El Investigador Cap. 04

Historia Información
El placer y después el deber, ¿o es al revés?
5.9k palabras
5
2.3k
00
Historia no tiene etiquetas

Parte 4 de la serie de 10 partes

Actualizado 06/08/2023
Creado 12/27/2016
Compartir este Historia

Tamaño de fuente

Tamaño de Fuente Predeterminado

Espaciado de fuentes

Espaciado de Fuente Predeterminado

Cara de fuente

Cara de Fuente Predeterminada

Tema de Lectura

Tema Predeterminado (Blanco)
Necesitas Iniciar sesión o Registrarse para que su personalización se guarde en su perfil de Literotica.
BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí
lurrea
lurrea
7 Seguidores

El placer y después el deber, ¿o es al revés?

*****

1

Cerca de medianoche, Chase detuvo su automóvil frente al N°2345 de la calle E. Brown y tomando su celular discó el número de Catherine.

"Acabo de llegar. Te espero abajo." Le dijo cuando ella contestó.

"Por favor, sube. Aun no estoy lista. Recuerda, el 210" Le dijo ella y cortó la comunicación.

Chase cerró su automóvil y se acercó a la puerta del edificio. El conserje le hizo un gesto señalándole que presionara la puerta. Probablemente, por instrucciones de Catherine, había ya abierto para permitirle el acceso. Presionó y la mampara cedió, por lo que procedió a entrar y se dirigió al acceso de escaleras del edificio. Cuando se enfrentó al 210, se dio cuenta que también la puerta estaba junta. Le recordaría que no debía ser tan confiada en lo sucesivo.

AL ingresar, se encontró con un pequeño vestíbulo que daba acceso al living. En el centro de la espaciosa sala, había un enorme sofá blanco y frente a él, un gran ventanal que daba a una terraza desde la cual podía observarse la desembocadura del Río Cape Fear. Chase ingresó a la terraza y de pie contempló el hermoso espectáculo que entregaba la bahía totalmente iluminada por los edificios circundantes. De pronto se sintió observado, al girarse vio la figura de Catherine.

Si en el restaurant, cuando la vio entrar con ese vestido que si bien no era escotado dejaba poco a la imaginación por lo ceñido de su drapeado, tuvo que contenerse para no tomarla y darle un apretón; ahora al ver a Catherine con un atuendo que perfilaba su figura como si lo hubiera dibujado en su cuerpo consistente en una chaquetilla de cuero negra ceñida y un chándal del mismo color y un coqueto gorro que ocultaba su larga cabellera, tuvo que tener la misma fuerza de voluntad que mostró en el restaurant, para no tomarla y tirársela allí mismo en el sofá. En todo caso, parecía lista para asaltar un banco.

"¿A dónde será el robo?" Bromeo Chase al verla.

Catherine le sonrió, revoleteando lo ojos, le contestó "Donde mande el jefe".

Se acercó a ella y le dijo: "Bien, después de ti", mientras le daba paso hacia la puerta del departamento.

Al pasar por su lado, Chase no pudo evitar dirigir de soslayo su mirada hacia abajo. La muchacha era bastante más baja que él, y pudo mirar cómo el borde ceñido de la chaquetilla de cuero, daba nacimiento a la curva de su trasero que sobresalía apretado y redondo en la tela del chándal que llevaba. La mano de Chase se crispó al costado de su pierna, ante el deseo de apretar ese duro culo. Pero, había una tarea que cumplir.

La siguió por la escalera, y esta vez la pudo ver casi corriendo bajar por los escalones, y estuvo a punto de tropezarse cuando sus ojos como hipnotizados, se pegaron en las apretadas nalgas que subían y bajaban al ritmo de su paso.

Una vez que bajaron del departamento, Chase la llevó hasta su automóvil y accionando su control remoto, abrió la maletera.

"Lleva estos binoculares de visión nocturna contigo, que además cuentan con un dispositivo de rayos infrarrojos, que te permitirá observar el movimiento de los guardias o de cualquier persona que haya en el edificio" Le dijo, mientras se los pasaba.

"¿No llevas armas?" Preguntó Catherine.

"No. No llevo armas. En esta ocasión, no es necesario"

Mientras se dirigían a los recintos de la NASA, Catherine que ya estaba en antecedentes de lo que pretendía hacer él, le preguntó qué rol desempeñaría ella.

