Somos Felices Las Tres Capitulo 09

Historia Información
Erika lleva a Nuria a un spa y se desnudan en public.
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Parte 9 de la serie de 37 partes

Actualizado 06/10/2023
Creado 09/24/2020
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Al llegar a su casa, Claudio la esperaba, vestido con la lencería que le había regalado Nuria, ansioso de saber cómo les había ido.

- Lo pasamos muy bien, pero creo que la cagué

- ¿Por qué lo dices?

Y Nuria le contó todos los detalles de la cena.

- Tengo mucho miedo de que se haya enojado, Cladio. Tal vez solo quiera ser mi amiga y le gusten las caricias como a cualquier persona y no desea ni espera que avancemos del modo íntimo y sexual que estoy deseando. ¡Es que me gusta tanto esa mujer!

- No te preocupes, mujer. Seguro que no pasará nada.

En eso sono el teléfono, y Claudio atendió la llamada.

- Nuria, es Erika

- ¿qué querrá? ¿será que me va a reclamar? ¡Ay, Dios mío!

Nuria tomo el teléfono y Claudio notó cómo su cara se iba relajando a medida que hablaban, y hasta sonreía. Al final le dio las gracias y le dijo,

- OK, te espero mañana a las once. Que tengas una buena noche

- Tú tambien, Nuria. Y que Claudio te coja bien rico.

- ¡Uuuy! ¡ojalá! Mañana te contaré...

Nuria se volvió a Claudio y le dijo

- ¡qué alivio! Erika no está disgustada, y yo que creía que llamaba para hacer un reclamo. Por el contrario, me ha invitado a que la acompañe mañana a pasar unas horas en un spa koreano que hay aquí en Tampa que ofrece unos paquetes de masajes, sauna y relax. Me dijo que se llama Shangri-La, y que me pasará recogiendo a las once.

- ¡qué bueno, Nuria! Entonces mañana ustedes cambiarán la rutina de todos los sábados.

- Si, pero me pidió que llevara mi utensilios de manicure, porque nos daría tiempo de acicalarnos como ya es costumbre entre nosotras.

- Está bien. Cuando estén allá le preguntas a que hora piensan estar de vuelta, para yo planear la comida. Mañana haré una paella.

Y el resto de la noche transcurrió normal, con sexo incluído. Ambas volvimos a acariciar nuestras piernas vestidas de seda y nos dimos a cada una un orgasmo delicioso.

A la mañana siguiente, Nuria estaba de muy buen humor, y ansiosa por la nueva experiencia que les aguardaba. El saber que pasaría un largo rato con Erika la llenaba de alegría, y pensaba si se presentaría o no la oportunidad de avanzar en su plan de seducirla. ¡Cada día le gustaba más aquella mujer! Y lo mejor era que Claudio no se oponía a esa otra relación. Ella misma se cuestionaba si podría a llegar a ser tan comprensiva conmigo si yo tuviese interés en otra persona, fuese mujer u hombre. Aunque ella nunca se imaginaría a su esposo con otro hombre, era una remota fantasía, tal vez más curiosidad, de ver a dos hombres teniendo sexo. Pero como yo nunca le había dado indicios de tener alguna inclinación bisexual, el reciente descubrimiento de mi interés por la lencería femenina había despertado esa curiosidad. Solo que no se atrevería a preguntármelo abiertamente.

Erika pasó recogiendo a Nuria a la hora acordada, y mientras viajaban hasta el spa, como ya era costumbre de ambas, posó su mano sobre el muslo de Erika, quien vestía unos leggings de yoga y una franela deportiva. Era evidente que no llevaba brassier, aunque no se le notaban los pezones, como hubiese sido el caso de Nuria, que los tiene prominentes. De vez en cuando movía su mano sobre aquel muslo, pero con suma prudencia, después del susto de la noche anterior. Al llegar al sitio, les pareció que tal vez no era conveniente entrar, dado lo feo de la fachada y del lugar que rodea al negocio. Erika dijo

- déjame ver primero, para comprobar que no te estoy trayendo a un lugar de mala muerte.

Un minuto después Erika regresó y con una gran sonrisa le dijo a Nuria

- Podemos estar tranquilas. El lugar por dentro no refleja lo feo de su fachada. Es super lindo, acogedor y huele a limpio, ¡vamos!

En la recepción los recibió una joven mujer asiática, supuestamente Koreana, muy simpática, quien les explicó el funcionamiento del lugar y los distintos paquetes que ofrecían. Yo ya había indagado a través de su página web que la primera etapa consiste en despojarse de toda la ropa, guardarla en un locker y permanecer desnudas por todo el recinto, en la sección de mujeres. Allí podrían usar el sauna, sumerjirse en una amplio jacuzzi para 10 personas, o recostarse en unas colchonetas a descarsar, o incluso tomar una siesta. También hay un recinto en el cual ofrecen los masajes, en el cada camilla se separa de la otra mediante una cortina deslizable, si se desea mayor privacidad. Las duchas son abiertas, en una sala amplia, sin paredes ni separaciones entre las mismas. Los asiáticos manejan el concepto de desnudez de un modo muy diferente que nosotros los occidentales. De allí el que no hubiesen mayores estructuras para crear ambientes privados, lejos de las miradas ajenas.

