Exámenes Laborales

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Una invitada que ayuda a conocerse mejor.
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Parte 3 de la serie de 46 partes

Actualizado 09/07/2023
Creado 08/08/2023
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Cambiar de trabajo. A las nuevas generaciones les parece lo más normal cambiar la empresa que trabajan cada año, yo por el contrario que ya soy de la vieja escuela trato de evitarlo y uno de los motivos principales son los exámenes médicos laborales. Detesto perder un día completo en algo que programando citas saldría en menos de una hora.

Sin embargo, se me había presentado una oferta con una empresa donde siempre quise trabajar y no la podía desperdiciar. Lo gracioso de todo fue que ese día mientras esperaba para ser llamado a cada examen conocí a Luisa, una joven a la cual puedo adivinar que duplicaba su edad.

Nos iban llamando por turnos a cada uno de los diferentes exámenes e íbamos casi a la par, si no la llamaban a ella me llamaban a mí, pero en la puerta de los consultorios siempre nos encontrábamos.

Ya nos habíamos lanzado varias miradas, de esas que uno trata de esquivar cuando lo pillan. A su lado había una silla disponible y cuando decidí sentarme a su lado ella disimulo estar metida en su libro, pero se le dibujó una pequeña sonrisa. Éramos los únicos que en vez de estar pegados del celular habíamos llevado un libro para pasar el tiempo y esa fue mi excusa para empezar a hablarle.

Ella era nueva en la ciudad, venía de Manizales y se había venido para Medellín a trabajar con una empresa tecnológica con el área de experiencia de usuario, algo que nunca se imaginó porque había estudiado psicología.

De ahí en adelante procuramos guardar el puesto para continuar nuestra agradable conversación que solo era interrumpida cuando nos llamaban para continuar con algún otro examen.

Su camiseta estampada con la pintura de "El nacimiento de Venus" de "Sandro Botticelli" fue otro tema más que ayudó a darme cuenta de que aquella jovencita aparte de ser amable era bastante educada y asumir que venía de una buena familia. Hablamos de obras de arte famosas y en abundancia de literatura, tuvimos tema para las 7 horas y media que duramos en el maldito lugar.

-------

Al finalizar el último examen nos llamaron al tiempo para entregarnos los resultados impresos y al salir, un tanto incómodos y nerviosos nos despedimos con un buen apretón de manos. Cada uno dio media vuelta y continuó su camino.

No sé porque lo hice, no soy del tipo de hombre lanzados que aprovechan cualquier oportunidad, pero no lo pude evitar. Me quedé quieto tratando de tomar fuerzas para no sentirme avergonzado por lo que iba a hacer, tomé aire y lo dije sin pensarlo.

- Luisa!

Ella volteó y caminó hacia mí con sus cejas levantadas esperando que le iba a decir.

- Ya que sos nueva en la ciudad ¿te puedo invitar a tomar algo para celebrar nuestros nuevos trabajos?

- Claro, yo ya iba para el apartamento de una tía a encerrarme

Descansé con esa respuesta y mientras caminábamos a un centro comercial que estaba cerca, le fui dando trucos de como orientarse en la ciudad o al menos en el sector que más se iba a mover.

Por su edad trate de llevarla a un lugar juvenil, con la música de moda nos tomamos una cerveza y no parecía ser la misma persona con la que había pasado horas hablando.

- ¿Luisa qué pasó? ¿estás aburrida?

- No es que --dudo un momento-- me daba pena decirte

- ¿Qué cosa fresca? --me esperaba lo peor--

- Es que no es mi estilo de música y está tan duro el volumen que ni podemos hablar

De nuevo me volvió el alma al cuerpo y me cogió un ataque de risa. Saqué unos billetes para pagarle a la mesera y dejarle una buena propina. Le hice señas para salir de ahí.

- Siquiera me dijiste eso porque me estaba muriendo allá adentro, ese no es mi tipo de música

- ¿qué tipo escuchas?

- Luisa, yo soy de los 80, crecí con la generación del rock and roll

- Perfecto es la que escuchaban mis papas y con la que yo crecí

- Uy me acabo de sentir como todo un chucho de la tercera edad

- Ay no, vos sos mucho más joven que ellos

- Acá cerca queda un Hard Rock ¿si quieres vamos?

- Carlos, te digo la verdad...

Hizo una mueca de inconformismo y una vez más pensé que eso iba a ser todo.

