En un Callejón de la Ciudad

BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí
LucyKim
LucyKim
66 Seguidores

Tomo asiento en el gran sofá frente al fuego, jugueteando con las pulseras en mis manos. Nuestras vidas son tan diferentes. A mí me echaron de mi lugar por mis preferencias, y tuve que pasar muchas penurias para alcanzar algún tipo de normalidad en mi vida. Y aquí está Luca, sangre de mi sangre, amado por mis padres, y buscando sexo con hombres.

—¿Eres gay? —Le pregunto de repente, sin pensarlo.

—Bueno, no me considero tal, yo solo....

—¿Esto te exita?— levanto un poco mi vestido, revelando mi pene delgado y delicado, pero duro y erecto en ese momento --¿Te gusta lo que vez? , ¿Quieres tocarlo, ponerlo en tu boca?

Mi voz se quiebra, y no puedo reprimir las lágrimas rodando por mis mejillas,

—¿Te he ofendido?— Pone una mano sobre mi múslo, buscando mis rostro. —¿Hice algo mal?

Me levanto de un golpe, asqueado ante la situación. Quiero vengarme ahora, justo como lo planee en el callejón. Quiero herirlo y hacerlo sentir miserable como ellos hicieron conmigo.

—Nada, solo estoy cansada— finjo una sonrisa, limpiando las lagrimas de mi rostro—. ¿Me prestas tu ducha?

—Claro, en el segundo piso, tercera puerta a la derecha.

Señala con una mano la escalera, y me dirijo a ella, mis tacones resonando en el piso de marmól.

—Espérame en tu cuarto— le digo, guiñándole el ojo—, tengo una sorpresa para ti.

... ... ...

El agua tibia relaja mis músculos, llevándose la tensión. No sé ni cuanto tiempo llevo aquí, el vapor llena el cuarto de baño convirtiéndolo en un sauna. Todo en esta casa es tan elegante, incluso los acabados de la ducha se ve que cuestan su dinero.

Yo apenas y tengo agua del todo en mi apartamento.

Por fin me decido a salir de la ducha. Me he quitado mi peluca, dejando mi corto cabello negro al descubierto. Todo el maquillaje se ha ido, lo único que queda del personaje que interpreté hasta ahora son mis uñas pintadas de negro.

Es hora del espectaculo— me digo, envolviendome desde el pecho conn una suave toalla blanca.—, Lo peor que puede pasar ya pasó.

La única luz que sale de una puerta entreabierta me indica cuál es la habitación donde mi hermano me espera: la última al final del pasillo. Cada paso me acelara más el corazón, que late con tanta fuerza que amenaza con romperme las costillas. Repaso mentalmente lo que voy a decir:

"jaja, te acostaste con un hombre, jaja, y era tu hermano, jaja que dirán tus padres, jajaja..."

pero en todo esto, aún soy yo quien queda peor.

"Vaya, te acostaste con un hombre...vayay, y por dinero, vaya , lo hiciste sabiendo que era tu hermano...vaya, vaya, vaya..."

—¿Estás listo?

Llegó frente a la puerta, sosteniendo la toalla con una mano, y la agarradera de la puerta con la otra. Ya ni siquiera pretendo modificar mi voz.

—Lo estoy. Ven, déjame verte.

Abro la pueta de par en par, y me acerco dando sancadas, manteniendo la mirada firme y llena de odio que me prometí que le mostraría.

—No me preguntaste mi nombre— le digo, deleitandome el la miradad de asombreo, mezcla de pánico e incredulidad, que muestran sus ojos al verme realmente bajo la luz y sin maquillaje—. Soy Fabrizio. Tu hermano menor.

... ... ...

Luca se sienta en el borde de la cama, envuelta la cintura en una sábana para cubrir su desnudez, y frotandose los ojos con ambas manos.

—Fabrizio... no puede ser.

—No me reconociste en el callejón, ¿verdad? Es más, no reconocerías si no te dijera quien soy. Pues si, soy tu hermano, el que te has estado gozando toda la noche.

