Joyas Familiares Confiscadas (P. 01)

- ¡Esto es injusto! -- dijo Steven con una cara llorosa y roja y ahora sin pantalones.

-Pero ¿por cuánto tiempo? No creo que tus jefes te dejen ahí dentro por siempre -- Alex intentaba mirar a Steven a los ojos, pero su mirada se desviaba a su cinturón. Ambos estaban sentados sobre la cama.

-No lo sé, mamá convenció a mi papá para mantenerme encerrado hasta que vaya a la universidad -- Steven estaba sentado con las piernas cruzadas y las estiró para abrirlas sobre la cama, tanto como su elasticidad se lo permitía - ¡Mira! No puedo meter ni un dedo para rascarme los huevos -- Intentó deslizar sus dedos por debajo de la entrepierna, pero el cinturón ceñía tan bien que apenas pudo meter media yema de un dedo.

-Quizás ellos solo te harán usarlo para ir a la escuela. Vamos, Steve, nuestros miembros necesitan estirarse de vez en cuando -- Alex no tenía claro si estaba a punto de tener una erección él mismo.

-No lo sé. El doctor le dijo a mi papá que mi pene y mis testículos estaban en dos cámaras separadas de caucho transpirable, por lo que podría alcanzar erecciones parciales para evitar el debilitamiento de, digamos, las funciones peneales, viriles. -- se estaba sonrojando de pena, se quitó la playera y comenzó a caminar en círculos, tan desnudo como el cinturón se lo permitía -- Mira, a esto se refería con "indetectable" "cómodo" "usable a largo plazo"; ese bastardo marrano obeso se rio de mí diciéndole a mi papá que podrían estar seguros de que perder las llaves no sería un problema, que no querría dejar el cinturón de castidad porque es mejor que descansar en una almohada de plumas.

-Quizás él solo intentaba bromear contigo para hacerte la experiencia más llevadera. -Alex cruzó su pierna derecha sobre la izquierda para ocultar su erección.

Steven se vistió de nuevo y lloró mientras abrazaba a Alex, quien le daba a su vez algunas palmadas en la espalda para calmarlo. Decidieron ir abajo a la sala para ver el partido de soccer de su equipo favorito (quizás de esa forma toda la familia podría comenzar a acostumbrarse al régimen de castidad forzada).

Alex regresó a casa visualizando el cinturón. No fantaseaba sobre Steve, no, él era un chico heterosexual, sino sobre estar en la misma situación, qué sentiría al usar un cinturón como el de su amigo. Al recordar a Steve sin nada más que el dispositivo de castidad consideró la posibilidad de "portarse mal" para obtener su propio cinturón ¿Qué tal que los padres de Steve hablaran con Lauren y Stefan para que consideraran la posibilidad? ¿Quizás usar un cinturón y entregarle la llave de su sexo a una hermosa novia? Fue al baño y se desvistió, flexionó sus músculos y mientras se veía en el espejo visualizó el cinturón protegiendo sus genitales desnudos. Tocó su cintura y trasero imaginado el artefacto sobre su cuerpo, sintiendo el frío y la dureza que de forma gentil, pero firme, lo protegían de sí mismo y de los demás. Comenzó a masturbarse mientras se veía en el espejo, su cuerpo moreno, atlético, sus piernas, sus nalgas ("tengo un mejor cuerpo que Steve, yo podría modelar esos bikinis de castidad" pensó).

"Qué pajero tan narcisista" pensó de sí mismo justo después de eyacular en el lavamanos, liberando la excitación de su cuerpo. Sintió culpa, asco de sí mismo; su amigo estaba pasándola duramente con todo esto de la castidad forzada ¿Por qué sería mejor para él? ¿Por qué iba a ser distinto para Alex y placentero si la fantasía se hacía realidad?

Después de dos años de régimen de castidad forzada, Steven se acostumbró y trabajaba cada semana para ganar un pase libre del cinturón los fines de semana. Alex se volvió un fetichista de armario, por consideración a su amigo, por la pena y por no revelarle a quien no debía su deseo oculto, ya que peligraba por toda la misandria que se respiraba en la escuela y sociedad ("ten cuidado siempre con lo que deseas, hijo" le decía su padre).