"Deberás mantenerte atenta a los movimientos de los guardias que custodian el perímetro. Son dos. Hacen rondas cada media hora. Yo entraré y saldré durante esos intervalos. Para lo cual tendremos que computar el tiempo cuando lleguemos. A partir de ese momento, deberás tú controlar los tiempos y ponerme sobre aviso de cualquier evento fuera de lugar. ¿Entendido?"

"Sí, jefe" Le dijo ella, mirándolo con ojos de ensoñación. Si no estuvieran en esta misión, estaba segura que se le habría subido a la falda para besarlo, hasta hacerle bajar todas sus reticencias de hacer el amor con ella, lo demás que abría que subir, tenía formas de conseguirlo en breve tiempo se dijo, sonriendo en su interior.

Chase vio en los ojos de la muchacha, algo que no supo interpretar en ese momento, mientras le pasaba los binoculares. Cerró el maletero y rodeando el automóvil le abrió la puerta del lado del pasajero para que ella subiera. Nuevamente, le pareció observar un brillo especial en sus ojos, cuando ella lo quedó mirando al sentarse mientras él cerraba la puerta.

Después de una hora de conducción, vieron a lo lejos el edificio de la NASA. Chase se estacionó a unos 50 metros, detrás de unos matorrales de un camino lateral de acceso. Después, todo siguió de acuerdo a lo planificado. Catherine vio que Chase se dirigió al maletero y extrajo unas enormes tijeras con las que procedió a realizar un corte en el alambrado. Después lo vio correr por un costado del edificio, manipular la cerradura de la entrada y desaparecer dentro del recinto. Mientras ella, sentada dentro del automóvil, apuntaba los binoculares hacia el edificio para seguir el movimiento de las manchas rojas que le indicaban el paradero de los dos guardias. Catherine constató que los turnos que había revisado Chase eran efectivamente cada media hora.

Miró la hora, eran ya casi las 2 de la madrugada, cuando escuchó en sus auriculares la voz de Chase que le comunicaba que estaba por terminar y le pedía confirmara el tiempo preciso para salir.

Cuando al fin lo vio salir, suspiró aliviada. Sabía que ninguna operación de esta naturaleza está exenta de riesgo. Hacía cuatro meses que trabajaba con él, y se había sentido atraída desde el primer momento en que fue traslada para trabajar con él en calidad de asistente A ella, él le importaba y mucho, especialmente desde aquella noche en el restaurante en que se había sentido tan cerca de él, y que su cuerpo comenzaba a reaccionar de una manera que no creyó posible; si sintió húmeda durante toda la noche y anheló que él hubiera sido menos evasivo. Suspiró. Ahora, todo el juego de policías y ladrones que habían ejecutado, había salido bien y sonrió cuando lo vio entrar al automóvil al lado de ella y tomaron el camino de regreso.

Durante todo el trayecto, Catherine se preguntaba cómo hacer para que él se quedara en su departamento esa noche. Esta era una excelente ocasión de pasar de la etapa de flirteo que se había dado en algún momento cuando estaban en el restaurant, a algo más directo. Todos los pensamientos anteriores, mientras esperaba, habían exacerbado sus sentidos y ahora al estar a su lado, había comenzado a sentir un calor en su vientre que comenzaba a deslizarse como un gusano que reptara hacia su entrepierna. '¡Mierda!, estoy demasiado caliente', pensó.

"¿Me contarás en el departamento qué hiciste en los laboratorios?" Se aventuró a preguntar, mirándolo mientras él seguía con la vista en el camino. Él no contestó, como sumido en sus pensamientos. La respuesta de él, la tuvo sólo cuando llegaron al departamento de Catherine, la que le cayó como un balde de agua fría, decepción que se reflejó en su cara mientras lo observaba entrar a su automóvil, después de dejarla en la puerta de la entrada de su edificio, y lo veía alejarse por la avenida bordeando la zona costera.

Él le había contestado simplemente: "Te daré todos los detalles mañana en la mañana".

Cuando entró al departamento, con un pie presionó el otro y se sacó una zapatilla y la lanzó lejos por el living para después retirar la otra de la misma manera, y después fue regando su ropa por todo el pasillo mientras se desnudaba dirigiéndose a su dormitorio. Cuando estuvo al lado de la cama, enrabiada tiró lejos su tanga y desnuda se metió entre las sábanas. Y no pudo evitar llevar sus manos al centro de sus muslos, y pronto sus dedos comenzaron la inevitable acción que su cuerpo le pedía: masturbarse.

