

Por la tarde sonó la puerta.

Toc-Toc-Toc

Entró Delia.

- Perdona que no te haya traído la comida hasta ahora, he estado muy ocupada preparándome para esta tarde. Eres el primer chico que llega tan lejos, así que no teníamos nada preparado para esta tarde y hemos tenido que improvisar. La primera parte no te va a gustar, pero la segunda te va a gustar mucho.

Hoy también vino vestida con el pijama de su abuela. Fue con el otro chico, le hizo una paja y cogió todo el semen con la mano.

- Esta es la primera parte, te lo has de tragar todo.

Le lamí la mano, lo hice de la forma más sensual posible, como si lo estuviese disfrutando.

- ¡Felicidades! ¡Has pasado la tercera prueba! Para celebrarlo tienes un premio. Ese premio soy yo. Puedes hacer conmigo lo que quieras.

Desató al otro chico y lo acompañó a la puerta para que se fuera. Se quitó ese pijama tan feo, no llevaba nada debajo. Me levanté, fui a besarla, la tumbé en la cama y empecé a lamerle el coño. Cuando ya no podía aguantarlo más, me saqué la polla y empecé a follarla. Me daba mucho placer después de tanto tiempo sin follar como dios manda, no aguantaría mucho tiempo sin correrme así que paré y llevé mi polla hacia sus tetas.

- Muévelas, por favor. Dame placer con tus pechos.

No solo movía las tetas a un ritmo maravilloso, también iba chupándomela cuando mi polla se acercaba a su boca. Cuando me cansé, volví a follarme su coño. Enseguida me corrí. Iba a lamer lo que allí había dejado, pero ella me paró.

- Esta vez no tienes que comerte el semen, ya superaste la prueba.

- ¿Verdad que tú no te has corrido y yo si? Pues no lo veo justo.

- No es ninguna trampa. Te lo digo de verdad, no tienes porque comerlo.

- Ahora mismo el semen para mí es lo de menos, lo que me importa es que tú te corras. Has sido la única chica que ha pasado por aquí que ha sido buena conmigo. Te lo mereces.

Y le comí el coño hasta que dio saltos de placer en la cama.

- Gracias, nunca había tenido un orgasmo tan potente solo con que me comiesen el coño. Lo chupas muy bien. Mañana será la cuarta prueba, pero tranquilo es imposible que la falles, tú no tendrás que hacer nada, pero eso sí, te va a doler. Ah, y no salgas de la habitación hasta que no vengamos nosotras mañana.

6. Cuarta prueba

A la mañana siguiente, todas las chicas que habían pasado por allí estos días entraron a la habitación. Llevaban penes de plástico agarrados a sus cinturas. Llevaban también herramientas para atarme. Me pusieron sobre una estructura con forma de potro de tal forma que mi cabeza quedaba a un lado y mi culo estaba en pompa al otro lado. Me ataron brazos, manos y pies para que mi movilidad fuese muy reducida.

- Ahora empieza la cuarta prueba, vamos a hacer contigo todo lo que queramos. -dijo Micaela.

- Esta es mi prueba favorita, tenía muchas ganas de que alguien llegara a ella. -dijo Chingwa.

- Te cedemos los honores Chingwa. -dijo Delia.

Chingwa fue directa a por mi culo. Empezó suave pero enseguida cogió ritmo y me folló fuerte y rápido. De mientras, las otras chicas iban trayendo sus pollas a mi boca. Se iban turnando, las que no estaban conmigo se iban follando entre ellas.

- Ya me he cansado. -dijo Chingwa- Siguiente.

Me trajo la polla a la boca y me dijo:

- Chúpala, ahora tendrá sabor a tu culo, espero que te hayas limpiado bien.

Mientrastanto las chicas se iban turnando en pasar por mi culo, por mi boca y follandose entre ellas. Así estuvimos tres o cuatro horas. Chingwa siempre que venía me follaba duro y fuerte, hacía todo lo posible por que me doliera. Delia era muy suave, lo hacía lentamente y con sutileze, me acariciaba la espalda mientras me follaba. Las otras tenían su estilo, pero nada destacable.

Las chicas se iban corriendo con el paso del tiempo. Yo no.

- Si con el tiempo que llevamos aún no se ha corrido, no se va a correr solo de follarle el culo. Tenemos que hacer algo más. -dijo Micaela.

- Dejadme que pruebe una cosa -dijo Delia.

Delia me desató de aquel potro, se sentó en la silla y me hizo sentar encima de su pene mirándonos mutuamente.

- Folla a tu ritmo y bésame de mientras.

Así hice, creo que el objetivo de la cuarta prueba era que me corriese únicamente estimulando mi culo. Besar a Delia me ponía muy cachondo. Era la única chica de entre todas esas ninfómanas que me había tratado bien. Quizá era un poco exagerado, pero sentía que estaba enamorado de ella.

De esta forma no tardé nada en correrme. Si ella me hubiese pedido que me corriese solo de besarnos, seguramente por hacerla feliz lo habría podido hacer también.

- Ya está! Has superado la cuarta prueba, eres libre. Pero para salir, te tendrás que poner este vestido de Micaela, estos tacones de Virginia y este vibrador en el culo. El vibrador sirve como mando a distancia para la puerta de salida, lo has de llevar puesto a la máxima potencia si quieres salir.

Me fui vestido ridículamente. Tampoco me importaba, habría hecho lo que fuese con tal de salir de ahí. Anduve buscando la salida, a veces me perdía por aquel hospital.

Finalmente encontré la salida, había una puerta de cristal en una gran sala que servía de recepción. Cuando iba a salir, oí un grito.

- Espera!

Estaban todas las chicas allí, detrás mio. Delia iba a hacer de portavoz. Se acercó a mi, me besó y empezó a hablar.

- Antes de irte, tienes dos opciones, irte sin más y no volver a ver a ninguna de nosotras nunca más. Serías libre de hacer lo que quieras, de ir a donde quieras. Pero también puedes quedarte, si te quedas como recompensa podrás hacer cuanto quieras con todas nosotras a la vez, hasta que te canses. Cuando acabes, te daremos una droga para que olvides todo lo que ha pasado en estos últimos días y volverás a pasar por las cuatro pruebas.

Una parte de mi me decía "quédate, sino no volverás a ver a Delia" pero otra parte decía "lárgate, ni siquiera deberías pensarlo". Y me pregunté cuantas veces habría estado en esa situación, cuantas veces habría decidido quedarme aquí.

- Dime, ¿Qué eliges?

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