Lo Que Pro...Metes

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- Ay HP me encanta que hagas eso mientras te como ¡Me encanta!

Empezó a cabalgarlo y de la nada abrió los ojos y se me quedó mirando sorprendida, cuando mi novio le metió el pulgar por detrás. No sintió ningún dolor y eso la sorprendió en buena manera, lo cual la excito mucho más y estuvo a punto de hacerla venir.

- Ay HP me encanta la verga de este hombre

- Espera que la tengas en el culo, la vas a amar

Me miró agradecida por dejarla vivir eso y sin pasarse de confianza levantó las nalgas apoyadas en la rodilla, agarró su miembro colocándolo en su trasero e hizo una mueca entre placer y dolor cuando lo tarto de meter.

Se iba a levantar y acudí a ella para tranquilizarla, colocando min manos en sus hombros. Disimule que la estaba besando para que mi novio no se diera cuenta y poder hablarle.

- Duele, al principio, pero créeme pasa muy rápido

Ella se agarró de mis brazos y mientras la empujaba hacia abajo, me agarraba con fuerza enterrándome las uñas, apretando los ojos y quejándose un poco de dolor.

- Ay no no no, no soy ca...

- Shhh shhh ya va pasar, créeme

Le mordí el lóbulo bastante duro tratando de redireccionar el dolor a un lugar diferente. Cuando grito aproveche para usar el peso de mi cuerpo y terminar de metérselo.

- Ayyy juepuuuuuuuuuu!!!

Se quedó ahi pasmada, quieta, apretando cada musculo de su cuerpo con los ojos abiertos como si estuviera a punto de morir luego de ser apuñalada.

- No, no, no, no soy capazzz --dijo en voz alta--

Mi novio la sostuvo de la cintura para que no se moviera, era más que obvio que ya se había dado cuenta que era su primera vez.

- Lizz no tienes que hacer esto

Ayudando a que se levantara para sacárselo.

- Tu, te quedas quieto y no dices nada. Nada es nada ¿ok? --lo miré furiosa--

Ella respiraba entrecortado como si estuviera a punto de dar a luz y eso no le iba a ayudar para nada, porque eso sirve es para hacer expulsiones, no para que algo se quede adentro.

Pegué mi frente a la suya y le coloqué su mano en mi corazón para que se diera cuenta que no era la única que estaba asustada.

- Shhh shhh mirame, mírame a mí, eso, sí, bésame, relájate, vamos relájate, suelta las manos, los músculos, suéltate toda, no jagas fuerza, no aprietes nada, respira profundo, eso, si, asi, asi mamcita, asi asi

Al fin sonrió un poco.

- Eso es mamacita, entre más te estreses más te va a doler, relájate, relájate todita y lo vas a disfrutar, te lo prometo

Poco a poco, lentamente nos perdimos en los besos y ella cambió su cara hasta que al fin fue capaz de dejar de pensar en el dolor y concentrarse en nuestros besos. Ahi estaba de nuevo, esa mujer de besos deliciosos y excitantes.

- Ya está pasando ¿cierto?

- Si, tal como decías

Le di otro beso, mirando por encima a mi novio. El me giño un ojo para indicarme que no se iba a mover ni un centímetro.

- Los voy a dejar solos para que disfruten, pero tómatelo con calma, aún falta un poco para que te acostumbres del todo

- Ok, gracias "prima"

Me senté en el suelo contra la pared y las piernas abiertas. Ella se movía muy suavecito, se acariciaba los senos, se llenaba de saliva los dedos, se masturbaba y le acariciaba las bolas.

Trataba de levantarse un poco para dejarse caer y cabalgarlo, pero su cara de dolor regresaba.

- Suave, suave no te apures

Poco a poco, poco a poco fue de menos a más, disfrutando la diferencia de la experiencia. Lo diferente que se siente cuando lo sacas sintiendo algo de alivio, pero lo delicioso que es volverlo a meter y sentir que ese miembro enrome te está penetrando.

- Ay marica, ay marica que rico es esto --reía con los ojos cerrados--

Los movimientos empezaban a ser más y más fuertes. Se sintió valiente, levanto las nalgas casi a punto de sacarlo y se lo metió del todo hasta el fondo.