Hay un silencio largo, profundo. Por un momento, pensé que ya no volvería a hablar. Me dispongo a darme vuelta para irme, pero una reacción rapida de su parte me detiene.

—¿Por qué estabas en ese callejón?— me pregunta, los ojos llorosos y llenos de angustia.

—Nada más viendo las estrellas. ¿Qué tú crees? Es obvio lo que estaba haciendo.

—¿Te hace falta dinero?¿Donde vives? ¿Con quien estás?

Me doy media vuelta, para enfrentarlo.

—¿Eso te importa? Si fuera cualquier otra persona, ¿ me preguntarías lo mismo?

—Pero no eres cualquier persona. Eres mi hermanito.

—Hermanito que te cojiste sin ninguna pena— las palabras salen de mi, venenosas , si poder controlarlas—. Mi bienestar no te importó cuando nuestros padres me echaron a la calle, no pretendas que te importa ahora.

—Eso no es verdad. Yo no estaba en el país cuando eso pasó. Y te busqué por meses cuando me dí cuenta.

—Bueno, ya sabes donde encontrarme.

De nuevo me volteo para irmer, pero él se levanta de la cama de un salto, y me detiene sosteniéndome por la muñeca.

—Siempre te protegí. Siempre abogué por ti, lo sabes bien.Yo nunca te juzgué, nunca permití que nuestros padres te insultarán en mi presencia.

—Pero nunca estabas, Luca— Sollozos que pretendía controlar, ahora sacuden mi cuerpo, debilitandome --. Cuando más te necesite, no estuviste.

—Lo siento. Lo siento tanto....

Me atrae hacia sí para abrazarme. Su piel tibia me hace sentir a gusto, calmado. Recuerdos de días pasados, de cuando nos visitaba y yo me celaba de sus novias, inundan mi mente. Es algo psicológico, normal, tener sueños en los que se tiene sexo con familiares cercanos. Solo que mis sueños se volvieron fantasías, y luego deseos incontrolables.

—¿No me tienes asco?— le pregunto, aún entre sus brazos— ¿No me odias?

—Como podría odiarte. Eres lo más bello que tengo en la vida. Todo lo que hice, todo el estudio, el trabajo, el esfuerzo, fue por que pensé que algún día me gustaría hacerte feliz, sacarte de esa casa y darte la libertad de ser quien eres. Cuando te perdí, fue como perder una parte de mi corazón, nada tenía sentido.

—Luca...— me apartó un poco, para poder verlo a los ojos, su mirada es dulce, cariñosa, comprensiva. El tipo de mirada que pocas veces he recibido fuera de mi círculo de amigas—. Lo lamento. Yo sí te reconocí en el callejón, debí haber dicho algo, debí....

—No digas nada— sostiene mi cara entre sus manos, limpiando mis lágrimas con sus pulgares—. Si quieres olvidarlo, lo olvidaremos. No quiero perderte de nuevo.

—Pero tú ...— apesar del momento tan emotivo, el sigue desnudo ante mí, su tentador miembro ahora dormido, pero no menos apetitoso.

—No te preocupes por mí. No es sexo lo que quiero, es compañía. Si ya tengo a mi amado hermanito me doy por servido, no quiero nada más, solo que te quedes conmigo.

—Yo... Luca, no sé si puedo. No sé si puedo verte de otra forma. No sé si creo que eres un hermano para mí.

—Trabajaremos en ello. Por favor, no me dejes de nuevo.

Me abraza de nuevo, esta vez con mayor delicadeza. Me atrevo a abrazarle de nuevo, la toalla que me cubría rueda por el piso. La proximidad de mi piel con la suya me hace reaccionar.

—Oh, perdón— mi pene ha rozado el suyo, y lo siento reaccionar, ligeramente —, es involuntario.

—¿Quieres que me encargué de eso?— Me susurra en el oido, pero no hay lujuria en su voz, es más la manera cariñosa y tierna con quien alguien podría preguntar algo más vanal.

—¿Qué? No, Luca...

Su mano me toma por sorpresa, cerrándose alrededor de mi miembro. De mi voz se escapa un gemido femenido.

