Lo Que Pro...Metes

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- Tengo una idea --me acerqué a su oído para que él no escuchara-- ¿Cómo se llamaba tu prima?

- Claudia ¿por qué?

- Solo sígueme el juego

- Listo

Asintió con su cabeza. Nos acomodamos lado a lado y nos llenamos los senos de lubricante, el extrañado de no sentir nuestras manos abrió los ojos.

Ahí estábamos besándonos y acariciando entre las dos nuestros senos la una a la otra, asegurando que estuvieran mojados. Lo mirábamos, juntábamos nuestras bocas sin tocarse y sacábamos la lengua para juguetear.

- Hola prima --dije con doble intención, levantando una ceja--

Le dije entre risas, comenzando el juego de roles y el sueño con el que seguro mi novio se hizo más de una paja.

- Hola Claudia

Juanfe se rio al darse cuenta de lo que estábamos haciendo y por la forma en que nos miraba le encantaba.

- ¿Claudia? --se rio--

- Si, la prima Claudia --le respondí--

- Ok prima Claudia ¿sabes que estas jugando con fuego?

- Lo sé, es la idea

- Flaco --le dijo ella-- la compartimos, pero no se lo puedes meter ¿Ok?

- Claro que si, como quieran

Las dos nos inclinamos hacia adelante, le dimos una buena chupada dejándolo ver nuestros senos apuntando hacia la cama.

Lo miramos a los ojos, nos tomamos los senos por debajo y nos hicimos de frente con su miembro en medio, haciéndole una deliciosa paja entre los senos de las dos, mientras le dábamos un buen espectáculo de besos.

No les niego que besarla si lo disfrutaba demasiado y encarnar ese papel de ser su prima me excitaba mucho más. Ella se metió entre mis senos para chupárselo y mi novio moría de placer.

- No puedo creer esto

Era momento de ejecutar la siguiente parte del nuestro plan. Me monté a horcajadas sobre su cuerpo e instalé mi sexo encima de su boca apoyando mis manos en la cabecera.

- ¿Quién soy? --le pregunté--

- La prima Claudia

- Exacto y la prima Claudia quiere que se la chupes hasta que la hagas venir

Descargué mi pelvis y sentí su lengua abrirse paso entre mi sexo. Cerraba los ojos y trataba de gemir diferente, pero estaba tan excitada que no pude mantener esa farsa mucho tiempo, sobre todo cuando sentí que ella ya estaba en posición, dándome la espalda, juntando sus nalgas contra las mías, h en un delicioso 69 con mi novio.

Me levanté un poco para que se sexo, pudiera reemplazar el mío en su boca mientras yo me masturbaba mirándolo a los ojos entre mis senos y mis piernas. Escuchaba como se la chupaba y sus gemidos ahogados por el miembro en su boca.

Ni tengo como describir lo que sentía cuando él pasaba su lengua desde su sexo hasta el mío. Desesperado iba por la una y por la otra sin descuidarnos demasiado.

- A las primas les gusta que les chupen el culito ¿cierta prima?

- Si --contesté separándome las nalgas--

Paso de mi sexo a mi trasero y me pareció excitante, saber que él debía estar pensando en su deseo reprimo de haberle hecho lo mismo con su prima.

Se dedicó a lamernos el trasero, ella estaba tan excitada que no fue capaz de seguírselo mamando. Nuestros agujeritos estaban tan cerca que él con la punta de la lengua alcanzaba a estimularlos al tiempo.

La empujé de las nalgas y ella atenta a nuestro plan se dejó desplazar. Quedé con mi cara frente a la de Juanfe con su miembro entre mis nalgas y ella empujando sus glúteos contra los míos lanzando chorros de lubricante entre ambos.

Nos mirábamos a los ojos, nos llenábamos de besos y caricias de forma muy erótica. Ella era la copiloto perfecta, se movía a la misma velocidad y entre nuestras nalgas le hacíamos una muy excitante paja cubana.

Ella mamaba sus pulgares pasando de uno a otro como si tuviera dos miembros para ella y esperábamos que todo esto lo hiciera hacer venirse, pero por más excitado que estaba no lo íbamos a lograr.

- Lizz --dijo mirándome-- me quiero comer a tu prima

Entrecerré los ojos mientras lo besaba porque me hizo reír al respetar mi papel. Ella brincó encima de los dos acostándose sobre mí y apareció al lado de mi rostro. Empujaba sus nalgas como si me lo estuviera metiendo por detrás y me mordía el lóbulo gimiendo al oído.