A los pocos minutos su cuerpo se crispó y tuvo que hundir su cara contra la almohada para ahogar los gritos del placer que estremecían su cuerpo. Se quedó largo rato en esa posición, con dedos metidos en su vulva que de tanto en tanto sentía palpitar. Cuando levantó su cara, vio que la almohada, en donde había estado apoyada tenía una mancha húmeda de saliva. Y al moverse hacia un costado, palpó la cama y se dio cuenta que al lado de su cadera había una mancha húmeda aún mayor. Se sentía liberada, pero a la vez decepcionada de sí misma. Este Chase le hacía honor a su nombre, era realmente un hombre difícil de atrapar.

********************

2

A varios kilómetros de distancia del edificio de la NASA, en una casa de un lujoso condominio, dos hombres y una mujer estaban sentados tomando unos tragos. Se los veía bastante relajados. De pronto, uno de ellos tomó su celular que en ese momento había comenzado a zumbar sobre la mesa de centro, con una llamada entrante.

"Freman. ¿Quién llama? Oh, perdona Chong duy, (hasta la fecha, no sabía cómo mierda recordaba su maldito nombre vietnamita) no le había reconocido la voz" Hizo un gesto musitando un nombre a los otros dos que se lo habían quedado mirando cuando había contestado la llamada. La mujer golpeó levemente su oreja con su dedo, señalándole el celular y éste procedió a accionar el botón de 'altavoz'. Los tres se quedaron en silencio mientras escuchaban la voz que hablaba en un inglés bastante enrevesado.

"Feman, tener que resolver problema, el computadora no poder entrar con el ojo" Dijo, con un tono molesto.

La mujer ahogó la risa con su mano al escuchar cómo llamaba a su compañero.

"¿Estas teniendo problemas con el acceso al programa?" Preguntó, mientras dejaba el celular sobre la mesita de centro.

"¿Es que no hablar claro?, ¡eso es lo que te digo!" Se escuchó en tono airado la voz por el celular.

'Qué se creerá este concha de su madre' Pensó molesto Freman antes de contestar: "¿Pero, qué me estás diciendo Chong duy? Ustedes, cuando recibieron el programa, verificaron que todo funcionaba perfectamente...,"

"¡El pupilas no opera!" Se escuchó gritar por el celular.

"¡Diablos! Les dijimos que debían transferir la información de inmediato a otra computadora, les advertimos que las pupilas tendría un tiempo restringido de uso..." Insistió el hombre.

"¡Mierda! ¡Si necesitan paguemos, díganos cuanto! ¡Necesitamos ahora sistema funcionando!" Se escuchó la voz, casi gritando.

"Seis millones" Aventuró el hombre en la habitación, mientras el otro hombre y la mujer, revoleteaban los ojos, sonriendo.

"¿Cuándo tener acceso?" Inquirió la voz del vietnamita.

"Tendremos que reevaluar toda la situación. Tienes que comprender que no vamos a entrar a Disneylandia" Dijo calmadamente.

"Estar bien, llamar para decir cuándo tener situación controlada" Dijo la voz y cortó.

"¿Qué les parece?" El hombre a la pareja. "Prácticamente todo comienza de nuevo y tendremos que idear un nuevo plan"

"Sí. Para empezar, sólo nos queda la asistente. Tendremos que 'conversar' con la tal Karen" Dijo la mujer, con mucha frialdad.

"¡Tú crees que nos va a estar esperando a que la visitemos, estúpida!" Dijo molesto, el que tipo sentado al lado de ella.

Ésta, simplemente se encogió de hombros.

El otro hombre que había contestado el celular, dijo: "Bueno. No discutamos y veamos cómo comenzamos a turnarnos para estudiar sus rutinas diarias y ver en qué momento la traemos para 'conversar' con ella" Dijo el otro hombre, mientras tomaba la botella de whisky y se servía un trago.

*********

3

"Chase, qué tal, le tengo algunas novedades" Le escuchó decir el detective Jean Batiste, cuando Chase tomó el teléfono en su despacho.

"Hola Jean, gracias por tu llamada. ¿Y cuáles son?"

