El Investigador Cap. 05

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Ella había tenido otros amantes, pero que no habían durado por una u otra razones. Ahora sentía que Chase era lo que ella había esperado en un hombre: alguien a quien admirar por su personalidad, pero alguien como ahora, que la hiciera estremecerse como lo estaba logrando él. Se apoyó en la cama, levantó sus pesados muslos y flexionando sus rodillas la llevó hacia sus hombros tomándolas con ambas manos, se ofreció así para sentirlo más profundo dentro de ella, y continuó con la letanía de sus palabras hasta el instante en que volvió a sentir que su cuerpo comenzaba a retorcerse por un nuevo orgasmo que la encontró en medio de sus palabras:

"¡Culeeeameeee assii, papiiiiiiiitooooi!" exclamo casi chillando y sin poder contenerse lo mordió en el hombro, que Chase no sintió porque en ese preciso instante su pene se contrajo en el último envión, descargando todo su semen dentro. Catherine siguió gimiendo mientras además de las contracciones de su vagina, sentía como un líquido caliente inundaba sus entrañas. Sus piernas cruzaron las espaldas de Chase en la última contracción.

En esa posición, dejaron que sus cuerpos latieran al unísono largamente, hasta que lentamente Chase se levantó de ella y se recostó a su lado. Catherine se volvió hacia él, y colocó su cabeza en su hombro abrazándose a él. Pronto el relajamiento los sumió en un profundo sueño.

*****

Chase, con los ojos cerrados estiró los brazos hacia arriba y uniendo sus manos flexionó y tensó los músculos, después llevó sus manos a la cara frotándola, como tratando de quitar el resto del sueño; de pronto se sintió observado. Retiró las manos de su rostro y se sobresaltó: frente a él, a un metro de la cama estaba una muchacha de largo pelo negro, vestida con un buzo deportivo que lo miraba sonriente.

"Hola. Soy Carmen Belardo, prima de Cat" Dijo y sin más preámbulo se sentó al borde de la cama. Y antes de que él respondiera, le dijo: "Así que tú eres Chase, del que tanto hablaba mi prima. Veo que eres como ella te había descrito"

"Hola." Dijo Chase, después de recuperar su aplomo. "No sabía que vivías con ella"

"No. Vivó a un par de cuadras y la pasé a visitar. Lo hago cuando a veces salgo a correr ´por las mañanas. ¿Y cómo estuvo todo?" Dijo mientras colocaba su mano sobre el pecho desnudo de Chase y jugaba con el pelo ensortijado.

Chase recorrió el cuerpo ebúrneo de la muchacha que el buzo deportivo marcaba claramente, especialmente la chaquetilla entre abierta en el cuello, que dejaba ver el valle que formaban sus pechos redondos y que mostraban un brillo de transpiración.

La muchacha sin dejar de acariciarle el pecho, siguió su mirada y le dijo sonriente: "Estoy transpirada. ¿Quieres bañarte conmigo? Tú también lo necesitas. Desde aquí puedo olerte." Y sin que pudiera detenerla, la muchacha retiró la sábana y vio que Chase tenía la típica erección matutina. "Uff. ¿Eso es por mí?" Le dijo y su mano se movió veloz para agarrarlo desde la base cubriendo sus bolas. Después su mano subió recorriéndole el tronco, haciendo que el prepucio se cerrara alrededor de la cabeza. La muchacha se inclinó cuando vio que una gota cristalina comenzaba a escurrir por el pequeño orificio, y le pasó la lengua.

"Vamos, necesitas esa ducha, hueles como un león del zoológico" Le dijo con su cara llena de risa y tirando de su mano, lo obligó a salir de la cama.

Chase miró a Catherine que seguía durmiendo. Siguió a Carmen y al entrar frente a la cabina de la ducha, la muchacha de espaldas a él, se inclinó con sus piernas rectas y procedió a sacarse las zapatillas y, sin abandonar la posición, bajo su pantalón. Chase miró su culo desnudo, y se dio cuenta que era genético. Era como el de Catherine, sin duda, un poco más pequeño. De pronto vio que la chica había abierto las piernas, sin quitarse la chaquetilla lo que hacía la escena muy erótica, vio asomar su rostro al revés a través de sus muslos, con la larga cabellera colgando y desde esa posición le dijo:

"¿Vas a seguir apuntándome o vas a hacer algo con eso?"

Chase tenía que conceder que esta chica, de una edad que no podía definir, lo había superado. Allí estaba de pie con una enorme erección detrás de ella, titubeando.