- ... es que no soy tan social y con todo el tumulto de gente en los exámenes ya estoy algo sofocada

- Dale no hay problema --preparando la mano para despedirme--

- ¿Por qué no hacemos algo más relajado sin tanta gente?

Me quedé pasmado, no sabía qué decirle. Sonaba como una propuesta de otra cosa, pero no estaba seguro.

- ¿Te gustan los videojuegos?

- Si, eso sería perfecto

- Yo vivo a un par de cuadras de acá, si quieres le avisas a tu tía donde vas a estar, pedimos una pizza y nos parchamos a jugar

- Perfecto, eso es lo que necesito estar lejos del mundo, del ruido de la casa de mi tía y mis primos pequeños

- Hace mucha falta la casa de uno ¿cierto?

- Ni te imaginas

Le di la dirección de la casa y mi número de teléfono para que avisara a su tía, pero ella decidió solo llamarla y avisarle que se demoraba porque se había encontrado con unos amigos de su ciudad.

------

Pedí la pizza desde el teléfono y mientras caminábamos a mi casa hablando de su carrera y la relación con su nuevo trabajo le dimos tiempo para que llegara el domiciliario.

Al llegar a la portería ya nos estaba esperando. Le di una propina y tras la mirada inquisidora del vigilante subimos a mi apartamento en el piso 20.

Los dos estábamos muertos de hambre y pude ver lo relajada que era porque ni siquiera esperó que le sacara un plato, simplemente cogió la pizza con su mano y empezó a comer sin ningún misterio.

- Uff que delicia ¿de qué es?

- Pepperoni cuatro quesos

- Me encantó, me tienes que dar el contacto

- Son adictivas

- Ni me digas --ya llevaba tres pedazos encima-- yo ni había almorzado

Ahí entendí su apetito voraz y me sentí como un imbécil por llevarla a tomar algo en vez de comer. Nos lavamos las manos en la cocina y mientras yo botaba la basura y servía más gaseosa ella daba una vuelta por la sala y el balcón. Después de mi divorcio había redecorado más como un apartamento de soltero, pero aún conservaba algunas fotos con ella.

- ¿Tu esposa? --pregunto levantando uno de los marcos--

- Ex-esposa

- Es muy linda

Se sintió un poco apenada, dejó la foto en el mismo lugar y para cambiar el tema se sentó en la sala frente al TV para prender la consola y ver que juegos tenía.

- ¿Grand Turismo y Fórmula 1?

- Soy aficionado a las carreras, pero en ese cajón están los otros juegos

- No por mi perfecto, mi hermano es igual y yo le doy guerra

- Ah si, ya veremos

Estuvimos casi una hora jugando y en verdad Luisa sabia como ponerlo a uno en aprietos y para mi sorpresa me toco hasta pedirle la revancha porque en un descuido en la última curva me rebasó por donde menos la esperaba. Tuvimos una acalorada competencia y por pocos metros le pude ganar.

- Creo que la gaseosa hizo efecto, me prestas el baño

- Claro, por este corredor la primera puerta a la izquierda

------

Yo estaba concentrado en el juego, escuché la puerta abrirse y sentí que estaba parada viendo como jugaba, volteé a mirarla de reojo y hasta se me cayó el control del susto cuando la vi solo en ropa interior.

- Vos sos demasiado respetuoso y creo que si yo no tomo la iniciativa, vos no lo vas a hacer nunca

- Luisa, yo... --me quede tildado al ver que se acercaba--

Se me monto de frente a horcajadas, apoyo sus nalgas en mis piernas. Me sonrió, me dio un beso, me miró a los ojos para quitarme las gafas y luego tomó mis manos para que la tomara de las caderas. Se acercó despacio, pasando su lengua por los labios para humedecerlos y me dio un beso muy erótico, metiendo su lengua can delicadeza. Al sentir mi erección se reía sin dejar de besarme.

- ¿Te puedo confesar algo?

- Claro, dime

- ¿Te acuerdas cuando me pillaste sonriendo?

- Si, pensé que era por timidez, pero ahora veo que estabas coqueteando

- La verdad era peor. Llevaba un rato pensando como meterte al baño, que me cargaras contra la pared y me comieras

- Luisa, estás jugando con candela...

Me dio otro beso que me terminó de calentar tratando de callarme.