"¿Y me tienes algo a cambio?" Le dijo alegre el detective.

"Sí. La chica está limpia, por lo que pude averiguar" Dijo Chase.

"Tomaré nota de eso. Gracias. ¿Sabes que encontramos unas grabaciones de una cámara cerca del departamento del ingeniero que no nos habíamos percatado. ¿Quieres pasarlas a buscar? A lo mejor ustedes encuentren algo también. Por de pronto estamos revisando las placas de los automóviles que se alcanzan a ver en distintas horas ese día."

"¡Por supuesto! Le diré a mi asistente que vaya por ellas esta misma tarde. Te agradezco. Adiós" Dijo Chase.

"Adiós" Contestó el detective y cortó la llamada.

Minutos después entró a su oficina Catherine, a quién le explicó lo dicho por el detective de homicidios y le pidió que fuera a retirar las grabaciones que le había ofrecido.

"¡Ah, ¿a la oficina de ese moreno guapo que me presentaste la semana pasada, el tal Jean Batiste?" Le dijo sonriendo con su qué, para ver la reacción de Chase.

"Sí. Ese tipo guapo" Contestó Chase, sonriendo a su vez.

Catherine se mordió el labio de rabia, mientras salía con su cimbreante caminar desde la oficina de Chase. A él pareció no importarle el comentario de ella.

*******

En su oficina, Chase comenzó a trabajar en su panel, colocando nuevos carteles y uniéndolos con líneas. Cuando terminó, se dio cuenta del poco significado que arrojaba todo eso. Pero, había algo que había comenzado a preocuparle: Karen.

Ella estaría a cargo de ese proyecto que se había vendido, probablemente a algún país asiático gobernado por algún tiranuelo de turno. Eso la dejaba expuesta, demasiado expuesta. Decidió hacer llamada.

"Brice, ¿quieres venir un momento a mi oficina, necesito encargarte algo"

Cuando entró a su oficina, le dijo: "Por favor, siéntate. Tu sabes lo que pasó con el crimen del ingeniero que estamos investigando y necesito que te hagas cargo de la vigilancia de la científica que trabajaba con él en la NASA."

"¿Qué horarios?" Preguntó Brice, sin hacer preguntas.

"24/7. Creo que esta muchacha podría ser blanco de un ataque muy similar al que sufrió el ingeniero. Escribe tu solicitud de recursos 1040, para que te acompañe el grupo que sea necesario".

"Está bien, jefe" Y sin más, salió de la oficina.

Por un momento quiso advertirle que él podría ser un visitante 'frecuente' de la científica, para que no lo incluyeran en el reporte, pero, pensándolo bien, eso despertaría suspicacias de sus subordinados. Ya vería cómo explicaba su presencia allí, cuando tuviera oportunidad de visitar a Karen.

Después que quedó solo, inmediatamente debajo de la foto de Karen, pegó una post it con una nota que decía "módulo cinco". No había duda que esa era la clave. Le pediría a ella que le explicara un poco más, que sentido tenía para el proyecto en general.

De pronto, se quedó pensando en cómo resolvería su visita a la NASA. Necesariamente tendría que enfrentarla y darle toda clase de explicaciones. Intuía que no sería fácil. Ya vería cómo se daban las cosas.

En ese momento levantó la vista al sentir abrirse la puerta de su oficina y observó entra a la cimbreante Catherine. Traía en su mano una caja con una gran cantidad de CDs.

"Tenía razón Jean Batiste. Tenemos una línea investigativa que será necesario agotar" Dijo, colocándose a unos centímetros de Chase al apoyar su trasero en el escritorio, en la misma postura en que estaba éste frente al panel que estaba a un par de metros. "Las grabaciones nocturnas, desgraciadamente no captaron a personas ingresando al departamento del ingeniero. Además, las dos horas de grabación nocturna que revisé, no arrojan más que automóviles cruzando la calle sin detenerse. Revisaré en las otras horas de ese día. ¿Y cómo te fue con la tal Karen?" Le dijo, con un dejo de antipatía en su voz, que no dejó de apreciar Chase.

"Creo que nos será de gran ayuda. Con lo que me informó, creo saber qué parte del proyecto vendió el ingeniero" Le dijo Chase señalándole el panel.

"¿Almorzaremos juntos para que me cuentes más?" Preguntó Catherine, mirando su reloj.