Para ambas mujeres fue una agradable sorpresa eso de poder andar desnudas sin temores y en un ambiente favorable. Cuando se desvestían, ambas se miraban como tratando de descubrir los secretos que guardaba el cuerpo de la otra. Para Nuria fue una sorpresa que al quitarse el pantalón Erika, no llevase panties. Ya había notado que no llevaba brassiere, pero no se imaginaba que hubiese salido de casa sin ropa interior.

- ¡Erika! Que atrevida eres. Solo tenía la franela y el leggins. Nunca me lo hubiese imaginado

- ¿Por qué te sorprende? Anoche pudiste comrobar mi desnudez debajo del vestido

- no se, me parece algo arriesgado. Yo nunca he hecho algo parecido

- pues lo debería intentar alguna vez. Además, sabía que estaría contigo, y no le veo a eso nada arriesgado.

- tienes razón. Por cierto, déjame decirte que tienes un cuerpo muy bonito

- gracias. Pero yo preferiría tener unas caderas tan sensuales como las tuyas, y unas tetas tan llamativas como las tuyas. ¡son perfectas!

- Gracias, Erika.

- anda, vamos al salón, a lucir nuestros cuerpos.

Erika tendió su mano a Nuria, y salieron al salón, siempre agarradas de las manos. Se dedicaron a explorar los distintos ambientes... fueron al sauna, se asomaron, y allí encontraron un par de mujeres maduras, obviamente desnudas. Salieron, y vieron la sala en la que estabán las colchonetas. Habia una chica durmiendo y más allá dos amigas hablando animadamente, aunque en baja voz. Todas ellas desnudas también. Siempre agarradas de las manos, entraron al pequeño salón en el que estaba el jacuzzi. Allí encontraron tres mujeres en animada conversación lo cual evidenciaba que se trataba de un grupo de amigas. Erika le preguntó a Nuria,

- ¿nos metemos, Nuria?

- si, me gustaría pasar un rato aquí.

Y agarradas de las manos se ayudaron a bajar los escalones y encontrar un asiento donde acomodarse.

- ¡Hola! Les saludó una de las tres mujeres.

- Hola, contestó Nuria.

- ¿Es su primera vez aquí?

- Si es nuestra primera vez en este lugar. ¿Han venido ustedes otras veces?

- Si, lo hacemos de vez en cuando. Nos reunimos y salimos muy relajadas.

- ¿Qué nos recomiendan?

- No dejen de tomar los masajes. Estas asiáticas tienen unas manos divinas. No se lo pierdan.

- Eso haremos, contestó Erika.

- Ustedes forman una linda y exótica pareja, por el contraste de sus tonos de piel, y las diferencias de sus cuerpos. Da gusto ver como se complementan las diferencias en una pareja. ¿Desde cuando están juntas?

- desde anoche, se apresuró a contestar Erika, al tiempo que le pasaba el brazo por el hombro a Nuria.

- ¡Ahhh! Entonces están de luna de miel.

- Eso mismo. Es que esta negrita me hace muy feliz, y entonces le dio un beso en los labios.

Nuria se sorprendió mucho, porque no se esperaba ni la respuesta ni el gesto. Pero internamente se sintió complacida, sobre todo por el contacto piel con piel con la mujer de quien estaba enamorándose y el beso recibido.

Ahí pasaron un buen rato, conversando con aquel grupo de mujeres, hasta que ellas se levantaron para ir al cuarto de masajes porque ya era su turno.

- ¿Nos podrían ustedes pedir una cita para nosotras dos, para cuando ustedes terminen?

- Si claro, calculen una hora, que yo le digo a Lily, que es la mejor de las masajistas, para que las espere.

Cuando Erika y Nuria quedaron solas, Erika no retiró su brazo, y Nuria se animó a poner su mano sobre la pierna de Erika.

- Tú si que eres loca, ¿cómo se te ocurre decirles que somos pareja?

- por joder. Me pareció la respuesta más divertida, por lo entrometida que era

- si a mí me causó mucha gracia la cara que pusieron cuando me besaste

- Me parece que lo vamos a pasar muy bien hoy, amiga. Yo me siento muy bien, desnuda, en tu compañía y sin tener que estar viendo el reloj. Vamos a relajarnos como nunca lo hemos hecho.

Se dedicaron a conversar de cosas de sus trabajos, de la oficina, de sus vidas, etc. Y así se fueron relajando un buen rato, siempre con Nuria bajo el brazo de Erika y su mano acariciándole la pierna, bajo el agua. Pero nunca se atrevió a hacer esa caricia más audaz, como había hecho la noche anterior.

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