- ... y yo estoy muy grande pa' vos

- Si aún no lo has notado, yo no soy una niña tampoco

- No quiero meterme en prob...

Me quedé mudo al ver como desabrochaba su sostén y sus pequeños senos puntiagudos apuntando en mi dirección y ver sus deliciosos pezones endurecerse por el frio viento que entraba por el balcón.

- Shhh relax --me volvió a besar con descaro-- yo sé en qué me meto

- Luisa yo...

No me dejo decirle nada más, me metió su lengua y yo no fui capaz de aguantarme más me entregué a sus besos y ella subió una de mis manos para que acariciara sus senos. Mientras besaba mi cuello, ella me dijo al oído.

- Solo déjate llevar

Me besaba el cuello y a medida que abría los botones de la camisa me besaba el pecho y continuaba hacia abajo. Me miró fijo a los ojos mientras me abría el pantalón y sacaba mi miembro. Los tomó con sus dos pequeñas manos y mientras y mientras me masturbaba sonreía con picardía hasta que logro tenerlo completamente erecto y duro.

Se mordió los labios y se saboreó, paso la lengua desde mis testículos hasta el glande, la enrollo por el perímetro de la cabeza y luego se lo metió en la boca generando la presión perfecta para disfrutarlo. Cerré los ojos y al abrirlos vi la foto de mi ex-esposa y no pude dejar de recordarla, sin duda nos entendíamos muy bien en el sexo, pero la convivencia era otro cantar.

Yo estaba tan ido que ni pude disimular. Ella se dio cuenta que estaba mirando la foto y sin despegarse volteo a mirarla.

- ¿Estás pensando en ella? --con tono relajado y nada inquisidor--

- La verdad si --se me subieron los calores de la vergüenza--

- ¿Te hace mucha falta? --volvió a meterlo cerrando los ojos--

- El problema es que me lo estas chupando como lo hacia ella

- ¿Así?

Se metía el glande en la boca, pasaba su lengua por el frenillo lo llenaba de saliva que caía por mi miembro y con esa humedad me masturbaba girando su mano. Luego abría los ojos, me miraba, pasaba sus labios, por un lado, chupaba el glande mirándome fijo y luego al otro lado dibujando una risita malvada.

- Tal cual!

- ¿Nunca pensaste en que ella te quería decir algo con eso?

- ¿Algo? no te entiendo

- En serio. Yo pensaba que eras muy respetuosos, pero en verdad es que sos muy lento

- ¿Por qué?

- Te apuesto a que ella quería hacer un trío y no se animaba a decírtelo

- No eso nunca a ella no le gust...

Volvió a repetir su maniobra, no pude seguir hablando porque con lo que me dijo cerré los ojos e imaginaba que eran ellas dos. No lo podía creer, de verdad se sentía como si lo estuviera haciendo con otra mujer a la vez.

- ¡Fuck! No puede ser... creo que si soy demasiado lento

Ella se partió de la risa, se corrió hacia atrás tomó mi teléfono de la mesa y me lo entrego sin parar de hacer lo que estaba haciendo perfectamente.

- ¿Qué quieres que haga con esto?

- ¿Llamarla? no es obvio

- ¡No!

- Acá me tienes, si ella dice que si, no pierdes nada

- ¡No, no soy capaz!

- ¿En serio? no podes ser tan gallina

- Gallina no, pero yo conozco a mi esposa

- No pierde nada. Llámela y le pregunta, si ella dice que si... yo también

Ella dejó de mirarme, lamia mi miembro como una paleta y chupaba con suavidad para mantenerlo duro, pero darme la oportunidad de hablar.

- Esta bien, pero lo pongo en altavoz y te vas a dar cuenta de que no me equivoco

---

Me quedé pensándolo un momento con la pantalla desbloqueada y sin las fuerzas suficientes para atreverme a preguntarle algo de ese calibre a ella. Justo en ese momento me entro un mensaje al WhatsApp de Claudia y casi me da un infarto.

"Carlos, te extraño mucho"

Con las manos temblorosas volteé la pantalla para que ella lo pudiera leer, cerró los ojos y con su boca atragantada me dijo.

- Es el destino tocando a tu puerta

No lo podía creer, llevaba meses sin estar con ninguna mujer esperando esta oportunidad y fijo hoy que había sucumbido a mi promesa me buscaba ¿por qué?

