La Obsesión de Arturo 01

( Esta es una vieja historia que deseaba escribir hace un tiempo. Todos los personajes son mayores de 18 años. )

Mi nombre es Daniel y llevo casado unos 10 años con la que es ahora mi esposa Angélica. A pesar de que me llevo bien con su familia no soy un fanatico de visitarlos. La familia de mi esposa no es desagradable y aún así prefiero quedarme en casa viendo algún programa de tv. Angélica llevaba una semana pidiéndome que la llevara a ver a sus padres así que decidí llevarla.

Eran las 11:00 del medio día y como siempre la casa estaba llena de gente. La tía Norma acababa de llegar con su novio. Norma era la hermana mayor de mi suegra y era una madura calenturra. Llevaba 5 años divorciada de su primer esposo quien no le dedicaba tiempo y se había buscado un sujeto 20 años menor que ella.

Patrick era un mecánico rudo del vecindario. Tenía el cuerpo cubierto de tatuajes. Lo que no me agradaba del sujeto era que dondequiera se la pasaba besando y tocando a la madura Norma. Le encantaba levantarle la falda para que todos pudieramos echar un vistazo a sus largas y tonificadas piernas. No era por exagerar pero a pesar de sus 58 años la tía todavía estaba buenota y era muy atractiva. Ella disfrutaba de la atención de todos ya que su antiguo esposo era experto ignorándola. Así que nunca desperdiciaba un momento para enseñar sus atributos.

Patric observo a mi esposa llegar y la miro de arriba a abajo estudiándola. Lo más que me enojó fue que no dejaba de mirarle el trasero. No es por alardear pero mi esposa Angélica a sus 29 años tiene un hermoso rostro, ojos azules, una cabellera larga y negra además de una figura sensual.

El tiempo la había dotado de unas hermosas caderas y aunque no tenía mucho busto mi parte favorita eran sus nalgas. Podemos decir que cuando caminaba se robaba las miradas de todos con ese pedazo de culo. Yo era su mayor fan y le había pedido muchas veces que me dejara penetrarla por ahí pero siempre encontraba alguna excusa. Tenía que conformarme con disfrutarla de las posiciones tradicionales.

Al llegar a la cocina pude ver a Olivia la madre de Angélica cocinando. Estaba vestida con un traje floreado que le quedaba bastante entallado. Nunca había mirado a mi suegra con detenimiento pero ese día descubrí de donde venía la figura de mi esposa. La única diferencia es que ella no carecía de nada en ninguno de los departamentos. Tenía bastante de tetas y de culo. Angélica al encontrárse con su madre la abraza y la besa. Entonces comienzan a conversar así que yo decido sentarme en la sala mientras observo las noticias en la televisión.

Angélica le pregunta a su madre donde estaba su padre y ella le dice que está en su cuarto. Al parecer no se sentía bien. En ese momento la tía Norma llama a Angélica y camina hacia ella. Patric no deja de mirarla lo que me incomoda. Desgraciadamente ya he tenido mis situaciones en su casa gracias a mis celos así que decido quedarme tranquilo y sigo mirando la tele.

Norma la abraza y la besa diciéndole: - Chiquilla estas hermosa. ¡Cada día más bella!

Angélica le agradece sonriendo.

En ese momento Norma le agarra el trasero y le dice: - Mujer, pareciera que te sigue creciendo el culo. Lo tienes enorme.

Angélica se sonroja.

Norma continua diciendole: -Imagino que Daniel no te dejará un día sin hacerlo.

Angélica abochornada le dice: ¡Ay Tía!

Sonriendo le dice Norma: De seguro te lo hace anal a diario. Por eso te sigue creciendo.

Entonces mirando a Patric le dice Norma : ¿Que te parece? ¡Verdad que está enorme!

El mira lujuriosamente a Angélica y dice: - Si fuera yo, tampoco la dejaría sin hacerlo diariamente.

Angélica se despide de su tía y camina hacia el cuarto de su padre.

Patric se le acerca a Norma y le dice: Crees que acepte hacer un trío. Me encantaría probar ese culo.

Norma le contesta: No creo pero.. podríamos tratar.

En la habitación de Don Árturo solo se escuchaban susurros. Angélica camina un poco preocupada ya que pensaba que su padre podría estar enfermo. Su padre era un hombre enorme de unas 260 libras, 6 pies y medio de alto y grandes músculos. Había trabajado como minero por muchos años pero ya estaba retirado. Entonces solo pudo ver algo que la hizo detenerse. El no estaba solo. Frente a el había una figura que se encontraba entre sus piernas. Angelica se vistió de valor para enfrentar al extraño pero decidió detenerse al descubrir que se trataba de su hermana mayor .

Olga era la mayor de las hermanas y la primera en casarse. Desgraciadamente su esposo había muerto en un accidente automovilístico y desde entonces vivía con sus padres. Allí descubrió la obsesión de Arturo su padre por el trasero de Angélica y había buscado la manera de ayudarlo.

Don Arturo gemía de placer mientras su hija le daba la mamada de su vida. Olga chupaba la enorme verga de 10 pulgadas que casi no le cabía en la boca. Sabia que cuando terminara tendría un gran dolor en la quijada.

— Ya te vas a venir Padre. — le preguntó Olga de manera sensual.

— Si! Dame tus enormes tetas que me voy a venir en ellas.

Las tetas de Olga eran G y no solo eran grandes sino que sus areolas y pezones también. Tenía el combo completo algo que heredó de su madre.

— ¡Ah que rico! ¡Me encantan tus ricas tetás!— gemía Don Arturo mientras se venía un montón subiré los pechos de Olga.

— ¿Como te sientes Papá?— pregunto Olga mientras se limpiaba con una toalla. Entonces continuó: -No es el trasero de Angélica pero al menos te haz venido.

— Estoy mejor. Gracias, eres una buena hija. — respondió Don Arturo.

Luego de escuchar aquello Angélica se alejó. No podía creer lo que pasaba. Su propia hermana estaba dándole sexo oral a su Padre. Además el deseaba su trasero. Entonces entró en el baño para tratar de controlarse de lo que había visto. ¿Cómo enfrentar a su hermana? ¿Que decirle? Entonces algo paso. El recuerdo de su hermana chupando la verga de su padre la comenzó a calentar.

No se la podía sacar de la cabeza. Era enorme. Nunca había visto un pene así de grande. No podía creer que su propia hermana se la había puesto en su boca. Casi no le cabía en la boca. Otra vez pensó...Era enorme.

Entonces comenzó a sentirse húmeda. Los pezones se le pusieron duros y el clitoris parecía que se iba a reventar. Comenzó tocándose los pechos con una mano mientras que con la otra se tocaba la barriga. Poco a poco fue bajando hasta llegar a sus bellos pubicos. Con mucha paciencia se acarició hasta llegar a su clitoris donde comenzó a acariciarlo. En su mente solo estaba aquel enorme pedazo de carne. Entonces pensó que se sentiría tenerlo dentro. Su vagina se mojaba cada vez más mientras que sus dedos comenzaron a penetrarla. Primero uno, luego dos, después tres. Los movimientos eran más rápidos mientras más jadeaba. Entonces llego a su climax. Sintió como se derramaba el mundo. Frío y calor al mismo tiempo y entonces todo se detuvo. Estaba sudada y abochornada. No podía creer lo que había hecho. Se había masturbado pensando en el pene de su propio padre.

(Próximamente La Obsesión de Arturo 2)