Se agarró de las piernas de mi movió y se quedó ahi quieta con los ojos casi a punto de llorar.

- Te dije que suave, espera que se acostumbre, es diferente que por delante, disfruta eso

Le valió madres lo que le dije, le gusta la brusquedad y después de un par más de intentos ya estaba lista para cabalgarlo.

- Ay marica, ay marica que es esto tan rico

Me asomé por un lado y le di una mirada a mi movió, dándole autorización para moverse, ya se había dilatado lo suficiente y se la podía culear como quisiera.

- Ay dios, ay dios

Movía sus caderas de adelante hacia atrás, sonreía y me miraba juntando sus cejas como con rabia cada que se lo volvía a meter, cerraba los ojitos y me volvía a mirar demasiado provocativo.

Nunca llegué a pensar que me iba a gustar y excitar tanto ver como se comían a mi novio, menos excitarme viendo lo que sentía esa mujer.

Él se levanta tomándola por la cintura, ella levanta su mano para poderse agarra de su cabello y besarlo.

Me acerque a ellos, de rodillas a compartir sus besos, escuchar sus gemidos de cerca y ver su miembro entrar y salir a toda prisa.

Lo empujé a la cama y me le monté encima de la boca, estrujando mi clítoris en círculos y en segundos me estaba viniendo. No lo podía creer.

Me estiré a mi mesita de noche y saqué el juguetico mágico. Un vibrador de masaje prostático que guardamos en silencio porque a él no le gusta que nadie se entere, ya saben por la idiotez de que crean que es del otro equipo.

- Diana, ¡no!

Ella estaba demasiado metida en los suyo como para darse. Me lo trato de arrebatar, pero moví más rápido mis manos y lo deje fuera de su alcance.

Me incliné hacia él le di un beso.

- Yo también, quiero pasar rico

- No amor, eso es solo para nosotros dos

- Ella es de confianza, pasemos rico sí, yo te quiero comer ese culito ¿sí? ¿me dejas?

- Ay Diana, estas loca

Le di un beso, corrí a hacerme delante de ellos, ella abrió los ojos, me beso y cuando se lo mostré se sonrió.

- Lo que pasa acá... --le dije--

- Se queda acá --respondió--

Encendí el vibrador y se lo coloqué directo en su clítoris y la pobre mujer casi se muere, como si la hubiera cogido la luz se dejó caer hacia atrás sobre él y empezó a temblar.

La dejaba en paz y cuando me miraba con rabia, se lo volvía a meter. Al tiempo yo estaba llenando de lubricante con mi otra mano el trasero de mi novio y él ya estaba tan excitado que hasta levantaba su pelvis para que el dedo saliera y volviera a entrar, lo que me indicaba que ya estaba listo.

Baje el pequeño vibrador a su trasero y apenas lo presionaba gemía super delicioso. Ella se levantó sentándose sobre su cuerpo para ver como se lo metía sin parar de montarlo.

Cogí una de sus manos y la invité a ayudarme a metérselo y vi como su sexo se mojó tanto que varias gotas rodaron pro sus muslos.

Juanfe se levantó, tomándola de la cintura, le agarraba los senos con fuerza y los dos me miraban como esperando algo de mí.

El olor que emanaba su sexo, era casi como aromático, no era capaz de dejar de oler. Solo por molestarlos con mi cercanía saque la lengua y me acerque a ella como si se la fuera a chupar, ella cerro los ojos gimió delicioso y luego al ver que no lo habia hecho se rio.

- Que mala

Volvi a sacar mi lengua, riéndome con maldad y esta vez mi novio me empujó detrás de la cabeza. Probarla de verdad fue como una droga, abri sus labios con mi lengua degustando sus deliciosos fluidos hasta llegar a su clitoris endurecido, rodearlo con mis labios y acariciarlo con la punta de la lengua.

Por lo general solo le meto el vibrador encendido a Juanfe, pero esta vez estaba tan loca y el tan ocupado para impedirlo que aproveche para sacar y metérselo, sacar y metérselo, empujárselo hasta el fondo, la vibración pasaba a través de su miembro hasta ella.

Senti una segunda mano débil tratando de separarme, empujándome de la frente.

