El Profesor de Tenis Cap. 08

Y en la quietud de la habitación, comenzaron a sonar el chasquido del pubis de Julián contra las nalgas de Alicia y ella esta vez sí pudo apreciar el largo y grosor de la erección de él. Era la posición ideal ya que nunca había tenido un pico tan profundamente en su vulva; se daba cuenta que en esa posición sentía cada protuberancia y cada vena de su verga que se hundía y salía, como un pistón, sin detenerse un instante. Sintió que perdía un poco la estabilidad ante los violentos embates de Julián contra su trasero, e instintivamente abrió un poco más sus rodillas sobre la cama, sintiendo que sus mejillas se perlaba de transpiración y que todo su cuerpo ardía como si se hubiera convertida en una vulva gigante. Se sentía perdida de placer. Con su cara pegada a la cama, gemía quedamente para sí: "¡Sí, mátame así... " Y recibía una violenta arremetida detrás de otra. "Mételo todo..." Y la gruesa y larga verga entraba y salía en golpes sucesivos. "Soy tuya ahora..." Y sentía que su cara era empujaba sobre la cama con cada envión de las caderas de él y a ella en ese momento no le importaba, podía arrastrarla por toda la cama y lo habría dejado hacer. "Tu pico me pertenece... no detengas... hazlo más rápido... asíííí...!" Y Julián como si la escuchara, seguía entrando y saliendo enardecido de excitación de estar culeando a esta rubia exquisita.

Después de varios largos minutos de soportar sus embates, ella comenzó a sentir los típicos espasmos y contracciones de su cuerpo. Un nuevo orgasmo se había apoderado de ella, el que se intensificó aún más cuando la verga que la penetraba se contrajo creciendo en tamaño y dureza y una sucesión de calientes chorros de semen comenzaban a inundarla. Para ella pareció que su orgasmo no terminaba nunca y cuando los chorros de semen y las contracciones de su verga dentro de ella cesaron, ambos quedaron temblando por unos segundos más. En ese momento ella arrastró sus hombros hacia adelante sobre la cama, para quedar totalmente extendida, arrastrando en su movimiento a Julián que quedó sobre ella, aún con su verga incrustada en su vulva. Después él apoyó sus antebrazos en la cama, para alivianar parte de su peso, ya que cubría a Alicia con todo su cuerpo al caer exhausto en esa posición, como si se hubiera desangrado dentro de ella. Esa era su sensación después de haberla culeado. Ella saboreó ese momento de sentir todo el cuerpo de Julián cubriendo el suyo. Ese cuerpo que tantas veces había deseado cuando lo había visto jugar. Sintiendo que su olfato se llenaba de los olores a semen y de las descargas de sus propias jugos que los rodeaban como una nube. Ella deseaba mantenerse así, sentirlo sobre ella, mientras las paredes de su vulva se contraían empujando hacia afuera la verga de Julián que disminuía lentamente de tamaño, dejándola vacía.

Cuando Julián sintió que su verga se había retirado de su vagina, Se giró quedando de espaldas al lado de ella, momento que ella aprovechó para incorporarse, besarlo, abrazarse a él, y colocar su cabeza en su pecho. No tenía más fuerzas que para eso. Sabían que tenían todo el tiempo del mundo. Ella no había terminado con él todavía, pero necesitaba recuperar fuerzas. Ella estaba en la plenitud de su juventud y él era una atleta para ella.

En ese momento ella hubiera querido haberle dicho las palabras mágicas, que resumen todo lo que una persona siente por la otra en instantes como estos. Pero, se dio cuenta que ellos tenían aún un largo camino que recorrer juntos antes de pronunciarlas.

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