- ¿Qué dices prima? ¿Te quieres comer a MI novio?

- Si no te molesta... si

Ella bajó por mi cuello y mi espalda llenándome de besos, pasando entre mis nalgas apoderándose de su miembro con la boca, lo llenó se saliva y luego lo acomodó usando su mano para guiarlo a mi sexo.

- Esta bien, pero solo la puntica

Me lo metió sin quitar la mano impidiendo que me lo pudiera meter hasta el fondo, masturbándolo al mismo tiempo.

- Prima no seas malita

- Me quedas debiendo una

- Esta bien

- Lo prometes

- Si

Sacó su mano y me lo metí bien despacito y sentir cada milímetro de su miembro abrirse paso dentro de mí.

- Ay prima

La nena se quedó en la misma posición viendo cómo me lo metía y me lo sacaba. Acariciando mi espalda, empujándome hacia abajo de las caderas.

- Ay prima que rico

- ¿Rico MI novio?

- Si, tu novio y todo lo que me tiene adentro

Me tocó taparme la boca al sentir como me separaba las nalgas y me acariciaba con su dedo en el asterisco tal y como lo hacía Juanfe. Me hizo arquear tanto la espalda que terminé sentada sobre él.

Ella me abrazo por detrás sin quitar sus dedos de ahi, junto su cuerpo pegado sus senos a mi espalda y sincronizó los movimientos de su pelvis con la mía.

- Te envidio Diana --me dijo al oído--

Bajando su mano entre mis senos hasta mi veinte. Me besaba el cuello, me apretaba los senos y se reía sin quitarle la mirada a Juanfe.

Yo estaba tan ida que ni fui capaz de responderle. Cerré los ojos y me dejé llevar por la pasión, su miembro al entrar y salir acariciaba justo mi punto g y con una mano de Lizz adelante y otra atrás me sentía volando.

Me empecé a mover más y más rápido, ella se ajustaba a mi ritmo. Juanfe me tomó de las caderas para poderme penetrar más fuerte y lo sentí tan adentro que le tuve que poner una mano encima a Lizz para que no me tocara más por delante, me excitaba mucho pero no me dejaba venir.

- ¿Diana? --se me acercó al oído besando mi lóbulo--

- Dime

- ¿Puedo? --haciendo presión con su dedo en mi trasero--

- ¡Si!

Le subí la mano a mi pecho, volteé a besarla sobre mí hombro, empujé mis nalgas hacia atrás para que su dedo se metiera en mi culito.

- Ay diooossss que rico

Se acercó más a mi oído.

- Nunca lo he hecho --mirándolo a él-- ¿dejarías que me culee?

Esa imagen me estalló en la mente, le clave las uñas a Juanfe apoyada en su pecho y sentí ese delicioso calor concentrado en mi vientre.

- Hijueeepppuuuuuu..... ahhhh ahhhh ahhh

Mientras me venía, no era capaz de dejar de sonreír y despegarme de su boca, me le comía los labios con fuerza, hasta que perdí todas las fuerzas y caí tirada a un lado de él.

Al abrir los ojos lo único que pude ver fue a ella mamando con intensidad, masturbándolo muy muy rápido esperando le llenara la boca y Juanfe estaba con los ojos cerrados y en camino.

- No, todavía no

Le dije cogiendo su rostro con mi mano, atrayendo su mirada hacia mí. Trató de contenerse, pero ya estaba demasiado cerca.

- ¡Que no! --le grité apretando su mandíbula--

Ella se levantó intrigada y al detenerse a él se le esfumaron las ganas de venirse.

- ¿Por qué Diana? --preguntó con rabia--

- Porque quiero que te le vengas adentro

- No, pues como --respondió con cara de asustado-- es no se pude

Apenas nos vio la cara risueña a las dos y caer en cuenta de lo que realmente le estábamos diciendo se le dibujo una sonrisa endiablada.

- Ya venimos ¿me acompañas al baño?

Le dije con entonación sugerente para que entendiera que necesitaba hablar con ella. Juanfe se fue a la cocina para traer algo de tomar para los tres y recobrar algo de líquidos.

---

Orinamos sin pudor alguno en turnos, como si fueranas amigas de toda la vida acostumbradas a nuestra desnudez.