- Diana, Diana, ohhhh oohhhhh Diaaanaahhhhhh

Ella me explotó con un orgasmo en toda la cara y en vez de molestarme me encantó. No me detuve hasta saciar mi gusto. Se dejó de mover, no sé si exhausta o porque ya no se podía venir más.

Mi novio quedó ahi sentado con una super erección que hacía palpitar su miembro. Se levantó, me tiró a la cama, empujándome en cuatro, le dio vuelta al tarro de lubricante en mi trasero y me lo metió de un solo empujón.

Ni siquiera me dio espera de acostumbrarme, me tomo de la cintura y me culeo de la forma más salvaje que nunca había hecho. Me jalaba del cabello y me daba nalgadas. Me tocaba cerrar los ojos y morder las sábanas para no quejarme por el dolor. Me lo había buscado... y me encantaba.

Abrí los ojos y ahi estaba ella, muerta de risa.

- ¿Te parece gracioso?

Me confirmo con la cabeza, mientras metía su mano en mi sexo, darme unas cuantas palmadas en me hinchado clítoris y metiendo un par de dedos en mí interior.

Juanfe hace un sonido muy particular cuando se va a venir. Con todas mis fuerzas lo empuje para que me lo sacara y casi no lo logro, se quedó ahi mirándome con rabia por detenerlo justo en ese momento.

La tomé de la cintura, le di la vuelta y le levanté las nalgas abriéndole su agujero.

- Quiero que te vengas dentro de ella, que se lo llenes tanto que hasta se derrame

Acomodó su miembro, la tomó de la cintura e igual que a mí se la empezó a culear con toda, esta vez sin tener ni una pizca de cuidado o compasión.

Ella levanto la cara y se quejó, me miro angustiada, con sus senos rebotando de aquí para allá de lo duro que se lo metía.

- Dile, dile por favor --se mordía la boca-- ahhh ahhh ahhh

Levanté una ceja con maldad y agité mi cabeza hacia los lados.

- Me ahhh ahh ahh debes ahha ahhh ahh una

Me levanté, le recogí el cabello y lo sostuve para mi novio hasta que se lo enrollo en la mano. Él me miró curvando sus labios.

- Que si por favor te la comes más duro, le jalas el pelo y le das unas buenas nalgadas que le queden bien marcadas

- Como mandes, mi amor

Voltee a mirarla, él le jalo el cabello y su cara quedo a la altura de la mía, plasf, le pego la primera nalgada, ella arqueó la espalda y cerró los ojos sonriendo de placer.

Me acerqué a darle un beso, me tomó de las manos y las colocó en su cuello.

- Ahórcame, ahórcame, por favor

Miré a mi novio un poco sorprendida, pero atendí su pedido. Mientras mi novio la azotaba y se lo empujaba tan duro que la cabecera de la cama golpeaba contra la pared, yo apretaba con todas mis fuerzas su frágil cuello dejando las marcas de mis dedos.

Juanfe, me miraba con deseo fijo a los ojos, tal vez tenía físicamente su cuerpo, pero era yo la que estaba presente en su mente.

Junto sus cejas, cerro los ojos y se vino tan fuerte que el vibrador anal salió disparado de su trasero. La cara de Lizz se llenó de placer al igual que su culo con su semen. Le penetró unas cuantas veces más hasta terminarlo de escurrir y se lo dejo adentro unos segundos más para que sintiera todo su calor.

Ella abrió los ojos, me miro fijo. Apenas y los podia tener abiertos, su pupila dilatada apoyando sus manos como pudo.

- ¡Gracias! ¡Gracias por esto!

Dejo caer su cara en el colchón, su torso con la nalga en alto sostenida por mi novio. Me acerqué para darle un beso y me dirigió la mirada para que viera algo.

Sacó su miembro, su trasero se quedó abierto por unos segundos y casi como magia se fue cerrando lentamente. Se había venid tanto que su semen como lava empezó a fluir fuera rodando por sus piernas.

- Me encanta ver esto cuando te culeo

- Con razón te quedas mirándome el culo

- Me gusta verte toda y por todas partes, porque me encantas

Colocó su salida de baño sobre la cama y ayudó a acostarla de lado y terminara de escurrir todo su semen.

