Sabor a Avellanas

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Encuentro con una amante.
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Katy sabe a avellanas. Lo supe cuando tuve su entrepierna frente a mi, mojadita, abierta las piernas de par en par. Hundí mi lengua ensu concha, pequeña y compacta como una nuez. Al superar sus labios externos me topé con un carnoso agujerito muy húmedo, listo para ser penetrado sin apenas tocarla.

Deje que mi saliva se fundiera con sus flujos, mientras separaba con mis labios lo suyos y recorría su vulva entera, saboreándola, sintiendo su sabor dulce terracota.

La venda en sus ojos y las manos atadas limitaban sus movimientos y le impedían anticipar los míos, pero no le impidieron arquear la espalda y apretar mi cabeza contra su vientre.

Chupé su clítoris y mordisquee un poco su monte de venus, sus labios y sus muslos. Su respiración se aceleraba y gemía muy bajo. Para cuando introduje un dedo en su culo, los gemidos aumentaron de volumen, convirtiéndose en gritos de placer cuando penetré con otros dos dedos su vagina.

Estaba empapada y su cuerpo se contorsionaba. La doble-penetraba con mis dedos rítmicamente y ella respondía moviendo sus caderas. Disfrutaba y no lo disimulaba. De tiempo en tiempo hundía mi cara en su vientre y jugaba con su clítoris, con su cuca.

En una levanté la cabeza, busqué mi teléfono y con la mano libre tome una foto desde arriba, donde se veía atada, vendada y penetrada. Luego me la pediría para masturbarse cuando estuviera a solas, aunque sospeché que quería compartirla con algún otro amante.

Katy era bi. Eso me encendía. Y me hacía pensar que ese amante podría ser hombre o mujer.

- ¿Te gusta sentirte rellena así, le pregunté

- Me encanta, confesó...se siente rico

- ¿Por qué lo haces con mujeres entonces?

Rio sin contestar, solo dijo imperativamente:"Sigue"

Me incorporé en la cama, sin sacar mis dedos de ella. Aunque el espejo cenital de la habitación me daba una buena perspectiva de su delgado y moreno cuepo, quería verla en directo... también ansiaba verla mamar.

Puse mi miembro frente a su rostro, aunque por la venda no podía ella verlo. Lo acerqué a sus labios y la respuesta fue inmediata. Sacó su lengua y comenzó a lamerlo como una barquilla. Con sus dos manos lo atrapó y comenzó a masturbarme, mientras su lengua seguía jugueteando sobre la cabeza de mi glande.

Abandoné su sexo empapado para hacerla acostar boca arriba, con la cabeza guindando al borde de la cama. Me incorporé y parado a un lado del lecho introduje todo mi guebo en su boca, hasta sentir el fondo de su garganta. Ella se hizo cargo de sí misma mientras me cogía su boca. Hundió sus manos entre sus piernas y se acariciaba la vulva con sus dedos delgados y largos.

Yo iba más rápido y profundo. Ella se la tragaba toda y jugaba con su lengua. Por ratos me detenía con toda mi verga en su boca y ella luchaba por retenerla e ir más y más profundo, empújandola con sus labios y succionando

Tomé un vibrador de la mesa de noche y se lo acerqué a las manos. Lo tomó y diligentemente comenzó a utilizarlo. Se lo metió lentamente, pero con firmeza. Tras un par de embestidas su hambrienta cuca devoró completamente el pene de plástico, para lueo voverlo a escupir ritmicamente.

Yo seguía haciendo lo propio con su boca y con el teléfono registraba el momento. Tomé fotos en detalle de su sexo penetrado, de su boca golosa, de sus tetas saltarinas. Cada toma era anunciada bajo la promesa deponerla en internet para que sus seguidores de Twitter se masturbasen.

La sola idea de que varios miles de hombres y mujeres se tocasen a si mismos con sus fotos parecía excitarle más, hacerla sentir más puta, e hizo que estallase en un primer orgasmo. Muchas veces me había comentado cuánto la excitaba recibir comentarios sobre lo que le harían de tenerla al acance de la mano e incluso fotografías de fotografías suyas bañadas con semén de sus seguidores.

Al ver su reacción, recuperé el vibrador que estaba empapado con sus jugos, y lo introduje en su boca en lugar de mi pene. "Anda, putica... prueba a que sabe tu cuca recién acabada" le dije, y ella engulló aque aparato y lo lamió hasta tragarse la úlima gota de sus propios jugos.

- "Quiero tu leche" me reclamó, "me gusta tragarla"

-"Me gustaría tener dos guebos, para cogerte y ponerte a mamar al mismo tiempo" - le respondí, "

pero ahorita te voy a coger" completé.

La hice voltear con mis manos para luego rodearla y levantarla hasta tenerla en cuatro. Su sexo manaba líquidos aún que corrían por sus muslos. La tomé por las caderas y la atraje hacia mi erecto miembro, que prontamente hundió su cabeza entre sus labios inferiores. Con un gemido se dejó caer sobre sus codos, manteniendo la cadera y el culo en posición para que yo pudiese completar la embestida.

Resultaba excitante verla en los espejos. El cenital dibujaba su cuerpo de pera, con unas caderas anchas, un culo redondo y una breve cintura que se abrían paso hacia unos amplios hombros. La cabeza ladeada a ras de la cama y la boca abierta gimiendo. El espejo frontal ofrecía otra perspectiva: la cabellera alborotada que tapaba el rostro, hombros a ras de cama, elevación de caderas y dos nalgas como balones un tanto enrojecidas por las nalgadas que le propinaba mientras la cogía. Al final mi abdomen y mi torso moviéndose rítmicamente contra ella, empujándola y jalándole alternativamente.