-Gracias, hermano. -- Respondió Steven mientras también se terminaba de vestir -- Alex, tú sabes cuánto te aprecio, -- puso su mano derecha sobre el hombro de Alex -- eres el hermano que nunca tuve. Agradezco la amistad y las veces que estuviste ahí para mí, dando la cara. -- La profundidad de la voz de Steven probablemente haría referencia a las primeras semanas del régimen de castidad: recibió mucho acoso escolar de algunos compañeros de curso que lo acusaron de ser un predador sexual; a pesar de explicarles que los hombres y chicos acusados formalmente de acoso o abuso, además del cinturón de castidad, les hacían usar un collar irremovible que indicaba el estatus de presunción de culpabilidad para diferenciarlos de los chicos cuyos padres resguardaban su castidad, ellos no lo escucharían. Un día, Alex defendió a Steven de un grupo de cuatro chicos que le gritaban insultos y hacían burla de su cinturón. Con el tiempo todos reconocieron la verdad en las palabras de Steven e incluso se rumoró que a el hermano de uno de sus "bullies" le fue puesto su cinturón acompañado de su collar por acosar a una chica. Hasta la actualidad, quienes solían hacer burla a la castidad forzada eran las chicas, por su parte los varones guardaban respeto, hasta miedo al cinturón de castidad; quizás hubiera más fetichistas de armario como Alex, pero en la práctica, todos sabían que no querrían estar en esa situación.

-Es lo que hace la familia. -- Alex se terminaba de poner sus zapatos -- Tengo que irme, ya voy algo tarde a Historia. Nos vemos.

Por fortuna, llegó a tiempo a clase. Dos horas de Historia en viernes ("preferiría pasar un mes en mi cinturón que escuchar a este imbécil un minuto más" sonaba en su cabeza) y en todo ese tiempo el profesor no les pidió la tarea que Alex había olvidado. Se hizo la hora del receso de veinte minutos y salieron del salón. Optó por ir afuera del salón de la clase de biología y sentarse a esperar a que comenzara la clase; no estaba de ánimos para hablar con nadie en ese momento (¿o estaría preocupado de encontrarse a Paula?). Sonó el timbre y en un par de minutos apareció el profesor, Carlos, quien abrió el salón para que pudieran pasar. El profesor les pidió que formaran equipos en pareja, por lo que Alex se sentó con su amigo de la clase. Josh.

- ¡Sí, pase! -- dijo en voz alta el profesor después de escuchar que alguien tocaba la puerta.

-Lamento mucho interrumpir la clase, profesor Carlos. El director le manda los reportes que usted pidió -- Ahí estaba ella, Paula. Se veía más bella que nunca vestía una minifalda negra, revelando sus hermosas piernas lampiñas blancas, su blusa era negra con pequeñas escarchas doradas distribuidas a lo largo de la tela. tacones no muy altos blancos y su cabello castaño peinado todo hacia atrás, con una cola de caballo alta, y aparentemente no más maquillaje que labial rojo carmesí y rímel. Alex estaba sentado al fondo del salón en una esquina, rezando por no hacer contacto visual con ella.

-No es nada, señorita Paula. A mi clase eres siempre bienvenida.

-Bueno, es que no me gusta que se metan en lo que es mío. -- respondió ella mientras miraba al fondo del salón, donde se sentaba Alex.

-No hay de qué preocuparse, Paula, este espacio lo comparto con gusto, a ver si le contagia algo de conocimiento a estos chicos, tan buena alumna que es -- El profesor Carlos parecía contar las hojas que Paula le dio.

- Con su permiso. Lo que no es mío no es de nadie. -- Se marchó. Su última oración preocupó un poco a Alex ¿era una amenaza? ¿un pensamiento en voz alta que se le escapó? ¿tendría que confrontarla y hablar con ella?

- Amigo ¿estaba hablando de ti? Todo el tiempo te estuvo viendo.

La clase de biología terminó, era la última de ese viernes ya que la de última hora, Matemáticas (un alivio por cierto) fue cancelada debido a junta del consejo técnico de rectoría. Regresó a su casa a pie, quería despejar su cabeza, pero toda esta situación de Paula, las advertencias de su padre que resonaban en su cabeza no lo dejaban tranquilo; "¿Qué tal si Paula asistía a la fiesta de esa noche?" "Qué afortunado es Steve, no podrían acusarlo de nada" Fueron algunos de sus pensamientos que destellaban en su mente "¿Y si le pidiera a mi papá que pidiera mi cinturón?" Descartó la posibilidad apenas unos segundos después, la fiesta era esa noche y toda la burocracia gubernamental tardaría al menos tres días.

Llegó a su casa, gritó un "¡Má, ya llegué!" a Lauren quien estaba en la cocina y subió a su habitación. Después de recostarse y por unos minutos volver a sobre pensar toda la situación, comenzó a cabecear hasta quedar dormido.

"Ten cuidado con lo que deseas, porque puede volverse realidad" Hacían eco en su cabeza las palabras de Stefan hasta que se quedó dormido.