- ¡Llámala pues! --volvió a insistir--

Si lo seguía pensando no lo iba a hacer. Al terminar pensamos que ya era definitivo y ninguno de los dos nos pedimos un tiempo, no estaba haciendo nada malo. Ya que importa, no tengo nada más que perder, busqué su número, lo coloqué en altavoz y mientras repicaba Luisa me lo chupaba con fuerza y rapidez.

- Hola Carlos, que sorpresa una llamada, pensaba que ni siquiera me ibas a responder

- Hola Claudia ¿cómo estás?

- Mal, te estoy extrañando demasiado y yo sé que ya estamos separados --hizo una pausa larga-- pero no sé, tengo la nostalgia alborotada ¿te puedo ver?

Luisa mientras se reía y me estrangulaba el miembro vocalizaba sin parar: "¡DÍGALE! ¡DÍGALE!"

- Claudia es que estoy...

Laura me apretó el miembro con más fuerzas y me hizo señas moviendo su cabeza de lado a lado para que no fuera a revelar que ella estaba ahí y muchos menos escuchando, pero igual Claudia no es boba.

- ¿Estás con alguien?

- Si --Luisa se pegó en la frente-- pero empezamos a hablar de vos y...

- Juan Carlos, vos sos la cagada, no se para que me llamas ¿para restregarme que estas con alguien más? No entiendo la necesidad

- No, no es para eso, sino que vos me escribiste y salió el tema

- De verdad, no entiendo la necesidad

Ya la había cagado. Laura se me acercó al oído y me insistió para que le preguntara. Me negué con la cabeza y me dijo "le pregunta usted o lo hago yo" cogió el teléfono y se lo colocó cerca de su boca.

- Claudia, espera, espera no me cuelgues

- ¡¿Qué quieres?!

- De verdad estábamos hablando de vos y... quisiera... preguntarte algo

- ¿Qué cosa?

Tragué saliva y ni siquiera pensé las palabras que iba a decir.

- ¿A vos te gustan las mujeres? No, no, esa no es la pregunta. ¿Alguna vez quisiste hacer un trío o algo así?

Silencio sepulcral, no se escuchaba nada al otro lado y ya pensaba lo peor. Si al menos habíamos terminado como buenos amigos después de esto no me iba a volver a hablar nunca en la vida.

- Si --respondió a secas y guardó silencio--

- ¡¿Sí?! --pregunté con sorpresa--

Laura se acercó a mi oído y me susurro un "te lo dije" mordiéndome el lóbulo. Mientras muerta de risa iba rumbo a meterse mi miembro en su boca.

- Si, pero no sabía que me ibas a decir

- Claudia vos que me conoces ¿me podes decir si es que yo soy muy lento?

- Pa eso sí, te di como mil señales y vos nada que las captabas

Luisa levantó la mirada y volvió a repetirme que la invitara sobre exagerando los movimientos de su boca para que fuera claro que le iba a entender. Su cara de maldad volvió y mirándome a los ojos me empezó a chupar como si lo hicieran entre las dos.

- ¿Carlos, sigues ahí?

- Si, si, es que no sé cómo decirte esto...

-!Dígalo y ya!

- ¿Quieres venir?

- ¿Entonces si estás con alguien?

- Sí pero precisamente ella fue la que me dijo que te invitara

Otra vez ese silencio sepulcral y mi corazón a mil.

- ¿Claudia?

- No sé, la verdad no sé

- Que pena, disculpa por el atrevimiento, feliz noche

- Espera.... --entonó con duda--

- Dime

- ¿En la casa?

- Si, acá estamos

- Ok, me arreglo y nos vemos allá

- ¿Todavía tienes las llaves?

- Si

- Entra sin tocar

- Listo, allá nos vemos

Colgué y me desparramé en el sofá, no lo podía ni creer. Me acerqué a Laura y le di un beso con mucha euforia.

- ¿Te lo dije o no?

- Si, tenías razón

Me empujó del pecho para que me recostara, se volvió a acomodar y se metió mi miembro en la boca, esta vez chupando con más vigor. Lo escupía, me miraba y lo masturbaba con contundencia. Se lo metía a la boca sacaba la lengua y la golpeaba con el miembro, abría la boca lo chupaba con fuerza para que al salir sonara el vacío y apuntaba hacia su interior mirándome fijo a los ojos y saboreando.