Ella se lo gozaba a ciegas, dejándose llevar por las sensaciones; mientras qe yo todo lo veía y lo registraba con mis ojos y mi teléfono. Por error cargué en mi pantalla una foto suya tomada en la oficina y me excitó verla así, tan seria y ejecutiva... si los demás supieran lo puta y sumisa que es, tras su fachada de mujer seria e infranqueable...

Verla así me subió el perverso y quise tentar a la suerte. Con mi dedo pulgar empece a acariciar la entrada de su ano. Escupí sobre el agujero para lubricarlo un poco y luego lo penetré. Temía protestase, pero al contrario, soltó un "coño, que rico!" que me animó. Fui más profundo sin ninguna resistencia.

Levantó su torso de la cama, se había desatado las manos y empujaba su culo hacia mi dedo, su sexo hacia el mío.

Decidí ir más allá. Pero primero liberé ambos agujeros de mi accionar. Me agaché ante su culo y hundí mi lengua entre sus nalgas. Me lo comía y le fascinaba, gemía y arqueaba la cadera, al tiempo que apretaba el puño izquierdo sobre las sábanas.

Tomé de nuevo el vibrador y comencé a masturbar su vagina. Lo introduje todo y lo movía circularmente mientras seguía lamiendo su ano.

Me incorporé y coloqué la punta de mi miembro en el umbal de su trasero, diciendole:

- "Te voy a coger por ese culo"

- "Siii, cógeme, es tuyo... es para tí", me repondió

Presioné mi miembro contra sus nalgas. Al principio encontró algo de resistencia, como si estuviese mal ubicado, pero inmediatamente se abrió paso y su culo se comió la cabeza de mi glande.

- Ay, ay! duele! es muy grueso! Con cuidado! - protestó

- Ya va, calma aguanta un poco, te gustará - prometí mientras seguía empujando lenta pero inexorablemente.

- Ay... uy.. duelee reclamó mientras una lágrima escapaba de sus ojos.

- Quieres que salga?, pregunté conmovido

-No! No!, protestó de inmediato, gózame

- Déjame moverlo para que te relajes, le sugerí y con medio membro dentro de su trasero comencé un movimiento de vaivén que le alivió y excitó

- Te gusta? Te gozas mi guebo dentro de tu culo?, le pregunté ya agarrando ritmo

- Siii soy toda tuya, por donde quieras... Mmmm... rico.. sigue... sigue

Recuperé con mi mano el vibrador que había sido abandonado y lo metí por su vagina para darle una doble penetración. Se rindió al placer. No dijo ni hizo nada en particular, pero pude sentir por su gemidos y respiración que había renunciado a su voluntad.

- "Imaginate que son dos guebos. Tomalos tu con tu mano, sujetalo", le susurré al oído

Obedeció. Dejó caer su torso y con una mano se hizo dueña del manejo del juguete.

Yo aceleré el paso y la fuerza. Podía sentir desde su estrecho culo el ir y venir del aparato con que masajeaba su sexo. Eso me añadía sensaciones que eran difíciles de obviar y estaban muy cerca de hacerme estallar. Buscando impedirlo, me embalé y se lo metí todo, hasta el fondo, de un empujón.

- "Aaaay", chilló, pero no paró de mover el juguete en su vulva y vagina.

- "De quién sería ese segundo guebo, si puderas escoger?" - le pregunté mas por morbo que por curiosidad

- "Uff tuyo", me dijo

Volví a embestirla y le dije: "el mío es éste en tu culo.... ese de adelante de quién sería?

- "Uuuy", volvió a quejarse entre placer y dolor... "Si acabas en mi culo, tendrás que cogerme de nuevo, quiero tragarme tu leche", me advirtió. Pero una tercera embestda la hizo retomar el tema... "Un guebo rico, de otro?"

- Sí... quién quisieras que te cogiera", le dije retomando el ritmo yo. Entrando y saliendo de su cola.

Repentinamente pegó un grito y sentí como sus jugos corrían por sus muslos, para luego dejarse vencer por una serie de espasmos. Cayó vencida sobre la cama y yo, sin sacarlo, caí sobre ella. Aproveché de pedirle que cerrase las piernas y con las nalgas bien apretadas me dediqué a gozármela sin restricciones de ritmos ni profundidad.

Al cabo de unos minutos de casi masturbarme con su cuerpo inmóvil, me vine entre sus nalgas. Fue una acabada abundante. Colmó su trasero, tapando su agujero y rodando por sus nalgas.

- "Te dije que me quería tragar tu leche", protestó saliendo de su desmayo. "Ahora tendrás que cogerme de nuevo"

- "Si quieres eso, tendrás que decirme en quién pensaste que te hizo acabar así", le respondí

- "¿No te picas?

- "No, para nada! Es más, si me dices yo mismo lo invito a que te coja"

- "Me gusta la idea!", me dijo para luego soltar el nombre de un buen amigo de ambos. Al principio sentí asombro y algo de celos, al mismo tiempo que la excitación y el morbo subían a mi cabeza.

-"¿En serió?... Con él si tengo la confianza para invitarlo" le respondí sonriendo.

Ella asintió. Llegado su momento nuestro amigo supo disfrutársela conmigo, pero esa es otra historia...

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