Me Cogi a La Novia de Mi Amigo

Continuamos en esa posición unos 10 minutos antes de que me inclinara sobre ella y empezara a acariciar sus tetas por detrás, jalándole el cabello y dándole nalgadas.

Ella era mía.

- ¿Quién es mi perra?

- ¡Yo soy tu perra papi!

Si, la novia de mi mejor amigo estaba entregada y aunque no sabía porque me la estaba cogiendo, no me sentía mal por eso. Creo que tengo derecho a tomar lo que quiero.

- ¿Te gusta mi verga putita? ¿Eh? ¿Te encanta como te cojo?

- ¡Si papi! ¡Si! ¡Me fascina! ¡La quiero más y más!

- ¿Quién la tiene mas grande puta? ¿Yo o ese jotito que tienes por novio?

- ¡Tu! ¡No mames! ¡La tienes enorme! ¡Eres mejor que él!

- Ya se que soy mejor que él. ¿Quieres mas leche adentro putita? ¿Te gusta como se siente perra?

- ¡Me encanta me encanta! -Sus gemidos estaban a nada de ser auténticos gritos de placer- Quiero que te vengas dentro de mi cada vez, quiero que me preñes siempre papi. ¡No pares!

- ¿Siempre? ¿Quieres que te siga dando después de hoy? No mames, que pinche puta estas hecha. ¿Y Fred?

- ¡Que se vaya a la mierda!

Entonces comenzó a gritar y sonreí.

- ¿Te vas a venir otra vez?

- ¡Si! ¡Ya casi llego papi! ¡No pares no pares!

Y no pare.

El morbo me gano. En esa zona no había muchos coches, pero yo podía ver las luces a mis espaldas de los autos que pasaban. Si alguien se le ocurría entrar a ese pequeño claro me vería de espaldas, con el culo al aire, mis pantalones en las rodillas y sin playera, moviéndome de lado a lado mientras taladraba sin piedad el pequeño coño de una putita que no hacia otra cosa que pedir más.

Estoy seguro de que no soy el único hombre que disfruta de ver como el largo y grueso de su verga entra y sale. Era hipnótico. No tengo otra palabra.

Evelyn comenzó a gemir cada vez más fuerte y cada vez a mayor ritmo, su orgasmo estaba en el punto.

Le di una nalgada con la fuerza suficiente para dejarle un moretón que la hizo soltar un grito de dolor y con la otra mano comencé a arañarle la espalda de manera suave. Una parte de mi quería "marcarla". El grito que siguió me asusto por la fuerza.

Si alguien hubiera estado cerca habría pensado que la estaba matando.

Pero los chorros que siguieron al grito me empaparon la polla aún más. Bajé la cabeza y vi como también mi leche salía de su coño y la mezcla me mojaba las piernas.

Era el orgasmo más intenso que había tenido hasta el momento. Los espasmos de su vagina me llevaron al límite. No podía aguantar más.

Sin dejarla recuperarse la jale del cabello hacia mí, haciendo que su espalda chocara con mi pecho y mi otra mano fue directa a apretar sus ricas tetas, pasando mis dedos por su pezón como si estuviera tocando una guitarra.

Comencé a hablarle directo en la oreja. Ella se estremeció por el calor de mi aliento.

- Ya me voy a venir puta. Te vas a poner de rodillas y me voy a correr en tu cara y en tus tetas. Y así te vas a ir todo el camino. No te vas a vestir, no te vas a arreglar. Quiero que cualquier carro pueda ver que voy con una puta con mi leche en su cara. Tienes permiso de ponerte el vestido cuando lleguemos a tu casa y te bajes de mi coche. ¿Entendiste?

- Si papi -Su respuesta fue en un tono miserable. Seguía sin recuperarse de su orgasmo y su voz era un susurro jadeante.

En ese momento me di cuenta de algo. Ya les diré más adelante.

Seguí embistiéndola. En esa posición era más apretada aún y pronto el suelo tenia gotas de nuestros jugos.

Continue con el ritmo lento y poco a poco acelere hasta sentir perlas de sudor correr por mi frente y mojar mi cabello. A pesar del aire frio de la madrugada me estaba esforzando por mantener el ritmo.

Cuando ya no pude más, tiré de ella con fuerza, obligándola a arrodillarse. Sentí cierta resistencia al inicio porque no se esperaba la manera en que la empuje. Sin embargo no supuso problema y pronto la puse de rodillas frente a mí.