- Luisa, Luisa... es que llevo mucho tiempo sin hacer nada... seguís así y no creo que...

- ¿Es la única carga?

- Hay más pero no quiero que...

Bajo la mirada y se atraganto con mi miembro en su boca. No sé cómo demonios movía su lengua, pero era imposible seguir aguantando.

- ¡Luisa! ¡ahhh! ¡Luisa!

Me tomó la mano y la descargó detrás de su cabeza pidiéndome que la empujara y así lo hice. Pude aguantar otros dos minutos más, pero cuando con su otra mano empezó a acariciarme los testículos llenos de saliva le llene la boca con mi semen y me deje caer hacia atrás con una sonrisa. Que maldita delicia volver a sentir una mujer después de tantos meses, nunca va ser lo mismo que una paja.

Se levantó sonriente, limpiando el semen que se le alcanzó a escapar y caminó hacia el baño muerta de risa.

- Creo que va ser mejor que nos vea vestidos cuando llegue --se apoyó en el marco-- ah y acá no ha pasado nada ¿no íbamos a empezar sin ella? ¿cierto?

Cerró la puerta del baño y me levanté subiendo los pantalones para ir a buscar un trago más fuerte. Fui para el baño de mi habitación me lavé el miembro con agua fría en el lavamanos y me cambié los boxer para que el olor a semen no nos delatara demasiado.

Al regresar a la sala ella estaba ahí sentada jugando con el play como si nada hubiera pasado. Me hice a su lado y reinicio la partida para que los dos pudiéramos jugar, pero aprovechando para interrogarme por el motivo de la separación.

- La rutina mujer, los dos nos metimos de lleno en el trabajo para pagar puras cosas materiales que no necesitábamos y nos alejamos tanto que terminamos viviendo juntos, pero sin siquiera regalarnos unos minutos. Ese inclusive fue uno de los motivos que me animo a cambiar de trabajo, me di cuenta que no todo se puede centrar en el dinero, hay que vivir la puta vida, sino ni siquiera tiene sentido ganar un montón de dinero que no te puedes gastar.

------

El timbre del citófono comenzó a sonar intensamente y supuse que Claudia había llegado.

- Buenas noches, don Juan Carlos. Ahí pasó Doña Claudia derecho, no se quiso anunciar y como usted...

- Listo Luis gracias por avisar, es una familiar de Claudia que está de visita

- A bueno señor, feliz noche

- Feliz noche Luis, gracias por avisar

El portero pensó que me iba a descubrir con las manos en la masa y prefirió lanzar la alerta antes de que me pillaran, sin duda se merece unas cervezas por estar atento. Esta vez no era necesario, pero nunca se sabe. Eso sí, ahora más que nunca me quedó claro que los porteros se las saben todas.

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Desde que nos separamos, aun cuando ella todavía tiene las llaves de la casa siempre timbra, pero esta vez me hizo caso y paso derecho.

- Hola Claudia --me levante a recibirle el bolso y saludarla de pico en la mejilla-- ¿Te recibo la chaqueta?

- Hola, no gracias --miraba interesada hacia la sala-- ahora más tarde si me da calor

Estaba hermosa, definitivamente ella me sigue y seguirá trastornando.

- Te presento. Ella es Luisa. Luisa ella es Claudia, mi esposa

- Ex-esposa --carraspeo--

- Eso, ex-esposa, perdón es la costumbre

Se acercó a darle un beso en la mejilla, un apretón de manos y se sentó en uno de los sofas del lado, se le noto demasiado que estaba bastante sorprendida por su edad.

- Ombe Carlos has cambiado mucho de gustos ¿ahora estas de asalta cunas?

- Más bien yo de asalta katanos --interrumpió Luisa-- este hombre no las coge ni en el aire

- Concuerdo con vos, hay que decirle todo literal --respondió Claudia---

Al menos serví para que rompieran el hielo y se rieran entre ellas.

- ¿Qué juegan? --preguntó Claudia mirando la pantalla--

- Gran Turismo

- Al menos la conseguiste con buen gusto --me volteo a mirar--

- ¿Una carrerita? --le preguntó Luisa ofreciéndole el control--

- Dale, pero ¿qué apostamos? --la retó Claudia--

- Upa que mujer más competitiva, me gusta

- Qué tal si... ¿La que pierda solo se queda viendo? --volteó a mirarme--

- Me parece justo, pero nada de cambios automáticos

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