"¡Vamos, apúrate, que mi prima puede quitarme la exclusividad de este polvo matutino!"

Chase, se acercó y tomando su miembro por la base y apoyando la otra sobre la cadera de la muchacha, recorrió varias veces los labios de su vulva y con cuidado, insertó la cabeza y empujó. O la muchacha, curiosamente era más ancha que Catherine, o estaba demasiado lubricada, lo cierto que la penetró hasta el fondo, sintiendo de inmediato que su vulva se contraía alrededor de su miembro ajustándose totalmente.

"Hummm. ¡Mi prima no me había hablado de esto!" Gimió, apoyándose en las paredes vidriadas del cubículo de la ducha y presionando su trasero contra él.

Y nuevamente, todo el cuidado de no forzar la penetración demasiado rápido, dada la juventud de Carmen, se fue por el drenaje cuando la escuchó hablar en ese español que no entendía, pero que lo volvía loco, especialmente bajo estas circunstancias:

"¡Ay papito, que gorda la tienes, métela todita! ¡Qué rico, papito!"

Estas mujeres latinas, definitivamente eran su perdición, se dijo Chase, mientras comenzaba a golpear el trasero de Carmen, haciendo que el eco de la sala de baño, incrementara aún más el sonido de sus cuerpos, como también los gemidos y gruñidos de ambos.

La muchacha durante todo el tiempo, bien apoyada, respondía golpe por golpe. Minutos después la muchacha gritó:

"¡Papito estoy por acabar, sigueee por favoorrrr!" y apretó aún más sus manos contra el borde de las puertas, cuando sintió los chorros de semen escurriéndose en el interior de su vagina.

Dejó que el interior de su vulva dejara de contraerse alrededor del grueso y rígido miembro de Chase, el que también poco a poco perdió firmeza y salió goteando. Rápidamente la muchacha se alzó y entró a la ducha y girando la llave del agua se apoyó en la pared, dejando que el agua tibia cubriera su cuerpo joven. Justo en ese momento, se abrió la puerta de la sala de baño e ingresó Catherine.

Chase sintió nuevamente en su espalda, esta vez desnudos, sus pezones duros. Ella abrazaba a su torso, le dijo al oído:

"Veo que conociste a mi primita" mientras su mano se apoderaba de su verga totalmente mojada y la acariciaba; pronto Catherine notó que su miembro estaba recobrando el tamaño que conocía.

*****

Esa mañana, frente al edificio en donde vivía Karen, se producía el primer enroque del grupo de la NSA que, a varios metros de la entrada, se encargaba de la vigilancia. El grupo que se retiraba, les reportó a los que llegaban, que hasta el momento, no habían notado nada fuera de lo común en la zona.

Eran las 8 de la mañana y los dos agentes se aprestaban a tomarse un café, cuando observaron que una camioneta pasaba lentamente al lado de ellos y se estacionaba casi a unos metros enfrente de la entrada del edificio que ellos vigilaban. De inmediato sacaron unos pequeños pero poderosos prismáticos y observaron que la camioneta tenía unas grandes letras que indicaba un servicio de lavandería. La fotografiaron y aguardaron. Pasaron varios minutos y se dieron cuenta que al no salir de la camioneta, sus ocupantes tenían otros objetivos. Rápidamente llamaron a la central y comunicaron que necesitaban refuerzos a pie, para inspección ocular. Por suerte, la pareja que había estado durante la noche, se encontraban cerca, por lo que pronto los vieron aparecer y recorrer lentamente la cuadra hasta estacionarse a la cuadra siguiente. De allí vieron salir a una mujer que bajó del automóvil vestida con buzo deportivo, quien comenzó a recorrer la vereda con trote más bien lento hasta detenerse un metro más adelante donde estaba estacionada la camioneta.

La mujer más bien joven, se inclinó con las piernas rígidas y comenzó a atarse las zapatillas. En esa posición daba un espectáculo bastante provocativo al dejar que su culo se marcara claramente en el apretado buzo; eso llamó la atención de unos de los tipos de la camioneta quien asomó la cabeza por la ventanilla para mirarla mejor. Ella giró coqueta la cabeza hacia él y sin quitarle la vista, continuó con la otra zapatilla, para levantarse a continuación y recomenzar su suave trote. Cuando se había alejado de la camioneta, se comunicó:

"Son los de las fotos" Dijo.