- Ya volvemos --le dije--

Ella ni abrió los ojos, estaba casi dormida y no se le borraba la sonrisa que tenía en la cara.

- No te preocupes, que así quisiera no me voy a mover de acá

Nos metimos a bañar y como es costumbre en nosotros después de hacer el amor, nos mimamos el uno al otro, enjabonándonos y haciendo masajes capilares en el cabello.

Al rato salimos y la pobre seguía en la misma posición dormida tan profunda que ni todo lo que hablábamos mientras nos vestíamos la hizo despertar.

Nos fuimos a ver la TV en la sala y allá terminamos de caer nosotros también.

---

Nos despertó un rico aroma que venía de la cocina, ella estaba arreglada y maquillada preparando la cena.

- Al fin despiertan tortolos

- ¿Lizz que estás haciendo?

- La cena

- No qué vergüenza

- Fresca, los vi dormidos y como no me quería ir sin despedir aproveché para prepararle algo

- Ay no, hasta lavaste la cocina, eso era tarea de Juanfe

- jajajaja me salve

- Oigan a me salve, ahora le toca limpiar esta --le dijo Lizz con tono de regaño--

- Vea pues lo que me faltaba, se me juntaron las dos más bravas

Las dos volteamos casi calcadas con las manos en la cintura y el ceño fruncido. Él se dejó caer en el mueble de la risa y termino por contagiarnos.

Servimos la mesa, destapamos un vino y nos quedamos celebrando y agradeciendo a la vida por todo lo que habíamos vivido.

---

Lizz en efecto le mostró a su esposo las fotos que le tomó con la moza en el bar y le restregó en la cara lo que había hecho con nosotros, las marcas en su cuello y nalgas, junto con la solicitud de divorcio.

Al man, se puso furioso y hasta llamo a amenazar a mi novio. Se calmo porque Lizz le dijo que si lo volvía a llamar o tocar publicaba las fotos ella misma.

Para él era algo inaceptable, como trabaja en la política, le negó el divorcio para poder mantener su figura pública y su imagen de tener una familia católica y perfecta.

Lo tenía en sus manos y le toco aceptar cederle la mitad de sus bienes y una pensión vitalicia para sostenerla a ella y los hijos. Ella lo único que tenía que hacer era aparecer de vez en cuando en eventos importantes, es decir, la misma pantomima que habían actuado por años.

Lo buenos es que él ya no tendría que disimular más para quedarse con su moza y ella se iba a quitaba un peso de encima al no tener que vivir nunca más bajo el mismo techo con ese hombre.

Se prometió nunca más permitir que sus sueños y deseos quedarán en un segundo plano.

---

Juanfe cumplió más rápido de lo que pensé su promesa de permitirme vivir lo mismo con un hombre.

Su mejor amigo fue el elegido, el único hombre al que fue capaz de confiarle su mujer. Pasamos rico, sí, me dejaron experimentar todo lo que quise con ellos dos... incluyendo la experiencia de una doble penetración, pasé delicioso y esa semana creo que hasta caminaba raro, pero no fue lo mismo.

No se entablo esa conexión, como la que tuvimos com ella y nosotros tampoco nos terminamos de sentir cómodos. Decidimos dejar a un lado la idea de una relación abierta y enfocarnos en nosotros, sin negar a hablar del tema después.

Lo que paso con Lizzete es especial, sigo considerándome hetero, no es que me atraigan las mujeres, pero con ella es diferente, no voy a negar que me encanta meterla a nuestra cama.

Nos volvimos muy buenas amigas y cuando no estoy con Juanfe, salgo con ella a tomar algo por ahi. Lo del sexo no es algo frecuente, solo ocurre de vez en cuando y siempre cuando los tres coincidimos y queremos. Eso si, me sigo sorprendiendo lo que me encanta verlos follar primero entre ellos mientras yo hago mi parte como una buena cuckquean.

A nosotros nos cambió la vida una tonta promesa que se hizo sin pensar hace muchos años, así que ya saben, tengan cuidado con lo que prometen, los puede perseguir por el resto de sus vidas.

---

Relato: Diana

Escrito: Agata

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