—Haré lo que sea por ti, Fabri, lo que sea. Quiero encargarme de todas tus necesidades, incluso estas— esto dice mientras me masturba con firmeza—, no quiero volver a verte en ese callejón, no quiero que nade más te toque. No quiero que nadie te quite de mi lado.

—Pero, Luca, té eres...quiero decir, eres mi hermano, pero también hetero, ¿verdad?— es difícil hablar mientras me estimula de esa manera. Pongo mis manos en sus hombros para sostenermer, sin hacer el más mínimo intento de deternlo.

—Nada de eso me importa. Te amo. De una manera que no puede ser explicada, de una manera que va más allá de toda regla—. Sus labios buscan los míos, fundiendose en un largo beso -- Creo que siempre te he amado, pero era muy cobarde para admitirlo, tenía miedo...miedo de mis padres, de hacerte daño, de mal influenciarte. Pero nada de eso importa. Te tengo ahora, y no pienso dejarte ir.

—No, por favor, no me dejes ir— le besó de nuevo, desesperado, buscando en sus labios aliviar todo el peso que he llevado en mi corazón.— .Yo también te he amado toda la vida. Con todo mi ser. Acéptame. Amáme. Gozáme.

Me levanta en brazos, como un caballero a una princesa, y camina hacía la cama, depositandome con suavidad.

—No te dejaré ir. Serás solo mío—.

Me da la vuelta, de manera que estoy acostado sobre mi estomago con las piernas estiradas, como si me fueran a dar un masaje. Un líquido caliente gotea en la entrada de mi ano. Ss lubricante.

—Oh, Luca...

—No digas más. Fue el destino él que me llevó a encontrarte esta noche. He estado solo por tres años, esperándo un milagro. Y hoy la vida me sonrió — siento sus labios en mis hombros, mi cuellos, mi nuca, mientras sus manos acariciaan mis espalda, apretan mis nalgas, abriendolas para darse gusto—. He encontrado lo que más amaba, y me lo voy a quedar para siempre.

—Tómame, Luca— le digo, mi voz implorante— .Rómpeme, gozáme, amáme...

Se hunde en mi de una vez, su miembro grueso y palpitante abrindome más y más. No hay manera de que mi cuerpo acepte algo más que esto de ahora en adelante. Con una mano, agarrá mi pene para estimularme mientras me penetra profunda y lentamente, hasta el fondo, y sacandola solo un poquito antes de hundirse de nuevo.

—Se mío. Se mío...se mi mujer...— me dice una y otra vez, entre jadeos y gemidos— ,quedate con migo por siempre.

—Por siempre, por siempre, por siempre...

Pasamos la noche entera haciendo el amor, algo que jamás había experimentado. El sol está bastante alto para cuando paramos, mi boca llena de él, mi trasero chorreando su semen de tantas veces que se regó en mi. Me duelen las caderas, y creo que no podré sentarme en varios días, pero ver su sonrisa de satisfacción mientras duerme junto a mí vale todo el cansancio y dolor por él que he pasado.

Supongo que tendré que decirle a Sebas que me mudaré pronto. Espero que no le moleste.

... .... ... ...

Comentario de la autora: Si te ha gustado (o sí no), dejáme un comentario. Soy de Costa Rica y aquí tenemos nuestra propia forma de hablar, pero igual traté de usar términos más conocidos y más standard con los que la mayoría se podían indentificar. ¡Gracias por leer mi historia!

LucyKim
LucyKim
66 Seguidores
12
Por favor califica esto historia
El autor agradecería tus comentarios.
  • COMENTARIOS
Anonymous
Our Comments Policy is available in the Lit FAQ
Postear como:
Comparte esta Historia

SIMILARES Historias

A Favor for My Best Friend I confess to one homoerotic transgression.
Crossdressing Son and Dad Dad unknowingly fucks crossdressing Son.
Kim Ch. 01 Drunken party ends up in the bosses bed, with his wife.
Simon Says - My Story Pt. 01 I join the "The Family Business".
Standing in for Dad Ch. 01 John picks up more than his widowed mother's emotions.
Más Historias