Nos recogimos el cabello y abrimos la llave de la ducha para que no nos escuchara y para darnos un baño rápido.

- ¿Nunca, nunca, nunca has intentado siquiera?

- Intentado sí, pero no he sido capaz, mi esposo es muy brusco y no me tenía paciencia entonces le decía que no y se enojaba. Seguro que se iba pa donde la otra que esa le debe decir que si a todo.

- Ah no mujer, es que pa eso se necesita es paciencia --no le contesté nada del esposo para que no se fuera la conversación por otro lado--

- ¿Vos ya lo has hecho? ¿Qué tal?

- Muy bien, la primera vez lo hice con Juanfe

- ¿Te dolió mucho?

- Si, un poco, pero después es una delicia

- Cuando éramos novios no fui capaz, porque como lo tiene tan grande me daba miedo, pero es que cada que le toca a uno el culito con ese dedo le dan a uno ganas de probar

- jajajajajajaja si, si, así fue que una noche termine poniéndomele en el cuatro y le dije que me lo metiera

- ¿En serio?

- Si, pero ese fue un error de novata. Ya sabes cómo se enloquece él cuando lo pone a uno en cuatro, se emociona y lo desbarata a uno

- Ay dios, ni me digas que me dan ganas se repetir, que rico

- Pues si quieres dale, pero te recomiendo que te hagas vos encima, así decidís cuanto y como meterlo

- No sé qué hacer. Ya me dio miedo otra vez

- No mamacita, tampoco, créeme que vale la pena. Una vez lo probas vas a querer que te den por el culo siempre jajajajajaja. Además yo voy a estar ahi para guiarte

- Esta bien, ojo pues

Se llenó la mano de jabón y se lavó muy bien estregándose el trasero procurando dejarlo impecable.

Salimos de la ducha y nos secamos el cuerpo compartiendo la unica toalla que había dentro.

- ¿Lista?

- Si, lista

Se detuvo antes de abrir la puerta y me miro con duda en su mirada.

- Oye ¿qué fue eso de que quieres que se me venga adentro?

- ¿Me supongo que ustedes lo hicieron sin condón cuando eran novios?

- Si, yo planificaba entonces preferíamos no usarlo

- Entonces seguro debes recordar que él aguanta un montón y que solo se viene una vez...

- ...pero cuando lo hace, se viene un montón, si claro que si ¿Por qué crees que se lo estaba chupando?

- jajajajaja ¿quedaste con hambre después del desayuno?

- No, pero ¿quién no va querer un buen postre de leche?

- Siiiii es verdad, pero sabes qué, cuando sientas que te llene el culo calientico con su semen me lo vas a agradecer

- Cada vez me haces antojar mas

La tomé de las manos y me quedé mirándola a los ojos.

- Ay Lizz, ya te veré por acá volviendo a pedir exclusivamente que te preste a Juanfe para que te rompa el culo

- Ya veremos. Lo que, si estoy segura, es que voy a querer repetir con ustedes dos

Se me acercó para darme un beso. Se sintió un poco inusual, más íntimo sin la mirada de mi novio. Estábamos a punto de tocar nuestros labios cuando nos interrumpió tocando la puerta.

- Señoritas ¿será que puedo usar el baño?

No se detuvo, me dio un corto beso en los labios mirándome a los ojos y sonriendo.

- Una última cosa

- Claro, dime

- No le digas que soy virgen ¿sí?

- Se va dar cuenta igual

- Solo no se lo digas, no quiero que se ponga nervioso por eso

- Esta bien, como digas

Le abrimos la puerta y lo dejamos pasar. Trato de besarnos y entre las dos lo empujamos hacia adentro y le cerramos la puerta.

Ella me ayudó a volver a estirar las sábanas, recoger la ropa del suelo y doblarla. Otra maniática del orden como yo.

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Servimos un poco de jugo de naranja que había exprimido Juanfe y lo esperamos sentadas en la cama recostadas con las almohadas en la cabecera. Juanfe salió del baño después de darse una ducha con la salida de baño.

- No señor, nosotras no tenemos ropa eso es trampa --dijo ella--

- No hay problema --se la soltó para desvestirse--

- Momento

Dejé mi vaso sobre la mesa de noche muerta de risa y alcancé el teléfono. Juanfe al ver que me tomaba demasiado tiempo se abrió la salida para quitársela y lo regañe.