Por su parte, los agentes que esperaban metros más delante de la entrada del departamento, vieron salir a Karen y subir a su automóvil y enfilar hacia la avenida principal, dirigiéndose hacia la NASA, como era habitual cada mañana.

Los agentes miraron la camioneta, atentos para echar andar su vehículo detrás tan pronto salieran, pero esta no se movió. Estaba claro para ellos, que habían comenzado la rutina de control de horarios de Karen. Pocos minutos después, vieron que la camioneta emprendía la marcha.

Los agentes llamaron a la central, comunicando lo observado e informando que seguirían a la camioneta, pero que necesitaría un vehículo adicional para continuar el rastreo y que los reemplazaran en el seguimiento posteriormente.

Siempre manteniendo una distancia prudente, los siguieron, dando a conocer las coordenadas de la autopista en la que se encontraban siguiendo a los sospechosos. Después de media hora de seguirlos, escucharon la señal del otro vehículo. Era una van que entraba al juego.

****

Quienes habían entrado a un juego, pero de distinta naturaleza, era el trío que estaba en la ducha del departamento de Catherine.

Pronto los tres se duchaban enjabonándose recíprocamente, tocando aquí y allá. Chase se sentía como un sultán. De pronto era Carmen quien se encargaba de su parte delantera, de cuclillas frente a él, mientras Catherine lavaba el cabello de ella. Sin embargo, una vez que estuvieron sin jabón mientras la ducha los iba cubriendo, la tarea de enjabonar a otro, había comenzado a tornarse en algo distinto. Las caricias eran a zonas más precisas y los besos más largos, con mayor intensidad.

Carmen, apoyada en el muro de la ducha de espaldas a Chase, tenía sus manos en su ingle y se encargaba de masturbarlo con mucha delicadeza, mientras Catherine abrazada a su cuello, lo besaba mientras él acariciaba sus nalgas. Pronto él le levantó un pierna, momento en el cual Carmen, con mucha destreza, enfiló el glande a la entrada de la vulva de

Catherine. Ésta, apretó su boca al hombro mojado de Chase, mordiéndolo suavemente mientras él la penetraba.

"¡Háblame!" Le dijo él al oído, mientras apretaba su culo y entraba en ella. "¡Quiero escucharte decir esas cosas que no entiendo!"

"¿Te gusta escucharme cuando te digo 'papito'?" Le dijo ella sonriendo.

"Sí. Dime eso" Le dijo Chase, mientras comenzaba a adquirir un ritmo más preciso y más rápido, al sentir las manos de Carmen, hurgando entre sus cuerpos, para tomar con su pulgar y su índice el miembro que entraba y salía de la vagina de su prima, excitándose de sólo sentirlo que se deslizaba entre sus dedos para entrar en ella. La muchacha no dejaba de besarle el cuello por detrás, dándole pequeños mordiscos. Chase pensó que estaba siendo marcado por este par de mujeres, las que le serían muy difíciles de explicar.

Poco a poco Carmen se fue saliendo de esa posición, empujando a Catherine para tomar su lugar. Cuando estuvo al frente de Chase, lo apretó contra el muro y levantando su pierna apoyó su vientre contra él y tomándole el miembro lo guió hacia su abertura. Catherine quedó abrazada al cuerpo de Carmen y comenzó a acariciarle los pechos mientras Chase la penetraba.

Siguieron con su juego, pero sin acabar ninguno de ellos, hasta que decidieron terminar de ducharse y vestirse.

Cuando los tres ingresaron al dormitorio, ya secos, escucharon zumbar los celulares de Catherine y Chase. Desnudos se tiraron a la cama y cada uno agarro el suyo. Ambos después de escuchar durante unos minutos, se miraron.

"Tenemos que estar cuanto antes en la oficina" Dijo Chase. Catherine asintió. Ambos habían recibido la misma llamada. Había una pesquisa en marcha.

Carmen que se había quedado de pie al lado de la cama secándose el cabello, los miraba sonriente.

"Prepararé el desayuno, mientras terminan de vestirse" Dijo, y colocándose una bata de Catherine sobre su cuerpo desnudo, se dirigió hacia la cocina.

"Chase, yo..." Comenzó a decir Catherine, que parada frente a él, con sus pechos desnudos y sólo con unas bragas negras, quería darle alguna explicación respecto de su prima.

"No digas nada, Catherine. Tu prima es increíble y no quise iniciar un conflicto internacional" Dijo sonriente.

Catherine, al escucharlo, lanzó una carcajada diciéndole.

"¡No conocía esas dotes tuyas de diplomático!".

**********

(Continuará)

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