"Lo siento Catherine, pero tengo otros planes." Contestó Chase, mientras tomaba su chaqueta, preparándose a salir, pero se detuvo, se dio cuenta que no podría seguir dilatando lo inevitable."Cat, ¿me puedes esperar para que conversemos en la tarde después de las cuatro?" Cuando vio cómo los ojos de Catherine brillaban, se dio cuenta que había acertado.

"Si por supuesto. Te tendré algo de lo que haya revisado en las grabaciones". Dijo y salió a paso rápido de su oficina. Chase juraría que su culo se cimbraba más que de costumbre.

*********

4

Al día siguiente, Karen llegó temprano a sus oficinas en la NASA. Se sentía reconciliada consigo misma, por haber identificado al hombre con el que había pasado la noche y que le había dejado en un estado de excitación casi permanente. De alguna manera, el que sus amigas Vicky y Sandra corroboraran que el tipo era fuera de serie, la hacía sentirse menos culpable de mostrarse tan desatada frente a ese hombre. Se sentía tranquila además, porque había logrado tomar la foto de la patente de su automóvil, lo que le permitiría identificarlo definitivamente. Después, vería si lo buscaba para patearle las bolas. Le sobraban motivos para hacerlo y sólo esperaba poder enfrentarlo nuevamente y tirárselos uno a uno a la cara. La había drogado sin que pudiera entender la razón de ello y lo peor, la había visto al día siguiente, con esa mina espectacular, que la dejó con su negra honrilla de mujer, despedazada. Ahora, no sabía cuál de los hechos la afectaba más.

Recién se había sentado en su escritorio y abierto su computadora, cuando sintió el sonido de su intercomunicador.

"Habla Karen" Dijo, cuando oprimió el botón de 'manos libres'.

"Karen, habla Frank ¿podrías venir a mi oficina?" Era la voz del director del área de proyectos.

"Sí. De inmediato" Dijo, poniéndose de pie y saliendo de su oficina.

La oficina del Director de Proyectos de la NASA, quedaba al otro extremo del edificio. La secretaria al verla llegar, le pidió con una sonrisa que aguardara mientras anunciaba su llegada al Director.

Ahora, sentada frente a él, aguardó un tanto inquieta lo que tenía que decir esa persona que había conocido sólo una vez, el día en que había sido contratada; de ello hacía varios meses atrás.

"Karen", dijo el director después de dejar su lapicera y entregar una carpeta a su secretaria que había entrado junto con Karen y que aguardaba a un costado del escritorio. "Qué gusto de verla después de tanto tiempo" Le dijo estrechándole la mano. "La hice llamar, porque ocurrió algo que no habíamos querido comunicarle antes, principalmente porque no deseábamos que se sintiera presionada por esa situación".

Karen, elevó las cejas, sin entender hacia donde iban esas palabras, pero, lo que escuchó después, simplemente la dejó choqueada, desarmando la tranquilidad con la que había llegado esa mañana.

"Primero, quiero que conozca el porqué de la ausencia del ingeniero Walter Brin, con quien trabajaba hasta hace una semana atrás: fue asesinado en su departamento, y de forma brutal."

"¡Queeé!" Exclamo Karen llevando su mano instintivamente a su boca.

"Sí, Karen. Como lo escucha. Fue asesinado el fin de la semana pasada y por instrucciones de la NSA, que está a cargo de la investigación en estos momentos, no se le informó de inmediato. Dado que el proyecto en que el ingeniero y usted estaban trabajando tiene que ver con la seguridad nacional, esto ha quedado en manos de la NSA y no en las de la policía. Es por ello que sólo en este momento se me ha autorizado a conversar con usted. Esto nos lleva a la segunda parte..."

"Un momento, señor Director, quiero que me explique en qué circunstancias fue asesinado, como dice usted, porque usted comprenderá que yo no puedo sentirme segura, ya que todo apunta a que fue asesinado por algo que tiene que ver con el proyecto, como usted muy bien lo señala".

"Perdona, Karen. Tienes toda la razón. También aún estoy confundido y tienes todo el derecho de saber cómo y qué circunstancias ocurrió ese hecho tan lamentable. Aunque debo decirte, que quién estuvo detrás de ello, es una materia sobre la cual no tengo información".

lurrea
lurrea
7 Seguidores
12