- No, momento, espera, espera ya casi, y,a casi, ya

Empezó a sonar: "You can leave your hat on" de "Joe Cocker"... tarara rara tarara raraa tan tan

- Nooooo jajajaja --se rio mi novio--

Nosotras dos nos miramos, chocamos la mano en el aire muertas de risa.

- ¡Que baile! ¡Que baile! --aplaudíamos siguiendo el ritmo--

- No, están locas si creen que voy a hacer eso

- ¿Por qué no? No sea malo --le hice un puchero--

- Porque me da pena

- Tan bobo que es, hágale pues papacito a bailar

Nos volvimos a reír. Él se apoyó con una rodilla en la cama queriendo montarse y las dos nos levantamos para empujarlo de vuelta.

- Si no hay baile con empelotad sexy, no hay cama --le dije--

- Y si no hay cama --se volteó en cuatro mostrándole la nalga-- no hay...

Se dio la vuelta rápido, muerta de la risa a mi lado, tomándome el brazo como si necesitara protección.

- Entonces, ¿si entendí lo que entendí?

- ¿Qué entendiste? --preguntó ella con picardía--

- ¿Me estaban ofreciendo ese culito rico que acabo de ver?

- ¿No te gusta la idea?

- ¿Cómo no voy a querer comerme ese culito tan rico?

- No sé, si te gustara tanto, tal vez lo habrías intentado cuando éramos novios --le dijo tratando de hacerse la tonta--

- Ay Lizz, no te imaginas las ganas que le llevaba

- ¿Y todavía se te antoja? --le pregunté--

- Amor, no se puede negar lo evidente

- Yo quiero ver --le respondí--

Trato de montarse de nuevo a la cama y entre las dos lo empujamos fuera.

- Ya sabes que debes hacer --reinicié la música--

- En serio, me da mucha vergüenza chicas

- ¿Sabes qué? subo la apuesta --me di vuelta, meneando el trasero-- dos culitos por el precio de un baile

Alcanzó a pegarme una palmada antes de que me volviera a dar la vuelta. Me quedó ardiendo, pero ni le reproché con tal de que lo hiciera.

- ¿Vas a bailar?

Se rio como un niño tímido, cuando por primera vez le gusta una mujer. Dio un par de movimientos y se partió de la risa.

- Nooooooo, no soy capaz

- Vas muy bien --dijo ella mordiéndose el labio--

- Muuuuuy bien --lo miré con lujuria--

Abri mis piernas y coloqué su mano en mi sexo. Ella hizo lo mismo con al mía y eso lo convenció.

Bailaba delicioso, siguiendo la tonada, abriendo la salida de baño sin dejar ver demasiado. Solo nos antojaba y nosotras celebrando sus payasadas.

- Le podes pedir que me dé una nalgada de esas cuando me esté comiendo --me dijo en secreto--

- Pedicela vos --le va a gustar más--

Le guiñe un ojo, compartimos nuestros fluidos desde los dedos de la otra y los volvimos a llenar de saliva. Solo hasta que los sacó de mi boca es que fui consciente de que había probado a otra mujer y su sabor no me había disgustado para nada.

A él pareció excitarle bastante lo que acabamos de hacer, su miembro erecto se asomaba por entre la tela y tonteaba haciéndolo menear entre la tela.

- Yaaa libéralo --grito Lizz saboreándose--

Él se dio vuelta, mostrando su espalda ancha dejo caer la salida de baño por sus piernas y luego la colocó debajo de sus nalgas apretándolas y las dos gritamos como locas.

Nos volteamos a mirar, afirmando con la cabeza claramente emocionadas. Nos dimos cuenta que a las dos nos encantaban el cuerpo de ese hombre, nos excitaba su figura, sobre todo esas nalguitas duras y deliciosas de agarrar cuando te está penetrando de frente.

Tiró la salida de baño, hasta el perchero y que no lo hiciera en el piso con un par de maniáticas por el orden creo que nos terminó de hacer mojar más. Solo las que tengan un TOC con la limpieza y el orden lo van a entender.

Se empezó a masturbar así de espaldas, apoyado con una mano en la pared haciendo movimientos como si la estuviera penetrando.

No nos aguantamos más, las dos nos levantamos, lo agarramos de las manos y lo montamos en la cama en medio de nosotros. Quedando con las rodillas al borde y los pies en el suelo.

Ella fue por su miembro y yo por su boca.