Me miro hacia arriba a través de mi verga que se erguía como un monumento sobre sus ojos. Estaba rogándome con la mirada.

Comencé a masturbarme para terminar de correrme, disfrutando de la vista de sus tetas expuestas y entonces exploté.

Gemí y ahogué mi propio grito de placer mientras mis bolas expulsaban hasta la última gota de leche que me quedaba.

Aunque menos que la vez anterior, también fue una corrida considerable.

Tome mi verga y apunte. Solté un par de chorros en su cara, dejándole un bonito maquillaje blanco. El resto fue a parar a sus tetas.

Tengo que decir que llena de mi semen por dentro y por fuerza se veía mas guapa de lo que era. Pensé en tomarle una foto solo por disfrutar la vista, pero no era necesario. Fred realmente me caía bien y no era un amigo que deseara perder.

Todavía.

Pasamos unos segundos sin hablarnos en lo que me puse la playera, me subí los pantalones y regresamos ambos a nuestros asientos.

La sonrisa en la cara de Evelyn era toda la prueba que necesitaba de que ella lo había disfrutado como una maldita loca y el pedazo de puta que estaba hecha. Nunca había tenido a un hombre así y yo estaba seguro de que nunca tendría a otro. No me olvidaría.

Créanme, lo sé. A todas les pasa.

Me acomode en el asiento y ella, como puta obediente, hizo exactamente lo que le ordene. Se dejo el vestido hecho un desastre en su cintura, su pequeña tanga aun puesta y su cuerpo lleno de semen. Las gotas de mi leche se deslizaron un poco sobre sus tetas y pronto se secaron al igual que las de su rostro.

Voltee a verla con una sonrisa.

- Puta, quítate la tanga y dámela.

¿Quieren saber porque le volví a decir puta? Para reforzar.

Ella solo bajo la cabeza y sin decir nada se quito la tanga y me la dio en la mano.

La guarde en mi bolsillo.

- Quédate abierta de piernas chiquita, déjame verte.

Evelyn obedeció, mostrándome el desastre de jugos que estaba hecho su coño.

- Que buena niña eres. ¿Disfrutaste nuestra sesión? ¿Te gusta como se siente mi leche caliente dentro de ti?

- No sabes cómo me gustó. No sabia que podías coger así. Ósea, había escuchado rumores, pero no tenia ni idea de que ese era tu nivel.

Sonreí. Conocía los rumores.

- Bueno, ahora lo sabes. Ahora, quiero que mañana a primera hora vayas a mi casa por tu tanga. No lleves ropa interior, si quieres que te deje pasar vas a tener que demostrármelo. ¿Entendiste?

- Si papi -Contestó en tono sumiso.

No hablamos más. Conduje hasta que llegué a su casa. Por fin Evelyn se arregló el vestido y entro a su casa no sin antes mandarme un beso.

Me fui a mi casa, no feliz, pero satisfecho por lo que había hecho. Necesitaba una vagina y la había conseguido. Ahora me estaba cogiendo a la novia de mi mejor amigo y lo ideal era que Fred no se enterara. Le mandé un mensaje diciendo que me entretuve en el camino pero que su novia ya estaba en casa y yo también.

Él respondió con una cara feliz y fue lo ultimo que supe antes de irme a dormir.

Con eso acaba esta historia. No se si cuente más, pero espero les haya gustado.

Ah, ¿Quieren saber de que me di cuenta cuando la escuché responderme en un tono jadeante de placer y suplica? Me di cuenta de que, efectivamente, lo estaba disfrutando.

Si, disfrute cogerme a la novia de mi mejor amigo. Llevar a una chica con novio a ese punto de éxtasis me alegraba. Llámenlo un boost a mi ego. Además, no es mi culpa que Fred no pudiera hacer lo que yo sí.

Al día siguiente me despertó el timbre. Tenia una ligera resaca pero nada que un poco de agua no pudiera curar.

Baje las escaleras de mi casa en boxers, abrí la puerta y ahí estaba Evelyn, con una blusa blanca, una falda corta de color negro y maquillada como si la resaca fuera ajena a ella y estuviera lista para salir nuevamente de fiesta.

La mire extrañado, pero no sorprendido.

En un segundo se subió la blusa, mostrándome sus tetas y su pezoncito erecto. Y también la falda, dejándome ver ese perfecto coño depilado que me había follado la noche anterior.

Como buena puta, me había obedecido.

Le respondí con una sonrisa. La deje pasar y le di su siguiente orden mientras cerraba la puerta:

- Arrodíllate.