- Papacito tan rico

- No más rico que tu

Me lo comí a besos y al rato llegó ella también a besarlo.

- No te conocía esos dones artísticos --le dijo--

- Yo tampoco --se rio a carcajadas--

Paso sus manos por nuestras cinturas y nos agarró de las caderas, dando unas suaves palmaditas.

- Bien pueda papacito, se los gano bien ganaditos --le dije dándole un beso-- pero... ella va primero

Me estiré a la mesa de noche, recuperé la botellita de lubricante y se la coloqué a mi novio en la mano.

- Trátala bien ¿sí?

- Si, claro

- Te conozco Juanfe, en serio suave

El afirmo con su cabeza, mientras que ella me miraba inquisitivamente, casi revelando su secreto.

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Me hice a un lado y los deje divertirse, llenarse de besos y caricias, calentar la temperatura.

Ella decidió seguir mi consejo, se quedó arriba dominando la situación y como le encanta mamar, aprovecho para darse la vuelta y que quedaran haciendo un 69.

Me encantaba verle la cara de hambre a esa mujer, se notaba que llevaba años en una cama fría, mal cogida por su esposo que tal vez solo se la comía por obligación o para que no sospechara de su amante.

Se tragaba el miembro de mi novio enterito en la boca aguantaba el aire y lo sacaba lleno de saliva tomando aire. Para ella era como un juego y siempre estaba sonriente.

Mi novio estaba también muy calladito pero concentrado, pasando su lengua desde su sexo hasta su trasero, concentrándose en ese delicioso agujero apretadito y virgen. Cada que le pasaba la lengua a ella se le escapaba un delicioso gemido agudo.

La verdad es que estaba disfrutando demasiado ver cómo le chupaba el culo, el mío ya estaba palpitando de la envidia.

Mi novio me vio muy atenta, se metió debajo de ella concentrándose en su sexo y agarró sus nalgas para separarlas. Una clara invitación.

No sabía que hacer, pero hasta se me chorreaban las babas de las ganas. Recordaba esas noches en que Juanfe me había dejado jugar con mi lengua en el suyo.

Insegura decidí solo mojarme los dedos y acariciarla, ella volteo a mirar y me sonrió, podia ver su culito palpitar de excitación como si se quisiera tragar mi dedo y no lo pude soportar, me metí entre sus nalgas a compartirla con mi novio. Mi lengua recorrió cada pliegue, cada arruguita y le arranqué unos cuantos gemidos penetrándola con la puntica de la lengua.

Busqué lubricante en la cama, le di vuelta y apreté el frasco rebosando su agujero. La empujé de la cabeza para que se atragantara con su miembro, metiéndoselo hasta la garganta y aproveche al mismo tiempo para meterle el dedo índice.

Ella apretó las nalgas cuando lo sintió adentro y tardo un momento en volverse a relajar y empezar a menear su cuerpo de adelante hacia atrás para meter y sacarlo.

Por lo mojada que tenía la cara mi novio podía apostar que ella se había vuelto a venir. Le metí otro dedito a hacerle compañía y levantó su cara volteando a mirar y quejarse por mi brusquedad.

- Suave --vocalizo únicamente para que mi novio no se diera cuenta--

Le empuje la cabeza de nuevo y mande de vuelta a mamar, a ocuparse de lo suyo para dejarme hacer bien mi trabajo.

Estuve ampliando en círculos su trasero dejando su esfínter dilatado y preparado para recibir su miembro, sino no iba a ser capaz. Trabaje arduamente en círculos, girando los dedos sobre su propio eje, metiéndolos y sacándolos hasta que deje de percibir que entraban con más libertad.

Me bajé de la cama me senté en el piso frente a ella. Le levanté la cabeza jalándole el cabello y me miró chorreando saliva de su boca con los ojos perdidos.

- ¡Lista mamacita¡ es todo tuyo

Ella se levantó quedando apoyada en sus rodillas, agarrando su miembro, frotando su sexo un par de veces con su glande mirándome a los ojos, casi rogando por permiso.

- Esta bien una metidita y ya

Se dejo caer sobre su miembro, cerrando los ojos y sonriendo al sentirlo dentro sin condón como cuando eran novios. Se movía en círculos, agarrándose los senos, acariciando el clítoris, pasándose las manos hacia atrás abriéndose las nalgas para que él le acariciara el asterisco.